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Hoy soy yo la cazadora (4)

en MicroRelatos

Hoy soy yo la cazadora… IV

Me rodean pasillos llenos de libros, mi abrigo llega hasta mis tobillos negro como siempre y algunas personas levantan su mirada buscando a ver quien es esa sombra que da vueltas a su alrededor buscando algo, dentro de ese santuario del conocimiento. Lo que busco esta jugando, ambos están jugando, ella va por un pasillo él la sigue, es delicioso el juego del gato y el ratón. Si las mujeres y los hombres supieran lo importante que es sentirse cazador en algún momento dado de sus vidas se entregarían al éxtasis de esa emoción, con mayor frecuencia.

Yo voy detrás, sintiendo la vibración de sus cuerpos, la anticipación a lo que encontraran en esa esquina oscura, donde estarán protegidos de miradas curiosas. Allí ambos saben que se encenderá un fuego que solo se calmara en cuando alcancen la liberación, lo que ellos no saben es que me van a permitir participar. Mis pasos pasan inadvertidos a los amantes, estos solo están enfocados en su pulso acelerado, en el calor que recorre sus venas y en el deseo que arde en sus partes íntimas. La veo llegar a una esquina tiene las mejillas sonrosadas, los espejuelos un poco caídos sobre el puente de la nariz, los labios entre abiertos y un brillo salvaje en su mirada. Era una joven de piel blanca, estatura media, pechos pequeños y blandos pero al parecer no caídos, cintura definida pero con sus carnecitas y unas caderas que vuelven loco a cualquiera macho que las vea moverse al caminar. Su falda no es corta, esta vestida de forma muy sería, la tarjeta que tiene en el pecho me dice que trabaja allí, que es una de las bibliotecarias. Él en cambio parece un salvaje, cabello un poco largo negro, una mirada cristalina, no puedo definir su color natural por que parece que estos se han oscurecido por la pasión, un pecho definido pero realmente no enorme, unas manos delicadas, endurecidas por su trabajo pero no sucias. Interesante, tiene la apariencia de un cavernícola incluyendo las mejillas sin afeitar tal vez durante tres días pero el cuidado de todo lo demás es el de un hombre del siglo veintiuno. Es de estos hombres que saben lo que su imagen puede provocar, pero en realidad no sabe la magnitud de esta. Él sonríe mientras da los últimos pasos, se lanza hacia los labios que lo esperan, ella enreda sus dedos en los cabellos masculinos, él comienza a luchar con la falda para que esta suba hasta dejar libre su secreto femenino, ella tiene unas braguitas diminutas de color rosado.

Él parece interesarse mucho en ese detalle, aunque yo se que ella se las puso pensando en él, en el juego lleva ya varios días, se miran se desean pero no hacen nada, nada hasta hoy y yo estoy aquí compartiendo esa intimidad. Lo veo besar el cuello femenino, lo veo bajarse la bragueta mientras que ella va abriendo la camisa que cubre su pecho.

La imagen es única ella besa su cuello su pecho, y va arrodillándose ante él, la intención es clara, la punta de su lengua escapa a la prisión en que se han convertido sus labios, lame con cuidado el glande que ya brilla endurecido. Este se estremece, ella pasea su lengua por diferentes partes de esa verga que parece enorme y que aun se mantiene creciendo. Ella lo mira y con una sonrisa de diablilla abre su boca y lo atrapa entre sus labios, lo siente en su paladar, contra su lengua, sus dientes aprietan la carne. Él se queda quieto sabe que si se mueve todo puede terminar muy rápido y esa no es su intención, ella comienza a meterla y sacarla, comiéndosela literalmente, la aprieta, la chupa como si fuera un helado, mueve su lengua masajeando la parte baja de ese trozo de carne. Sus dientes rozan con un poco de fuerza, con una mano acaricia su clítoris hinchado mientras con la otra acaricia los huevos que le cuelgan a ese macho. El gime sin control, la fuerza que esta hace al apretar su verga se intensifica, él siente los dientes como si quisiera partirlo por la mitad, él enreda los dedos entre sus cabellos jalonándola par que entre más de su carne en ese hueco caliente y húmedo. Ella sonríe con los ojos y aprieta nuevamente controlando la entrada de este en su boca, el frustrado y con deseos de liberarse la levanta con fuerza intentando colocar sus piernas alrededor de su cintura… lo que ambos están haciendo es de locos.

_Yo que tu no haría eso… _Ambos se quedaron congelados sin saber que hacer al verme recostada contra uno de los anaqueles de libros, toda vestida de negro, con mil piel traslucida y mis ojos observando todo.

_Yo… Yoo… No se…

_Tranquila, lo que sucede es que él no esta usando ningún tipo de protección, esta limpio creedme; pero tu estas por entrar en tu tiempo de ovulación, si quieren hacer un bebe adelante, además chico a ella le falta mucho por llegar y tu estas a punto de reventar. _Ambos se miraron y vieron como si fuera un animal grotesco sus partes íntimas.

_ ¿Como lo sabe?

_Eso es fácil de contestar, pero es más divertido si ustedes desean averiguarlo poco a poco. Deseo participar, son tan hermosos, tan llenos de calor ven a mi. _Mi mano se extiende hacia la mujer que me observa fascinada y ya sin miedo. El deseo vuelve a encenderse, no sabe que va a suceder pero si que recibirá mucho placer… _Hermosas tus braguitas, y estas arreglada, ven acuéstate te quiero abierta como una flor para mi. _Ella hace todo lo que le digo se tiende y abre sus piernas… yo me arrodillo ante ella y coloco mis labios en sus muslos, el olor a hembra es fuerte, se que la sangre golpea ese punto sensible que necesita atención le lanzo una mirada al hombre que sigue de pie sin hacer nada solo observando con ojos atónitos lo que ante él sucede. Mis labios se posan en la piel mis dedos recorren con delicadeza los pliegues que esconden esa rajita sonrosada y caliente… llena de humedad. _Perfecta, eres perfecta…_ Ella asintió sin decir nada, no se sentía capaz yo sabia en lo que pensaba me veía como si yo fuera un lobo a punto de atacar, ella no tenia idea que tan correcta era esa imagen. Mis labios vuelven a moverse con suavidad…

Esta vez van acercándose a su rajita, ella cierra los ojos dejándose llevar por las sensaciones que mis labios, mi lengua y mis dedos provocan. Mi dedo índice se introduce en ella y la siento temblar, mi lengua encuentra al fin ese botón duro que enciende chispas en todo su cuerpo, atrapo ese botón entre mis dientes, la siento gemir de placer. Ahora dos de mis dedos dan vueltas en su agujero, buscando donde están esos puntos claves que la liberaran con verdadera fuerza. Ella gime, aprieta sus dientes y siento que su orgasmo llega, me muevo de donde estoy, no la quiero liberada la quiero exquisitamente torturada. Busco a nuestro acompañante que se esta sobando su verga mientras me veía a mi jugando con su presa.

_Son perfectas…_ dice él; yo sonrió y le hago una señal, para que tome el lugar de la mujer que sin saber por que se esta levantando, él se acuesta, ella se le coloca en la cara y yo vuelvo a jugar con mis labios pero esta vez sobre la verga dura que esta caliente y ansiosa por liberarse. Ellos están mirándose a los ojos él le da placer a ella yo le doy placer a él, el trío es exquisito… la liberación para ella no tardara en llegar, yo a él le doy una chupon, fuerte y le hago espacio en mi boca doblegando mi garganta, esta lo recibe completó y él gime, es la primera vez que una mujer puede meterse tanta de su carne en la boca. Yo vuelvo a sacarlo y a chuparlo, mis labios lo dejan y buscan su muslo, allí aprieto mis dientes afilados, siento la sangre en mi boca, él aprieta más el clítoris de nuestra amiga y esta grita liberándose, yo obligo a los pocos que quedan entre las diferentes salas a olvidar lo que han escuchado, el la mueve a ella cuando la siente desplomarse, va hacia mi con fuerza, sus ojos están encendidos, llenos de salvajismo, por hoy esta bien es justo lo que quiero, lo siento arrancarme la camisa rompiendo varios de mis botones, mi pantalón fue tiras antes de que yo pudiera decirle algo, su salvajismo había sido liberado, esa imagen mezclada para controlar la parte a la que le teme ya no existe. El busca mi raja, la aprieta con sus dedos, mi clítoris esta siendo torturado con sus dedos mientras que él busca moverse hacia mi interior, cuando lo siente ya encaminado toma mis piernas y las abre y mete su carne con fuerza.

Siento el choque, siento el placer de su fuerza, no me puede hacer daño pero disfruto de su salvajismo, es exquisito, me muerde los pechos hasta ponerlos rojos, sin saber que esa reacción la provoca su sangre, la sangre que e tomado de él, mis manos van a su cabeza y mis dedos se enredan en su cabello, sonrió y busco su cuello, sabe lo que va a pasar, sabe lo que va a sentir, pero nada lo puede preparar para el éxtasis del dolor, mis dientes abren su piel, la sangre vuelve a inundar mi boca, es deliciosa caliente, un sabor metálico en mi paladar. En esos instantes se libera su semilla dentro de mi, caliente él lanza un rugido animal mientras sus caderas continúan golpeando las mías en busca de más placer. Cuando lo siento ya desvanecerse del cansancio, lo hecho al lado y con una sonrisa en los labios me acerco a ella.

_Sabes lo que queiro de ti. _Ella asiente va donde él que esta agotado pero con su verga aun endurecida por el deseo, ella se ensarta así misma y comienza a cabalgarlo, su rostro se transforma por que le duele, es grande, muy grande… la llena por completo mientras esto sucede yo me agacho a su lado y juego con sus pechos. _Me encantan, son preciosos; como perlas…_ El ha vuelto a despertar y ahora la sostiene por la cadera, es él e el que la mueve sobre si con fuerza, ella gime pero ya es placer lo que siente, el dolor a quedado atrás, yo me acerco y veo que esta muy cerca de alcanzar otro orgasmo, la beso en los labios para luego acercarme a su cuello, él comienza un movimiento de adelante para atrás, ella ya no esta saltando pero siente como esa verga grande se mueve dentro de su raja, yo la muerdo en el cuello saboreando su sangre, ella grita y alcanza el orgasmo, cuando siento su sangre en mis labios caliente yo misma llego a alcanzar ese placer, la libero y ella cae sobre él, que también esta agotado, no va a venirse ya esta demasiado agotado para eso.

Los dejo allí y envió mensaje a todos para que salgan, el lugar queda solitario y libre de intrusos, la puerta principal la cierro por dentro y yo subo a la azotea allí solo me cubre mi abrigo, me observo desnuda ante la recién adquirida noche, si vuelvo a encontrarme con esta pareja voy a tener que usar falda, yo sonrió ante la idea de ser tomada con fuerza por ese animal nuevamente.

Me fijo en la lejanía, la ventana de mi terraza esta abierta esperándome como siempre, pero todavía faltan dos días para que yo regrese a ellos. Envió un mensaje a Francesca para que les de un poco de información sobre mi a los que he dejado atrás en el suelo abrazados uno del otro descansando, ella asiente y corre a seguir mis ordenes, ninguno de los dos hombres que están con ella en esos instante saben que es lo que va a hacer, Jon mira hacia la terraza, se que no me ve, pero me siente eso es suficiente yo como estoy me muevo en dirección contraria; lejos de ellos, lejos de la tentación de tenerle frente a mi, se como va su educación pero también se que mantiene una parte sin controlar, juega a ser controlado y eso sinceramente me preocupa.