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Fantarótica (1)

en Fantasías Eróticas

Fantasía Erótica:

Poder y fuerza implica seguridad. Seguridad implica Libertad y con la Libertad se puede crear y a partir de allí construir las Utilidades... Amazonas, duras como piedras, con disposición de máquinas de muscular, con un cuerpo ideal para satisfacer los placeres de la carne, desde la comida hasta la exhibición de fuerza y la ternura. El Sexo convertido en rito de recreación diaria del misterio de la vida en el altar de la Carne espiritualizada por la voluntad del Erotismo de inventar soluciones nuevas... Diosas paganas dispuestas a mostrar la vigencia de los valores atávicos comunes a toda la raza humana, dentro de una búsqueda de perfección hoy accesible a muchos y resaltante gracias a la técnica. Fieras tecnológicas cada vez más libres y fuertes, con cuerpos más flexibles y ágiles, con mentes más cultivadas y con imaginación para tender redes femeninas a los machos, si gustan de los hombres, o a las mujeres si son sáficas. Resulta imposible no pensar en términos de fieras creciendo en poder y lujuria bajo el sol, ante el que se doran sin vergüenza de mostrar ante los viandantes su desnudez hermafrodita. ¡ Benditas hijas del cielo que nos liberan a todos al liberarse¡ ¡ Vírgenes del sentimiento de debilidad que falsamente asociamos con la hembra que todos llevamos dentro...

Revuelve el instinto de ver materializado el sueño más básico de cualquier atavismo: la admiración por la pareja sexual y el deseo por la protección que se puede recibir de la guerrera. Mi verga se envara al pensar en sus cuerpos sudados abrazándose de cariño frente a los ojos puyudos de los demás gladiadores, su musculación insolente cediendo ante la mano tersa y ansiosa del masajista, el tono invasor de la caricia del poderoso brazo de la más grande sometiendo la carne dolorida y agradecida de la más pequeña... por no hablar de las correrías sexuales en las noches, buscando gineceos pequeños y gozando de su calculada indefensión, buscando bellos transformistas productos de un mundo donde antes todo estaba prohibido y donde ahora todo se permite y que realizan sus sueños más íntimos dentro de sus posibilidades crecientes estimulando la fantasía y la creatividad y demostrándonos que nada tiene que ser una condena pues la única diferencia biológica básica evidente entre humanos es la edad y el sexo y el que cambia de sexo inevitablemente horada las dos pues para cambiar de sexo hay que renacer de cierto modo. Envara pensar en lenguas dulces recorriendo cada fibra, cada vena palpitante, bajo la mirada ansiosa de la hermana, o de la amiga, que contiene a duras penas el orgasmo mientras le muerden los tendones poco a poco para hacerla desesperar y le dan digito puntura en los botones resonadores ocultos para el ojo no entrenado donde la piel serenamente transmite el tsunami de sensaciones que demostrará que Dios está allí en el Orgasmo, en el Tantra, en el Deseo de la Virgen entregada al Deseo del Ángel.

Transformistas sutiles y sumisos dispuestos a entregarse por comida o dinero o adicción a la sumisión viendo inflamadas sus mucosas a rabiar, mordiendo sus pezones en busca de leche y penetrándolos con los dedos hasta ponerlos al rojo mientras los susodichos miran con ojos llorosos y piden piedad que no quieren gozar más. Hembras divinas rompiendo el arquetipo de cóncavo y convexo y arrancando el hilo dental donde el susodicho oculta ante los ojos de los ingenuos su recuerdo de la época en la que se esperaba que él fuera bombero, y donde solo hay el astabandera de la victoria de una personalidad de "lesbiana" sumisa a entregar a dominatrices tal vez juguetonas, tal vez implacables. Músculos de mujer sometiendo a un hombre que tal vez sea más mujer que ella misma en el ritual del altar del fetiche del Erotismo como juego de la búsqueda permanente de lo elaborado y lo original. Ritual infinito de la Iglesia de la Carne Vía del Extasis Sagrado. Juego sin fin de lo Original en tenso agarre con lo Trillado y lo Rígido.

 

Que piel no se eriza al pensar en las miradas escrutadoras lanzadas sobre las niñas nuevas del gimnasio y los comentarios maliciosos en los vestidores sobre sus ojos de bebés y sus pieles de terciopelo ansiosas por ser probadas y sus mentes relativamente ingenuas ansiosas por ser recorridas de beso en beso en privado tras una maliciosa sesión de training de extenuación. Cuantos no arden en deseos de entregarse a una y ser penetrados (as) sin límites por penes de verdad, implantados, de goma, por un animal entrenados a tal fin. Una escuela del delicado arte de orinar en la boca caricia que normalmente deseamos y tememos... Que piel no se hincha de fluidos tras pensar en clítoris enriquecidos como torres petroleras hasta proporciones alarmantes y pezones endurecidos con el estímulo de músculos de mujer, corazones de mujer, pulmones de mujer entrenados en refinadas formas de entregar el deseo largamente para prolongar la excitación que generan las hormonas androgénicas... ¿Cristha como no amar tu imagen elaborada y juguetona?

El olor intenso a hembra no constreñido por prejuicios de niña señorita, sino en manos de malas de cuento de niña de relato infantil... La Bella Durmiente del Gym prisionera de los esteroides proporcionados por su pareja de madres creativas y siempre dispuestas a inventar un entretenimiento más sobre la piel indefensa de su bebita adolescente con fantasías de ser poderosa e invulnerable y que será horadada por palabras, y sueños y agujas y lenguas y dedos y dildos poco a poco hasta romperla como una fibra muscular bajo el peso del metal y forzarla a dormir presa del agotamiento hasta que en la próxima sesión de entrenamiento

 

masoquismo su piel ceda ante la fuerza imperiosa de las fibras desgarradas que al reconstituirse reclaman más Lebensraum con imperialismo de vida tensa ante la fuerza atávica de la lucha por existir que yace programada en los genes y que el trabajo duro imprime como demostración de la voluntad de luchar por lo que deseamos y que incluye al sexo como área privilegiada de expansión. Creando poco a poco una escultura de respira de otra diosa pagana expuesta ante las miradas envidiosas y dogmáticas de tanta gente que no entiende del cumplimiento de básicas leyes naturales en la expansión que combate la decadencia y la atrofia y que busca salidas naturales.

 

Es inevitable imaginarlas en la playa comparando los cuerpos de las otras gladiadoras y de los machos que se les acercan... verse a los ojos con complicidad y tramar tal vez una simple cita de cafetín con un chiquillo al que se cayó un frisbee sin razón o disimuladamente buscando la conversa, y que saciará su voluntad de ser un juguete feliz entre dos caderas recias y penes gloriosos de animales entrenados para arrancar gemidos de placer como arietes que sacuden su modorra mental y que le darán una sacudida de cuerpo bajo el sudor y el calor y los ojos excitados abiertos a más no poder y las manos abiertas que presionan y que pulsan los músculos contraídos del muchacho forzando espasmos contenidos de hace mucho y besos ansiosos (del chico) que no entiende como tuvo tanta suerte y sandwiches MHM con doble penetración vibratoria y mordiscos en el cuello con efluvios de sangre y dedos que entran y salen e incisivos apretando la piel del abdomen hasta forzar los gemidos grabados disimuladamente y molares presionando con delicadeza felina la piel del glande suave y sin color y promesas no dichas de compartir el juguete mientras lo penetras despiadadamente con sus falos de goma y lo compensan dejándose penetrar hasta el punto de la eyaculación retrasada una y otra vez con pellizcos de mujer y dedos de mujer y uñas de mujer en la piel del glande o mordiscos en el perineo o en el cóccix que con arte consumada ascienden poco a poco vértebra por vértebra hasta conmover los trapecios (el cuello) eructando jadeos y retorcimientos de la columna y el torso conmovidos diente a diente y dedo a dedo bebiendo las lagrimas del bebé ¿Cuánto tendrá?¿16?¿18? Lo que tenga en el fondo no importa porque solo es un juguete ahora dispuesto a dejarse hacer para superar su timidez y que está jugando un refinado juego que sus inanes compañeritos no pueden ni imaginarse... Y cuyas secuelas tal vez lo conviertan en un amante del amor y de la perfección (¿Ganado de gimnasio?¿Escultor de músculos?) lleno de gratitud por el deslave de pasión y deseo que lo convirtió en juguete por un día o dos de chorros de orina en su boca y lamidas interminables en su ano estimuladas por dedos pasajeros que surcan la grieta sumisa forzando la erección ansiada y muy lenta para el deseo del macho.

Un rito interminable de Amor a Dios como Dios del Arte de Ser Originales hasta el Extasis.