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Symposium: Charla de Amigas (1)

en Control Mental

Sandra levanto el teléfono inalámbrico y mientras cerraba la puerta del departamento dijo…

"Hola"

"Hola, San."

"¿Quien es...? ¿Sara?"

"Si ¿como estas?"

"Bien todo bien… recién recién llego de la facu… ¿Y vos?"

"Todo tranqui… leyendo un poco una novela… estoy con el bajon post examen"

"Je… igual de todos los bajones del mundo prefiero ese"

"Y si…"

Mientras hablaba Sandra se sento en el sillon y se saco las botas… soltando un suspiro de alivio.

"¿Que te pasa? ¿Estas bien?" pregunto Sara

"Si… es que me saque estas botas nuevas y suspire de placer…"

"Ah bueno… no sabes como sonó… creí que te había interrumpido en algo" dijo con tonito sarcástico

Sandra se rió "Igual te digo que no estaría charlando con vos si ese fuera el caso… ¿no te parece?"

"Supongo… desde hace un tiempo ya no me sorprende nada de nadie…"

Sandra sospecho el tema al que se refería Sara. Una extraña mezcla de culpa y de comprendió la embargo.

"Si claro entiendo… ¿Te llamo?"

"¿Quien? ¿Mariano?"

"No… mi abuelita… claro que Mariano, boluda"

"Obviamente no, no me llamo… igual ya casi no pienso en el tema… ¿Vos supiste algo de el?"

"No… Igual mejor… la verdad es un tipo peligroso"

"Pienso igual… y vas a hacer algo hoy a la noche… quiero salir un poco… y nadie puede…"

Sandra no dudo aunque mientras contestaba se pregunto si era una buena idea.

"Mmmmm… si creo que me va a venir bien un jueves de after hour… adonde vamos"

"¿Te va JL?"

"Dale… que es tranqui… así chusmeamos un poco, ¿no?"

"Si… dale…"

El JL esta hubicado en la zona de Palermo, cerca de la explaza Serrano. La zona por esos años estaba llenada de artistas, intelectuales, suicidas, borrachos. Los jueves el ambiente distaba mucho de los ambientes mas cool del centro de la ciudad. El JL era uno de estoy bares. Mesas de madera gastada y en las paredes muchos posters con imágenes del Lennon, el Che, etc. En las mesas grupos de gente entre los 18 y 30 arruinaban su juventud con al alcohol.

Sara miro a Sandra. Era el momento donde de la noche para empezar a hablar claro.

"Decime la verdad… ¿te lo cogiste?

Hacia dos horas que Sandra y Sara estaban tomando y los efectos estaban dejando sus huellas. Sandra contuvo un poco su respuesta, pero no lo suficiente

"Siiiiii…" en un tono entre angustiado y divertido

Sara soltó una risotada…

"Yo en tu lugar hubiera hecho lo mismo…"

Las dos soltaron evidentes risotadas alcohólicas. Sara se recupero primero y mientras se secaba las lagrimas dijo

"…es un hijo de puta, el Marianito."

"Que bueno que te lo tomes así… tenia miedo de que te enojes o algo…"

"No… no vale la pena… yo sabia que iba a pasar… de hecho el me lo dijo todo el tiempo"

"¿Cómo es eso?"

"Nada… eso… el siempre me decía que te iba a coger… de hecho me llamo mientras dormías y me contó…"

"¿Qué?"

"Lo que te digo…"

Sandra no lo podia creer.

"Sara… ¿y no me dijiste nada?"

"No… yo sabia que eso iba a pasar… y la verdad no estoy enojada con vos… pero la verdad me gustaría hablar con vos del tema…"

"Pero… no entiendo… ¿Cómo te bancaste esa situación?"

"Eso te lo puedo explicar… pero necesito que hablemos de estoy antes"

"Bueno… ok… ¿que queres saber?"

"¿Cuantas veces fue?"

"No se… no me acuerdo"

"Pero fue mas de una ¿no?" Sara no parecía herida, sino mas bien curiosa. Sandra hablo con sinceridad

"Si … a ver dejame pensar… no no puedo acordarme… de hecho no me acuerdo de mucho de lo que paso…"

"Pero te acordas de que estubo bueno… no?"

Sara pudo ver como la piel de Sandra se ponia de gallina… Con un hilo de voz contesto afirmativamente.

"¿Y pensar en el tema que te hace?"

Sandra la miro extrañada… como si ella entendiera que debajo de la pregunta estaba un amplio conocimiento de lo ella sentia en ese momento

"Me calienta" Sandra se sintió avergonzada y dolida "perdón Sara… perdoname".

"Esta bien… no te preocupes… todo esta bien…" Ella le tomo la mano y entonces Sandra noto una pulsera que ella llevaba. Era una pulsera de cuero. No tenia ningún tipo de adorno y era de unos 5 cm. La miro fijo y la comparo con la que ella llevaba en su muñeca. Eran iguales. Sara la miro con gesto comprensivo.

"Si ya se… y no somos las únicas. Parece que se las da a todo el mundo"

"Es un hijo de puta…"

Sara sonrió tristemente mientras sacudía su cabeza de abajo para arriba. Sandra hizo el ademán de sacarse la muñequera, pero se detuvo

"No podes, ¿no?" Sara la miro como sabiendo lo que le pasaba

"No… no puedo" Sandra estaba como asustada… sentía que algo raro le estaba pasando

"Es inútil intentar… no se puede… cada vez que pienso en sacármela no puedo…. Es magia…"

"¿Qué?"

"Magia… el hijo de puta nos embrujo"

Sandra no supo si lo que más le impresionaba era que una chica racional e inteligente como Sara dijera tal despropósito o el hecho que ella misma estaba segura de que Sara tenía razón.

Pese al hecho de que Sandra tenia la impresión de a un nivel inconciente ella sabia que lo de la magia era verdad, tardo un rato en aceptarlo racionalmente. Durante una hora Sara le hizo notar todas las cosas inexplicables que le habían pasado desde que esa muñequera había llegado a su brazo. Sorprendida Sandra descubrió como no había ni pensado en sacársela, como había traicionado la confianza de su amiga sin el más mínimo arrepentimiento, como había aceptado cada proposición de Mariano. Noto como Mariano nunca había recibido un no por respuesta de ella. Ella mismo se dio cuenta de que durante todo el tiempo que le había dolido la cola cuando Mariano le practico sexo anal, jamás, jamás había sentido el mas mínimo rencor contra el. Sara le contó alguna cosas que Mariano le había hecho hacer…

"Un domingo salimos y fuimos a la Fiesta Cubica. ¿La ubicas? Es en un spa que esta en el microcentro. Es un departamento re-bien puesto. La fiesta empieza a las 3 de la tarde. Había pileta… pero el me hizo ir sin malla. Termine en bombacha y corpiño. Lo peor fue que me empezó a hablar y me re calentó. Termine dando un show. Me hice la paja en la mitad de la pile mientras todos miraba. Cuando quise acordar, el se había ido y para colmo me escondió la ropa. Tuve que buscarla por toda la casa, con la bombacha y el corpiño todos mojados… se me veia todo. Todo se cagaron de risa."

Sandra la miraba… tratando de ocultar lo que Sara sabia exactamente…

"¿Te calienta lo que te cuento, no Sandra?"

Ella afirmo avergonzada

"A mi también…" las dos estaban acaloradas. Sandra se detuvo un poco en el pelo lacio de Sara. Después llego a su frente y su mirada recorrió la cara. Los ojos negros, algo llorosos por el alcohol y un poco de llanto. La nariz respingona y pequeña. Sus labios no muy gruesos pero en una boca grande. En ese instante a Sandra le pareció la cosa mas lasciva del mundo

"¿Te hizo estar con chicas?" pregunto Sara adivinando lo que era casi evidente

"No. ¿A vos?"

"No… bah unos besos a Julia… igual mil veces me calentaba la cabeza con otras chicas… y como te imaginas funcionaba…"

"Conmigo también…"

Sara la miro… tomo aire y pregunto

"¿Te hablaba de mi?"

"Si… mucho"

"¿Te hacia imaginar que estábamos juntas?"

"Si…. Sara… yo… por favor…"

"¿Que… Sandra… que?"

"No hablemos mas de esto… me estoy…"

"Si yo también… ¿hace cuanto que no…?"

"Tres semanas… vos…"

"Tres meses… Sandra… ¿vos sabes no?"

"Si… ¿vos tambien?

"Si… decilo… por favor decilo…"

"No me hagas decirlo… vamos a algún lugar… mejor…"

"No… decimelo…"

Sandra no pudo creer lo que salio de sus labios

"Sara… te quiero fifar toda".

Las dos entraron en el departamento de Sandra. Fueron como una tromba. Se besaban como locas. Sara ya tenia la musculosa enroscada en el cuello, y Sandra le habia chupado las tetas en el ascensor. Una de las dos llego a manotear el interruptor de la luz, y la otro la arrincono contra la pared, besándola. Sandra sentía a sus espaldas la pared.

"¿Te gusta, no? ¿Te gusta, no?" decia entre besos y gemido Sara.

"Si… si… si…" con la voz entre cortada por la excitación. Sus brazos estaban cruzados tras la nuca de su excitada amiga.

"Si… claro que te gusta…" la mano izquierda de Sara agarro una de las tetas de Sandra. Soltó un gemido, entre excitado y dolido. Sara sonrió mirando a su amiga gemir… Enseguida la paso la mano por debajo de la remera y ella misma vio la forma de su mano trepando hasta la teta.

"Mmmmm… sin corpiño… muy mal…"

Sandra no contesto… Sara tomo el pezón entre sus uñas un poco largas y volvió a hablar…

"No esta muy mal que no uses corpiño, ¿no?"

Sandra seguía concentrada en refregar su entre pierna contra Sara.

"Contesta…" dijo apretando mas el pezón

"Siiiii… ahhhh… esta muy mal…"

"¿Si? ¿Y por que esta muy mal?"

"Por que cuando me éxito se me marcan los pezones…"

"¿Y entonces que pasa…?"

"Los chicos me miran… y eso los calienta…"

"Si Sandra, y ¿que quieren de vos cuando pasa eso?"

"Me quieren coger… Sara por favor mas despacio… me duele."

Sara tomo la remera de Sandra desde adentro y la desgarro… Las tetas de Sandra se bambolearon de un lado para el otro. Sara las atrapo…. Y su lengua bailo sobre los pezones, ya erectos de Sandra…

"Te gusta…. ¿No?" Sandra solo podía gemir mientras sus rodillas se quebraban y sus manos tocaban su entrepierna sobre el pantalón.

"Hablame… guacha…" ordeno Sara.

"Si… si… me gusta…"

"Mmmm parece que obedeces mejor cuando te insultan… ¿no turrita?"

"Aaah aah siiiiiiiaaaahhh"

"¿Y queres que te meta mano? ¿Eh? ¿Queres, guacha!

"Si, hija de puta… si… con el dedo, la puta que te pario. Quiero todo tu dedo adentro."

Ambas empezaron a luchar por ver quien desabrochaba primero el pantalón de la otra. Gano Sara, ya que el pantalón verde medio abombachado que llevaba Sandra era mas facil que el jean ajustado de Sara.

"Sara… Sara… por favor… no"

"¿Por favor que?" Dijo Sandra mordiéndose el labio inferior.

"No me toques asi…"

"¿Asi como? Se clara, guacha…"

"No… no… no me pasases el dedo asi por la rayita… es que me calienta mucho… voy a… voy a… voy a acabar…"

Sara sonrió perversa. Son un rapito movimiento de su mano le corrió la bombachita. Su dedo se interno en un rapito movimiento al interior de Sandra. Esta solo pudo abrazarla, y con sus pelos sobre la cara, los ojos cerrados empezó a emitir mil gemidos. Sara escucho junto a su oreja los guturales jadeos. El orgasmo le llego a Sandra con una violencia inusitada.

Deslizo su cuerpo contra la pared hasta que callo sentada, para poder ver como Sara se sentaba en el piso con el pantalón a la altura de los muslos y con la espalda arqueada en el piso, vibrando de placer.