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Gala, Licor y Concha

en Control Mental

Alguna vez había tenido un cuerpo que me pertenecía.

Y ahora la señora Nilda era dueña de el y no yo.

La noche que la dueña de la agencia de modelaje para la que trabajo me llamo yo esperaba obsesionada el momento de entregarle mi culo y sentir el dolor que ella me provocaría. Me sentía tan pequeña, tan su bebe, tan instrumento de aquella mujer fantástica que no podía caber en mi de las ansias de ser usada por ella para su exclusivo deleite.

Aquella misma noche sin embargo acabaría siendo una bizarra mezcla de emociones en la cual si bien mi amor hacia mi Diosa no cejaría de crecer, también seria la noche en que descubriría cosas no tan fantásticas de ella......

.... Me llenaría de miedo. ...... Y a la vez percibiría que ella misma estaba llena de miedo. ¿Por qué una mujer así tuvo que usar técnicas de control mental para convertirme en su esclava, comer mi culo y volverme su puta sumisa?. Me parecía que ella era tan extraordinaria que aunque yo antes era heterosexual una mujer como ella me hubiera seducido sin problemas, ¿Por qué tuvo que usar técnicas de control mental para poseerme?. Tal vez porque en realidad ella, a pesar de su poder y dinero era tan indefensa e insegura como yo misma.

Pero ya descubriría todo eso.

De momento había pasado un viernes fantaseando con la piel, el sudor, el aliento, los jugos, gestos y sonidos de mi adorada ama, mientras esperaba que el misterioso chofer pasara a buscarme para que me hagan el enema y tratamiento de belleza que mi Señora había prometido como preparación para violarme analmente.

Una cosa casi graciosa que descubrí aquel día fue que como ella usaba el teléfono celular para programar mi mente y a través de el me hacia saber de sus mas mórbidas fantasías para conmigo, desarrolle una atracción sexual clara y extremadamente fetichista hacia el teléfono celular por el que ella me llamaba.

Era increíble pero de verdad que mi cuerpo reaccionaba con placer al contacto con ese teléfono y descubrí que me gustaba lamerlo lentamente. ¡Dios Mio!. Estaba realmente loca, conciente de mi locura y feliz de estarlo.

Era por supuesto un efecto secundario de las técnicas de hipnosis que ella usaba....y dudo mucho que ella imaginare que algo así podría pasar.

Así que esa tarde, cuando descubrí que acercar aquel teléfono celular a mis senos erectaba mis pezones a un punto que su dureza me dolía, me baje el pantalón y la bombacha y me senté sobre un brazo del sofá de la sala, teniendo mucho cuidado de poner mi teléfono celular sobre una bolsa plástica a su vez colocada sobre ese brazo del sofá, de modo que mi ano estampaba directamente el teléfono celular al que puse en vibrador y empecé a llamar una vez tras otra con el teléfono de la casa mientras chupaba mi pulgar o alternativamente olía y mordisqueaba mi propia sucia bombacha.

Si que me daba placer hacer aquello.

.Mucho.

Mi madre podría entrar en cualquier momento a aquella sala, y eso solo conduciría a meses de tratamiento psiquiátrico, pero que va, el mayor placer que sentía provenía de saber lo mucho que podría arruinar mi propia vida.

Tener el celular entre mis nalgas vibrando contra mi ano me hacia ser muy conciente de lo bella que era aquella parte de mi cuerpo así que antes de dar por terminada la breve sesión masturbatoria descolgué un espejo y me puse sobre el con mis piernas muy abiertas, para por primera vez en mi vida mirar mi culo.

Vaya que soy linda.

Con razón que tanto mi Patrona como Romina hundieron con tamaño gusto sus rostros contra aquellas zonas de mi cuerpo.

Finalmente llego el momento en que mi madre anuncio que venia una mujer a buscarme. Era la chofer, una mulata muy bonita de casi dos metros de altura cuyo cuerpo escultural era fácilmente notable a pesar del desabrido uniforme que llevaba.

No pude saber como se llamaba porque era muda y así me lo hizo saber con una tarjetita en la que me avisaba eso y que estaba a mis ordenes por toda la noche de hoy.

Llena de emoción y con el corazón latiendo fuerte subí a la parte trasera del lujoso Mercedes Benz en el que la mulata había venido. Llevaba en mi cartera el enorme pene de plástico que La Señora Nilda me había enviado esa mañana para que contemple durante el día lo que en unas horas mas ampliaría el grosor de mi ano y se hundiría profundamente en mi mas secreto agujero Llevaba además las panties que había usado durante la semana y el chupete raro que se había incluido en mi equipo de "quemar el cerebro de Jazmín"

Fui llevada primero a que me hagan el enema, lo cual me dejo sintiéndome extraordinariamente liviana y limpia . Luego fui al Salón de belleza donde me pusieron un largo y muy sexy vestido blanco que se sentía delicioso sobre la piel y me hacia ver como una reina. Me calzaron, perfumaron, maquillaron y peinaron, de modo que a las pocas horas estaba hecha un sueño vuelto carne.

De la expectación sentía mi concha todo el tiempo cosquillear, arder, humedecerse. La sentía hinchada y casi aseguraría que latía a mi propio ritmo sanguíneo. Mientras me arreglaban varias de las chicas se dieron cuenta de que estaba excitada e intercambiaron miradas de desaprobación algunas y sonrisitas picaras otras. Yo no podía parar de cruzar y descruzar mis piernas, hamacarme contra los asientos, apoyarme contra los marcos de las puertas, los bordes de los muebles e incluso cuando me pareció que no me veían tomar mi concha con amabas manos y apretarla fuerte mientras dejaba escapar un gemidito y le decía a mi órgano sexual que se tranquilizara, que su dueña estaba por tomarla.

Si no fuera porque la inducción hipnótica me impedía llegar al orgasmo hubiera tenido sesenta en un solo día.

Ya vestida para infartar la chofer condujo hasta un coqueto barrio donde estacionamos frente a una bonita y pequeña casa de la que salió Romina y se dirigió directo al auto.

Por favor. La chica de Ojos verdes me pareció mucho mas hermosa que el día que la había conocido y al verla automáticamente me sonroje y suspire. Mientras la veía acercarse al auto tuve deseos de bajar, correr y tomarla entre mis brazos con fuerza. Que va, de hecho le partiría la boca a besos por mas que ella estaba sudada y con ropa deportiva y eso estropearía mi arreglo.

Lastimosamente cuando estaba a punto de hacer eso mi ama llamo por el celular y yo tuve que escuchar sus instrucciones:

Jazmín (me dijo), No puedes tocar a Romina. Ni con tus manos, ni con tu lengua, ni con nada...(en tono burlón agrego: ) ¡ Bueno ¡, tócala con la punta de la nariz si quieres....(y volvió a cambiar de tono)....esta noche organizo un evento muy lujoso en el salón de galas del Club de Golf, es el lanzamiento de una muy cara línea de perfumería francesa. La chofer tiene instrucciones de llevarte allí para que nos encontremos.

Cortó y en ese momento Romina estaba parada junto al auto. La chofer mulata enorme se bajo con una correa en la mano.

Romina obviamente había estado haciendo gimnasia, aun sudaba y sostenía un celular en la mano....se veía muy rara: tenia la mirada completamente vacía y no parpadeaba o lo hacia muy poco. No me saludo y permaneció estática mientras en plena calle y probablemente a la vista de muchos, la mulata le ponía algo como una correa de perro en torno al cuello. Me resulto evidente que estaba en trance hipnótico.

Pude notar que el collar que tenia en torno al cuello se estrechaba al estirar el lazo, de modo que seria muy fácil estrangular a la chica con ese dispositivo con el que a continuación la mulata la condujo hasta la parte tras el auto, abrió la valijera y metió allí a Romina, acurrucada junto a la rueda de auxilio, las herramientas y quien sabe que otros trastos.

Mientras nos dirigíamos al Club de Golf observe con atención a mi extraña chofer: era muy alta, muy bonita y sumamente atractiva. Se movía con gracia y seguridad y tenia una figura endiabladamente buena. Usaba lentes de contacto color miel y llevaba el lacio y largo cabello atado en coleta y teñido de un tono de castaño apenas un poco mas claro que su piel.......Se veía muy, muy bonita pero yo al instante note algo anormal en ella........olía distinto......muy tenuemente, por cierto y muy por debajo del perfume floral que usaba, pero olía de un modo que llamaba poderosamente mi atención......otras mujeres no hubieran percibido esto, pero yo en los últimos días había desarrollado una extraordinaria habilidad olfatoria hacia las mujeres, me resultaba instantáneo decir si estaban con su periodo, excitadas, embarazadas, amamantando, enfermas o recién lavadas, por lo que ni por un momento dude de que la mulata escondía algo y casi podía asegurar que ese algo era un enorme y negro pene como el que yo guardaba en la cartera, pero de carne y sangre, parte integrante de su anatomía que le había acompañado del nacimiento no como los grandes senos que se unieron a su cuerpo en algún momento posterior.

Llegamos al Salón de Galas del Club de Golf. Aquello estaba atestado de gente muy elegante. Gran parte de toda nuestra alta sociedad se encontraba allí incluyendo empresarios, artistas, deportistas y políticos. Yo me veía celestialmente bella y me sentí muy alegre de compartir aquel evento con los mas laureado de los triunfadores de nuestra ciudad.

Dejamos el auto en un estacionamiento subterráneo con Romina guardada en la cajuela y fui acompañada por la chofer hasta la puerta del salón que estaba ya repleto de gente bebiendo y comiendo. Allí la mulata (o el mulato en todo caso) entrego la tarjeta de invitación que me correspondía y un asistente muy bien parecido me condujo a un despacho privado junto a aquel salón.

Abrí la puerta de ese despacho y el corazón me dio un vuelco. Mis piernas parecieron querer fallar y sentí que se me iba toda la temperatura del cuerpo....!Allí estaba mi Señora!, Mi adorada, queridísima e idolatrada ama: la dueña de mi concha, la mujer que me sometía y usaba, la tirana que esa noche rompería mi culo y bebería mis jugos hasta dejarme seca.

Yo sonreí y ella me miro con ojos brillantes y duros pero yo percibía un innegable toque de ternura tras esa dureza por lo que con un nudo en la garganta y apretando mis muslos uno fuertemente contra otro camine con pasitos chinos muy pequeños hacia ella que me esperaba sola de pie y recostada contra el escritorio que había en aquel lugar.

No nos dijimos palabra y aquella hermosa mujer apoyo sus senos contra los míos, rodeo mi cintura con sus brazos y lentamente acerco su boca abierta a la mía que se había llenado de saliva y ya casi babeaba del hambre por probar los labios que tanto añoraba.

Fue un abrazo estrecho y apasionado. Fue un beso largo, muy,muy dulce, húmedo y visceral al punto que yo creo que habrá llegado a meter su lengua profundo en mi garganta.

Mientras nos besábamos la música sonaba afuera y se escuchaban los murmullos de conversaciones elevando su tono a medida que el alcohol fluía. Pero aquí ya no me importaba nada, solo que mi amor me estaba besando y que podía sentir sus tetas contra las mías y su corazón latir a prisa mientras sus perfumes embriagaban mi cabeza.

Estaba inmaculadamente vestida y olía muy bien, pero su aliento era una mezcla de menta, alcohol y concha.

Me pareció evidente que se había estado comiendo la vagina de otra mujer solo unos momentos antes.

Sentí morirme de celos y empecé a llorar.

De inmediato ella torció mi mano con una hábil llave de judo y obligo que me arrodille. Inmediatamente y conmigo llorando aun mas fuerte me estiro con fuerza del cabello y me obligo a poner mi mejilla contra el suelo para enseguida pisar mi cabeza con su zapato.

Su suela aplastaba mi rostro y su tacón alto de punta fina flotaba peligroso sobre mi delicado cuello.

En esa posición se arrodillo con una jeringa vacía en la mano y sin darme ninguna explicación e ignorando mi llanto la clavo despacio en mi cuello y sin tomarse prisa empezó a extraerme sangre.

Yo estaba aterrada al punto de ser totalmente incapaz de moverme.

Y mientras, la música sonaba afuera y se escuchaban los murmullos de conversaciones elevando su tono a medida que el alcohol fluía.

Cuando ella considero que la jeringa ya estaba suficientemente llena la dejo sobre el escritorio y sin quitar su pie de mi rostro tomo mi cartera y busco en ella el consolador negro. Me ordeno que abra la boca y metió la punta de el en ella para luego empezar a moverlo con suavidad un poco hacia adentro, un poco hacia fuera, lento pero continuo.

Yo deje de sollozar pero las lagrimas aun corrían por mi rostro.

Cerré mis ojos y sentí la forma de aquel duro pene de goma deslizarse de la mano de mi Señora por sobre mi lengua hacia adentro de mi boca, ......hacia fuera ,....... con su gruesa cabeza fálica llenarme y moverse repetitivamente. ........Mi Señora suavemente me decía puta...... y me ordenaba chupar, ........me ordenaba disfrutarlo,...... me ordenaba pensar en las miles de cochas y culos en los que aquella pija plastica había entrado y salido y en como yo ahora gozaba de chuparlo y como también pronto lo tendría entero metido en mi culo.

Ya había olvidado mi llanto. Ahora solo pensaba en chupar, succionar, sentir el consolador en torno a mis labios, contra mi paladar, hacia mi garganta a la que cada vez se dirigía mas de modo que pronto cuando llegaba al fondo me impedía respirar.

Empecé a emitir gemiditos repetitivos mientras chupaba, chupaba y me asfixiaba un par de segundos,....... chupaba y gemía, ........me asfixiaba unos segundos cada vez mas largos y .......luego volvía a gemir y chupar el instrumento con que iba a ser penetrada.

Mi amada patrona quito su pie de mi cara, soltó el pene y me dijo que siguiera chupando. Con mis ojos entrecerrados y en blanco percibí que ella tomaba el raro chupete de mi cartera.

Yo estaba tumbada boca abajo sobre la alfombra, de modo que sin gran esfuerzo levanto mi falda y contemplo un rato mi culo........luego tomo mi concha con una mano y la apretó fuerte,...mis gemidos aumentaron de intensidad y levante instintivamente el culo hacia la boca de mi Señora, la cual sin embargo se limito a mirarlo y bajar un poco mi mojada tanga. Vi que cerraba los ojos y aspiraba el aroma, enseguida abrió un poco la boca como para oler con mas fuerza y me dijo:

-Tienes realmente un culo muy bello Jazmín y una concha riquísima.

Luego de lo cual apretó su lengua contra mi concha y empezó a chuparla.

La electricidad me recorrió completa. Me sentí extraordinariamente débil y la respiración se me hacia muy pesada. Grite hasta donde pude con aquel pene en mi boca. Sentí que me iba a desmayar, me pareció que mi corazón paraba. La Señora me comía el sexo húmedo mientras yo me sentía totalmente entregada. ........Yo era para ella, yo era de ella........ Que me golpease, que me quite sangre, adoraba que lo haga. Que estuviese antes y después con otras, que me desprecie, que me haga chupar consoladores usados hasta la saciedad y se trague mis jugos vaginales en un salón fino durante un evento de gran gala. Todo me encantaba.

Pero aquello duro solo un rato.

Enseguida ayudándose de un lápiz metió el chupete en mi concha. Resulto increíble lo bien que calzaba en ella, resultaba patente que había sido cuidadosamente diseñado para ello. Luego cubrió mi culo poniendo la tanga en su lugar, bajo mi falda, me quito delicadamente el pene de la boca y me ayudo a incorporarme. Enseguida me alcanzo unos pañuelitos perfumados para que me arregle y me pidió que termine de quedar presentable ayudándome del espejo que estaba en una pared.

Yo le sonreí mirándola con ojos enamorados y mientras la obedecía note que ella tomaba una botella de una gaveta y servia su contenido en una copa muy larga parecida a las de champaña y que además contenía un poco de hielo y alguna frutita roja. El liquido era rosáceo. Luego tomo la jeringa y derramo unas gotitas de mi sangre sobre su mano, las probo con la lengua y me dijo que realmente yo sabia muy bien. Enseguida descargo el resto de la sangre en la copa y tiro la jeringa vacía a la papelera.

Yo la miraba sorprendida y asustada pero incapaz de pensar nada y menos aun tomar ninguna acción.

Luego tomo la copa con delicadeza y con gestos afectados y ceremoniosos olfateo el liquido y cerrando los ojos le dio un pequeño trago.

¡Una verdadera delicia ¡ (Me dijo con verdadera alegría).

Debo confesar de que me sentí sumamente feliz de que mi sangre le guste a mi dueña.

Note que la botella que había usado tenia algo adentro, algo que al principio no distinguí o no quise distinguir y que al cabo note se trataba de una delicada y fina prenda intima femenina.

Ella al notar lo que yo miraba sonrió de manera lasciva y me dijo con su vista fija en mis ojos:

-Dame tus panties sucias.

Recogí mi cartera del suelo y quite de ella las tres bolsitas de plástico en que las había metido. Ella dejo su copa en la mesa y abrió una cuyo aroma percibió con su nariz casi totalmente metida dentro.

-¡ Material de Primera! –me dijo-.

Con toda sinceridad le di las gracias. Yo también estaba orgullosa de lo bien que olía.

Luego me extendió la copa y me ordeno que beba un trago.

Lo hice con una mezcla de fuerte repugnancia y horror.

Pero esa bebida tenia algo muy especial.

Esa bebida tenia algo demasiado especial.

Sabia fresco y salado, sanguíneo por supuesto porque estaba mezclada con mi propia sangre, pero sabia a mas, sabia casi diría mentolado y carnal. Era una bebida sumamente deliciosa y apenas toco mi boca me llene de euforia y recuerdos de amor. Cuando estaba en mi garganta todos mis recuerdos de noches de lujuria y romance me envolvieron con calidez y para cuando estaba en el estomago me sentía exaltada y llena de vida, abrigada, amada, caliente y con verdadera ansia de beber mas de esa bebida que en realidad, por sobre todos los matices, sabia y olía a concha.

Sin decir mas la Señora me quito la copa, puso llave a la botella de aquel licor en la gaveta de la que la había quitado...... y salió de la habitación.

Me abandono shockeada y sin saber que hacer con un chupete metido en la concha y una chica encerrada en la valijera del auto que me había traído.

 

 

 

......(COMO SIEMPRE GRACIAS A LOS LECTORES Y POR FAVOR DEJENME SUS COMENTARIOS, LA HISTORIA DEBERIA CONTINUAR PERO ME INTERESA DEMASIADO SABER QUE LES VA PARECIENDO. CARIÑOS PARA TODOS. ACEPTO SUGERENCIAS. BESOS.....JAZ)