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La inspiración de Claudita

en Sexo Anal

LA INSPIRACIÓN DE CLAUDITA

Sólo Ahora sabe que puede…

Hola a todos. Hace poco publiqué mi primer relato (todo gracias a una carta de mi adorada Claudita). Aquí les va otro. Es sobre una experiencia conocida pero nueva en sus extremos.

La cosa es que con Claudita hemos follado hasta decir basta. A esta mujer que más parece perra en celo le he dado por la vagina, por la boca y, especial y salvajemente, por su lindo culito.

A Claudia la vuelve loca el sexo anal. Le encanta tener cualquier cosa larga, dura y especialmente gruesa metida en el ano abriendo sus intestinos al máximo. Sin embargo, tiene una pequeña frustración y es que hasta ahora no ha logrado introducir en su apretado culito objetos de un grosor mayor a 17 centímetros, incluyendo mi polla cuyo largo es de 18.5 centímetros y 14 de circunferencia (ahora y después de largo tiempo de ejercitar)

Como sea, la cosa es que Claudia vino ayer a mi casa. Estaba sorprendente (como siempre). Venía con una minifalda apretadísima que resaltaba sus hermosos glúteos, con un top blanco ajustado y sin brassiere, además de una mochilita rosada. Se le notaba visiblemente excitada... sus pezones estaban completamente erectos y tenía las mejillas algo coloradas.

Le pregunté por qué estaba así, pero ella sólo se me lanzó encima y me dio el beso más cachondo que jamás he recibido de nadie. Sin más preámbulo que ese dirigió rápidamente su mano a mi paquete que ya estaba casi completamente erecto (morcillona como diría alguna argentina que conocí hace tiempo)

Rápidamente la aparté de mí, la tomé entre brazos y la llevé a mi cuarto. Al pasar por el espejo de la sala y por la manera en que la cargaba pude darme cuenta que sus braguitas rosadas estaban bastante mojadas y sus muslos brillaban por el líquido que de su vagina sin pelitos.

Esto terminó por excitarme y mis bóxers no daban más de lo grande que tenía la polla que ya luchaba contra la resistencia de la tela del jean para salir y exhibir toda su magnitud.

Apenas llegamos a mi cuarto ella dejó la mochila en el piso y se paró en frente mío. Yo la miré fijamente, la tiré en la cama (la situación era algo violenta) y le subí la mini hasta la cintura. Ahí pude percibir mejor el olor de la concha húmeda y excitada de mi perrita particular.

Por encima de sus húmedas bragas empecé a frotarle el clítoris que a través de la blancura de la tela se adivinaba colorado de excitación. Acerqué mi rostro a su vagina y me extasié en ese aroma como si de la flor más olorosa se tratara. Ella gemía suavemente y movía las caderas al ritmo de mis masajes.

Luego arrimé sus bragas y le di un lengüetazo largo y fuerte desde su palpitante ano hasta su colorada vagina. Con esto sus gemidos se hicieron más fuertes. Ella me dijo:

Clávamela yaaaaa........

No te apures puta... dentro de poco te daré tu ración – le dije con la cara brillosa embadurnada por sus jugos.

No tomé mucho tiempo en desnudarme y menos aún en quitarle el topcito que llevaba ya desencajado. El mirar su rostro lleno de deseo, sus mejillas coloradas por la sangre, su pecho subiendo y bajando a causa de su entrecortada respiración y su vagina mojadita por sus jugos y mi saliva no resistí más y me abalancé a sus pechos. Los lamí, lentamente llenándolos completamente de saliva. Le daba pequeñas mordidas a sus pezones y me tragaba todo lo que podía aquellos deliciosos melones.

De pronto Claudia me empujó, se paró de la cama y me tiró boca arriba; se puso encima de mí y empezó a besarme la boca, fue bajando por el cuello y el pecho hasta llegar a la colorada punta de mi tranca. Tomó mi pene con firmeza y empezó un suave movimiento vertical; subía y bajaba su mano mientras me daba pequeños besitos en la punta del glande y me decía:

Que rica polla tienes papito, me encanta verla así de grande sglurp sssssss... mmmmm..... aammmm mmmm hummmm ohhhhhh.

Chúpamela de una vez zorra. Abre bien la boca puta.

Sssss aammmmm uuummmm sglrup .ssssllslsslss mmmmm....

Me estaba dando una mamada de campeonato y yo me sentía en la gloria.

Te gusta que te la mame??????

Me encanta perra. Ahora cállate y sigue chupando....

uuummmm sglrup sslsslss mmmmm sglrupmmmaaamm....

Así estuvimos un buen rato hasta que sentí que mi orgasmo era inminente. Tuve que apartarla de mí porque no quería correrme todavía.

No seas tan golosa perra viciosa – aunque ella sabe que me encanta que sea así – mi leche la tengo reservada para tu culo. Quiero que sientas como te quemó los intestinos con mi semen.

Soy tu puta papi, haz de mí lo que quieras – me dijo con la boca brillante por mis líquidos e inmediatamente me dio un beso en la boca.

Ambos nos paramos de la cama y nos dimos un morreo increíble. Mis manos iban por todo su cuerpo pero prestaban más atención a sus pechos y a sus nalgas. Estaba como loco, con la boca me prendí de sus pechos y mis manos pudieron dedicarse a su vagina y a su culo.

Por delante acariciaba su clítoris con ritmo intermitente, rápido, lento, violento; y por detrás, le metía el dedo medio de la otra mano.

Claudita tenía los pechos prácticamente rojos de tanto que estaba chupando y mordiendo. Suave pero firmemente introduje dos dedos en su vagina y aceleré el ritmo del dedo que tenía en su culo... en poco tiempo los dedos en su vagina se convirtieron en cuatro y los de su culo ya eran tres.

Luego de unos minutos de estar así, sentí aquel temblor de su cuerpo que acompaña a sus orgasmos más intensos y mis dedos se mojaron completamente mientras sentían la presión de la vagina de Claudita unos y de su esfínter otros. Los ojos le brillaban, su vagina y su culo palpitaban en mis manos sus senos se tensaban ante la presión de mis labios y ella mordía los suyos mientras presionaba mi cabeza contra su pecho. Fueron más de dos los espasmos orgásmicos que le conté.

Entonces me alejé un poco de ella y la miré fijamente a los ojos por unos instantes con una sonrisa que ella ya conoce. Estábamos al pie de la cama y yo le daba las espaldas a la puerta que está al frente de la cama. Tomé a Claudia de la cintura sin dejar de mirar sus ojos y le di vuelta haciendo que me dé la espalda y deleitándome con la vista de ese trasero espectacular.

Suavemente acaricié su espalda y coloqué mi mano derecha al centro de la misma mientras que la izquierda se posaba en su blanco vientre. Claramente pude notar como su vientre se contraía y su respiración cambiaba de ritmo… su cuerpo era consciente de que nos encontrábamos en el preludio de algo que hace chorrear su vagina a litros.

Poco a poco y sujetándola firmemente hice que mi Claudita se inclinará hasta quedar en posición de perrito sobre la cama. Ella avanzó un par de pasitos en cuatro patas como la perra puta que es contoneando ese gran trasero y mostrándome como sus nalgas se acariciaban una a la otra y como sus muslos compartían los fluidos que de su vagina habían chorreado. Luego agachó su cabeza apoyando su rostro en la cama y con las rodillas abiertas completamente sumisa ante mí.

Eso me dio espacio para subirme a la cama y como para hacerla esperar empecé a lamerle el ano y el coño ensalivando toda su parte trasera mordiendo suavemente cada pedacito de carne de aquellos glúteos que volverían loco a cualquiera.

Que esperas puto, por qué no me la metes ya – me dijo.

Sabía que era el momento pues su lenguaje se cambia sólo cuando desea algo con desesperación.

Tenía la polla a punto de reventar y decidí no hacerla esperar más. Con todo lo que habíamos

Me arrodillé detrás de ella y coloqué mi pene a la entrada de su vagina. La tomé de las caderas y lentamente fui penetrándola hasta lo más hondo de su ser jalándola hacia mí para que me sienta lo más adentro posible.

Poco a poco incrementé la velocidad de las arremetidas y en un instante ya estábamos moviéndonos como locos. Sentía cómo mi pene rozaba con las paredes de su coñito y cómo mi glande tocaba la entrada de su útero. Ella gritaba.

Maaassss adentro putoooo. Claaavaaaameeeelaaaaa maaaaaasss fuueeeerrrtttteeee. Aaaahhhhh mmmmmmm oooooohhh , mmmmmmm uuuuummmmmmmmmmm. Aaaayyyyyyy mmee eeenncanta cooomoo meee cuuleeeaaassss... N..no ppaaareeessss...Ssiigguuueee mmmmmm aaaaaammmmmm uuummmmm aahhh aaaaahhhhh.

Toma puta, siente mi tranca hasta el fondo…

Ella tenía una de sus manos en su clítoris y la movía frenéticamente incrementando su placer hasta límites insospechados. Estuve un rato más dándole por el coño.

Luego, saqué mi verga de su coño y sin ningún miramiento ni previo aviso se la metí de una sola hasta el fondo del ano. Ella lanzó un grito de dolor.

Aaaayyyyy… eres un puto… me dueeeleeeeeee… peeerooo mmeeee gguuuussttaaaaa… noo pareesssss o te mato.

No tenía que pedirme que no pare. No tenía intenciones de hacerlo por nada del mundo. Seguí dándole por su estrecho culo tan fuerte y parejo que me empezó a doler la columna baja. Me agaché un poco y tomé sus cabellos jalando su cabeza para arriba.

Ella no decía nada (nada que se entienda por lo menos) sólo estaba con la boca abierta respirando agitadamente.

Aaahhhhhh aaahhh oooohhhh mmmm aammmm ooooom aahhhh mmmmm ohhhhhhhhh aaahhhh aayyyyyyy aaaaaaahhhh mmmmmmm aaahhhh aaahhh aaahh haahhh aaahhh – gemía ella sin cesar.

Ahora que Claudita estaba en cuatro patas pude ver por un costado como sus pechos iban de adelante para atrás así que con una mano, sin dejar de estirar su cabello con la otra, tomé uno de sus pechos y lo empecé a masajear fuertemente sin llegar a dañarla y daba pequeños pellizcos a su erecto pezón.

Seguimos así un rato más hasta que sentí que ya no podía más. Mi verga empezó a palpitar y aceleré aún más mis arremetidas contra su culito.

Me corro perra… recibe toda mi leche… Aaahhhhh

Yooo tambieeennnn… nooo paareeessss.. Aaaahhh Mmmmmmm oohooohhhhmmmmm.

Inundé su culo con todo mi esperma y mi polla sentía las palpitaciones de su esfínter que apretaban mi pene haciendo que derrame en Claudia hasta la última gota de semen que tenía en mi interior.

Su ano seguía palpitando y ella estaba en otro mundo. Yo seguía entrando y saliendo de ella y su culo aprisionaba mi pene mientras su vagina expulsaba litros de líquido producto de su orgasmo.

En la misma posición que estábamos, introduje tres de mis dedos en el culo de Claudia y saqué un poco de esperma para dárselo a probar a mi Claudia.

Mmmmmm… me encanta como sabe tu leche.

Yo lo sé… toma – y le daba otro poco de semen sacado de su ano.

Luego de todo eso Claudia me dijo:

Probamos de nuevo????

Que cosa??? Le dije.

Tú ya sabes… creo que estoy lista.

Ah, eso… está bien vamos a probar. Dónde está???

En mi mochila…

Ella siguió en cuatro patas como la perrita sexy que es mientras yo me paré de la cama; me acerqué a su mochila y de su interior saqué un consolador bastante largo y grueso. Tenía 30 centímetros de largo aproximadamente y una circunferencia de 18 centímetros.

Claudia lo había llamado "Némesis" y así lo había escrito con esmalte de uñas en la base del mismo. Ese consolador era su verdadero némesis y uno de sus mayores retos. Mi Claudita le tiene algo de miedo pero igual se excita demasiado con sólo verlo.

Me acerqué a la putita de Claudia y coloqué la cabeza de aquel animal en la entrada de su ano. Ella lo contrajo rápidamente y me dijo:

Poco a poco que tengo miedo, mmm... – mientras repetía en voz baja – Yo puedo, yo puedo, yo sé puedo, concéntrate Claudia.…

Suavemente y ejerciendo una presión constante contra su ano empecé a mover el aparato de los sueños y las pesadillas de Claudia. Su culo ya estaba dilatado tanto como jamás había yo visto pero ella no me pedía que me detenga así que no lo hice; solamente daba pequeños quejidos.

Mmmmm, aauuhhhh aahh ooohhh aaauuu mmmm aaammm mm… aahhhh…

Tranquila bebita, no tengas miedo – le decía para tranquilizarla, mientras empujaba más dicho aparato

Así estuve por pocos segundos hasta que:

Yyaaa, aaauuuuu, detente, me duele mucho… creo que hoy no voy a poder.

Está bien, hoy no será – y retiré el aparato de su culo que sin embargo había entrado más que de costumbre aunque no mucho.

Lamí su anito (aunque en estás circunstancias el diminutivo está de más) y besé sus nalgas. Pero hubo algo que me causó extrañeza y de lo cual no me percaté sino hasta cuando quise poner el consolador en el piso y es que la palabra "Némesis" había sido raspada hasta haberse borrado de la base del consolador. Le dije a Claudita.

Claudia, tú borraste Némesis de tu consolador?????

Sí papi, lo hice ayer…

Y por qué lo hiciste????

Porque ya no le tengo miedo y sé que pronto dejará de ser mi némesis; será un reto cumplido más.

Que bueno bebé. Y cómo así dejaste de tenerle miedo?????

Es que tengo una nueva inspiración – me dijo sonriente.

En serio???? Y cuál es esa nueva inspiración…

En seguida te la muestro… – y se acercó a su mochila para sacar una hoja. En la hoja estaba impresa una foto.

Así que ella es tu nueva inspiración, no??

Sí, ella es. Si ella puede, por qué yo no???

Tienes razón. Si esa furcia puede por qué mi perrita viciosa no???.

Los dos sonreímos y nos abrazamos fuertemente. Luego nos cambiamos y la acompañé a su casa hasta acostarla en su cama y darle un beso en la frente, no sin antes pedirle que me dé la foto de su inspiración.

Ella me la dio y aquí se las mando… ojalá sirva de inspiración para algunas otras y si tienen fotos más inspiradoras que ésta (ustedes entienden) les pido que me las manden, Claudia y yo se los agradeceremos. Bye.