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Vanessa

en Sexo con maduros

VANESSA

Hola una vez más, como verán tengo algunas historias que contarles a todos ustedes amigos lectores, este es el 3er relato que escribo en menos de una semana, y esto es porque me han contado historias verdaderamente interesantes y excitantes, y esta que les voy a contar no es la excepción.

Esta historia es real, basada en lo que me contó una muchacha que es mi vecina, tengo buena relación a pesar de nuestra pequeña diferencia de edad, y esto porque como ya saben tengo mi estética y ella es una de mis clientas más asiduas y es por eso que tengo buena relación con ella, por cierto esto lo cuento con total autorización de ella. Empezaré por decirles su nombre, se llama Vanesa, ella es una chica de 24 años, mide 1.64, es de piel blanca, muy blanca diría yo, de cabello castaño un poco abajo de los hombros, ella es muy bonita de cara, no tiene el supercuerpo pero es delgada, tiene unas pompas bien formadas, su pequeño defecto si así lo podemos llamar, es que tiene muy poco busto, es chico, pero su mayor atractivo o lo que más sobresalta de ella son sus piernas, les diré que casi no usa faldas, la mayor parte del tiempo anda en pantalón, pero ya sea que se ponga falda, vestido, o short de inmediato sobresalen, pero como les digo ella es muy discreta con eso, o modesta si lo quieren ver así, por eso no las luce mucho, las tiene así porque le gusta mucho el deporte, el voley para ser específica. Bueno ya me alargue con esto, empecemos.

Un día Vanesa se había arreglado bastante bien ya que era el examen profesional de una de sus amigas, había pedido permiso en el trabajo para faltar, ella es asistente general en un departamento de una universidad importante de la ciudad, y se lo habían concedido, ese día como les digo se había arreglado bastante bien por las razones ya comentadas, se había puesto un vestido corto que le llegaba arriba de las rodillas, de tirantes sin mangas, lo interesante fue que eran de esos vestidos de vuelo, que con cualquier movimiento se te levanta hasta arriba de la cintura y tenemos que andar con cuidado, chicas ustedes saben como esto no?, el vestido era de color rojo con flores blancas, y se había puesto unas zapatillas de esas de tacón bajo ancho y abiertas por atrás de color negro sin medias, se había peinado con el cabello recogido hacía atrás y una media cola.

El día comenzó normal, fueron al examen a las 10 de la mañana, finalizó y estuvo con su amiga un rato ahí afuera del salón, ya saben las felicitaciones y todo eso, de ahí los invitado fueron invitados a comer a un restaurante en un centro comercial importante de la ciudad. Estuvieron en el restaurante por varias horas hasta que finalizó el evento, eran cerca de las 3 de la tarde cuando Vanesa se dispuso marchar, ya que quería hacer algunas compras, ropa y esas cosas, realizó sus actividades y después de un rato se sentó en las mesas que hay en la plaza que sirven para comer algo o descansar, se compró un refresco y se disponía a tomar un pequeño descanso, observaba como pasaba la gente cuando de pronto se le acercó una persona, era un señor como de unos 35 o 37 años, y le preguntó que si podía sentarse, eso es normal ya que en esa plaza te sientas donde encuentras lugar, ella de lo más normal le dijo que sí que no estaba ocupado el lugar, así estuvieron cerca de 5 minutos hasta que el señor empezó a hacerle plática a Vanessa, le preguntó su nombre, su edad, ya saben lo más común, el hombre era un tipo gordo, con barba de esas que llaman de candado, de hecho era feo, nada del otro mundo, Vanesa amablemente respondía a la plática sin notar signos de malicia en el hombre, y así siguieron cerca de 20 minutos hasta que Vanesa dijo que se tenía que ir, el hombre amablemente se ofreció acompañarla al estacionamiento y ella aceptó ya que se había dado cuenta que el hombre era tranquilo y serio, así salieron con rumbo al estacionamiento y cuando se disponía a abrir su auto, se acerco un señor mayor, de aproximadamente 70 años, este señor era igual de gordo, con la barba del mismo tipo, moreno y como de la estatura de ella, y ella vio como le hablaba al señor con el que iba, en ese momento el se volteó y lo presentó como su papá, a decir verdad me cuenta que no se parecían a pesar de tener la barba igual. La saludo cortésmente, y fue cuando el viejo le dijo al otro señor.

Que chica tan simpática hijo, quién es?.

Es una señorita que acabé de conocer adentro y solo me dispuse a traerla aquí a su coche, ya se va.

No seas descortés Jhonny, - le decía el viejo al otro señor – invítale algo, no la dejes así.

No señor no es necesario, me tengo que ir, pero gracias de todos modos- respondió Vanesa.

No hijita el no puedes ser tan descortés- insistía el viejo en una actitud como regañando al otro.

No de verdad, ya son las 4.30 y me tengo que ir- gracias una vez mas, le decía Vanesa.

De ninguna forma, usted nos acompaña a la casa y ahí se toma su cafecito, y sirve que le presento a mi esposa- insistía el señor.

Vanesa al darse cuenta de la insistencia del anciano se apenó un poco y terminó aceptando la invitación. El señor le dijo a su hijo que se fuera en el carro y que él iría con Vanesa en el suyo para decirle donde vivían. Durante el traecto el señor le hacía varias preguntas a ella tales como si tenía novio, si era casada, cosas por el estilo, a lo que ella sin notar nada malo respondía. Me decía Vanesa que en el trayecto notó como el viejo en algunos lapsos del trayecto bajaba la vista a ver si podía ver algo mas de las piernas, ya que al subirse el vestido se le subió un poco de más y eso le daba una buena vista al vejete. El trayecto no fue muy largo, cerca de 10 min. por lo que al señor no le dio tiempo de ver más allá de los muslos. Llegaron y el hijo del señor ya estaba en casa, bajaron del carro y se dirigieron a la casa, era en un conjunto habitacional, de esos de asistencia popular, por lo que cuando entró pudo notar que la casa era chica como todas ellas, pero le extrañó que la casa estuviera casi vacía, solo tenía un sillón grande, el sillón individual, una mesa y un cuadro, de ahí en fuera ya no había más que ver, se acercó a la cocina y solo tenía una mesa redonda y 2 sillas, una pequeña alacena y una estufa chica, sin arreglar ni nada por el estilo, el viejo preguntó a su hijo que le hablara a su mamá pero este le dijo que había dejado un recado de que había salido a ver a una amiga y que regresaría hasta la noche.

Uy que lástima y yo que quería que la conocieras, ya vendrás otro día.

Vanesa empezó a ponerse un poco nerviosa ya se daba cuenta de que estaba sola con 2 hombres totalmente desconocidos para ella.

Siéntense, aquí esta el café.

No nada de café, la señorita tomará una copa verdad?- de inmediato respondió el viejo

No de verdad, el café esta bien, gracias. – replicó Vanesa.

No de ninguna manera, no nos vas a despreciar o si?

No yo no tomo- contestaba.

Anda solo una y te puedes ir- insistía el viejo

No de verdad.

Vamos, no pasa nada- agregaba el otro señor más joven.

Esta bien, pero me la termino y me voy- aceptó ella a regañadientes.

Le sirvieron una copa de brandy y empezó a beber y a platicar con ellos, así estuvieron un rato hasta que s la acabó y el señor le dijo a su hijo que le sirviera otra, ella inmediatamente dijo que no.

Anda esta y ya- dijo el viejo. Le quitó su vaso y le sirvió otra.

Vanesa ya no replico y siguieron con la charla, de pronto el señor se paró y les indicó que fueran al sillón a sentarse, ella ya un poco mareada por el alcohol ya que casi no toma se paró con el otro señor y se fueron a sentar al sillón. Ella quedó sentada en el sellón grande con el más joven y el viejo en el sillón chico quedando de rente a ellos, mientras platicaban a pesar del mareo ella notaba como el viejo se movía para quedar de frente a ella y poderle ver debajo de la falda, ella claro cerraba las piernas pero el otro señor al darse cuenta de eso la empujaba un poco y con el movimiento ella tenía que abrir las piernas un poco lo que le permitía al viejo admirarla toda, las miradas del anciano la empezaron a poner algo nerviosa, y se dio cuenta como quedaba embobado con sus piernas ya que ese vestido las dejaba al descubierto en todo su esplendor.

En un instante se dio cuenta como el viejo separó de su lugar y ya estaba sentada al lado de ella, ahora estaba ella en medio de los 2, y hacían como que platicaban, de pronto ella ya no sabía ni que platicaban, estaba totalmente nerviosa, vio como e viejito estaba excitado, se lo pudo notar en el pantalón, ya que era de pants.

Así estuvieron hasta que de plano el viejo ya no aguanto, y con su mano le agarró el muslo, ella dio un salto y le quitó la mano de su pierna.

Que esta haciendo.- decía ella enojada y asustada.

Ya no aguanto, me tienes calientísismo, nomas de ver tus piernas quisiera agarrártelas, por favor no te resistas.

 

Esas palabras del viejo y el tono en el que se lo decía la calentaron un poco, pero no tenía pensado ceder. De pronto sintió como el otro señor le agarraba las manos, tratando de inmovilizarla, ella ponía un poco de resistencia, y ese momento lo aprovecho el viejo para meterle la mano debajo del vestido y acariciarle las entrepiernas.

No suéltenme por favor, no haga eso.

No hijita, de verdad ya no aguanto.

En eso el viejo le hizo a un lado el calzón y empezó a jugar con su vagina, le metió el dedo y empezó manosearla a su antojo, eso lo aprovechaba el otro señor para bajarle los tirantes del vestido y dejar al descubierto sus senos, ya que no traía bra, los senos como ya les dije son pequeños pero sus pezones se pusieron demasiado duros a pesar de que no era con total complacencia por parte de ella. Con sus manos el más joven empezó a amasarle los pechos, incluso llegó a metérselos a la boca, mientras el anciano aprovechó para levantarla de la cadera y sacarle la tanga que traía, ella ya con poca resistencia solo suspiraba y en momentos hasta se le escapaban algunos gemidos. Ella vio como el viejo se levantó y se sacó la playera y el pantalón, la levantó del sillón y la dirigió hacia una mesa chica que tenían en la esquina de la casa, ella sabía que ya no podía hacer nada así que solo se dispuso a esperar que iban a hacer con ella.

Llegaron a la mesa y el viejo la volteó de frente a el, le metió las manos debajo del vestido agarrándole las nalgas, y la cargo sentándola en la mesa, como ya no traía tanga, el viejo solo le separó las piernas, se las tomó por debajo de los muslos, quedando parte de sus piernas al aire y su espalda recargada en la pared ya que como me dijo la mesa era chiquita, se tomo su pene que no era gran cosa, y la penetró de un solo golpe, a ella se le escapó un grito y con eso empezó el mete y saca, el con fuerza la tenía tomada de las piernas y la hacía como quería, ella solo gemía y se detenía de donde podía, ya sea de la pared o de la orilla de la mesa, y aprovechaba el viejo para amasarle sus pequeños seños y lamérselos, se estaba regocijando con ella como nunca se lo habían hecho, del dolor y asco pasó a gozar con las metidas que el viejo le daba

Ahhhh, ouchhh, despacio por favor.- le pedía Vanesa al anciano.

El viejo seguía amasándole los pechos y llevándoselos a la boca.

Que bonito lo haces hijita- le decía.

 

Así estuvieron por un rato hasta que el anciano empezó a acelerar sus movimientos

señal de que se iba a venir, ella apretó la espalda del anciano con sus piernas para poder sostenerse de algo.

- Afuera por favor- le pidió, a lo que el viejo aceptó y termino viniéndose sobre su vestido. Viendo esto se tranquilizó un poco, hasta que el otro señor la bajó de la mesa y le sacó el vestido por completo, la recargó en la pared, y la cargo con sus manos de las nalgas, quedando sus piernas totalmente al aire, así en esa posición la ensartó, y de nueva cuenta empezó el mete y saca, los gritos de ella eran demasiado fuertes, esa posición le permitía la viejo entrar todo, ella iba de arriba para abajo con los movimientos y solo alcanzaba a sostenerse rodeándole el cuello al hombre

Ahhh, ahhhh, ahhhh- gemía Vanessa.

Te gusta verdad zorrita- le decía el señor,

Apúrese, acabe rápido. – le pedía Vanesa a su verdugo.

Ya voy, ya voy- y así el señor empezó a subirla y bajarla rápido, hasta que se detuvo y la dejo insertada en él, lo que indicaba que se iba a venir, la bajó y se vino llenándole el estomago de su líquido.- Ahhh, que bien nena, eres maravillosa- le dijo mientras le besaba los senos.

De pronto el viejito se acerco y vio como estaba de nueva cuenta con su miembro parado.

Ven nena, ya vamos a acabar. – le decía a Vanessa mientras la tomaba de la mano.

Y así, la dirigió de nueva cuenta a la mesa y la recargo en ella, apoyando sus codos en la mesa y quedando con su trasero al aire y a merced del vejete. Le tomo las caderas y le abrió un poco las piernas, y así en esa posición tomo su pene y poco a poco lo fue introduciendo en la parte de Vanesa, ella iba exclamando gemidos cada vez que el viejo la metía más, hasta que por fin estuvo toda dentro, y así empezó a meter y sacar de nueva cuenta, y Vanesa gemía con las embestidas, tenía los ojos cerrados y de la boca abierta, se agarraba de la orilla de la mesa con sus manos y su cabeza estaba totalmente acostada en la mesa.

 

Auu, ouchhh, ahhh- gemía Vanesa, ya que las embestidas que el viejo le daba no eran para menos.

Eso nena, asi, grita lo que quieras- le decía el viejo.

Y estas palabras la ponían más candente, y ella aceptaba gimiendo más y más. De pronto el viejo la agarró los muslos y arremetió con más fuerza, ella empezó a sentir dolor y ahora sus gemidos de placer se convertían en gritos de dolor.

Ahhh, así no, me lastima, pare, basta- le decía.

El viejo la tenía de la cintura hasta que se la sacó y se vino en su espalda, esta vez fue poco ya que era la segunda, y después de esto el viejo le dijo, con esto es suficiente para mi nena. La volteó y le dio un beso en la boca.

Y ya en la última empalada de la tarde el señor más joven la tomó del brazo y la llevó al sillón, allí el señor se sentó y le dijo:

Ahora quiero que termines sentada en mí, esta bien?.

Déjeme descansar- le pidió Vanesa.

No, mientras más rápido termines más temprano te vas a ir.

 

Vanesa ya no dijo nada y se resigno a hacer lo que le pidió, el viejito ayudó a Vanesa a sentarse en el señor, la volteó de espaldas a su ejecutor y así la dirigió a él, mientras el éste la tomó por la cintura y se la acercó, el viejito la cargó un poco y la dirigió al pene de su hijo, ella apoyó una pierna en el sillón y la otra quedó en el piso, así poco a poco se fue sentando en el miembro hasta que estuvo toda insertada, una vez estando así, el afortunado hombre comenzó el mete y saca, de arriba abajo, mientras ella se sostenía con una mano del pecho del señor y con la otra del sillón, tenía su cara con un gesto de dolor y de placer, los ojos cerrados y las piernas a merced del viejo, este la poseía como si fuera el último día de su vida, aprovechaba para acariciarle los pechos y sobarle parte de su vagina, cosa que en un momento llegó a tener en la gloria a Vanesa, ya que sus gemidos retumbaban en la casa, y así con este movimiento de arriba para abajo como la traía, ella estaba completamente perforada, agitada y sin fuerzas, en algún momento el viejo le volteó la cara y le propinó sendo besos, que ella respondió, hasta que él empezó a acelerar el movimiento dando cuenta de que estaba por venirse, aceleró hasta que la bajó de él y se vino llenándole las piernas del líquido. Terminando de hacer esto, el hombre suspiró indicando que había quedado satisfecho. Vanesa quedo recostada en el sillón, un poco adormilada por lo sucedido, y después de un rato se vistió, se limpió, y se dio cuenta que los señores dormían, cansados por aquellas aventuras antes descritas.

Esto lo aprovechó para salirse sin despedirse de ellos, así es como ella se fue para su casa un poco confundida por lo sucedido, pero sin negar que aquello le gustó aunque me aseguró que es algo que no volvería a repetir.

 

Bueno espero una vez más sus comentarios a mi dirección de correo lety_diaz34@hotmail.com, y por cierto un favor muy especial a las mujeres, si hay alguna mujer de puebla o del DF de 30 años para arriba que sea un poco atrevida favor de escribirme, ya les explicare bien de que se trata, ok? Gracias

Besos

bye