Me entrego como proyecto de medicina

18 años y aún nada, de nada; inyecciones de testosterona, la investigación médica como motor y un himen encantador elementos de este relato. (fotos)

18 años y nada, nada de nada ese era frustrante; a esa edad era apenas un niño de 1.53mts de estatura; ya estaba en segundo año de preparatoria, me encantaban las mujeres, conocía de sexo a través de revistas de mis compañeros pero aún; no llegaba a la madurez como ellos y me daba cuenta cuando iba a orinar por el tamaño de mi pene que era inferior en largo y grosor al de ellos, esto me llevaba a una odisea de ocultar mi diferencias para que no se dieran cuenta, aunado a esto en las pláticas comunes de la edad: que cuantos pelos tienes por aquí y cuantos por allá, cuanta leche tiras, te vienes en la noche etc; que hacer?, simplemente mentía era muy inteligente para procesar esa información que todos comentaban y formarme una identidad para no sentirme excluido de mi grupo de amigos.

Como mi familia es de estatura pequeña; mis padres previendo que no iba a ser un Magic Johnson; desde los 14 empezaron a buscar una posible solución a mi corta estatura. Ya llevaba más de dos años visitando a un Doctor en Endocrinología. La verdad no tenía muchas esperanzas pero bueno no perdía nada; pero a mi lo que más me preocupaba era que aún no podía tener una eyaculación como cualquier joven de mi edad y eso si me interesaba resolverlo a como de lugar.

Como cada mes y medio emprendí mi camino hacia una nueva cita con el doctor, avanzaba el tiempo y mi desespero se incrementaba ya que aún no veía ningún resultado; aunque ya había pasado por un bolón de estudios y medicamentos previos. Llegué a la clínica, como siempre una cola bastante larga, era seguridad social ni modo, espere el debido tiempo y por fin salió la enfermera anunciando que era mi turno.

Entre al consultorio, pero el Doctor no estaba solo. Había 3 tres mujeres más que después me enterarían estaban haciendo sus prácticas y reconocí a una de ellas; vivía cerca de mi casa, la veía pasar a veces por la calle, muy linda por cierto yo creía que tenía menos edad pero bueno ahí estaba.

Eso yo ya lo sabía, habían sido muchas pruebas ya, además porque tenía que contarles mi vida a estas desconocidas y para empeorar más eran mujeres, son chingaderas o no.

Que le iba a hacer, después de tanto ocultar aquellos, se le hacía tan fácil al doc desinhibirme de esa manera, tenía que exponer mi pobre gusanito de diez centímetros al doctor y a sus practicantes. Incliné mi cabeza para ocultar mi vergüenza, desabroche mis pantalones y estos cayeron hasta mis pies, por último bajé mi boxer gap y como pude me recosté en la camilla. Ahí estaba yo con el gusanito al aire en espera de la crítica constructiva.

Que revise qué de quién?; encima de todo, la primer mujer en mi vida e iba a ser una aprendiz de doctorcita; que mas daba, me puse quietecito, no me movía y solo veía que se aproximaban las tres practicantes hacia mi, el doc se quedó detrás de su escritorio sentado en su cómoda silla; Jimena se acercó, con sus guantes de látex fríos agarró mi pobre gusanito, por lo que hice un pequeño movimiento ante este frío acoso.

Solo le dediqué una pequeña mirada y poder constatar de una leve sonrisa cínica de su parte. Jimena lo tomó, lo movió un poco para después proseguir con mis también insignificantes testículos.

Jaja; eso ya lo habían dicho vieja pendeja, porque tienes que repetirlo, si quieres puedes abrir la puerta y decirle también a los de la sala de espera, estas mujeres siempre tan listas.

Y dale con el doc, bueno pues que venga la que sigue ya que; Sofía se acercó y sus lindos ojos claros volteaban a mirarme como esperando una aprobación para tocarme. Tomó mi pene entre sus manos, pero esta vez el toque era diferente, lo presionaba un poco más, trató de recorrer el pellejito de mi prepucio para descubrir mi cabecita pero no logró mucho, ya que no me habían hecho la circuncisión mis padres al nacer y no se me podía pelar con facilidad.

Ante ese toque tan delicioso y la manipulación de mi pene me vino una erección, tampoco le saque el ojo a la muchacha, ya les dije que apenas alcanzaba los 12 centímetros y juro que no muy grueso; pero eso no era impedimento para que no tuviera una erección, también tenía mi coranzoncito.

Sofía detuvo la revisión ante mi reacción, nuevamente sus ojos claros adornados de unas largas pestañas se encontraron con los míos y solo se oyeron algunas risillas de sus compañeras.

No quedaba de otra el doc me iba a pasar a las tres, aunque esta ves ya me agradaba la situación y esta Josefina con su linda cabellera castaña clara y un rico pantalón blanco, que remarcaba una lindas pantaletas, no se porque pero casi todas las enfermeras tienen un bonito culito. Esta última era la que se me hacia conocida, pero claro que yo no comente nada al respecto; Josefina se acercó para unirse a esta orgía médica estudiantil; de nuevo tomó mi aborto de pene, pero esta ves lo rodeo con su mano y con la otra tocaba mis testículos, sus manos estaban cálidas a diferencia de sus compañeras, presionó un poco debajo de ellos. Mi minipene seguía con la erección y el toque de Josefina lo noté más pícaro que las anteriores sería mi imaginación no lo se. Sin soltar mi pene de entre su mano, y como dándome un pequeño sube y baja, volteó con los demás y dio su diagnóstico.

Cómo?, así ya porque sí?, ya que estaba perdiendo la vergüenza se acaba el jueguito; el doctor terminó por darme la receta y las practicantes a un simple adiós, ni siquiera besito de despedida o un cigarrito por mi primera experiencia sexual, nada muy secas todas. Me dirigí a la farmacia del hospital para que me surtieran la receta y luego regresar a mi casa con la mente repasando las extrañas sensaciones del toque de las practicantes.

Al llegar a mi casa; había visitas, mi madre tiene la extraña costumbre de invitar a comer con quien se le ponga enfrente en el camino, esta vez era una señora que vivía también cerca de mi casa y me había tocado ver alguna que otra vez; traía un catálogo de cosméticos.

- Que pasó hijo como te fue?? Hay visitas ya saludaste??

Porque las madres te tienen que repetir eso, digo, no se pueden esperar un poquito a que uno reaccione por su cuenta?

Así corté de tajo la plática para no averiguar más, degustamos un rico pozole (platillo mexicano) y empezamos a hablar de cosas mas interesantes, bueno ellas, yo más bien seguían mis pensamientos en el toque de mis genitales por las practicantes.

En eso tocaron a la puerta y fui a abrir. Quien creen que era???, el cartero jeje; recibí la correspondencia y cerré de nuevo la puerta pero me detuve al escuchar un…

Esos lindos ojos cafés nuevamente dieron conmigo, me quedé parado en seco, era Josefina.

Seguía quieto, ni mis pestañas se movían.

Y ahí va delante de mí con su rico culito remarcado por sus pantis en su pantalón blanco, ojala y no se le ocurra comentar nada.

Tuve que aceptar, nuevamente ahí iba mi ego a los suelos, esta linda niña tenía que verme ahora mis morenas nalgas, no le bastaba con conocer mi pobre minipene ahora me iba a rematar el poco orgullo que me quedaba. Pasamos a mi cuarto, ella me seguía de cerca. Le entregué la caja con los medicamentos y ella preparó todo; mientras yo, me ponía cómodo acostándome boca abajo en la cama y espere el pinchazo. El silencio de toda esta acción se rompió con:

Muy sabia la muchacha, así acostado me moví hacia un lado desabroché mi pantalón y con cuidado lo bajé; no quería que viera de nuevo mi aborto de pene; me le quedé mirando; agarró un algodón con alcohol y me limpió un poco la zona, tomó la jeringa y sopas!!, de una entró, ni me dolió, mi orgullo se llevaba ese dolor; terminó la operación y acomodé mis pantalones.

Pasaron la semana completa y empecé a sentir algo raro allá abajo me dolía un poco mis testículos y mi pene, además de una extraña hinchazón; si que estaba haciendo efecto la medicina y ya me tocaba la segunda dosis la pensé mucho para ir y exponer mis nalgas a Josefina, pero bueno ya había pasado así me quedé toda la tarde dándole vueltas al asunto para ver si me animaba a exponerme de nuevo; hasta que ya en la noche escuche:

Josefina vestía blusa un poco escotada y una linda falda de mezclilla, que combinaban perfecto con sus botas altas negras que solo dejaban ver el sus ricos muslos bien formados. Nos fuimos a mi cuarto de nuevo y me puse en posición; ella preparó el medicamento y en el justo instante de darme el pinchazo me sale con:

La jeringa entró suavemente en mi nalga izquierda, me incorporé aún sin palabras en mi boca, y con una pena de los mil demonios, porque tenía que estar recordándomelo, apenas pude subir mis pantalones, y me quedé sentado a un lado de ella, totalmente desconsolado, sin nada que decir. Ella como que entendió lo que había provocado en mi, su brazo rodeo mi hombro y me jaló hacia ella.

Estaba muy tranquilo en esa posición y mente empezó a darle un orden y sentido a la propuesta que me estaba haciendo. Me levanté de un brinco de mi cama y empecé a caminar de un lado para otro, mientras ella permanecía sentada, tratando de darme su razón.

Se quedó un poco triste sentada en mi cama, yo seguí paseando por todo el cuarto dándole vueltas a mi mente de tal proposición; pero claro ver triste a una mujer y tan linda como ella son armas que difícilmente podemos combatir.

Josefina se puso de pie y se desabrochó la blusa, con sus manos la descubrió un poco para dar paso a una linda barriguita plana, blanca su piel, un ombligo muy coqueto, su brassier blanco ocultaba perfectamente sus dos pechos, sus manos se disponían a desabrocharlos cuando mi inmadurez la detuvo

La miré directo a sus ojos que demostraban un reto y seguridad que no creía de ella; de mi boca, mi niñez no daba paso a que diera un si, les juro que trataba y trataba de decir "acepto", "si", "de acuerdo", "claro", "por supuesto", "adelante", "vamos" y tantos sinónimos que hay para eso; pero simplemente no me animé.

Me quedé inmóvil, mi mente trataba de darle un sentido a todo lo que estaba pasando, y como me comporté como un verdadero niño de mami, un homosexual, un rotundo fundilludo que tenía de frente a una chica a punto de enseñarle sus lindas tetas y la había parado; eso ya era demasiado, no se comparaba en lo más mínimo con lo anterior.

Definitivamente tenía que cambiar mi manera de ver y afrontar las cosas, dejar a un lado ese nerviosismo infantil que me paralizaba; porque a ella no le entrará ese nerviosismo??? Me veía como su nota de 10 nada más y terminar su proyecto??? De verdad la búsqueda del conocimiento ciega a las personas?? Jajaja; Eso es vergonzoso también.

Pero de quien me apoyaba; mis amigos de la preparatoria ni hablar; quedaría como un idiota al decirles que tengo un pitillo; a mi papá?? por favor quien le cuenta eso a sus padre. Era tiempo de afrontarlo yo, de madurar, claro era muy fácil estar repitiendo eso en mi mente, pero pues no tenía de otra.

Por fin, el tiempo paso como de rayo y llegó el fatídico día, me puse unos pants, playera blanca, tenis y salí a casa de Josefina, durante el trayecto repasaba en mi mente todo lo que tenía planeado hacer y decir. Llamé a la puerta…PUERTA!!!! (jajajajaj, chistecillo imprudencial) . Esperaba que los miedos no me sabotearan.

Josefina me recibió con una bonita sonrisa y también con un pants color de rosa muy lindo.

Le di un pequeño beso en su mejilla y la seguí hasta su cuarto; Josefina no pasaba del 1.60 era chaparrita pero con una colita de miedo que contoneaba en su caminar y el pants acariciaba con cada movimiento, muy bonito culito. Llegamos a su cuarto ella tomó una libreta, pluma y entre sus piernas a un afortunado muñeco de peluche; tomó unos lentes y se los puso no la había visto con lentes pero le daba su aire de intelectual, se sentó con los pies cruzados como yoga arriba en su cama y yo en una silla que estaba a un lado de su escritorio, que más bien era como el banquillo para el interrogatorio que no tardaba en empezar.

Mis ojos giraron en una muestra de aceptación de a fuerzas, levanté mi camisa y ella rápidamente aprovechó y me dio un pellizcón algo fuerte en mi pezón izquierdo

La preparó en 15 segundos y me puso en posición, rápidamente me aplicó la tercera dosis ahora le tocó el turno a mi nalguita derecha

Me puse de pie, mis respuestas ante todas sus peticiones eran como de un robot a, mi mente repetía tu puedes, ánimo, aquí te vas hacer hombre y toda clase de porras estimulantes, para que fuera yo el que dijera algo, o propusiera, ya era tercera vez que me veía en pelotas así que el nerviosismo ya era mínimo; caminé hacia ella que estaba sentada al borde su cama vestida con sábanas blancas, mi pelvis quedo de frente a su cara.

Con sus manos retiró la camiseta del pants dejando al descubierto dos hermosos pechos, los primeros que mis ojos veían en vivo y a todo color, no eran grandes muy grandes pero no importaban para mi eran los mejores, sus pezones eran claros y su pequeño botón se encontraba hundido aún. Humedecí mis labios al tiempo que presentaba una dolorosa erección que no pude contener ni siquiera el pequeño quejido que la acompaño.

Y sin decir nada más, agarro mi pants y los bajo de una hasta caer en mi tobillos; Mi pene lucía ahora de una manera distinta, ya no era ese aborto de hace una semana, con la erección ya tenía un tamaño mucho mejor que antes, no era para cantar victoria, pero algo era algo, y si estaba resultando mi tratamiento.

Sus ojos cambiaron de dirección y buscaron mi pene de nuevo; con su mano empezó a tocarlo, tenía sus manos tibias en comparación de mi pene que lo sentía caliente y palpitando con un leve dolor pero que mi excitación cubría perfectamente.

Me lo apretó un poco sin ningún resultado, sopesó mis testículos que ahora presentaban un crecimiento o hinchazón mayor que mi pene, hasta yo me sorprendí de verlos así, eran lo que más habían crecido.

Agarró mi pene de nuevo y estiró un poco la piel, hasta dejar descubierta mi cabeza y un olor muy raro, ella acercó su cara a la punta de mi pene para corroborarlo.

Estas palabras cambiaron el clima a la escena

Mi mano temblorosa se acercó y tocó, sentía caliente mi pene, mi mano rodeo su seno y empezó a acariciarlo, tocaba su pezón que ya lo tenía erecto, ella estaba emocionada con lo que estaba pasando se notaba su cara de ver que es lo que seguía, su mano rodeo por completo mi pene y empezó a masturbarlo suavemente, me dolía pero me gustaba, yo agregué mi otra mano a sus pechos, pedí que lo hiciera un poco más rápido, al poco tiempo mi cuerpo se estremeció y una sensación diferente empezaba a manifestarse tratando de salir, sentía como algo recorría un camino hasta llegar a mis genitales.

Sus ojos se abrieron con más ganas, estaba a unos 30 centímetros de mi pene esperando que algo sucediera y llegó ese momento, una sensación de relajación nunca antes experimentada.

Aún esta conmocionado y busque acostarme en la cama, y quedé con mi pena al aire y mi vista perdida, ella se colocó de mi lado y con su dedo tomó esas pequeñas gotas y estuvo probando su consistencia, olor, y no se que más, puso un poco en unos cristales.

Como pude me levanté y me subí mis pants, aún estaba en otro mundo, salimos de la casa juntos pero tomamos diferentes direcciones, ella a continuar con su investigación y yo a mi casa.

Ala semana siguiente, mi pene y testículos continuaban con la hinchazón, empezaba a tocarme más seguido pero sin conseguir nada más que esas pequeñas gotas, pero el gozo nadie me lo quitaba. Llegó la hora de mi cuarta y final dosis, me disponía a salir a casa de Josefina cuando ella llegó a mi casa.

Pase al baño y empecé a masturbarme, excitado con la respuesta de Josefina en recompensarme al doble en una semana más, mínimo tendría que verla desnuda. La ración fue la misma, entregué los dos frascos, me pusieron mi dosis y se despidió con un rico beso, y la promesa de vernos en dos día; pero con la condición de que ya no me masturbara más que me aguantara esos dos días y me presentará en ayunas a las 8:00am en su casa.

Con todo mi esfuerzo y voluntad pasaron los últimos 7 días, sin masturbarme me estaba guardando las ganas y presumir ahora mi nuevo pene, bueno ahora es verga porque ya esta grande la condenada; Por fin me sentía realizado y con ganas ahora si de que me viera todo mundo semejante animalón de mi entrepierna, la verdad no estaba muy grande aún pero bueno para mi era un cambio muy importante. Me bañe y me limpié bien mis todavía hinchados huevos y me encaminé a casa de Josefina; serían las 11:00 de la mañana de un fresco sábado otoñal; llamé a la puerta..PUERTA!!!! jajajaja (disculpen no pude dejar de hacerlo); Josefina fue la que abrió.

Me tomó de la mano; como niña con Barbie nueva, se acababa de bañar tenía un rico y fresco olor, como que se había puesto de nuevo su pijama, que no le favorecía en nada a su cuerpo ya que era demasiada holgada; pero en fin, yo sabía ese día tenía que ver un poco más. Entramos a su habitación y ella de nuevo se sentó al borde de su cama y tomó en sus brazos a ese condenado peluche.

Y vinieron las mismas preguntas anteriores ahora con resultados más positivos, que voy a saltarme.

Sin ninguna inhibición empezó desabotonar su camisa y para mi sorpresa también a retirarse sus pantalones de la pijama, que preciosidad tenía unas lindas piernas y su mata de pelos estaba finamente cortada. Mis ojos paseaban lentamente todo el cuerpo de Josefina, sin querer me llevé mi mano a mi verga y empecé suavemente a masturbarme con esa vista.

Yo seguía dándole a mi verga mientras ella le divertía mis gestos y la posición de dominio que estaba empezando a ejercer sobre mí; lentamente se acostó en su cama y empezó a enseñar un poco más y más

Terminé de quitarme mis pants y me puse a un lado de su cama; ella se puso de lado y con su mano abrió un poco su vagina.

Me vale madre lo raro pero lo estaba gozando y apunto de venirme.

Con verga en mano me subí a la cama, y ella abrió sus piernas con sus manos tomo su rajita y separó para dar lugar a la una espléndida vista de su hoyito virgen que tanto presumía, era una raja perfecta, bueno a la que había visto antes en fotografías, hermosa, limpia me hipnotizaba y sentía su llamado; acerque mi mano y toque sus labios, ella cerró sus piernas y me advirtió:

Seguí sus ordenes ella pasaba su mano por su rosada rajita cada vez más húmeda, la verdad no tardé demasiado, nuevamente esa rica sensación invadió mi cuerpo me venía un orgasmo y por fin en un módica cantidad, unas gotas fueron a parar a las sábanas y otro pequeño quedó embarrado en la cabeza de mi verga

La relajación posterior la obvie, mi asombro lo contenía, Josefina acercó su mano y quitó las gotas que suspendían de mi verga, las palpó, la consistencia era diferente, las olfateo. Yo me coloqué a su lado, ella volteó me miró y me dijo:

No necesite pedir permiso, comencé tocando sus senos, ella se retorcía un poco, sus pezones empezaron a pararse, era diferente la sensación de esa carne entre mis dedos, empecé a tratar de cubrir con mi mano todo su seno y presionar un poco más el masaje, ella cruzaba las piernas y con sus ojos cerrados jugueteaba y mordía sus labios, de verdad que le gustaba eso, a veces se escapaban ligeros quejidos de su boca; yo no perdía el detalle a sus reacciones me excitaba que ella lo estuviera gozando, me llamaba sobre todo la atención de sus pezones como había botado sus botoncitos y se pusieron duros. En verdad lo estaba disfrutando, tomó mi mano y la acercó a su rajita mis dedos temblorosos sintieron la humedad, al parecer mantenía en bue estado su rajita, ya que el vello estaba recortado en algunos lados y completamente rasurado en otros; mi verga empezó a ponerse tiesa de nuevo.

Ahí estaba un pobre monigote a sus 18, aprendiendo juntos a más no poder, recogió una de las piernas para facilitarme el acceso y coloqué mi mano sobre su montecito de Venus, sus vellos eran suaves; repetí la operación en recorrer nuevamente su vagina, pero esta vez era diferente, empecé desde su monte, pero al llegar al inicio de su rajita, toqué una parte que sobresalía de lo demás ella saltó de repente.

Y mira que si, sus quejidos ya no los ocultaba como antes; seguí trabajando aún más en esa parte, como estaba a su lado no tenía a la vista donde andaban explorando mis dedos, yo seguía mirando como su cara gesticulaba cada movimiento de mis dedos; pero mi curiosidad iba en aumento así que cambié de posición. Paré por un momento y di la vuelta de manera que mi cara quedará exactamente a un lado de sus muslos y mis pies en dirección a su cabeza, como un tipo de 69 pero no arriba de ella sino a un lado.

Tomé su pierna izquierda y la levanté igual que la otra, ahora si me presentaba ante una vagina nuevamente; ver como terminaban esas lindas piernas y se unían en esa rajadita; con mis manos empecé a tocar la parte interna de sus muslos, que hasta el día de hoy se me hace la parte más exquisita de la mujer, y avance hasta su rajita.

Proseguí con mi exploración, parecía niño con juguete nuevo, ella por su parte agarró mi verga y me empezó a masturbar sin preguntar si lo deseaba o no, obviamente no me opuse en lo absoluto, sentir nuevamente esa mano era glorioso. Estaba mi cara tan cerca de su parte que me acerqué más, ella tenía los ojos cerrados y le gustaba que la tocara, y solo por instinto sin avisar la empecé a besar en el interior de sus muslos, que calidez invadía mi labios, mi lengua saboreaba lo suave de su piel, lentamente avanzaba, y un nuevo olor se registro en mi cabeza, era sensual y me atraía hacia el.

Con su otra mano Josefina me tomó de los cabellos e hizo que me acercará más rápidamente a su vagina, mis labios hicieron contacto con los suyos, estaban calientes y nos fundimos en un rico beso, que delicioso sabor; ella aceleró sus movimientos a mi verga, subía y bajaba; pero yo estaba concentrado en ella.

Despegué un poco mis labios, y con mis dedos separe un poco sus labios, y ahí estaba un enigmático agujerito que no tarde en probarlo.

Mi lengua empezó a tomar confianza y ya se movía por toda esa parte, la mano de Josefina clavaba mi cabeza en su vagina de tal manera que aseguraba que no me iba a ir a ningún lado; y estaba seguro que era el único lugar donde quería estar.

Josefina empezó a mover su cuerpo de una forma extraña, su mano aprisiono más a mi cabeza, no podía ni respirar de lo embarrado que me tenía dentro de su vagina; hasta que tensó todo el cuerpo y dejó escapar un pequeño grito de satisfacción; retiró su mano de mi cabeza y relajo su cuerpo, me tomó con sus dos manos de los cachetes y me levantó la cara para la que la mirará a los ojos.

Se levantó y del cajón sacó unas bellas pantaletas blancas que se puso de manera muy sexy, tenía que actuar rápido ya se esta acabando esto y dudo tendría una oportunidad como esta en un futuro, sin embargo ella empezó de nuevo.

Mi miró a los ojos y aceptó mi propuesta, camino sensualmente hacia mi, como gatita en busca de su leche, pasó sobre mis piernas y se recosto en mi pecho; mi pene quedó aprisionado por su estomago; y me empezó a besar, primero fueron besito cortos probando mis labios, los suyos hinchados recorrieron los míos, ella metió su lengua a mi boca y yo seguí el juego, así era un beso de verdad, me gustaba mucho, mis manos empezaron a pasear por su espalda, llegué a sus ricas nalgas y empecé a jugar con el elástico de sus pantis, mis manos se aventuraban aún más y empecé a ir por debajo también e igual a recorrer con mis dedos esta nuevo canal. Tuve que hacer mucho esfuerzo de no venirme cuando mis dedos descubrieron su otro orificio, era diferente al anterior mas duro y seco, pero igual me excitaba.

Mi pene ya me estaba molestado por la posición que había quedado. Con mis manos en su cintura la moví un poco, ella entendió de inmediato y cambió de posición; ahora ella me tomo de la cintura y rodamos hacia a un lado, ahora era yo el que estaba arriba; abrió sus piernas por instinto y me acoplé perfectamente, para continuar con la lección de besos.

La punta de mi pene tocaba la entrada de su rajita, cubierta por sus pantis, se sentía cálido y húmedo, ella al sentir esa presión se movía un poco más; será por instinto al igual que a los perros que le arrimas una pierna y empiezan a moverse; así empecé yo, seguía saboreando sus labios pero mi pelvis empezó a efectuar esos movimientos. Mi pene pegaba y pegaba incesantemente tratando de eliminar esa molesta barrera, como conociendo el destino que tenía que cumplir.

Los movimientos se hicieron mas acompasados, el frotamiento entre mi miembro y su rajita era delicioso, resbalaba y rebotaba una tras otra, la posición y mi ignorancia no ayudaban mucho, pero lo estaba disfrutando. Bajé una de mis manos y empecé a frotar la tela de sus pantis ya húmedas por su excitación, con mucho cuidado hice una lado esa molestia y continué con mis movimientos pélvicos sobre su rajita; era diferente más excitante; ella solo seguí besándome y disfrutando igual que yo el momento.

Josefina no soporto más, en un movimiento levantó sus piernas, y su agujerito quedó mas expuesto a la altura ideal, con un rápido movimiento de su mano, tomo mi pene y lo encaminó justo donde quería; mi cabeza no tardó en introducirse en ella; la viscosidad era excelente para la penetración. Mi mente solo dio por sentada una cosa: Estaba adentro de ella. Empezó a quejarse dulcemente, su respiración aumento y jadeaba de una manera deliciosa.

Mi primera reacción fue parar, detuve mis besos y la miré a los ojos; Josefina los tenía cerrados y apretados, y continuaba con sus quejidos pero sin decir nada absolutamente nada, en eso sus piernas levantadas se aferraron a mi cintura aceptando las consecuencias de lo siguiente.

Cambié mis besos a su cuello, mientras mi pene se perdía lentamente dentro de ella, Josefina empezó a moverse y yo a imitarla, el contacto de mis huevos con su colita me decía solo una cosa, la tenía hasta el fondo y eso; me encantaba.

Mis manos se paseaban por sus caderas, mientras seguíamos en un frenético mete y saca; baje una de mis manos hacia la donde estaba la acción; mis dedos llegaron a la parte donde estaba su vagina y sentía como el tronco de mi pene entraba y salía sin ninguna preocupación, eso me excitaba mucho y la haría después una práctica recurrente en mis relaciones.

Continuamos con los besos, interrumpidos con jadeos y grititos de satisfacción de ambos, con sus manos me agarraba de mis nalgas para que me moviera más rápido yo también seguí con mis movimientos. En mete y saca era fenomenal, estaba tan lubricado y cálido; Pero mi inexperiencia y emoción me ganaron, sentí como todo mi cuerpo se estremecía y empezaba a ponerse tenso, listo para eyacular.

Aceleré el movimiento, y me aferré fuertemente a ella, mis arremetidas eran cada vez más profundas y fuertes ella ya no se detenía en expresar lo que sentía sus quejidos aumentaban mientras le enterraba mi verga hasta al fondo; no aguante más mis movimientos aumentaron y chocando con sus ricas nalgas hasta el fondo fueron depositados mis primeros espermas, Josefina seguía con el ir sin darse cuenta que me había venido, hasta que me vio la cara de felicidad.

Claro que me espanté, me puse mis pantalones, y espere que saliera del baño, pero desde adentro me dijo que me fuera que ya habíamos terminado con el proyecto.

Yo me fui; como que le pegó el arrepentimiento pos cogida…ajaja; del proyecto ya no supe nada; de Josefina casi no la vide nuevo, salvo algunas ocasiones que pasaba frente de mi casa; llegó diciembre y se fue a vivir a la ciudad para estar mas cerca de sus internados.

Gracias a las inyecciones, medicinas y mi doc; logré llegar a una estatura de 1.64mts; no es gran cosa tampoco, pero para mí si fue una gran ayuda. Mi pene se quedó en los 17 cms. También estoy muy satisfecho con el.

Espero y este año nuevo se junte la familia y ver a mi cuñada de nuevo; ya estoy ansioso por continuar mi saga de Flash 3!!!… Saludos…