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Noche de calor (2)

en Erotismo y Amor

… estabas sentado a mi lado en la cama, mirándome sin decir nada, esperado que ese beso tuyo me despertara, y yo al mismo tiempo te soñaba y te añoraba.

Y ese beso hizo su misión, logro sacarme de mi sueño profundo para llevarme a tus brazos y hacerme ver que algunos sueños pueden convertirse en realidad con solo esperar.

Fuera seguía lloviendo y tenías el pelo mojado por la lluvia. Yo seguía tumbada en la cama inmóvil sin aun creerme que estuvieras allí, te acercaste a mi y me besaste en el cuello, pude sentir el calor de tu boca y el frescor de tu cabello, eso hizo que mi cuerpo se estremeciera de arriba abajo y que mi piel se erizara quizás esperando una caricia tuya que no tardaría en llegar.

Con la ayuda de tus brazos me incorpore y me senté en la cama, estábamos solo iluminados por la luz de la luna, pero eso bastaba, era mejor tocar, sentir, que las manos hicieran el resto, los ojos sobraban esa noche, era una noche de sensaciones.

Con cuidado fui quitándote la camiseta, que estaba mojada, y paso por mi cabeza un leve pensamiento pensando en la humedad de mi propio cuerpo que te esperaba ansiosa. Cada tramo de piel que quedaba al descubierto era besada por mi boca y acariciada por mi lengua… tu abdomen tu pecho tus hombros tus brazos y tu espalda… esa espalda que en alguna ocasión había arañado mis uñas en un momento de pasión.

Sin bajarme de la cama me di la vuelta y me puse de rodillas tras de ti, pasa besarte el cuello y chuparte el lóbulo de la oreja que sabia que te excitaba. Aun llevaba el camisón puesto, pero estaba pegado a mi piel, me apreté contra ti, y deje que mis pechos masajearan tu espalda mientras mis manos bajaban despacio desde tu pecho hasta el comienzo de tu pantalón.

Lo que allí esperaba era el deseo de mi pasión, tu pene estaba duro, deseando que lo liberaran de su presión. Simplemente te roce por encima del vaquero, y tu reacción fue aumentar mas mi objeto de deseo.

Te diste la vuelta bruscamente para tenerme frente a ti, pero tus siguientes movimientos fueros delicados, sinuosos. Empezaste a bajar el tirante del camisón por mi hombro, despacio, disfrutando de cada movimiento, simplemente un dedo rozaba mi piel, y ese simple contacto hacia que me excitara aun mas.

En pocos movimientos mis pechos quedaron al descubierto, con el tamaño justo para tus manos, mis pezones pequeños estaban duros esperando un beso tuyo que se hacia rogar. Te inclinaste hacia mi y simplemente me pasaste la lengua por uno de ellos que logro sacar de mi un gemido de placer, haciendo que mi cabeza se inclinara hacia atrás.

Ahora eran tus manos las que tocaban y apretaban y acariciaban mis pechos mientras se iban alternando con tu boca, con tu lengua, con pequeños mordiscos que hacían que mi excitación aumentara.

De pronto una de tus manos se fue hacia mi pierna pero no dejabas de besarme y de susurrarme lo que te gustaba mi cuerpo y el sabor de mi piel.

Continuábamos los dos de rodillas en la cama uno frente al otro, por lo que el camino hacia el centro de mi deseo totalmente mojado fue corto. Empezó en la rodilla y lentamente fue ascendiendo, sorteando el camisón que seguía en mí, solo tapando mi sexo. No llevaba nada debajo, se que te encantaba encontrarme así.

Y cuando note cerca tu presencia instintivamente abrí más las puertas hacia tu destino. Acariciaste mi vello y te entretuviste jugando con el, ibas a lograr que gritara que te necesita mas cerca de mi, pero lo sabias y te gustaba ese juego de hacerme sufrir