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El apagón (3)

en Jovencit@s

Apagué la luz, estuve escuchando durante un rato, pero luego me tumbé en la cama, miré en el reloj de la mesilla, quedaba muy poco para mi cita, no llegaría seguro, me acurruque en las sábanas, olían a adolescente, me gustaba ese olor, me traía muchos recuerdos, cerré los ojos. No se cuanto tiempo pasó pero me despertó el repiqueteo de unas llaves, en realidad no sabía si soñaba o era la realidad

Hola vecina,

Vi delante de mí a mis dos compañeros de ascensor, uno de ellos giraba en su mano mi llavero, por supuesto también estaba mi amigo el del perrito, pero sin perrito.

Hola, gracias por traerme las llaves, dije levantándome de la cama.

Quieta, no tanta prisa, quédate ahí donde estás, mira te voy a presentar, para que no digas que somos maleducados, me llamo Fermín, este es mi hermano Iván, ya nos conoces, y mi amigo Fran, el dueño de la casa.

Mucho gusto, pero chicos de verdad, tengo que irme, espero una visita -la verdad es que no sabía ni que hora era, pero mi cerebro me decía que debía marcharme de allí.

Para entregarte las llaves, tendrás que darnos lo que te pedimos.

Bueno tíos, es que no habéis tenido bastante por hoy?, Por favor dejadme marchar.

Intenté levantarme pero Iván se acerco a mí, y puso sus manos en mis hombros obligándome a sentarme, vi como se bajaban uno tras otro la bragueta, y empezaban a quitarse los pantalones, por supuesto los calzoncillos y vi tres vergas duras sin haberme movido todavía. Me note caliente y húmeda sin poder evitarlo, tres niñatos me estaban intimidando, amargando una noche perfecta y encima me estaba excitadísima.

Cerraron un semicírculo a mí alrededor, y sin pensármelo dos veces me acerqué al borde de la cama y empecé con la primera polla, la de Fermín, la acaricié, lentamente, acerqué mis labios a su capullo que estaba muy mojado y succione mientras le acariciaba los huevos con la mano, mi lengua se metía entre su piel, y mis labios no dejaban de chupar, cuando note que se iba a correr lo dejé.

Seguí con Iván el más jovencito, no tendría ni los 16, me puse de rodillas delante de él, le abrí las piernas y saqué mi lengua, lamí desde sus huevos hasta su capullo, apretando, sintiendo todas las venas, cada poro de su piel, mientras con mi mano exploraba su culo, metí su polla en mi boca, moviendo mi cabeza para delante y para atrás, subiendo y bajando la piel de su capullo con mi lengua, este no aguanto y enseguida note como su leche caliente recorría mi garganta mientras lo oía gemir.

Mientras en mis labios todavía tenia la lefa de Iván, me esperaba Fran pajeandose, no sé cuanto me duraría este, me levante y lo bese en los labios, sentí su lengua fresca en mi boca, me tumbé en la cama abrí mi albornoz, y cogiendome las tetas con mis manos, las apreté, pellizcando a la vez los pezones...

Mete tu polla aquí-le dije

Muy obediente, se puso encima de mí y metió su polla entre mis tetas, moviéndose para delante y para atrás, mientras yo acercaba mi lengua y le lamía el capullo, enseguida se vino en mi cara, pero no sólo él, Fermín que era el que mas había aguantado también se corrió cerca de mi boca, nunca había tenido tanto liquido blanco en mi cara, ojala fuera bien para el cutis.

Fran se levanto y me acercó una toalla, pero empezó a limpiarme él, muy despacio, note como una mano exploraba mi clítoris, y como unos dedos me penetraban, sacando toda la humedad que llevaba, que era mucha, mientras Fran estaba encima de mi limpiándome, mis ascensoristas me masturbaban, el placer era tremendo, dos bocas, cuatro manos tocándome y yo sin poder moverme, note como me venía un orgasmo, entonces las manos se retiraron y note una polla enorme penetrándome, mientras me corría por la masturbación, uno de los dos hermanos empujaba con fuerza y note como otro orgasmo me venía, Fran me impedía ver quien era, pero ya daba igual, el me besaba, muy bien por cierto mientras se volvía a masturbar con mis tetas. Se levanto, y Fermín se acercó a mí, me quito del todo el albornoz, y se tumbó a mi lado, me abrazó y me colocó sobre él, me abrí de piernas y lentamente metí su polla dentro de mí, notando como su piel me recorría, y como mi humedad lo inundaba, Iván se acercó por un lateral, le cogí de la cintura y empecé a comérsela, deprisa, a la vez que me movía encima de su hermano, note como Fermín se corría dentro de mi y como Iván llenaba mi boca, seguí moviéndome porque aun la tenía dura hasta que llegué a un orgasmo que me hizo gritar y gemir sin controlarme.

Caí a un lado de la cama, llena de semen por todos lados, excitada como una perra en celo, sudando, y pensando que teniendo esos vecinos para que quería a un cuarentón rico en mi vida.