Jugando con el vecino

Mi historia empieza de chikita debido a que fui muy precoz desde jovencita, mi cuerpo me crecía más rápido que el de mis compañeritas de la escuela y los chicos y aún los adultos volteaban a verme al pasar cerca de ellos. Yo aun en mi inocencia me avergonzaba y me sonrojaba ante esas miradas sobre mi cuerpo que sentía como si me barrieran y me desnudaran. Pero en la escuela me volví encerrada, debido a mi cuerpo las niñas no me hablaban mucho y los chicos me parecían muy bruscos y tontos; así q durante ese periodo de mi vida por los 10 o 11 años fui muy solitaria, salía de la escuela para ir a mi casa, y de la casa a la iglesia o algún lugar con mi familia; tenía pocas amigas, y no me dejaban tener novio, ni me interesaba tenerlo.

En ese tiempo en la casa de alado de la mía, llegaba un nuevo vecino divorciado maduritos de unos 40 años de buen ver atlético, fuerte, varonil, del tipo de hombre del cual muchas niñas a esa edad nos enamoramos perdidamente. No dormía pensando que ese hombre vivía alado de mi casa. Lo veía de repente, lo saludaba en las mañanas antes de salir de casa para la escuela, pero nunca lo veía o platicaba mucho tiempo, aún era una niña de 11 años.

Un día, salí a mi balconcito que daba alado de una estancia en la casa de mi vecino, donde el se encontraba sentado en boxers leyendo un periódico y pude ver su pecho bien formado, sus brazos fuertes y sus músculos de sus piernas. Me presente, le dije –hola soy Paola vivo aquí con mis papis, puedes decirme Pao, -hola pao, que linda niña siempre te saludo cuando vas a tu escuela en las mañanas, - si yo también te saludo, - me llamo Fernando pero puedes decirme fer, ok nenita, - si fer. En eso mi mamá me llama y me despedí de Fernando pero feliz de haber logrado mi caprichito de haber hablado con él.

Unas semanas después regrese de mi clase de danza en la tarde y al llegar a casa descubrí que no había llevado mis llaves para abir, toque el timbre pero nadie respondió, me dio miedito pero en eso escucho una voz varonil diciéndome: - que pasa nenita, se te olvidaron tus llaves, - si fer, me quede afuera, tengo que esperar a mi mamá a que llegue, - entonces te acompañare para q no te pasa nada princesita. Y nos sentamos en la banqueta afuera de mi puerta de la casa a conversar.

En eso mami llegó a casa y me despedi de fer. Los días pasaron muy largos, y yo no dormía ni comía pensando en que sería el regalo q me daría en mi cumple, por primera vez en esos años sentía mucha inquietud y curiosidad. Por fin llego el día de mi cumpleaños, y para hacer una travesura me fui de pinta ese día de la escuela, y muy puntual en la mañanita toque en casa de mi vecino cuidándome que mami no me cachara o me viera desde alguna ventana de la casa.

Me paso a su casa me dio un baso de jugo de naranja y se puso a platicar pero yo inquieta quería mi regalo, mi sorpresa, era mi día y yo era la reina.

Subimos a su recamara, me ponía nerviosa, ansiosa, no sabía q esperar de él y no tenía idea del regalo. Saco una como caja de su buró alado de la cama, y me indicó con su mano que me sentara, me puse nerviosa y me puse a jugar con mi faldita del uniforme de la escuela. Prendió la TV y puso algo en la video, estas lista bonita, me dijo. Y con mi cabeza asentí que si. Vi lo que pasaba en la TV, era una niña como de mi edad bonita rubia con uniforme, estaba en un como salón de clase castigada por su profesor. Yo me quede sorprendida y desconcertada y ponía atención a las escenas, estaba tan embobada viendo eso que no me fije que el me estaba tocando y acariciando mi cuerpo, me di cuenta hasta que estaba terminando de desnudarme. No me había dado cuenta que ya me encontraba excitada y entregada a el, no podía resistirme, deje entonces que el me guiara y fui aprendiendo de sus indicaciones. Sentía nuevos aromas, sensaciones, mi cuerpo producía nuevos olores que llenaban mi cuarto, mi cuerpo reaccionaba como si supiera que debía de hacer, poco a poco despertaba mas y mas, reaccionando. Mis pechitos engordaban se ponían rojitas ante sus caricias, se ponían duritas paraditas los pezoncitos se paraban duritas orgullosa deseando ser besadas y la lamidas por el.

Mi cuerpecito se levantaba reaccionaba a su lengua sus dedos y sus caricias, no sabía pero mi colita se levantaba y la movía para llamar su atención y recibir sus caricias, mis piernitas solitas se separaban y mostraban mi inocencia y mi humedad de mujercita. Me puso sobre la cama a gatas sobre mis brazos y mis pies, frente a mi estaba su espejo y podía verme sobre la cama mientras el detrás de mi lamía y besaba con sus labios las nalguitas y mi vaginita, mientras ella expulsaba cada vez mas y mas miel mojándome mucho mi linda florecita. Me sobaba sentía sus dedos pasar por mi rajita, por las nalguitas y entre ellas, sus labios su lengua moviendose y tocandome….

continuara