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Unos deliciosos pies pequeños

en Fetichismo

Esto me ocurrió hace pocos días, y es el más reciente después de "cosquillas en vacaciones" . resulta que un fin de semana me fui con unos cuates fuera de la ciudad, fuimos a nadar y ya cuando nos íbamos, nos llamó mi amigo Felix,que vivía en esa ciudad, pues sospechaba que andaríamos allá. resulta también que su hermana cumplía años y tenía una fiesta. con hambre y sed, decidimos ir ala fiesta, para no quedar mal con la atenta invitación y para irnos con el estómago lleno, pues además la novia de mi amigo tiene muuuchas amigas que no son de mal ver. Llegamos con trabajo a casa de esta mujer, pero al final dimos con la dirección, y ella salió a atendernos. éramos los primeros en llegar, y ella se veía muy bien, pues salía de bañarse y estaba limpia y perfumada. en lo personal, la conozco de hace ya unos años, y no es que me guste ella, sino que me encantan sus piernas, y en especial sus pies. ella es chaparrita, de piel clara, cabello largo, pero con un par de piernas carnosas, delineadas, con unas pantorrillas que dan miedo. en lo personal, recuerdo cuando ella iba por la calle con mi amigo Felix usando una faldita verde oscuro que dejaba ver sus suculentas extremidades, para que nos extasiáramos sólo de verla con malicia, cuales lobos acechando a una pobre presa, mostrando también su par de pies blancos, pequeños y graciosos que me daban ganas de lamer y morder, pues regularmente ella usaba zapatos abiertos, dejando ver sus deditos.

esta muchacha, llamada Sandy, estuvo con nosotros un rato en la fiesta. algunos bebimos, otros se la pasaron comiendo y uno que otro afortunado hasta ligó a una chica, pero en realidad mi intención más negra, era tocar esos piececitos deliciosos de sandy. deseaba olerlos, y sobre todo, siempre me pregunté...¿tendrá cosquillas?  adoraría cosquillear ese par de delicias y ver su sonrisa deliciosa. desgraciadamente, no pude apreciar esos piececitos, pues Sandy llevaba un par de botas negras, un pantalón negro también, pero pegadito que dejaba ver sus glúteos mientras caminaba, además de una camisa blanca, que le iba muy bien, pero hacía mucho calor.

la fiesta se pasó muy rápido. yo platiqué con algunas chavas para ver si podía llevar a cabo mis fechorias, pero cuando acordé ya casi todos se habían ido. mis amigos se fueron a dormir a un cuarto desocupado que había, pero yo me quedé. la verdad me moría de sueño, pero noté que sólo quedaban mi amigo y Sandy, y él estaba un poco bebido, así que se sento en una silla para descansar. yo en lo personal, me puse a limpiar un poco una mesita, haciendo tiempo para ver si de casualidad se daba el momento en que pudiera platicar con Sandy y tocar sus pies. ella en efecto, llegó y se sentó en un sillón y yo me senté con ella. ya era muy noche, eran como las cuatro de la mañana, y se veía que ella tenía sueño, pero no daba indicios de querer irse a dormir. empezamos a platicar, pero en eso llegó su Hermano y se acomodó en el sillón de al lado. pensé que toda esperanza había muerto, aún así platicamos los tres, pero de momento, él se quedó profundfamente dormido y solo quedamos sandy y yo.

Cuando me quedé solo con sandy y tuve la oportunidad de portarme travieso, empezó lo bueno. Yo le dije...

-¿cómo te la pasaste hoy?

-Bien, aunque no vino toda la gente que me hubiera gustado que me visitara...

-y no tienes sueño?

-un poco, pero con una cerveza se me quita. ¿quieres una? Todavía quedan algunas...

-pues...sí, no estaría mal. –le respondí, esperando agarrarla tranquila para iniciar mi táctica...

nos bebimos la cerveza, y como a la mitas le pregunté...

-¿no te cansaste?

-uuuy, sí¡¡¡ me duelen mucho las piernas, pues casi no me senté hoy.

-además, me imagino que con esas botas te duelen los pies...-le comenté señalando su pie derecho, que lo tenía cruzado y era el más cercano a mí.

-sí, es lo malo de ser chaparra... tengo que usar tacones y me duelen mis piecitos.

-sí se ven grandes...-le dije mientras me acercaba a ella en el sillón y tomaba lenta y cariñosamente su bota... no se inmutó, así que la agarre firmemente y le bajé el cierre lentamente, para no despertar a Félix, que seguía dormido cual lirón. Para mi sorpresa no me dijo nada, así que lentamente le saqué la negra bota, con los dedos temblorosos y el corazón latiendo...

-¿qué haces? No creo que te queden...-dijo en tono burlón, pues su piecito es nada comparado con los zapatotes que yo traía...

-no, simplemente que tu pie se ve muy pequeñito...-acto seguido, lo levanté con delicadeza y le cosquilleé la diminuta planta...

-¿tienes cosquillas? Le pegunté, y para sorpresa mía no dio muestras de risa, pero tampoco retiró su pie de mis manos.

En otras ocasiones, y cuando era más joven, tuve muchas reacciones diferentes con mis amigas, conocidas, cuando les hacía cosquillas. Unas reían locamente, otras gritaban, y otras hasta se molestaban. Una que otra hasta las disfrutaba, pero esta vez fue diferente.

Ella simplemente sonreía, mientras movía sus deditos, como si le divirtiera la sensación de mis uñas rascando la planta de su pie.

-oye, me estoy durmiendo, -le dije mientras me acercaba a su pie para olerlo (según yo en broma)

-no lo creo -dijo ella acercándose también para oler su propio pie, y acto seguido me excité aún más...

su piecito no tenía olor muy percibible, era muy pulcro, pero sí se sentía un calorcito delicioso en la punta de la nariz mientras lo olía y trataba de aspirar su perfume...fue hasta que movió sus deditos y los abrió cuando olí levemente su aroma, que me volvió loco, pues era finísimo. Su pie en sí era precioso, con plantas rosaditas, sin arrugas, y muy blancos, solamente tenía un poco marcados los puntos donde su pie se apoyaba y caminaba. También noté como ella seguía sonriendo mientras le cosquilleaba su patita desnuda y observé un callito que tenía cerca del empeine...

-ese callo lo tengo porque camino mucho.-me dijo, como si me hubiese leído el pensamiento ,lentamente, pero sin dejar de sonreir, parecía que no quería reirse, tal vez porque estaba disfrutando las cosquillas y no quería despertar a su hermano...

el jueguito continuó , y nuestra plática se hizo más íntima. Ella se acomodó mejor en el sillón, y recargó su patita blanca en mi pierna. Continué cosquilleándolo, y pasó el tiempo muy rápido...

-fíjate que nadie me toca mis pies...- me dijo sin borrar su hermosa sonrisa de su rostro.

-y no te molesta?

-no, sólo de momentos cuando siento más cosquillas, me dan nervios, pero por el momento no.

Ya no sólo cosquilleaba su pie. Ahora metía mis dedos entre los suyos, y lo acariciaba con cariño, cada vez el olorcito de su pie desaparecía más, pero se impregnaba en mis manos, que ya estaban calientes y a punto de sudar. Incluso le pegunté después...

-y no tienes cosquillas en las piernas? Acto seguido, cosquilleé su pantorrilla blanca y carnosa.

-s..sí... –dijo, sin poder evitar dejar escapar una pequeña risa, que quizá pudo ser una carcajada si fuera temprano.

Con el tiempo, me confesó que ella tenía más cosquillas en la cintura, pero no me atreví a tocarla ahí, preferí seguir sobando su pie, y de vez en cuando lo cosquilleaba para volverla loca de nuevo. Fue muy excitante, mis manos ya olían a su pie, y justo cuando tenía pensado descalzarle su otro pie, (que me dijo era más sensible) despertó Félix, y a ella apenas le dio tiempo de meterse su bota. Finalmente continuamos platicando los tres, y yo me fui a dormir, no sin antes olisquear mis manos hasta el cansancio y tener un delicioso sueño..