Era un día cualquiera de abril, desde mi oficina y a través de la ventana veía a tanto idiotas, como robots, como maquinas con sus trajes, como chulos, dirigiendo piropos insulsos a las mujeres que pasaban por su lado .Me empecé a poner nerviosa, mordisqueaba el bolígrafo, y mis ojos furiosos necesitaban demostrarle a todos esos payasos para lo que sirve un hombre, o bueno o lo que ellos consideran hombre demostrarles de alguna manera que tiene el mando.

Aún recuerdo la humillación ,el dolor y l a vergüenza que sentí durante estos últimos cuatro años, ya que había encauzado mal mi libido desenfrenada necesitaba mas experiencias y mas fuertes hasta que me vi completamente desposeída de mi personalidad después de Jurarle a Ricardo la obediencia permanente durante esos años.

Recuerdo con odio ese segundo día en que me depilo con cera completamente el cuerpo y tenia que ir trabajar con una peluca y pintarme las cejas para no llamar mucho la atención.

Recuerdo que gané 25.000 de las antiguas pesetas las que se gastó en unas poleas mi amo para suspenderme horizontalmente en el aire con los brazos y piernas en forma de y.

Aun recuerdo el momento o momentos en los que yo las conté.

Recuerdo que me puso alcohol con un algodón y enseguida el cinturón de castidad de cuero el cual tenia unos orificios de un cm a la altura de la vulva para la higiene o lo que fuera. Llevaba un candado y una protuberancia de 5 cm de plástico agujereado que me insertó en la vagina tendría unos 3 de diámetro y la parte externa tenía un orificio para conectarle una goma de las de las lavativas... El muy Cabrón no me higienizó ni un día durante todo el mes a pesar de mis picores y súplicas tenia yo la esperanza de que me la lavase en los días de la menstruación…

Ahora son otros tiempos vivo para humillar y esclavizar a los hombres no me importa ni si me gustan sexualmente o no Hacia ya algunos meses que mi verdadero esclavo había roto nuestro contrato, debido a que no aguantaba mi mal trato psicológico,¡pobre!,tampoco era para tanto, simplemente era mi puta, mi criada, era mi inútil personal al cual su primera obligación diaria era irse a su trabajo de ejecutivo con las anillas en los huevos, y alternando unos días un consolador en el culo y otros las pinzas profesionales en ambos pezones o bien en alguna ingle, colocadas estratégicamente para que no pudiera ni estar mucho tiempo sentado ni tampoco mucho tiempo de pie. Con lo que el no contaba, era con que yo aparecía en su oficina en cualquier momento, dentro de sus dos horas de castigo, y claro no es agradable que delante de tus compañeros te obliguen a desnudarte y a demostrar que no eres nadie.

Pero en fin, este día me acordaba de la sensación tan maravillosa que produce en mi la humillación , estaba especialmente entre excitada y cabreada, necesitaba un.... un.... caballo para domar.

Por inercia cogí el teléfono y llame a algunos amigos, pidiéndoles su esclavo para recrearme, pero cuando uno tiene un contrato es difícil saltarse esas normas. Por momentos enfurecía, pensaba en mi traje rojo en cuero y látex, en mis botas negras con espuelas, en el culo de un imbécil, sujeto a mi potro........y me ponía cachonda. Encendí un cigarro que apure en menos de un minuto, y lo apague en el cenicero pensando en una lengua fuera, en el suelo, en la cual pudiera aplastar ese cigarro con la punta de mi tacón.

Se acercaba la hora de comer, sudaba, mi fina blusa de seda azul chorreaba mientras pensaba en la boca de ese sumiso llorón mordisqueando mis pezones, en su excitación, en su miedo....y no pude mas; recordé una revista de contacto rápido, y aunque solo la venden en algunos sex-shop de Madrid, baje rápidamente a coger un taxi que me acercara a una de estas tiendas. Fui al grano directa, compre esa revista, pero no me complacía lo que había, necesitaba un tío que se las diera de listo, de esos que creen que no se les puede dominar. Le pregunte al empleado y me dijo que había una lista de gente que se ofrecía a estas cosas no por dinero, si no por que es un mundo corto de gente y no hay mucho donde elegir, le pedí esa lista y entonces fue cuando leí lo siguiente:

Soy Fran, alto ejecutivo mandatario, dispuesto para ti...humíllame ahora, voy donde quieras.mi numero es 606......las 24 horas.

¡PERFECTO! Salí de la tienda, y en la misma puerta cogi mi móvil y marque el numero. un tono, dos, tres, y al cuarto aparece una voz dulce, de persona perfectamente educada, con un tono ciertamente atractivo.

- Buenos días, dije.

- ¿con quien hablo, por favor?

-Soy esa persona que en menos de dos horas te va a humillar, maltratar y hacerte sentir el mas obediente del mundo.

(su respuesta fue rápida, eficaz,) y dijo.....

- Hotel Villa.., hab. nº(me ahorro este detalle)en dos horas,¿como quieres que vaya?

Le dije que iría un poco antes, y que en recepción le dejaría un paquete para que recogiera antes de subir a la habitación y colgué.

Mis labios se entreabrieron con una sonrisa, tenia por fin una sesión para descargar mi ira, busque un taxi para ir a casa a coger todos mis juguetes y mi ropa, además de preparar el paquete para mi sumiso.: tanga negro en cuero, collar con dos aros en el cuello, una cuerda para sus muñecas y un capuchón con bola en la boca. Era su primera humillación, no poder ver a quien le iba a someter.

Prepare todo con mucho esmero y luego me dirigí con intranquilidad al hotel, no llevaba demasiado tiempo y tenia que vestirme. Cuando entre en esa habitación busque por instinto todas aquellas cosas que me pudieran servir para mi satisfacción.

Yo iba vestida con un body de cuero negro con cremalleras laterales y una central para tener el sexo al aire en 2 segundos, con punteras en los pechos y botas muy altas con tacones de aguja

La puerta de la habitación estaba abierta y yo dentro de la habitación con la puerta entreabierta para que no me viera.

- Quítate toda la ropa y ponte la máscara con bola en la boca así no me podrás ver ni hablar y como un perrito vienes a mi.

Como no lo conocía y era fuerte le puse unas esposas por detrás de la espalda y le inspeccione el material. Lo tenia tieso el capullo redondo todo al descubierto y estrecho con relación a su ancho tronco. Le mediría unos 17 cm y unos testículos de piel suave sin marcas rosados, con el rafe que los separaba poco marcado eso si afeitados, no como la parte superior del pene al ombligo tenia pelo, mucho pelo que yo me encargue de quitarle con cera, con tiras normales ya que no había traído la maquina para calentar la cera.

Era doloroso pero excitante arrancarle los pelos del pubis, estaba completamente erecto sin mi permiso hasta que lo metí en la ducha con agua fría y le dije.

-Te voy a quitar la bola para que puedas hablar pero no digas nada. Solo podrás pedir permiso para erectar, mear y correrte.

Lo acosté en la cama boca arriba y empecé a lamerle los pezones bajé hasta la base del pene depilado y le di besitos y mordisquitos hasta que señaló el techo. Me desabroche la cremallera y cabalgué encima de el hasta que me corrí un par de veces con su polla.

Notaba que hacia un gran esfuerzo para no correrse ya que en tres ocasiones le había denegado de hacerlo.

Cómeme el coño con pasión le dije y disfruté como una loca mientras que me corrí un par de veces acostada boca arriba y los dos en posición del 69. Yo lo masturbaba con una mano muy despacio y no pare hasta que un gran chorro salió por el orificó rojizo del glande.

Abrí la maleta y saque in vibrador doble unidos a una cajita blanca con dos pilas que lleva un mecanismo que regula la potencia del cual salen dos cables. Una de las salidas es un dildo anal con tope con forma de T y la otra es un anillo peneal que también vibra manipulado para que haga contacto cuando se cierra un poco y se pone a vibrar y si el pene se hincha se separa y deja de hacer contacto y así va. Lo bueno es que con un tornillo se puede regular el grosor que quiero que alcance el pene para que deje de hacer contacto. La vibración del culo es constante. Lo tuve así en esa postura una hora de reloj. El en el hol de la habitación y yo en la cama del hotel viendo la tele y pensando ,mientras me tocaba los labios menores y el clítoris para excitarme un poco, en el siguiente castigo que le pondría a ese pobre desgraciado..

Lo oía respirar fuera y decía aaaa, yo me acerque y vi en el suelo unos chorros de esperma el carbón no se había podido contener es que le puse la anchura muy grande que solo llegaba aparar cuando estaba apunto de reventar. – Mira te tendré otra hora pero ahora solo quiero que alcance 4 cm de diámetro y no los cinco de antes porque eres un flojo y eyaculas.

Le pellizque fuertemente los pezones y le puse un candado en los huevos que le apretaban un poquito y no dejaba sacarlo.

Quédate así una hora y mañana vienes a las 6 de la tarde, me esperas en la habitación desnudo bueno no llevaras el candado puesto porque yo tengo la llave.

Le encare la cámara y apreté el play.

_ Mañana veré la cinta para ver si te has movido antes de que pase la hora . Le puse dos pinzas en los pezones y de ellas colgué un reloj de cocina. Podría ver la cara que pondría en cada minuto. Lo dejé así y me marche.

Viéndolo desnudo excitado y con las pinzas y el candado apretándole esos cojones depilados me encontraba más que mojada y no pude evitar masturbarme sin que el lo supiera. Delante de el me mojé con mucha saliva todos los dedos y me acaricié con el índice y el medio el clítoris dándome masajes circulares y con los tres dedos de la mano izquierda fallándome como si fuera un pene. Salí orgullosa y saciada de la habitación del hotel la cual deje entreabierta para que no oyera en que momento me marchaba.

Alas 12 ,15 minutos del día siguiente le llame por teléfono al móvil.

Llamó a la puerta de la habitación y desde dentro le dije.

Cuéntame lo que le has dicho a tu mujer para que no se diera cuenta del candado.

De momento ponte de rodillas y saca lo que puedas la lengua. Y en ella le apagué el cigarrillo que me estaba fumando.

De rodillas con una cadena mediana en el cuello que le bajaba hasta los dos talones le amarré las dos muñecas y le quité el candado.

Estuve más de 20 minutos así y tuve 2 orgasmos pero el carbón en una de las descargas me mordió sin querer, por supuesto el labio menor derecho.