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Sumisión Virtual

en Sexo Virtual

Dos monitores encendidos. Dos CPU conectadas. Dos personas que desean tocarse, pero sus palabras solo alcanzan para masturbar su imaginación.

Él le pide a ella que se saque la tanga blanca, chiquita y de algodón. Ella obedece, y tras un nuevo pedido enciende la web cam.

Esta a medio vestir, con su ropa interior en la mano derecha, y siente el impulso loco de bajar su mano hasta el entrepierna que espera lantente y húmedo. Delínea suavemente el contorno de los labios de su sexo, juguetea con el clítoris y muy suavemente comienza a masturbarse. Sus dedos se pierden en la profunda cavidad, y un tímido alrido brota de su bocaroja y entreabierta.

Él la mira espectante y excitado. Tiene el miebro completamente duro, pero todavía no seha siquiera rosado. Abre un cajón y saca un paquete de cigarrillos, prende uno y con actitud practicamente apática, echa la primer bocanada de humo.

Sonrie diabolicamente.

Se acerca al teclado y escribe:

-Quiero que cojas el teléfono y que marques el primer numero que se te venga a la cabeza. Si atiende una mujer, cuelga y repita la operación. Si atiende un hombre invitalo a tu casa.

Ella no acababa de entender cual era el objetivo, pero lo hizo. Tampoco entendía porque un hombre iría asu casa sin la más mínima explicación, pero aun así siguió las insrucciones y lo hizo.

Luego de un par de llamadas una voz de hombre joven atendió el telefono, y ella le habló de tal manera que él acepto. Vivía a una media hora de ditancia, por lo que le advirtió que se demoraría.

Ella volvió frente a la computadoray le comunicó a su EROS Virtual todo lo sucedido. Él pareció alegrarse, porque volvió a sonreir y nuevamnte se inclino sobre el teclado para escribir.

-Ahora, escucha lo que vasa hacer. Primero te pondrás tu mejor vestido, con medias ligueros, tacones y sin ropa interior. Te maquillas esquisitamente y cando él llegue me dejas la cámara encendida. Deseo que le hagas a él, todo lo que dices que me harías a mi. Yo voy a estar mirando cada detalle y gozando como si ese hombrefuese yo. Solo intenta de mirar de vez en cuando a la Cam y de asegurarte que él no se de cuenta de nada.

Ella nuevamente obedeció. Se puso un conjunto de medias y liguero color negro, desechó la ropa interior y se puso un vestido, negro también, muy corto y de fina tela.

Al cabo de un rato el visitante se hizo presente. Efectivamente era un hombre jóven y muy apuesto. Ella no lo dejó siquiera preguntar, se le tiro en cima y comenzó a besarlo. Estaba tan hermosa e irresistible que aquel desconocido no pudo negar aquella invitación al placer.

Sobre una mesa, a un costado de la computadora, la web cam continuaba encendida.

(...) continuará.