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Viaje caliente (3)

en Sexo Anal

No cabíamos todos en el taxi, así que yo iba sentada encima de Cesar. El taxista decidió hacer la vista gorda y llevarnos a los 5 supongo que gracias a las sonrisas que le dedicamos Susana y las miraditas que el dedicaba a nuestras piernas. Mientras conducía yo intentaba hablar con el mientras le ponía las tetas al lado de la cara. No quería que se distrajera y nos matásemos pero quizá pudiera hacernos una rebaja. Le dijimos que nos llevara a alguna zona de marcha y nos hizo caso.

El taxista era un hombre de mediana edad bastante normal. 1.80 con barriga cervecera, pelo canoso y ojos azules. No estaba ni demasiado gordo ni demasiado delgado. Supongo que era un feliz padre de familia que vivía con su mujer y sus hijos a las afueras de París.

Mientras íbamos en el taxi notaba como Cesar sentado debajo de mi se iba poniendo duro. Acariciaba a Susana por encima del tanga. Deje un momento de hablar con el taxista y metí yo la mano debajo de la falda de Susi. Estaba mojadísima. No me podía creer que después del restaurante tuviera ganas de más. Dejé a Cesar con lo suyo y yo continué con la mejor de mis sonrisas charlando con el taxista.

De pronto oí como Susana empezaba a respirar fuertemente, no me lo podía creer, Cesar estaba haciendo un dedo a Susi en el taxi mientras Rodrigo y Roberto miraban, con el taxista allí delante aunque no parecía enterarse de nada. Yo intentaba que no se quedara todo en silencio para oírla. Acabamos en una calle llena de bares con un montón de gente caminando de aquí para allá.

Todos se bajaron y me dejaron a mi para pagar.

- Son 12 euros

- 12 euros? Pero solo tengo 7. Si espera un momento voy a buscar a mis amigos y le pagaré todo.

- Tranquila, ya sabes que hay otra manera de pagar

- ¿Qué manera?- Después de la nochecita que llevábamos la sorprendida era yo.

- Bueno, no te creas que no he oído a tu amiguita cachonda gemir como una perra en el asiento de atrás. Seguro que tú lo haces tan bien como ella.

Sin más me quito la camiseta y dejo libres mis tetas. "Niña, vaya melones que tienes, como te crezcan mas no se donde los vas a meter" Aquella manera de dirigirse a mi tan ruda me excito todavía mas. Sin decir nada mas eche la mano a su paquete que ya estaba duro. Lo frote por encima del pantalón. El me sobaba las tetas sin miramientos. "Vamos sacala y chupala que estas deseando"

Le miré directamente a los ojos y el me cogió del pelo e hizo que metiera mi nariz en su polla yo me separe un poco desabroche el pantalón y se la saque. Empecé a chuparla como una profesional. En ese momento era lo que parecía, una puta haciéndole un trabajito a un cliente.

Me dijo que subiera en el coche que íbamos a otro sitio más discreto, que no me preocupara que después me llevaría otra vez. Subí en el coche y llegamos a un descampado. Mientras el me pidió que se la chupara. Me puse de rodillas encima del asiento del copiloto, baje la cabeza y continué lo que había empezado. Sin camiseta, con las botas y la faldita mamandosela al taxista mientras salíamos hacia un descampado me sentia muy guarra y muy feliz.

Casi tenia el culo pegado en el cristal de la ventanilla. La falda ya corta de por si, estaba subida hasta mostrar mi coñito depilado y parte de mi culo. A aquellas horas en las afueras no había prácticamente tráfico, solo algunos camiones. Y un par de ellos me vieron. Evidentemente empezaron a pitar, incluso uno bajó la ventanilla y gritó "Oye, si quieres cuando acabes aquí hay otra polla bien gorda para chupar" No hice caso.

Yo seguía lamiéndole la polla al taxista, pasaba mi lengua en grandes lamidas desde los huevos hasta la punta mientras el me decía "Muy bien putita, sigue así, te estas ganando el viaje"

Llegamos por fin a un descampado. Hizo que me bajara del coche. "Vamos ponte a cuatro patas en el asiento de atrás" Lo hice. Estaba a cuatro patas al borde del asiento de atrás mientras que el desde fuera del coche empezaba a lamerme la rajita. Tenía una lengua áspera y dura. "Mmm como me gusta ver como te cuelgan esas pedazo de tetas, ya decía yo cuando me las ponías en la cara que te tenia que follar"

Seguía lamiendome la rajita y se detuvo en la entrada de mi ano. Empezó dale unas lamidas pequeñas y muy ligeras. Aquel hombre no sabia que el sexo anal era el otro de mis puntos débiles y me estremecí. "¿Así que te gusta que te lama el culo, zorra? Muy bien ahora vas a saber" Hacia círculos alrededor de mi orto.

Yo dirigí una de mis manos a mi clítoris para acariciármelo y comencé a gemir como una desesperada. "Vamos follame el culo, venga cabron, follame el culo" Pero no me hizo caso, siguió con su trabajito ahora metía un poco su lengua dentro de mi culo y yo me corrí. Entonces dejo mi culo y se dedico a lamerme los jugos.

Se separó de mi y yo me quedé en la misma posición. Así para que el me viera bien abrí un poco la raja de mi culo para que pudiera observar mi agujero trasero. Sin pensarmelo dos veces me lamí un dedo y me lo metí lentamente en el culito. Nuca pensé que fuera capaz de hacer una cosa así con tal de que me follaran. Cuando lo tuve dentro empecé a meterlo y sacarlo mientras movía mi culo en círculos.

Por fin el taxita no pudo más. Se acercó, sacó mi dedo de mi culo y lo lamió lentamente. Sin avisar me enchufó toda la polla en el culo de un golpe. De repente sentí un dolor agudo que me traspasaba y di un grito. Pero el empezó a moverse y con el mete saca la sensación de dolor fue disminuyendo. Me bombeaba mientras me agarraba fuerte por las caderas.

"Así te gusta zorrón ¿verdad? Como te gusta. Como puedes ser tan puta" Por momentos sus palabras iban subiendo de tono y me acabó contagiando de esa manera de hablar. "Siii me encanta que me rompas el culo cabrón? ¿A que te gusta más que el culo de tu mujer? Vamos follame más fuerte"

Supongo que todo aquello fue demasiado para mi y se corrió en mi culo. Nunca lo habían hecho siempre me la habían sacado antes y habían hecho que me lo bebiera o se habían corrido en mi espalda. Cuando sacó su polla noté como bajaba el semen por mis muslos. El taxista se dedicó a volver a lamer mi ano. Esta vez dilatado cuando metió su lengua dentro hizo que experimentara una sensibilidad que nunca había tenido y me volví a correr otra vez.

Estaba muy cansada y me sentía destrozada, pero todavía muy cachonda. Ahora estabamos los dos sentados en el asiento de atrás y el me lamía los pezones

- Debes hacer unas cubanas de lujo con esas tetas.

- Ahora mismo no tengo tiempo de más, pero llévame con mis amigos, dame tu número de teléfono y quizá antes de que se haga de día recibas una llamadita mia. Me ha encantado como me has follado, así que volveré a recompensarte- Dije mientras le miraba con cara de putita.

- Muy bien trato hecho.

Subimos en el coche y me llevó. Susana estaba esperándome por supuesto sabía

- Bueno Susi, tranquila, me ha follado el culo de lujo y ya sabes que soy muy exigente con eso. Si tu quieres también le puedes probar tengo su número.

- Sabes que me encantaría.

- Muy bien vamos con los chicos. Fijate que pronto ha empezado la noche. Y yo que pensaba que iba a empezar a partir de ahora.