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Un viaje interesante

en Voyerismo

Salía de clase cansado como siempre, iba hacia el autobús contento por que ya era viernes y tenia un fin de semana por delante, estuve un rato esperando y por fin entre en el autobús, como siempre estaba abarrotado pero tuve suerte de encontrar un asiento vacío, me senté y cerré los ojos deseando llegar a casa cuanto antes y poder descansar por fin. Creo que me dormí y sino fui así falto muy poco, abrí los ojos y me di cuenta que todavía faltaba bastante para mi parada, así que empece a mirar a mí alrededor, me di cuenta que me había sentado al lado de un morenaza que quitaba el sentido, estaba buenisima, pelo largo y negro, piel canela, y unos pechos que quitaban el sentido, es el tipo de chica en la que cualquier tío se fijaría en ella.

Llegamos a la parada central en la que la mayoría de la gente se bajo, quedamos simplemente 4 gatos, yo ya estaba completamente despierto, pero mi pequeño sueño me dejo una sorpresa al despertar, estaba totalmente empalmado, espero que nadie se diera cuenta, la chica de al lado no se dio cuenta por que iba dormida, y como quien no quiere la cosa empece a fijarme en ella, llevaba una camisa blanca con grandes solapas, un cinturón dorado de abrazaba su cintura haciendo juego con sus pantalones negros, no sé que es lo que tenía esa chica pero me enamore de ella, por un momento estuve a punto de acariciarla, a aprovechando que estaba dormida, pero el solo echo de que me descubriera fue suficiente para acojonarme y prohibirme a mi mismo hacer aquello que tanto quería. Intentando pasar de ella me puse a mirar al resto del autobús, pero fue inútil, me era imposible dejar de mirar, a todo esto mi erección seguía acompañándome en todo el viaje, reuní valentía no sé de donde y me acerque a sus pechos, con la delicadeza de un cirujano le desabroche un botón de su camisa, y pude ver perfectamente su sujetador de color morado adornado por unos encajes que dejaban transparentar su precioso pezón oscuro como la noche pero todavía mas sugerente que esta, volví a acercar mis manos a sus pechos y le desabroche el segundo botón, eran los pechos mas bonitos que había visto nunca, eran muy firmes, no se cuantos años tendría pero andaría cerca de los 20, estaba muy nervioso, si ella despertaba me esperaría uno de los momentos mas humillantes de mi vida, pero esto le daba todavía mas morbo, seguía adorando aquellos pechos maravillosos, eran redonditos, firmes, ...

Mi excitación llego a tal nivel que estaba a punto de correrme solamente con lo que estaba viendo, pero me dije a mi mismo, llegado a este punto ya no tienes nada que perder, así que me desabroche mi pantalón, baje la cremallera, y saque mi polla del boxer que llevaba, estaba durísima, con el capullo completamente fuera, rojo y brillante anunciando una cercana eyaculación.

Mientras miraba aquella musa empece a masturbarme al principio despacio y con mucha precaución, pero no tarde mucho en acelerar mi ritmo y empezar a pajearme de una forma casi bestial, la situación me excitaba tanto como la chica que estaba junto a mi, por momentos pensaba parar y sentarme en otro asiento, pero en esta vida hay que hacer este tipo de locuras no?, así que seguí con la paja, no me atreví a tocarla mas por miedo a despertarla, pero con lo que veía me era suficientemente sugerente para seguir.

Mientras me masturbaba ocurrió una cosa divertida, nos adelanto un autobús lleno de estudiantes, nunca olvidaré la cara que pusieron aquellas chicas de la última fila cuando vieron que en el autobús de al lado iba un tío haciéndose una paja, fue gracioso.

Yo seguía masturbándome, me estaba haciendo una paja deliciosa, pero la fiesta debía de acabar, pronto me tenia que bajar así que no me lo pensé y acelere mis movimientos, subí las caderas y las giré un poco hacia la chica y comencé con la traca final, no dejaba de mirar sus pechos y notaba coma la lefa recorría mi cuerpo buscando la libertad después de tan larga cautividad, mi cuerpo se tensó, la corrida ya no tenia marcha atrás, así que acerque todo lo que pude mi pene a la chica y me corrí sobre sus pantalones, me quede muy relajado, después de tanto nerviosismo, la imagen de la chica era muy bonita con las camisa desabrochada, con el sujetador y los pechos a la vista, y con la mancha de lefa que contrastaba con sus pantalones negros, me metí la polla, y me levante para bajarme del autobús, todavía no había llegado a mi parada pero si la chica despertaba no quería estar presente.

Esta es la historia que me ocurrió hace unos días, espero que les allá gustado, todavía me imagino que ella no estaba dormida y que me dejo utilizarla para tranquilizar mis instintos, y recordándolo me masturbo muchas noches antes de dormir.