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Anita

en Sexo Oral

Hola a todos, mi nombre es Norberto y quiero contarles el momento inolvidable que viví anoche, el cual me ha dejado más perturbado que de costumbre.

Antes que nada quiero que sepan que tengo 32 años y desde hace tres que estoy casado con Anita, una tía muy guapa que conocí en una fiesta 2 años antes de contraer matrimonio.

Me enamoré de su belleza , morena y delgada, con unos senos deliciosos y un culito paradito que para que les cuento, y una boca..... que era el punto culminante de su sensualidad.

Además de su belleza emanaba de ella un aire de inocencia que la hacía mucho más deseable.

Basta con recordar la primera vez que la ví desnuda, fue como el pirata que descubre un tesoro y nuestro debut en el amor fue como si estuviera desflorándola aunque hacía rato que no era virgen y su experiencia superara la de una colegiala inocente.

Nuestra vida sexual, en los comienzos, transitaba los carriles normales, ya que nuestras expectativas se centraban en pasar horas follando , intentando saciar la sed de amor de los primeros tiempos.

No voy a negar que dábamos rienda suelta a nuestra pasión y lo hacíamos en cuantas posiciones se nos ocurrieran logrando situaciones insólitas que con el correr del tiempo se fueron calmando, inmersas en la rutina en la que se sumerge una pareja.

Siempre me gustó penetrarla en cuatro. La vista de ese culito hermoso debajo de mis ojos era todo una delicia y poder aferrarme a su delgada cintura para impulsar mis estocadas era una sensación de poder que me enloquecía. Ni hablar de esos días de fertilidad en los cuales me hacía el distraído a la hora de colocarme el condón aprovechando su calentura y lograba eyacular en su espalda, que vista tan hermosa la de su piel salpicada por mi leche!!!!!!

Luego salía corriendo al baño ya que siempre tuvo un cierto asco al semen.

Antes de conocerla he follado varias mujeres de las cuales he aprendido que me encanta que me la chupen. Es maravilloso ver los cabellos de una mujer envolviendo tu sexo y saber que ha desaparecido entre unos labios carnosos.

Y es que mi Anita no era de las mejores en la materia, lo hace para complacerme aunque su destreza no sea comparable con la de una experta. Primero la masajea un poco con sus manos y cuando nota que está parada se la mete en la boca y la chupa por unos instantes solo como para complacerme, luego sí , me pide que la coja, que la quiere toda dentro de su chochita y que va, ahí nomás me meto en ella hasta hacerla gemir como a mí me gusta.

En los últimos tiempos nos encontramos bastante ocupados , entre el trabajo y los estudios mi Anita y yo llegamos bastante tarde por las noches y luego de cenar caemos rendidos en la cama.

Ya no es el ritmo de antes, ahora pasan los días y el sueño nos vence pero la calentura se va juntando y a mitad de la noche alguno de los dos (al que las ganas de coger le hayan quitado el sueño )se encarga de despertar al otro con caricias, besos , hasta lograr que el cuerpo del otro se encienda.

Muchas veces me despierto con mi polla entre las manos de Anita con una erección descomunal y entonces el sueño se me quita y no tengo más que entrarle a mi Anita que me espera desnuda y mojadita. Ni hablar de cuando meto mano en su coñito y ella se despierta con mi polla llenando su agujerito.

Resulta que anoche, luego de pasar un jueves más como cualquier otro jueves pero que a diferencia del anterior me encotraba más agotado que de costumbre.

Luego de cenar me acosté en la cama a mirar tele mientra Anita terminaba de juntar la mesa y esas cosas.

A los pocos minutos estaba dormido y por suerte me había quitado los pantalones, entonces casi sin darme cuenta me metí bajo las cobijas para dormir toda la noche de un tirón.

Supongo que mi Anita habrá hecho lo mismo ya que en el instante en que recobré la conciencia la habitación estaba en silencio y a oscuras.

No fue casual que me despertara en medio de la noche, como ya imaginarán esa noche era mi Anita quien estaba con la hornalla encendida y estaba buscando ardientemente que la calme.

Instintivamente lo primero que experimenté fue una sensación de fastidio ya que me sentía tan agotado que cualquier cosa que interrumpiera mi descanso merecería todo mi rechazo.

Cuando todos mis sentidos se fueron desperezando supe que Anita se estaba esforzando más de lo habitual ya que se encontraba bajo las sábanas mamando mi verga que todavía se encontraba lejos de tener una buena erección.

Mis pensamientos estaban confusos ya que por más excitante que fuera la situación no me sentía en condiciones de complacer a mi Anita como ella se lo merecía.

Era increíble sentir como mi verga se agrandaba dentro de su boca. Mi excitación iba en aumento pero me sentía incapaz de reaccionar. Permanecía con los ojos cerrados , sin emitir sonido alguno y para Anita seguía tan dormido como al principio.

Pasaban los minutos y pensé que ella al no notar reacción alguna desistiría de su intentona pero al seguir mamando cada vez más fuerte intentando despertarme decidí que era hora de darme el gusto que siempre esperé que mi Anita me diera.

Permanecí inmóvil , ahogando los gemidos de placer que semejante dosis de sexo oral me estaba prodigando , durante minutos sentí como sacaba mi pija de su boca para pajearla con desesperación buscando una respuesta de mi parte que nunca llegaría. Luego se la volvía a meter en la boca para seguir chupando casi con violencia. Pronto endulzaba sus movimientos y me acariciaba los huevos.

Luego de unos instantes no pude contenerme más y conteniendo mi cuerpo que comenzaba a convulsionarse comencé a eyacular dentro de la boca de mi Anita que recibió mis primeros chorros de leche sin moverse, con toda mi polla dentro de su boca, creo que fue más por la sorpresa que porque lo deseara.

Intentó capturar toda mi leche y al instante salió fuera de la habitación.

Miré el reloj y era la 1:00 AM.

Cuando ella volvió a la cama ya había vuelto a dormirme.

Me desperté un rato antes de la hora en que sonaría el despertador y comencé a acariciar a mi Anita. Su sexo se humedeció enseguida y al instante abrió sus ojos. La besé apasionadamente y sentí el sabor fresco a menta en su boca.

La penetré y cabalgué dentro de ella por un largo rato haciéndola acabar una vez tras otra.

Nos levantamos y mientras desayunábamos nos mirábamos como preguntando si el otro sabía lo que había sucedido y no me animé a decir nada.

Ahora estoy volviendo a casa y aun no se que hacer..................................