miprimita.com

Recuerdos de mi primera vez (1)

en Hetero: Primera vez

Recuerdos de mi primera vez

Después de escribir y publicar mi primer relato "Enseñanzas bien aprendidas y ahora practicadas", fue difícil para mi no recordar a mi Marcelo... han pasado ya muchos meses desde que se fue a Francia. Decidimos que no nos volveríamos a hablar por ningún medio, ya que el sueño de el era irse a trabajar a Francia y radicarse allá. Por mi parte ya tengo muchas raíces en mi país y tengo reconocimiento nacional y empiezo a tenerlo internacional gracias a mis diseños de joyas.

En fin. Con él aprendí muchas cosas, no solo profesionalmente, con él inicié mi vida sexual, gracias a el me volví una adicta al sexo, aprendí a ser una excelente mamadora, a hacerle el sexo anal y lograr ponerlo a mis pies suplicando que le metiera mi dedo por su culito; aprendí de masajes eróticos y normales, conocí muy bien mi cuerpo y aprendí a darme placer... (les contaré todo esto poco a poco)

Y no es que él tenga mucha experiencia sexual. Me lleva 17 años y si bien yo era virgen cuando lo conocí él acababa de quedar viudo y ella era su mujer hace 10 años cuando murió, eso fue hace 10 años. Y para acortar cuentas el ahora tiene 45 y como ustedes saben yo tengo 28. tuvimos 8 años de relación intensa.

Cuando lo conocí en la universidad donde estudié él era profesor de dibujo artístico y a mi me impactó desde que lo vi. Me encantaba su clase, era mi preferida; en segundo semestre él no volvió por la universidad así que me conseguí el teléfono y lo llamé con el pretexto de unos cánones que no lograba entender. Él me contó que ese semestre no dictaría clase en la facultad por que su esposa tenía cáncer. Ups! No sabia ni que era casado y menos lo de la enfermedad de su esposa.

Hay descubrí que el hombre me gustaba, y mucho. Quede aburrida pero como era una chica de 18 años no le tome mayor importancia. Olvidé el asunto y continué con mis estudios.

El siguiente semestre volvió. Cuando lo vi estaba más delgado, el cabello lo tenia demasiado desordenado y largo, le llegaba a media espalda, se veía mas alto de lo que es (1,90cms), se veía hermoso. Los ojos eran verdes, casi amarillos, él dice que tiene ojos de gallina (y si ven una gallina se darán cuenta que es verdad jijiji) me acerqué a saludarlo y preguntarle por la esposa, me contó que había fallecido en junio. Yo me quede sin palabras. No supe que decirle. Él me miro y me dijo que todo estaba bien que ella debía estar mejor sin sufrir tanto como sus últimos días. Así nos comenzamos hablar y terminamos siendo muy buenos amigos por los siguientes 2 años.

Fue hasta septiembre del 96 al ser mi cumpleaños 20 que me dio una sorpresa inesperada. Sonó el citófono de mi aparta-estudio, me avisaron que en portería estaba hombre en moto preguntando por mi. Ahhh! Grite de la emoción, no supe que hacer, estaba adelantando unos diseños para el taller de joyas, vestía un pantalón recto negro y una camiseta ajustada de tiras delgadas también negra semi-transparente sin sostén. El cabello lo tenia recogido en una moña hacia arriba, sin maquillaje y descalza (así me la paso en casa). La emoción radicaba en que el nunca había querido pasar a mi apartamento porque queda en un quinto piso y no hay ascensor (vivo por las montañas de Bogotá con vista a toda la ciudad). Di la orden que lo dejaran entrar, pase por la cocina, tome una lata de gaseosa helada y me dispuse a esperarlo sentada al final de las escaleras.

Se demoró una eternidad. Al llegar se le notaba el cansancio, porque eso si el único ejercicio que hace es el de lanzar la pierna para montarse en la moto, me miro y sonrió, me acercó la mano empuñada y dejo un pequeño dulce en la palma de la mia. Me dio un tierno beso en la mejilla -"feliz cumpleaños"- dijo con una voz agitada. Casi me caigo. Con eso era suficiente para derretirme. Y lo peor era que él sabía que el a mi me gustaba.

Le entregué la gaseosa y lo invité a pasar. Se había mandado cortar un poco el cabello, pero siempre manteniéndolo bajo los hombros. Tenia los jeans que le había regalado en la navidad pasada, que le resaltaba muy bien su gran "paquete" y sus contorneadas nalgas; un buso amarillo que le había dado el día del padre (aunque nunca tubo hijos, fue un buen pretexto para darle un regalo), completaba su vestimenta un gabán (abrigo largo) color beige, y sus típicas botas cafés que no se quitaba para nada. Lo pude detallar de pies a cabeza. Y me di cuenta que mientras destapaba y disfrutaba su gaseosa él hacía lo mismo conmigo.

Como tenía que entregar los diseños al día siguiente seguí con mi trabajo. Puso un CD en la grabadora, se quitó el gabán y se acerco a mi mesa de dibujo a ver que hacía. Prendió un cigarrillo y como siempre me corrigió algunas cosas y me criticó otras. Estaba diseñando un juego de anillo, pulsera, collar o gargantilla y aretes con inspiración egipcia (ese era el tema); estaba recostada en la mesa trabajando, el se situó frente mío. Cuando me di cuenta él tenía sus ojos clavados en mis senos, ya que se alcanzaban a ver gracias a que el sol de la tarde me daba de frente, los miré y note que los tenía parados y el pezón en punta, lentamente subí la mirada, él hizo lo mismo, no pudimos esquivar nuestras ojos. Dio la vuelta a la mesa, se acerco hasta que quedo frente a mí, se acercó un poco más entre abriendo mis piernas me tomo por la cintura me abrazo y nos besamos. Sentía como su lengua se apoderaba de cada rincón de mi boca, mi lengua decidió entrar en el juego y empezó hacer lo mismo, mmm; sin ningún pudor me tomó por la cola me alzó de la silla, lo abracé con las piernas y nos dirigimos a la habitación sin dejar de besarnos desesperadamente.

Él sabía que yo era virgen. Me preguntó si estaba segura de querer hacerlo. Le dije que era lo que más añoraba. Me acostó delicadamente en mi cama, me empezó a desnudar, yo sentia una oleada de calor por todo mi cuerpo, se arrodillo en el piso tomo mis pies les dío un pequeño masaje e introdujo los dedos en su boca, ahh! Sentía como su lengua jugaba y chupaba cada dedo, que rico, un corrientazo atravesó mis piernas y terminó justo en mi conchita. Sentí una cantidad de líquido viscoso salir de ella, grité ahhh!, siguió con mi pantalón y la tanguita de hilo. Estaban llenas de jugo femenino, él sonrió; me quitó la camiseta. Nunca había visto mis tetas tan grandes y paradas, -estas muy excitada- me dijo y se metió entre ellas a besarlas, lamerlas, chuparlas y morderlas, ahhhh que experiencia. Bajó con mucha suavidad, por mi vientre y se deposito en mi ombligo por un corto tiempo, se dedico a lamerlo y golpearlo suavemente son su lengua.

Siguió bajando, describiendo con su lengua un camino hasta mi conchita. Se separó un poco, la contemplo, la olió, note por encima del pantalón lo excitado que estaba, con rapidez abrió mis piernas y empezó a lamerme toda, menos el clítoris, me gustaba todo lo que hacía pero yo no entendía como me gustaba tanto pero no me satisfacía... cuando llego el momento, abrió mis labios y tomo mi clítoris en su boca. Lo chupo suavemente. Salte y grité, que delicia, cuando ya no aguantaba mas metió su lengua en mi, hasta hoy, virgen vagina. El placer fue sin igual, era una penetración muy rápida y suave, -puedo entrar?- me preguntó.

-aja!- fue lo único que logre pronunciar. Se dispuso a desvirgarme con su dedo, mientras su lengua se encargaba de mi clítoris; paso poco tiempo cuando grite de placer, ahhhh ahhhh ahhhh mmmmm, me estremecí toda, no me pude controlar, estaba sudorosa y tenia mis manos apretando con mucha fuerza mis tetas. Ese fue mi primer orgasmo. Fue una mezcla de placer y dolor. Cuando bajé la mirada él estaba concentrado en mi concha, tenia dos dedos trabajando dentro de mí...

–te gustó?- fue una pregunta dudosa... y no se detenían sus dedos.

–mucho- le dije –que haces?-

-te preparo-

-para que?- Pregunté agitada y curiosa.

-para penetrarte, hacerte mía-

La idea me enloqueció, me arrodille y lo bese. Él estaba completamente vestido. Le retire el buso. Desabroche con mucho afán su cinturón, o mejor trate de hacerlo.

-me ayudas?-

Soltó una carcajada que a mí me provocó pena.

-todo esto es nuevo para mí-

-no puedo creer que nunca hayas hecho esto-

-nunca he quitado cinturones ni mucho menos pantalones- le dije con un tono de disgusto. El solo podía reírse.

-no puedo creerlo- dijo esto mientras se escurría el pantalón por sus piernas, no pude dejar de ver su pene. Para mí era enorme. Nunca antes había tenido frente a mi un pene, además en tal grado de erección. –yo tampoco puedo creerlo- me sonreí.

Caí sobre la cama. No sabía que hacer, solo mirarlo. Tenía el glande lleno de un líquido brillante.

-se supone que él es el que entra?- pregunte inocentemente.

-si, si tu quieres- me contesto mientras se terminaba de desnudar. Tenia un cuerpo no atlético, pero a mí me encantaba. Piel blanca como la nieve, primera vez que encontraba a alguien mas blanco que yo, pecho lampiño y tenia poco bello púbico, las piernas eran delgadas. Para mí era el hombre ideal.

A pesar de hacer un análisis de todo su cuerpo no podía dejar de ver ese pene. Solo imaginar como entraría en mi me hizo estremecer.

Se tumbo sobre mí, al hacerlo parte del líquido de su glande cayo en mi vientre,

-quieres pobrarlo?- preguntó mientras lo retiraba con un dedo.

Debo confesar que me impresionaba hacerlo. Puso su dedo lleno de liquido en su boca y se acerco a besarme. Lo primero que toco sus labios fue mi lengua.

Mmmmmmmmmm que delicia, mi lengua se deleito con ese nuevo sabor, recorrí toda su boca hasta no encontrar más.

Sentía como su pene se "ahogaba" en medio de los dos, se acomodo abriendo mis piernas con sus rodillas, abriendo espacio para hacer su tarea. Me beso con mucha dulzura, con la misma dulzura que me penetro, sentí un poco de escozor. Lo metió hasta el fondo con mucha delicadeza, me siguió besando, su pene se quedo quietito, mientras yo me acostumbraba a es deseado invitado.

-lista?-

-Sí-

-duele?-

-un poco, pero es delicioso-

Apartó algo la cadera, ya no sentí ningún dolor, solo placer. Me hizo suya de la manera más tierna que yo nunca pude imaginar. Me besaba mientras se meneaba lentamente sobre mí, yo solo podía disfrutar, mi primera vez y con el hombre que me gustaba.

Seguimos en la misma posición, yo sentía cada movimiento suyo en mi, su penetración era profunda y corta, no deseaba hacerme daño, eso hizo que sintiera corrientazos por todo mi cuerpo, él disfrutaba con mis gemidos, mis gritos y mis gestos de placer; yo disfrutaba teniéndolo así, no quería que ese momento terminara, la luz del sol caía sobre mi cama, podíamos vernos y saber cuanto nos estábamos disfrutando.

Pasaron unos 5 minutos cuando me sentí morir. No fue igual que al hacerme sexo oral, los senos se pusieron duros como rocas, los brazos se me durmieron, las piernas se encalambraron, la visión se me torno borrosa y fue hay donde tuve mi primer gran orgasmo vaginal, segundo de la tanda. Todo mi cuerpo era una sola convulsión, grite de placer. Cuando lo vi, el tenia la misma expresión en su rostro, estaba completamente tenso, sus brazos, uno a cada lado de mi cabeza, la espalda arqueada y la cabeza mirando hacia el techo. Mi primera reacción fue de susto.

-que te paso?- le pregunte.

-tontita llegamos al tiempo, no te diste cuenta?- no quise pasar por más "virginal" de lo que era, me estaba hablando en otro idioma.

-no no lo sentí- fue lo único que opte por responder.

-quédate quietita y siente-

quietud total. Sentí como su pene convulsionaba en mi vagina, -mmmmmmmmm que sensación tan bella-

-viste, yo también tuve un gran orgasmo- me dijo.

Estábamos felices y exhaustos. Me dio un gran beso.

-te incomodaba que se quede dormido?-

-no- le respondí. Lo abrace nos besamos y dormimos una fabulosa siesta.

Lo que paso ese día fue el despertar de un gran amor.

Espero que disfrutaran este relato, que lo pudieran visualizar y se calentaran como lo estoy yo al escribir y recordar todos estos gustosos momentos.

Esperen próximamente como Marcelo me enseño todo lo que ahora se sobre el sexo.

Cualquier comentario duda o sugerencia la espero en mi mail.

Besos.