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El orgasmo femenino

en Textos educativos

Cierto día una amiga y compañera de trabajo me dijo que necesitaba hablar con alguien y decidimos ir a tomar un par de tragos a un bar, Sara es una mujer de treinta y ocho años, casada desde hace 15 años, tiene dos hijos uno de 10 años y el otro de 6. Sara es una mujer muy atractiva, sensual, alta, su figura curvilínea hace que muchos hombres quieran coger con ella.

El día anterior Sara había cumplido su 15ª aniversario de matrimonio, sin embargo esa tarde se encontraba desconcertada, salimos del trabajo y nos dirigimos a un bar cercano, Sara me dijo después de haberse tomado un par de tequilas: "Martha, tengo quince años de convivir con mi marido y nunca he experimentado un orgasmo con el, he tenido que recurrir a un consolador para satisfacerme". Yo le dije no sin antes terminar con mi tequila: "pero…como es eso?, tienes quince años de tener un hombre a tu lado y nunca has tenido un orgasmo, pero que dice tu marido al respecto?", Sara con una mirada perdida me contesto: "para el me ocurre todas las noches…"

Hablamos del tema durante una hora, se desahogo y me prometió buscar a un terapeuta sexual junto con su marido.

De regreso a mi apartamento me quede pensando en lo había estado hablando con Sara, me parecía un problema gravísimo y de hecho lo es, yo por mi parte a mis 23 años había experimentado maravillosos orgasmos con distintos hombres, vivo sola y disfruto del sexo sin inhibiciones.

La excitación sexual y el orgasmo femenino son complejos procesos que involucran a toda la mujer, su mente y su cuerpo, el orgasmo requiere que la mente y el cuerpo trabajen juntos.

El orgasmo en una mujer es aprendido, obtenerlo es un proceso que requiere de práctica y mucha paciencia. Cada mujer es un mundo, por lo tanto no se puede generalizar. Es importante que la mujer conozca su propio cuerpo que explore y que conozca que es lo que la hace vibrar.

Es importante recordar que la mayoría de mujeres necesitamos que el clítoris sea estimulado directamente para poder llegar al orgasmo, no solo basta con la penetración para que una mujer llegue a el. En muchos casos durante la penetración vaginal, el clítoris no recibe la estimulación necesaria , pero para eso se debe recurrir a la estimulación manual, oral u otras posiciones que proporcionen estimulación directa y consistente al clítoris, una de las posiciones que favorece a esto es estando la mujer arriba del hombre, deslizando su cuerpo de manera que su clítoris se friccione con el ges pélvico de el, en esta posición la mujer controla el movimiento y la penetración, además de que esta posición estimula el mítico punto G.

Otra posición favorecedora es la misionera con la variante que ella levanta sus caderas o bien se coloca una almohada debajo de las nalgas a modo que su pelvis quede levantada, esto permite una penetración más profunda y un mejor contacto con el clítoris, ese maravilloso botoncito de placer que te puede llevar al cielo.

No menos importante que la estimulación del clítoris es la lubricación de la vagina, una vagina que no esta lubricada lo suficiente resulta en una penetración dolorosa, bloqueando la obtención de placer y, por consiguiente, evitando que la mujer llegue al orgasmo. Por eso es importante que previo a la penetración, la mujer reciba el suficiente estimulo erótico para poder lubricar la vagina. Una buena regla a seguir es que la mujer dicte cuando debe ocurrir la penetración, de esa manera ella se asegura de estar lista.

Con respecto al mítico punto G, digo mítico porque para muchas mujeres incluyéndome seguimos en la tarea de búsqueda, pero ese camino de investigación puede ser muy placentero y es la excusa perfecta para recorrer nuestro cuerpo. Pudiendo también invitar a nuestros hombres para que se nos unan a esta noble causa.

En la mayoría de las mujeres, el punto G se encuentra situado en la cara anterior de la vagina, a medio camino entre el hueso del pubis y el cuello uterino a unos tres centímetros de del exterior de la vagina.

Una de las posturas mas adecuadas para el coito, cuando se pretende estimular el punto G, es que la mujer sea penetrada por detrás.

 

Es importante tener en cuenta que no es obligación legar al orgasmo durante el coito, buscarlo insistentemente podría resultar desgastante e incluso frustrante.

Por otro lado fingir el orgasmo es definitivamente una mala idea, por lo general las mujeres hacemos esto cuando estamos frente a un nuevo compañero sexual, y como medio para darle a la pareja un esfuerzo moral, lo cual en la mayoría de casos termina siendo un estilo de vida permanente.

Fingir un orgasmo significa no solamente no haberlo tenido, sino también haber mentido, haber engañado. Las mujeres que lo hacen se frustran tanto por su inhabilidad

Como por las pocas habilidades de su pareja para lograrlo, que pronto se encuentran evitando cualquier acercamiento sexual con su pareja.

Cuando una mujer finge el orgasmo le esta diciendo a su pareja que no necesita cambiar su técnica sexual, lo que es algo completamente opuesto a lo que le debería decir.

El orgasmo es una función corporal normal, si la mujer no experimenta el orgasmo puede hallarse muy incomoda después del sexo como resultado de la tensión sexual no liberada.

El orgasmo es la culminación del placer, cada mujer lo siente diferente y llega a el de diferente manera. Es importante conocer nuestro cuerpo, al igual que el de nuestra pareja.