Clientes constantes.
Después de haber estudiado una ingrata carrera, como es ciencias de la comunicación, en la que puede uno morirse de hambre, tomé además diversos diplomados de cine y video que con el tiempo me ha llevado a tomar determinaciones quizá descabelladas como crear un oscuro negocio de investigación, uno de los pocos cortos de cine que produje y dirigí me dejó un jugoso premio en un concurso de cine independiente en Nueva York, pero en lugar de reinvertirlo en un nuevo proyecto como lo haría cualquiera de mis colegas preferí adquirir un sofisticado equipo de espionaje en una expo en Montreal y monté profesionalmente mí empresa, fue duro inicialmente pero gradualmente comencé a tener clientes de lo más diversos, generalmente hombres celosos con mentes retorcidas, investigación empresarial de empleados desleales, pero los clientes que me han dejado mayores ganancias son reconocidos empresarios, algunos aparecen constantemente en suplementos de sociales en revistas internacionales, figurando en primera plana a todo color con sus trajes de marca de dos o tres mil dólares, en bautismos, o en la fiesta de quince años de alguna de sus hijas, con una imagen candorosa en un circulo social privilegiado, o en la portada de alguna revista empresarial en compañía de algún socio, pero todo este desfile de personalidades puedo señalarlos con certeza con el índice por haberles hecho alguna investigación o proveerles de equipo técnico, como un hombre que me contrató para colocar cámaras ocultas en los baños de mujeres de sus propias oficinas corporativas, también un conocido empresario restaurantero, me pidió colocar cámaras en los marmoleados baños de mujeres de un exclusivo restaurante de su propiedad en la colonia Polanco de la ciudad de México, hubo otro, un rico comerciante libanés que me contrató para colocar varias cámaras en diferentes ángulos de la alcoba y en el baño de su hija universitaria, jamás interrogo o cuestiono a mis clientes, eso me ha granjeado confianza y seriedad además de recomendaciones futuras. Mi trabajo es muy definido y discreto, doy asesoría, instalo de la manera más estratégica el equipo, siempre de última generación, finalmente ellos son los que pagan esos caprichos, algunos clientes incluso invierten en un sofisticado cuarto de edición. Yo hago mi trabajo, me pagan y me despido, sin embargo todos ellos se comunican nuevamente para mantenimiento, capacitación o generalmente para alguna nueva y perversa idea.
Bien esta historia comienza cuando me escribió a mi correo electrónico un individuo que buscaba la máxima discreción, después de acordar una cita se presentó días después, era un hombre desesperado, me comentó que tenía serias sospechas de las infidelidades de su mujer, sin embargo antes de proceder de algún modo, insistía en que quería la máxima seguridad ya que no quería cometer un grave error y perderla, me mostró un par de fotografías.
Inmediatamente la reconocí era la conductora de uno de los noticieros matutinos más importantes en México, en una de las fotografías se encontraba con sus dos hijos pequeños y el marido y en la otra se encontraba en su carácter de comunicadora, perfectamente arreglada con un peinado impecable y unos hermosísimos ojos, voltee a ver al individuo que continuaba contándome detalles sustanciales de las actividades de su esposa y las razones de sus sospechas, el horario de trabajo, un diplomado que estaba realizando en una reconocida Universidad.
Finalmente acordamos que en quince días le daría resultados concretos a no ser que hubiera algo extraordinario, entonces yo me comunicaría inmediatamente.
El hombre se retiro satisfecho, dejándome un impecable cheque por el cincuenta por ciento de honorarios, saque una botella del anaquel y me serví un trago de Whiskey con un par de hielos, me senté en mi sillón del escritorio y permanecí largo rato mirando la fotografía de la bellísima conductora.
En los días siguientes entré a la televisora con ayuda de un buen amigo que fue compañero de carrera y ahora es un alto funcionario de la empresa para iniciar mi investigación de campo. Con mi gaffete de visitante, me desplace por varios foros, entre al de noticias matutinas acompañado de una edecán que me asignó mi amigo, me mostró la chica el sistema operativo como si yo fuera un alto empresario de comunicaciones, observé cuando entró al plató Ana María, enfundada en un traje formal blanco muy pulcro, era indudable que era una mujer preciosísima con unos ojos esplendorosos, tras ella sin despegarse iba apresurado un hombre que no perdía detalle de su peinado y maquillaje con un extraño cinto como carrillera de vaquero cargada de peines y cepillos, luego llegó uno de los trabajadores y le colocó un micrófono inalámbrico y le levantó la parte baja del saco para ajustarle a la cintura la caja de batería que a mí gusto me parecía de la prehistoria, de eso después hablaré con mi conocido para procurar una jugosa venta a la empresa de los últimos aparatos de intercomunicación que compré en Alemania, pero eso es otra historia, en ese momento veo sorprendido que se le transparenta ligeramente el ajustado vestido por la intensidad de la iluminación del plató, así de espaldas se le destacan sus bien torneadas piernas, y le veo claramente las costuras y la forma de sus calzones blancos, esto no pasó desapercibido a mí cámara oculta en un bolígrafo con el que jugueteaba en una de mis manos.
Precipitadamente se sienta junto con sus compañeras, se exige silencio, corren los técnicos, maquillistas y la producción general en espera de órdenes, inicia el tradicional conteo del floor manager con los dedos sobre una de las cámaras y como en el inicio de una carrera de automóviles da un manotazo como un mago e inicia el noticiero.
Poco después espero discretamente afuera del canal con el auto en marcha y veo cuando sale la conductora en su vehiculo camioneta gris perla. la sigo a distancia, conozco la ruta hacía la universidad en Santa Fe, entonces no tengo prisa, las diversas cámaras ocultas en mi auto están en funcionamiento para captar cualquier situación extraordinaria, llegamos a Santa Fe y sorprendentemente se pasa de largo las instalaciones de la Universidad, se dirige al centro comercial que esta a un par de kilómetros más, entra al estacionamiento y veo que da vueltas sin llegar a ningún sitio especifico para estacionar el vehiculo, entonces se detiene y un joven se sube rápidamente, al entrar besa a la conductora y ella le responde, continuó la marcha aquí fue sumamente indiscreta y se arriesgó, ya lo tenía grabado, no había marcha atrás , salieron del centro comercial y quince minutos más tarde entran a un motel, espero afuera, una hora después se dirigieron a la Universidad.
Terminó mi trabajo por ese día.
El viernes de esa primera semana, las cosas parecían tener mayor claridad , yo podía ver una simple infidelidad normal, predecible de una bella mujer que se encamina hacia la madurez y que se involucra con un joven tal vez un estudiante para buscar momentos efímeros de pasión, no me parecía significativo, nada del otro mundo, hasta ese momento no ha sido muy generosa la cosecha pues yo busco siempre algo comprometedor, actividades un tanto perversas, para hacer sufrir más a mis clientes, verlos lloriqueando frente a mí maldiciendo y justificándose, pero esta situación tan no valía la pena para mí, que ni siquiera me atreví ha hacer mi informe, yo quería algo más.
Ese día por la noche se festejaba un aniversario más de la empresa televisora donde trabaja Ana María, me preparé para asistir, seguramente correría con suerte, este tipo de eventos son propicios para cualquier situación, asensos, despidos, borracheras, filtreos y un campo de cultivo para las más extravagantes conquistas de productores, funcionarios y directores de reparto con bellas jovencitas en busca de una oportunidad, en fin renté un esmoquin, y llegué a la gran fiesta, presenté la invitación que me consiguió mi amigo y me desplacé sin grandes problemas por un patio de las instalaciones televisivas convertido ahora en una fastuosa escenografía con flores, estructuras escenográficas, elegantes meseros con bandejas repletas de copas largas de burbujeante champaña, recorrían las instalaciones, bellas edecanes colocadas estratégicamente por los pasillos con una sonrisa congelada anhelando en el fondo una oportunidad, dispuestas a acostarse hasta con el intendente de aseo si este les asegurara una cita con algún productor, músicos interpretando temas de las grandes bandas, luego inicia en el fastuoso escenario una proyección en una enorme pantalla, que habla de la historia de la empresa en retrospectiva, de sus figuras más destacadas entre actores y actrices de telenovelas, jóvenes cantantes de los populares concursos tipo realyti Shows que también las noveles cantantes flirtean con los productores además de dinámicos conductores, le toca el turno a Ana María y se proyecta su imagen de manera espectacular en el ciclorama del escenario, situándola en locaciones donde fue partícipe de desgracias como incendios, guerras en Medio oriente, inundaciones, documentales impactantes y labores filantrópicas. luego relucientes fuegos artificiales que impactan a los asistentes, y continua una música de cámara con violas, violines, violoncelos y algunos instrumentos de aliento y un espectacular coro, desde la mesa que me asignaron con algunos actores de telenovelas, alcanzaba a ver a corta distancia mas hermosa que nunca a Ana María, tenía un traje de noche elegantísimo ajustado con una especie de estola y un peinado más elaborado que de costumbre, la fiesta lo ameritaba, no estaba acompañada por su marido, la conductora se encontraba en una mesa en compañía de sus colegas de noticias, en el momento en que le tocó subir al estrado una parvada de fotógrafos de los medios impresos le hacían estallar infinidad de flachazos, ella con un porte distinguido y una leve sonrisa se paró al centro y comenzó a describir algunas imágenes históricas de esfuerzo, inversión, talento, pujanza y más conceptos que no ya no puse atención por la reiteración, pero si estaba conmocionado por esa imagen maravillosa. después de gran cantidad de aplausos y una estatuilla plateada que brillaba al aproximársela al vestido negro, como un reconocimiento que le fue entregada de manos del dueño de la empresa, después se desplaza por el escenario para regresar a su mesa con una imagen indescriptible, yo la veía caminar de una forma dilatada como una película en cámara lenta alargando esa cadencia de movimientos, luego baja del estrado y se dirige a su mesa tomando de vez en cuando su cabello oscuro que contrasta con su piel blanca y destacando sus grandes ojos perfectamente maquillados, se sienta complacida entre felicitaciones de sus compañeras y toma una copa de champaña y brindan con los otros conductores y artistas, de pronto veo que llega el joven individuo de días antes, ella le sonríe pero el le dice algo al oído y se retira, su expresión cambia dramáticamente entonces, toma temblorosa la delgada copa de champaña y bebe de un solo trago, un mesero le sirve una copa más antes de retirarse ella le pide que deje la botella y continua bebiendo de manera discreta, en una distracción ya no la vi, comencé ha buscarla y decidí salir definitivamente de las instalaciones de la empresa, molesto no podía creer que hubiera desaparecido sin yo percatarme.
Caminé por fuera del canal buscando mi vehiculo con gran dificultad por motivo del evento entre infinidad de automóviles me fui alejando de la empresa aproximadamente dos cuadras y con sorpresa veo a Ana María discutir con el mismo individuo en un lugar oscuro y muy apartado, la situación parece crecer en intensidad, de pronto el individuo sacó una pistola y le apuntó quizá para amedrentarla, Ana María estaba sorprendida, sin escrúpulos el tipo sin dejar de hablarle le arremete un golpe con la cacha de la pistola y la conductora cae al suelo, corriendo me abalanzo sobre el individuo por detrás y lo arrojo al piso, con una patada le quito la pistola y con una más en la cara lo dejo noqueado, lo volteo para verle el rostro e instintivamente desembolso de su chaqueta su cartera para ver su identificación pero no había tanto tiempo, me la guardé e inmediatamente alejé a la conductora del lugar por precaución, entramos a mi auto y arranqué para salir rápidamente, asegurándole que yo estaba dentro de la fiesta y que confiara en mí, Ana María estaba temblorosa, casi fuera de control, volteé y vi un hilillo de sangre cerca de su oreja, tomé un pañuelo y se lo puse en un costado de su cabeza, esto sin dejar de manejar, le pregunté si quería que la llevara al hospital o al interior de la televisora, pero se rehusó con lagrimas y un llanto entrecortado, lo mismo para llevarla a su casa y me dijo que era al lugar que menos quería ir en esas condiciones. Nos alejamos con los fuegos artificiales que aún surgían de la empresa televisora.
la llevé a mi departamento, le revisé la herida y noté que no era de mayor cuidado después de atender con cuidado la parte afectada, la deje descansar un poco, ella en momentos sollozaba luego que regrese del baño con una toalla húmeda la miré pensativa, le ofrecí un medicamento desinflamatorio y un relajante pero se negó, solo aceptó alguna bebida, me dirigí al frigorífico y saqué una botella de vino blanco gaseoso y le ofrecí una copa, platicamos de cosas intrascendentes, al ver los empolvados premios de cine sobre unas gavetas, me preguntó por mi trabajo, yo con medias verdades le hable de las faltas de oportunidades y ella conmovida me dijo que conocía a algunas personas que me podrían ayudar, después me agradeció el salvarla del tipo y con un par de tragos más me confesó que esa noche le exigió una gran cantidad de dinero por un video comprometedor, que yo supuse fueron tomadas en el Motel días antes, angustiada no sabia que hacer ante el chantaje.
Yo le ofrecí ayuda asegurando que podía ayudarle a resolver el problema de la manera más discreta, ella me miró con esperanzas, sus ojos brillaban más que nunca.
un rato más cuando ya estaba más calmada le ofrecí llevarla a su casa, ella pensativa me miró y fue cuando pude observar más de cerca sus grandes y bellos ojos de un color avellana, cautivadores a pesar de tener ligeramente corrido el rimel que ya se había retocado, sus cejas eran muy definidas y negras, Ana María aceptó con un ligero movimiento de cabeza, pero en verdad uno siente cuando las situaciones parecen cambiar de rumbo, ella tomó mí mano de una forma muy delicada sin dejar de mirarme y se incorporó tomó su pequeño bolso negro lo miró y comenzó a sacudirlo del polvo del pavimento con una sonrisa de ironía, lentamente se dirigió a la puerta yo la miraba de espaldas, sus movimientos eran cadenciosos, de pronto voltea y me mira con una sonrisa y me dice casi afirmando
Me veo espantosa ¿verdad?...
Yo me acerqué y olí un perfume que me es tan lejano, quizá antiguo y delicado, algo maravilloso evocando como si oliera a una de mis actrices favoritas del cine de los cuarentas, lo mas extraordinario a través del olfato es que me perdía en imágenes cinematográficas, su expresión expectante como si no quisiera irse, me acerqué determinado y la tomé del antebrazo y ella giró para estar frente a mí, con su delicada mano la deslizó por mí mejilla suavemente, sentí en mí cara los costosos anillos que portaba, acercó su rostro al mío y me besó en los labios yo estaba estupefacto, ni en los más profundos y descabellados sueños me hubiese imaginado esta situación tan extraña con una famosa periodista, yo me dejé llevar y respondí para continuar besándonos primero suavemente luego se fue volviendo más apasionada la situación yo sentía en mi boca el aliento de Ana María su saliva suave delicada, recordando aquella fina Champaña de la fiesta, de pronto se separó y me dijo
Yo no sé que es lo que me está pasando, salgo de una situación tan violenta por un hombre y ya estoy con otro que no es mi marido, pero ojalá comprendieras, me tengo que ir pero a la vez me quisiera quedar, eres maravilloso.
-Yo estaba más que sorprendido, le tomé de los hombros y la atraje hacía mí, y la bese con furia, se que mi compromiso ético estaba ya por los suelos no lo podía remediar.
Trató de separarse diciendo entre besos
-me tengo que ir por favor
La sujeté de la cintura y le becé el cuello delicado, ella se dejó llevar, suspiraba con los ojos entrecerrados, tocaba sus senos por sobre la tela y sentía como se oprimían suavemente, entonces entre murmullos alcancé a escuchar que me decía:
- Un condón por favor
Fuí corriendo a mí habitación y saque una tira para regresar de inmediato, ella estaba aún parada en la puerta con una mano en la frente como meditando lo que se estaba desencadenando, volteó para mirarme con una leve sonrisa y unos ojos brillosos, la tomé nuevamente, pero ella quería que fuera rápido, entonces recorrí con mis manos sus caderas bajándolas hasta tocar la orilla de su falda y las metí por debajo acariciando sus piernas, subiendo por sus muslos, , ella comenzó a desabrocharme rápidamente el ziper del pantalón y saco mi pene ya erecto tomándolo con sus delgadas manos y jugueteando con el, yo mientras metí mis dedos por debajo de su ropa interior para tocar su vientre y sus pelos finísimos que tan solo con el tacto pude jurar que estaba afeitado en sus bordes dejando una forma triangular, entonces ella giró para darme la espalda y se recargó apoyando sus manos en un sillón de madera que estaba a un costado, levanté su vestido mirando sus piernas, tenia unas medias sujetas con un costoso liguero negro y su ropa interior negro muy formal de fina manufactura, baje inmediatamente los calzones hasta las rodillas, para mirar unas bellas nalgas firmes de un tono muy claro y unos pelos negrísimos, ya colocado el condón sin perder el tiempo le introduje el pene y comencé a dar suavemente mientras ella gemía y gradualmente le comencé a bombear más rápido creciendo sus gemidos, ella se movía regulando los ritmos de mis embestidas, la sujeté de sus hombros para darle mas profundamente acompañado de exclamaciones muy intensas, mientras se aferraba de la tapicería del sillón encajando sus uñas, y decía: ¡Así!, ¡así!, ¡dame más! la tomé de sus caderas para darle las últimas arremetidas, ella quedó recostada un momento con las mejillas rojísimas, recuperándose sobre el pequeño sillón. Más tarde la lleve a su casa en un exclusivo fraccionamiento.
Al regresar me sentí como en un sueño, incluso me planteaba el hecho de que lo hubiera alucinado, que fue mentira, que nunca hubo tal, pero al cruzar la salita me encuentro con el premio que le entregaron esa noche, medite el caso, dispuesto al día siguiente a comunicarme con el marido y renunciar al caso, con algún pretexto que aún no sabía cual, pero tenía que hacerlo por ética. Entonces recordé la cartera del individuo y la busqué en mi esmoquin y extraje del interior de la cartera una gruesa cantidad de dólares y monedas nacionales, tarjetas bancarias pero con distintos nombres, luego la fotografía de la conductora que yo conozco donde esta con sus hijos, algo que me pareció una coincidencia y el punto inquietante fue una tarjeta personal del marido de la conductora y además un cheque con una fuerte cantidad con la firma que me es reconocible del esposo que incluso coteje con el cheque que aún lo conservo sin cobrar.
Aquí había gato encerrado.
A partir del día siguiente investigué como no lo había hecho en años, un trabajo intenso, en cuestión de pocos dos días, haciendo llamadas con amigos funcionaros de la dirección procuraduría del país, investigación bancaria, aseguradoras, investigación de robos y asaltos recientes, registro de llamadas telefónicas y dí en el clavo en tan poco tiempo.
Cuando tuve ordenada esta telaraña policíaca llamé primero al cliente, para concertar una cita urgente, el hombre entusiasmado me responde positivamente y nos vimos esa misma tarde, llegó a mi oficina y le comenté que los resultados eran positivos que su mujer había tenido relaciones extramaritales con un joven, el abrió los ojos sorprendido e inmediatamente vimos el video del recorrido de aquel día, su esposa en compañía del joven rumbo al hotel, el cliente comenzó a actuar como hombre despechado, pero inmediatamente aparece en la imagen en un video el mismo individuo y mi cliente en un centro comercial, hablando en un café días antes del evento del motel, grabado por medio de cámaras internas del centro comercial que conseguí fácilmente por un soborno, posteriormente le mostré grabaciones de audio de ambos individuos concertando la muerte de la conductora para cobrar un jugoso seguro, el hombre estaba pálido, no daba crédito a lo que estaba escuchando y viendo, entonces le mostré copias del seguro de vida, y el se paró de la silla y trató de sacar una pequeña pistola, pero aparecieron un par de agentes policíacos que estaban en mi estudio donde monitoreaban la acción del individuo, atrás de ellos apareció Ana María en compañía de un par de abogados. Lo detuvieron en el acto. El hombre suplicaba lloriqueando, y cambiaba de pronto con terribles amenazas y agresiones, por precaución ya me había pagado el resto de mis honorarios al iniciar la reunión. Salieron del departamento con el individuo y ya estaba a punto de despedirme de Ana María entregando a sus abogados las pruebas, pero se despidió de ellos para que se hicieran cargo de los tramites legales, salieron y ella muy seria serró la puerta para voltear a verme con una sonrisa de complicidad, tenía unos pantalones de mezclilla ajustados con un color imitación desgastado y una blusa de algodón y una chaqueta blanca con líneas negras creando grandes cuadros, su cabello negro suelto, su rostro sin una brizna de maquillaje la hacía ver sumamente sensual, irreconocible, ya que es identificable por la imagen profesional, se acercó y me tomó de la cara y me dio inmenso beso, yo aún no entendía tanta manifestación pasional, podría pensar que había una gran represión en el ámbito sexual, lo que sus palabras no dicen su cuerpo la delata, pensé.
Me comenzó a desabrochar la camisa de forma desesperada, yo le saque la chaqueta de lino y quedó en su inolvidable blusa blanca entallada donde se apreciaban sus senos perfectamente redondos, y con ese reconocible y extraño perfume, con los brazos entrecruzados se quitó la blusa y quedando su sostén blanquísimo con texturas floreadas parecidas a la seda, transparentes mirándose a través inmensos pezones de un tono durazno-rosado, sin perder el tiempo comencé a desabrochar su pantalón de Mezclilla y me encuentro con los más hermosos calzones blancos, de un corte muy sensual, igual con flores transparentes y sedosas coronado por un delicado moñito en el filo superior, bajé con cierta dificultad los pantalones, encontrándome con las más maravillosas piernas blancas bien definidas sin texturas o manchas, eran perfectas y firmes, caímos en el mullido sillón sin dejarnos de besar, ella tomaba mi cabello jalándomelo, como si lo que estaba descubriendo fuera mentira, se desabrocho el sujetador llevando sus manos hacia la espalda y sus senos se expandieron maravillosamente, sin perder el tiempo los besé y Ana Maria se dejaba seducir, luego mientras yo estaba sentado en el sillón y ella de frente parada, se inclinó para desabrochar el pantalón, y sacó mi pene, que a estas alturas lo tenía erecto de forma descomunal, se hincó frente a mí, se lo metió a su boca sin titubear, y comenzó con su lengua a juguetear luego continuó con un maravilloso ritmo, metiéndoselo como no lo había visto, yo le descubrí el cabello para mirar el rostro concentrado y deseoso, se incorporó bajando sus calzones quedando al descubierto ese pequeño monte de Venus, que parecía pequeño y más por el pequeño triangulo de pelos oscuros que se delineo me supongo en la última afeitada, yo trate de tocarle su sexo pero ella no me lo permitió, me quitó la mano y se acomodó sobre mí, tomando mí pene y con cuidado para dirigírselo a su sexo, al estar sobre mí comenzó con un ritmo a cabalgar, dejando expresar un continuo gemido, y de pronto se fue sobre de mí abrazándome fuertemente sin dejar de moverse, apretándolo como nunca lo había sentido, en un momento sentí una gran cantidad de liquido fluyendo de su sexo, en un momento dado gire para estar sobre ella sin sacársela y comencé a bombear fuertemente, ella aquí gemía apasionadamente, subió sus piernas a mi cintura tratando de entre cruzarlas por detrás, con sus uñas buscó mi espalda arañándome, los gemidos iban en crecimiento, luego la giré para quedar detrás de ella, observe ese culo precioso e introduje en su clítoris mi verga y le di fuertemente con un ritmo preciso acompañado de sus gemidos que se convertían en gritos, ¡HAAAAAAAY!
¡Hasssssiiiiiiii! agarré sus grandes senos y los acaricié pellizcando sus pezones, esto le encantó, pudiendo percibir que a Ana María no la habían atendido como se debe en el plano erótico y sexual, lastima pensé siendo una mujer tan hermosa, terminamos gratificantemente y ella quedó en una actitud desfalleciente pero con una leve sonrisa.
Ahora trabajo de productor al lado de Ana María, tengo nuevos y grandes proyectos televisivos. Me retiré del negocio de investigación pero continúo atendiendo de ves en cuando a mis viejos clientes por que es una mina de oro vender productos de espionaje sobre todo las de última generación.