Las primas
Lo que les contaré ocurrió hace 2 meses, me encontraba con mi
esposa de visita en la casa de campo de mis padres. También se encontraban
muchos de mis familiares ya que tengo 7 tíos y tías; Lucinda es una de mis tías,
tiene dos hijas preciosas de 14 (Viviana) y 16 (Evelyn) años, pues bueno cuando
llegamos me dí cuenta de que estábamos como 20 personas, razón por la cual me
preocupó ya que casi siempre con mi esposa hemos dormido en una habitación
exclusivamente para nosotros pero por la ocasión deberíamos acomodarnos como
sea.
Mi esposa y yo nos acomodamos en una carpa, todos los mayores en la casa y los
jóvenes (mis primos y primas) en otra carpa. Mi mujer se enojó por lo que
peleábamos casi todo el tiempo ya que no deseaba dormir en la carpa. En una de
esas tardes con todo el asunto de la pelea me dirigí muy molesto a un río que
había cerca, mientras llegaba escuché voces de mujeres me acerqué cuidadosamente
a ver de quien se trataba y cual sería mi sorpresa al ver a las dos hermanas
jugando en el agua, Vivi con una camiseta blanca que dejaba ver sus hermosos
senos húmedos por el agua, y Evelyn con su bracier rojo que detenían unos senos
enormes y redondos a punto de estallar dentro de el.
Me encontraba tan excitado que deseaba echarme una paja de antología mientras veía a tan esbeltas putas; Vivi se acercó a Evelyn y la besó en la boca con tal pasión que mi verga se puso tan dura y palpitaba tan fuerte que sentía que la leche quería salir reventando mis entrañas. Pasó una camioneta haciendo un ruido muy fuerte lo que ocasionó que se separaran, Evelyn le dijo a Vivi que sería mejor marcharse, pero Viviana deseo quedarse un momento más. Cuando Evelyn se fue me acerqué un poco más y pude ver que Vivi se quitaba su tanguita negra, podía ver como empezó a masturbarse solamente frotaba sus labios vaginales y la escuchaba quejarse, decidí acercarme la saludé y ella me miró nerviosa, no podía salir del agua ya que su tanguita se encontraba en la orilla, me preguntó nerviosa: "que haces aquí???" le respondí que quería nadar un poco y que me alegraba que ella estuviera allí.
Me empecé desvestir hasta quedarme solamente en ropa
interior, ella no sabía que hacer así que de lo más relajada me dijo: "está bien
si quieres, nada junto a mí". Esas palabras hicieron volar mi mente y mi verga
estaba tan dura que deseaba arrancarle la ropa y violarla como un loco, me
acerqué y me quité mi interior ella se sorprendió y me preguntó: "que haces??"
le dije que la estuve observando cuando se sacó su tanguita y que me había
excitado el verla masturbándose, que quería ofrecerme para que no pierda el
tiempo con sus deditos, me miró con cara de sorpresa, se acercó a mí y me besó
fuertemente, me contó que aún no había tenido relaciones con ningún hombre pero
que estaba desesperada por el despertar de su sexo.
Salimos del río y nos acomodamos en una especie de playa con arena muy blanca,
la acosté con cuidado y le dije que hoy era su día, le abrí las piernas con
caricias, empecé besarle las piernas, subí hasta su zorrita mientras ella se
quitaba la camiseta, alcanzaba perfectamente a sostener sus tetas mientras lamía
esa maravillosa zorra que inundaba con olores deliciosos el aire que respiraba;
lamía todos sus
pliegues rosados y jugosos, hasta que me encontré con su botoncito, ese
maravilloso clítoris que palpitaba por ser mordido, le daba mordiditas, lo
besaba, lo succionaba y ella gemía a más no poder. Estuvimos así un buen rato
hasta que me levante, le dije que ahora era mi turno, ella se puso de rodillas
en frente mío, me dijo que no sabía como hacerlo y le dije que no se preocupara,
que yo le enseñaría, le ordené que me chupara como si fuera una paleta, usaba su
lengua alrededor de la punta de mi verga que deseaba estallar pronto, me volvía
loco ya que su pequeña boca empezó a engullir todo ese palo deseoso de poseerla,
empezó el movimiento de atrás hacia delante hasta que no pude más y estallé en
su boca, Vivi trató de retirarse por la sorpresita que le estalló en la boca
pero no se lo permití, le dije que no podía moverse hasta que lo dejara limpio
totalmente, al inició parecía no gustarle, pero luego sus lamidas demostraron
que quería más.
Luego le dije que llegaba lo mejor, romperle sus entrañas por primera vez; ella
me dijo que talvez no podría hacerlo que una amiga le contó que duele mucho; le
dije que no se preocupara por ello que yo sabría como hacer para que ella no
sintiera tanto dolor;
accedió la acomodé y podía ver su vaginita virgen casi abierta como invitándome
a ser penetrada, llamando a mi poderoso y ardiente palo deseoso de hundirse en
su interior cálido y húmedo. Me acomodé de tal forma que podía penetrarla y
succionarle sus tibios pezones; empecé a meterle suavemente y fui entrando poco
a poco, hasta que sentí su himen delicioso, mientras de un solo empujón le metía
mi bien parada verga, le mordía uno de sus pezones, ella se quedó totalmente
quieta y yo sentía como mi palo palpitaba fuertemente dentro de ella, cuando
sentí que ella empezaba a moverse y a gemir yo empecé el mete y saca que se
sentía delicioso en ese estrecho agujerito, se sentía tan bien que terminé tanta
leche tibia en sus entrañas que cuando me retiré le salían chorros de semen,
bajó sus manitas hasta su rajita y empezó a buscar la lechecita que le salía
mezclada con sus juguitos, ella empezó a tomar lo que recogía en sus manitas
hasta dejarlo limpio.
Nos besamos y ella me hizo una mamada espectacular a manera de gracias por haberla desvirgado, nos vestimos y empezamos a caminar de regreso, durante el camino manoseaba sus lindas tetas y le insinuaba que deberíamos hacerlo otra vez al siguiente día, que le enseñaría que también tener mi leche en su culito sería delicioso. Aceptó hacerlo pero quería un favor, que solamente se dejaría si primero se lo hacía a su hermana y que ella lo vería todo.