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Un marido generoso

en Intercambios

Entre mis amigas siempre tocamos temas de pareja, mas aun desde que todas nos casamos y tenemos problemas con nuestros esposos como cualquiera.

Que nos peleamos, que nos reconciliamos, que nos ignoramo, en fin …., nada del otro mundo. Algunas aseguran que sus matrimonios son convencionales y otras que intentan no serlo.

El mio es un matrimonio normal, no tenemos hijos ( no al menos por ahora ), ambos trabajamos y llevamos una vida tranquila. A nivel sexual siempre nos llevamos estupendamente bien y tenemos por costumbre contarnos nuestras fantasias, tanto personales como de pareja.

Dentro del circulo de amigas que tengo ese tema a veces se toca pero no todas se explayan sobre eso. En mi caso personal nunca tuve inconvenientes al respecto así que no me asustaba nada ni me daba pudor hablar de ciertas cosas.

Una de las grandes fantasias que tenia mi marido era verme con otro hombre en la cama y el participar tambien, lo cual teniamos que hablarlo mucho porque esas cosas no siempre salen bien.

Una de las tantas veces que nos reunimos con mis amigas comente con las mas intimas que mi esposo ya estaba considerando esa posibilidad como algo seguro y una de ellas se animo a confesar que ya habia pasado por esa situación.

Las mas interesadas en el tema la escuchamos atentamente, mas aun yo que me faltaba poco para tomar la decisión y seguir adelante, dar el ok para eso.

He de confesar que mas me atraia la idea de tener a otra mujer en la cama junto a mi esposo y siempre pense que primero se cumpliria eso dado que los hombres disfrutan terriblemente con esa experiencia, pero teniendo en cuenta la insistencia de mi marido pense que no estaria mal probar y darle el gusto, con la condicion de que después fueramos concretos con mi primera fantasia.

Esta amiga que ya lo habia vivido nos conto que al principio le costo un poco relajarse pero que después termino disfrutando muchisimo de la experiencia, que fue algo por demas excitante y que eso ayudo mucho a la posterior vida sexual de su pareja.

Confeso tambien que si bien tenia cierto pudor de tener sexo con un desconocido mientras su marido miraba, llego un momento en que perdio la nocion de todo y se entrego a ese hombre y termino de celebrar la idea cuando su esposo se unio a ellos y terminaron formando un trio maravilloso.

Esa misma noche hable con mi marido y después de tener una noche de pasion extrema le dije que aceptaba su propuesta.

Mi unica duda era saber quien vendria; la idea de que fuera alguien conocido no me seducia demasiado así que confie en que mi esposo sabria que hacer.

Me aseguro que este hombre no seria alguien que yo conoceria y eso me tranquilizo algo mas.

El dia era el viernes de esa semana, este hombre vendria a cenar a casa y si la situación daba para que lo hicieramos esa noche, se haria de lo contrario quedaria para otro encuentro y esa noche solamente nos conoceríamos.

Para que negar que estaba por demas nerviosa y ansiosa pero me di cuenta de que era algo comun, algo logico así que intente relajarme todo lo que pudiera.

Prepare una cena informal y a las nueve de la noche en punto, sono el portero electrico de mi casa. Mi esposo bajo a abrir y a los tres minutos entraba por la puerta de mi departamento un hombre de 35 a 40 años mas o menos, alto, de espaldas muy anchas y piernas fuertes, manos grandes ( hasta diria que algo toscas ) y de origen cubano.

Su piel era oscura, sus ojos negros como el carbon y una amplia y radiante sonrisa de dientes blanquisimos, que contrastaban con la oscuridad de su piel.

La verdad era que me habia encantado, estaba prolija y sencillamente vestido de sport, un perfume delicado pero muy masculino, en realidad era todo un hombrazo.

Mientras trataba de sacar una rapida radiografia de este Sr que se llamaba Pedro, mi marido me miraba de costado tratando de adivinar si me habia caido bien o no.

Crei darme cuenta de que se relajo enseguida cuando vio mi actitud al recibirlo, cuando vio que me habia distendido y que estaba aceptando tácitamente.

Nos sentamos a cenar, la charla fue muy amena. Pedro habia llegado de Cuba hacia cinco meses y estaba ocupando la Gerencia de Logistica y Distribución en la empresa donde trabajaba mi esposo. Era un hombre muy preparado, muy simpatico y extremadamente caballero y sensual.

Creo que esos dos requisitos fueron los que mas me gustaron de el y me dieron la posibilidad de dejarme llevar por toda la situación, que no era nada facil en si misma.

Al cabo de varias horas de charla y varias botellas de vino ( mas alguna que otra de champagne ) se notaba cierto aire de intimidad en la casa. Mi esposo habia bajado las luces y colocado musica suave que parecia arrullarnos a los tres.

De pronto mi marido me tendio la mano para sacarme a bailar mientras Pedro permanecio sentado en el sillon, con una copa de cogñac en la mano, fumando un habano y mirandonos con una semi sonrisa dibujada en el rostro.

Los efectos del champagne, las luces bajas y la musica baja no tardaron en hacerse sentir. Mientras bailabamos mi esposo me besaba delicadamente en el cuello, me pegaba a su cuerpo, se movia de la forma en que sabia que a mi me enloquecia.

Cuando el sintio que me estaba entregando a sus manos, de la nada me vi envuelta por los brazos de aquel desconocido que amablemente se habia levantado del sillon para bailar conmigo.

Ademas de ser simpatico e inteligente, Pedro estaba demostrando ser un excelente bailarin. Supo llevarme muy bien, su cadencia ritmica era impecable y, por que no decirlo, la cercania de su fisico al bailar me dio la pauta de que tenia un toque mas sexy de lo que habia notado.

No se sinceramente cuantos temas bailamos, solo se que sus manos acariciaban mi espalda lentamente mientras lo haciamos y sin que fuera muy evidente, asi pegados, fuimos avanzando hacia la habitación en donde todas las noches dormia y tenia sexo con mi marido.

Al llegar al cuarto, Pedro comenzo a besarme muy despacio en las mejillas y luego en la boca. La mezcla de alcohol con habano me encendio instantáneamente y durante un instante de lucidez busque con la mirada a mi marido, hallandolo sentado en un comodo sillon que teniamos en un rincón del cuarto, con la mirada fija en Pedro y en mi, esperando el desarrollo de los acontecimientos.

Reconozco que es muy difícil relajarse en una situación asi pero la mezcla de cosas logro que lo pudiera hacer mas rapido de lo previsto.

La generosidad de esa boca masculina me estaba gustando mucho. Pedro supo llenar mis mejillas de besos suaves, asalto mi boca con un poco mas de efusividad y nunca dejo de acariciarme la espalda con sus manos que si bien lucian algo toscas, al tacto eran estupendas.

Con mucha delicadeza bajo los breteles de mi vestido negro, dejando al descubierto mis pechos en dos segundos. Los tomo con sus manos, los acaricio delicadamente y comenzo a besarlos con mas pasion aun que mi boca.

Mientras se encargaba de ellos logro colocar una pierna entre las mias, dejandome sentir su excitación sin ningun tipo de pudor.

No podia dejar de buscar la mirada de aprobación de mi esposo, no podia dejar de mirarlo sentado en el sillon y cada vez que giraba la cabeza hacia donde el estaba, podia verlo mas y mas ensimismado en la situación, no me miraba a mi, nos miraba a los dos y con una lujuria que nunca le habia notado en sus ojos.

Eso me libero mas aun así que comence a acariciar a mi partenaire, comenzando por la espalda, arqueando mi cuerpo para que su boca siguiera besando, lamiendo y comiendo mis pechos comodamente.

Mis manos bajaron por su espalda hasta su cola y desde atrás vinieron hacia adelante donde pude hace contacto con su entrepierna y disfrutar de la posibilidad de acariciar su ereccion por encima del pantalón.

La verdad es que esas caricias me prometian un momento maravilloso, la generosidad de las dimensiones que estaba acariciando eran increíbles y me excitaron mas todavía.

Mientras me encargaba de eso, Pedro habia dejado resbalar sus manos por mis piernas y estaba subiendo lentamente la minuscula falda del vestido por el lado de adentro, deslizando casi sin querer sus dedos por el borde de mi ropa interior, rozando mi vagina que para esa altura de las cosas estaba completamente mojada.

Cuando senti la yema de sus dedos vagando por la cara interna de mis muslos, senti que me desmayaba alli, parada al borde de la cama y entre los brazos de ese cubano maravilloso.

Desde ya que no lo permitio, me sujeto firmemente y caimos como en camara lenta los dos sobre la cama, no sin antes haberme despojado del vestido y yo a el de su camisa.

Asi quede desnuda, tendida en la cama frente a ese par de ojos negros inmensos y ante la lasciva mirada de mi marido, que seguia sentado en su sillon acariciandose la entrepierna, la mirada cargada de deseo y pasion al ver esa escena maravillosa que le estabamos regalando.

Ante la urgente invitacion que ofrecia mi cuerpo desnudo sobre la cama, Pedro se inclino sobre mi a besarme una vez mas la boca, a seguir masajeando mis pechos para dejar resbalar su boca lentamente por mi vientre hasta mi pubis.

Ese recorrido me estaba marcando la piel a fuego, sus labios carnosos sellaban cada rincón que tocaban y cada vez deseaba con mas premura que llegara a mi vagina, me moria por sentir esa lengua fresca besandome, chupandome, haciendose cargo de mi extrema excitación, de mi creciente calentura.

Habia dejado atrás cualquier prejuicio y saber que mi marido miraba excitado, me calentaba mas todavía, no crei que eso pudiera calentarme de esa forma pero asi era.

Pedro no se hizo esperar mucho tiempo mas, no habia terminado de pensar en donde queria su proximo beso cuando abrio suavemente mi entrepierna y comenzo lo que, hasta hoy, fue la chupada mas gloriosa que me han hecho ( marido incluido ) en mi vida.

Primero se dedico a pasar su lengua por mi pubis sin abrir los labios de mi vagina en ningun momento, lamia y lamia la carne y el flujo que ya habia salido de mi interior y habia bañado los labios externos y cuando parecia que no le quedaba cm sin recorrer, abrio los labios con sus manos exquisitas y comenzo otra fase mas de ese delirio tremendo al que me habia sometido voluntariamente.

Su lengua se estaba haciendo cargo incesantemente de mi carne, de mis jugos, de mi pasion. Pedro tenia una lengua deliciosa, era la mezcla exacta de suavidad con aspereza, cada vez que metia su lengua entre mis labios vaginales y rozaba mi clítoris, mi cuerpo se arqueaba mas y mas, mis manos no podian dejar de alternar entre mis pechos y los empujones que le daba a su cabeza para que se enterrara una y otra vez dentro de mi.

Me di cuenta de que mi sabor a hembra le estaba gustando porque los sonidos de succion que hacia eran deliciosos, era maravilloso inclinarse hacia adelante y ver como recogia con su lengua mi flujo y lo estiraba hacia afuera, era muy erotizante ver como su lengua se mantenia unida a mi vagina mediante un hilo de flujo que luego sorbia con maestria y terminaba relamiendose con gula.

No pude evitar pedirle que metiera su lengua mas adentro y lo hizo, parecia que queria quedarse a vivir entre mis piernas. Metio su lengua y sentirme penetrada, cogida por ella fue mas de lo que pude soportar y tuve mi primer orgasmo con el dentro de mi.

Fue un orgasmo violento, como una caida libre. Mi cuerpo se sacudio de pies a cabeza pero Pedro no dejo de cogerme, ni aun en medio de mis espasmos mas violentos.

Parecia que eso lo habia animado mas todavía porque podia seguir sintiendo como su lengua arremetia en mi interior para luego extenderse hacia mi culo, podia sentir como arrastraba mi flujo hacia alli y lo mojaba una y otra vez.

Fue medio segundo pero pude escuchar gemidos que provenian del sillon, de la boca de mi esposo, quien a estas alturas ya tenia su miembro completamente fuera del pantalón y estaba acariciandose con un desenfreno que nunca habia visto en el.

Cuando Pedro ya habia sorbido todo lo que mi cuerpo podia darle en ese momento, se paro, se quito su pantalón y me dejo ver en primer plano su sexo, un sexo incomparable, tieso, extenso, brillante, maravilloso en toda su dimension.

Creo que la sola promesa de que ese miembro me penetrara hizo que tuviera otro orgasmo mas, diferente al anterior, pero no por eso menos placentero.

Sin hacerse esperar, se coloco entre mis piernas, apoyo sus brazos a los costados de mi cuerpo y en un solo tiempo me penetro. Tuve que agarrarme de las sabanas para no gritar porque entrando, su sexo parecia haber cobrado una dimension mucho mayor a la que se veia desde afuera.

Ese tamaño solo hizo que me calentara mas y los movimientos del cubano no me daban tregua. Parecia saber que me enloquecia que entraran y salieran solo un poquito porque fue lo que hizo incesantemente. Metia su miembro dentro de mi, lo sacaba solo un poquito y arremetia nuevamente, volvia a meterlo con toda la fuerza de que era capaz.

Me hizo pedirle cada cosa que deseaba, me hablaba en susurros y pude distinguir que mi esposo se calentaba mas todavía con esa escena, parecia excitarle diez veces mas cualquier tipo de dialogo que pudiera tener con el que, en ese momento, era mi amante.

Abruptamente Pedro coloco mis piernas alrededor de su cuello y eso permitio que sus embestidas fueran mas hondas, mas profundas, que llegaran al interior de mi, como si quisiera tocar con su miembro hasta el fondo de mis entrañas y lo estaba logrando.

La cama era un concierto de gemidos de placer, de pedidos de distintas posiciones, de mas y mas, de no parar nunca. Sentia como si fuera otra mujer, algo dentro de mi se habia desatado y si bien siempre fue muy pasional, ese momento estaba haciendo nacer en mi a una desconocida, por momentos me sentia una ninfomanía sin control.

Estando en ese combate cuerpo a cuerpo con Pedro, no llegue a notar que mi marido se habia levantado del sillon y se habia acercado a la cama. Se mantuvo al costado de ella, mirando como me estaba cogiendo ese cubano esplendido mientras comenzaba a acariciarme los pechos, a chuparlos casi con desesperación, a morderme los pezones como el solo sabia que a mi me encantaba.

Era demasiado, juro que era demasiado placer para mi. Estaba siendo penetrada por un tremendo hombre, con una tremenda pija que me estaba matando de gozo y encima mi marido me chupara las tetas de una forma gloriosa, crei que no podia ser capaz de soportar tanto delirio pero faltaba mas, mucho mas.

Mientras Pedro se disponia a dar sus ultimos toques con su miembro dentro de mi, mi marido ya me habia acercado su miembro a mi boca, la cual se vio llena de su sexo, lamiendoselo desaforadamente, mientras ese otro hombre seguia cogiendome sin cesar.

Los gestos de placer de mi marido viendo como otra pija que no era la suya entraba y salia de mi, al tiempo que mi boca se encargaba de el, eran hermosos, nunca lo habia visto asi, nunca habia visto tanto placer en su rostro y estaba decidida a seguir hasta el final.

Cuando mi esposo no aguanto mas con su pija en mi boca, solo con un gesto hizo que Pedro se retirara de mi interior para darle paso a el, para que mi esposo se encargara de mi, se encargara de mojar su sexo dentro del mio mientras Pedro me ofrecia ahora el suyo para que mi lengua siguiera estimulandolo

Asi permaneci durante un buen rato, siendo cogida por mi marido y por Pedro en mi boca, mientras iba perdiendo de a poco los sentidos, dejandome arrastrar solo por el deseo de esos dos terribles machos que tenia a mi alrededor.

Me parece que nos falto una camara que nos filmara porque creo que la imagen de Pedro cogiendome la boca mientras mi marido entraba y salia de mi cuerpo, vista desde afuera, tendria un valor altisimo de excitación.

En una fraccion de segundo, mi esposo me tomo de la cintura, y sin salir de mi interior, me levanto en andas, giro sobre si mismo con mis piernas alrededor de su cintura, se acosto de espaldas en la cama, me dejo encima de el y siguió cogiendome desesperadamente, esperando lo que vendria en segundos, el momento mas caliente de toda esa noche que pude vivir.

Mientras mi marido me tenia agarrada de las nalgas y me permitia montarlo, me permitia estar sentada sobre el y con mi pecho casi recostado hacia delante sobre el suyo, comence a sentir nuevamente la lengua de Pedro encargandose del agujero de mi culo, entendiendo en breves instantes lo que iba a pasar y en vez de asustarme, cada vez lo deseaba mas.

Al borde de la locura, de la pasion y del colmo del deseo mi marido sin mas preámbulos que un ronco " Ahora " permitio, abriendo aun mas mis nalgas con sus manos, que Pedro me tomara por atrás solamente con una certera entrada en mi.

Me parece que no voy a ser capaz de describir con palabras lo que senti al ser penetrada de esa forma, al sentir dos pijas dentro de mi que me satisfacian a pleno, al sentir el peso de ese hombre inmenso sobre mis espaldas, montandome como un animal en celo y yo dejandome hacerlo, mas en celo que el todavía.

El ritmo de ambos hombres moviendose en mi interior me llevo a un nuevo orgasmo, mas violento que los anteriores, mas fuerte, mas lujurioso.

Parecia que se habian puesto de acuerdo para moverse, para llenarme, para no darme respiro. Era sensacional sentirme asi, llena por dentro por dos hombres mientras que mi marido no dejaba de comerse mis pechos cada vez que me corria hacia adelante, ante cada envion de Pedro por detrás.

Cuando ninguno de los dos aguanto mas, se retiraron de mi interior, me depositaron nuevamente de espaldas en la cama y se subieron a ella, de manera tal que asi, parados sobre mi, dejaron derramar su leche sobre mi cara, sobre mi boca, sobre mis pechos.

De la nada me vi inundada por el semen de dos machos que me habian llevado a la cumbre del placer durante lo que habia parecido una noche sin fin, una noche inolvidable, una noche casi inigualable.

Cansados de tanto trajin, despedimos a Pedro mas que agradecidos por el momento pasado, con la promesa de que no seria la unica noche que nos veriamos y con mi esposo nos retiramos al cuarto a dormir.

El cayo rendido enseguida. Antes de dormirme me di una ducha y mientras me enjabonaba llegue a la conclusión de que, definitivamente, mi marido es muy generoso.

 

Sabrosa
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