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Felacion !!! te encanta losé.....

en Erotismo y Amor

"Entras en el apartamento mientras yo cierro la puerta y me quedo con la espalda apoyada en ella. Entonces tú te sitúas frente a mí quieto mirándome intensamente. Tus ojos dejan translucir la emoción y el deseo que te embriaga. Me late el corazón muy deprisa a la expectativa de que entres en acción. De repente, en un movimiento perfectamente sincronizado, me acercas a ti rodeando mi cintura con tu brazo derecho, me introduces la mano izquierda entre los muslos y la lengua en la boca mientras que yo separo las piernas y jugueteo con tu lengua respondiendo a tus besos con pasión.

-Estás empapada, gatita viciosa...- dices con malicia

Tu voz, con un tono excitado y complaciente, suena muy lejos. Noto tu lengua suave y tibia dentro de mi boca y después lamiéndome los labios, la barbilla, el cuello. En ese momento mi mente deja de pensar por primera vez, ahora tú pensarás por mí.

Intento abandonarme, echar la cabeza hacia atrás, pero no me lo permites. Me alzas firmemente la cabeza por la nuca y me pides que te mire. Inmediatamente, sitúas una pierna entre las mías, empujando hacia arriba, obligándome a frotar mi sexo contra tu muslo.

Yo siento calor, siento que mi sexo se hincha, se hincha cada vez más respondiendo a una sensación que nada tiene que ver con el placer convencional. Es más bien una sensación enervante, insoportable, nueva, a la que soy incapaz de renunciar.

Entonces, me desabrochas la blusa dejando al descubierto mis turgentes pechos desnudos, los cuales acaricias, aprietas y estrujas con ambas manos. Te separas para besar mis pezones y lamerlos con fruición mientras que una de tus manos me agarra el conejito con fuerza y después se desliza descarada bajo la leve tela del tanga para acariciar mi monte sagrado. Después tus dedos descienden y comienzan a acariciarme los labios mayores que están depilados y suaves y q se hinchan poco a poco. Progresivamente tus dedos van introduciéndose entre ellos y empiezan deslizarse por los cálidos y húmedos labios internos que semejan los pétalos de una rosada orquídea. Muevo la pelvis para que tus dedos se sitúen en las puertas de mi templo y adelantándote a mis deseos introduces la punta de uno de ellos, luego son dos más los que se unen y entonces penetran intrusivos en el húmedo, ardiente y apretado conducto de mi intimidad. Empiezas a moverlos despacio primero y luego a un ritmo frenético en círculos y hacia delante y atrás, volviéndome loca de placer ahhhhhhhhh!!!!!!, gimo.

 

...En ese momento, escucho el sonido inequívoco de una cremallera. Tomas mi mano derecha y me la pones sobre tu hiniesto y ardiente miembro. ¡Dios!!!!! Me parece magnífico, único, divino y lo acaricio cadenciosamente frotándolo con la palma de la mano arriba y abajo.

Segundos después, sin soltarte el p.ene me acuclillo delante de ti con las piernas muy separadas. Te miro inquisitivamente. Me sonríes. Me das permiso. Primero lo tomo y lo apoyo contra tu vientre para lamerte bien los hinchados testículos. Los lamo, los chupo, los succiono, me los meto en la boca, te lamo tb justo detrás de ellos cerca de tu entrada trasera lo cual te excita haciéndote gemir suavemente. A continuación tomo tu miembro con una de las manos y lo sitúo en un ángulo de 45 grados para que veas mejor mis avances. Deslizo mi lengua por la parte posterior de tu mástil agitándola de un lado a otro mientras asciendo muy despacio. Empiezo a besarlo por toda su superficie antes de asomar la punta de la lengua y apoyarla en su base, justo encima de los testículos. Entonces aprieto el dorso de la lengua contra la piel y la mantengo quieta un momento antes de comenzar a subir, muy, muy despacito. Mi labio inferior se desliza por el rastro de mi propia saliva. Cuando llego al final del mástil, sin rozar el glande regreso a la base para volver a subir muy despacio. Tú suspiras y respiras audiblemente. Esta vez me atrevo con el glande, lo lamo sintiéndolo caliente, duro y húmedo con la viscosidad de tus propios fluidos. Recorro su hendidura con la punta de la lengua, bajo por el frenillo y me sitúo justo debajo del grueso reborde para seguir con la lengua su contorno, ladeando la cabeza para pasar la lengua también por la parte frontal. Sé que ansías que te lo coma de una vez, así que sin más dilación lo aprisiono entre mis labios rodeándolo por debajo de su borde y lo lamo golosa moviendo rápidamente la lengua a la vez q le doy suaves roces con los dientes, sin hacerte daño, simulando mordisquitos. Permanezco así un rato hasta que te oigo ordenarme:

-Vamos gatita cómete el resto de la golosina. Inmediatamente y cómo si hubiese esperado oír esas palabras durante siglos comienzo desesperada a descender mi cabeza sintiendo como tu p.ene me llena por completo la boca. Me lo introduzco hasta la garganta modificando la posición del cuello para que llegue hasta el fondo. Una vez con todo él dentro te lanzo una mirada desafiante y comienzo a retirarme hacia atrás sin dejar de mirarte. Luego de nuevo hacia delante y otra vez hacia atrás cada vez más rápido apretando los labios o separándolos sin dejar de agitar la lengua lamiendo toda la piel. Tu apoyas tus manos sobre mi cabeza para indicarme el ritmo aunque es innecesario pues lo estoy haciendo de maravilla.

Después de habértelo besado, chupado, mordido y frotado contra mis labios, mis encías, toda mi cara, me lo trago entero y lo mantengo un rato sintiendo tu vello púbico acariciando mi nariz. Una de tus manos que reposa encima de mi cabeza la mantiene pegada a tu pubis. Con la lengua, yo presiono tu miembro contra el paladar, sintiendo como palpita. Cuando retiro mi cara para verlo está casi morada, tumefacto y palpitante. Excitada y complacida empiezo a copularte con la boca sin dejar de mover la lengua en todas direcciones y apretando los labios cuando los acerco al glande. Insalivo profusamente y un hilo de saliva pende oscilante de mi mentón. Con una de mis manos te acaricio y estrujo suavemente los testículos y en un momento dado abandono la felación para lamértelos y meterme ambos en la boca mientras acaricio uno y otro alternativamente con la lengua.................

Sin poder resistirlo más, me tomas en brazos y me conduces al salón. Allí me depositas en el suelo frente al sofá, te sientas y tras deslizar a un lado mi diminuto tanga, me obligas a sentarme a horcajadas sobre tu ardiente miembro clavándomelo en mi sexo hasta el fondo en un solo movimiento. Sientes cómo entra fácilmente debido a mi excitación y cómo las paredes de mi vagina caliente y húmeda lo abrazan con firmeza. Te rodeo el cuello con los brazos y comienzo a subir y bajar sobre ti. Balanceando al mismo tiempo la pelvis para aumentar la frotación. Me agarras con fuerza por las nalgas, las separas y empiezas a hurgar mi estrellita con tus dedos lubricados con los fluidos que destila mi sexo. Deseas introducir algunos dedos en mi estrellita para tomarme simultáneamente por mis dos agujeritos golosones. Metes hasta cuatro dedos de tu mano derecha y te satisface oír los gemidos y grititos del placer q me causa la doble penetración. Apenas unos instantes después, todo comienza a girar a nuestro alrededor.

Tú te apoderas con fiereza de mí, tu sexo se convierte en una parte de mi cuerpo, la parte más importante, la única que en ese momento soy capaz de percibir, entrando y saliendo en mi vagina, abriéndola y cerrándola en torno suyo, taladrándome. Inesperadamente sacas el pene de mi conejito y tus dedos de mi estrella y lo metes de golpe en mi trasero, ¡¡¡¡¡síiiiiiiii!!!!!!!!!!!!, grito, ¡¡¡¡¡¡¡¡rómpeme el culo cabrón!!!!!!!!, pierdo el control de mi lenguaje Casi noto su presión contra mi nuca, como si empujara todos mis órganos internos a cada envite. Y todo lo demás se borra, mi cuerpo y el tuyo, tan sólo existen nuestros sexos que parecen formar uno solo. Esa es la última impresión que soy capaz de sentir antes de dejarme llevar y centrarme en la sensación de tu miembro taladrándome y los choques de nuestros pubis empapados, que salpican flujo a cada envite, envites cada vez más bruscos que estimulan mi perla rítmicamente. Y entonces ya no puedo controlarme más, me dejo ir entre gemidos de placer sintiendo rítmicas descargas de placer en todo mi sexo, e inmediatamente, tú, tras tres o cuatro empellones más, agónicos y brutales, los últimos, te dejas atrapar también entre las paredes elásticas de mi sexo, repentinamente autónomo, que estrangulan entre espasmos el tuyo más allá de mi propia voluntad. Finalmente, clavándome el pene hasta el fondo y entre gruñidos dejas que escupa su tibia y viscosa esencia en potentes chorros que salen a cada contracción orgásmica. Nuestros sexos palpitan rítmicamente durante unos segundos.

Después, incapaces de hacer otra cosa que no sea permanecer así, unidos en un solo cuerpo, tratando de recuperar el control, nos mantenemos abrazados mejilla con mejilla moviendo despacio nuestros sexos para embadurnarlos aún más con los fluidos de ambos. Las palabras "increíble" surgen al unísono de nuestros labios..."