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Morbosa, segunda parte para los que quieren mas

en Sexo con maduros

Para todos aquellos que les gustase el anterior relato, si se quedaron con ganas, hay mucho más que contar...

(..)

Gonzalo era un hombre demasiado caliente para su edad. Su mente morbosa viaja hasta lugares insospechados, como queriendo cumplir todas las fantasías acumuladas durante tantos años. O eso, o es que su imaginación no tenía límite alguno!

Aquel día, tras haber sentido su semen brotando despiadadamente dentro de mi pequeño, casi virgen, ano, supe que aquello no acababa más que empezar.

Allí estabamos los dos, qué digo los dos, los tres! Su vieja mujer había sido la espectadora número uno de esa gran escena.

Había sido testigo de como una jovencita de 18 años era bestialmente penetrada por su marido. Una jovencita de apariencia angelical, cuya cara inocente se tornaba morbosamente malvada y caprichosa al mirarla descaradamente, riéndose en su cara, a la vez que gozando de tan brutal escena. Una cara dotada de unos sensuales y carnosos labios, de los cuales brotaban los gemidos más excitantes y a la vez las palabras más perversas, todas para ella.

Su marido, como abstraído de la situación, sujetaba fuertemente de las caderas a la hermosa chiquilla, como si se fuera a escapar de su pene aterrador; sus rudas manos apretaban tanto sus glúteos y su cintura que casi dejaban marca...

Ella la miraba, se reía, gemía, gritaba... Empezó a llamarla vieja, una y otra vez:

- mira, vieja, has visto como me folla tu marido? Ahora es mío, jajaja! Quiero que mires a tu marido follar de verdad, ahhh, ahhhh, jajaja!

El hombre cada vez más nervioso, más ansioso, aceleraba el ritmo de las embestidas, haciendola gozar como ningún otro hombre la había hecho gozar.

Su vestido desgarrado, en pedazos, mostraba sus hermosos pechos, de tamaño considerable para una chica tan joven, a la vez que botaban al ritmo de la embestida. Sus coletas le daban un toque infantil que a él le volvía loco.

Así había trascurrido ese momento, que apenas duró más de diez minutos, pero que se recrearon eternos.

 Una jovencita bellísima, niña de braguitas blancas y vestimenta escolar, una niña, sí, pero en ese momento era mucho más mujer de lo que ella había sido capaz en su vida...

Pasado ese momento, ella despertó de su shock y empezó a reclamarle a su marido, que estaba loco de placer tras la intensísima cogida...

- Dile a esta puta q se vaya!!!!! Te obligo que se vaya!!!!!

Me agarró del brazo, dirigiéndome toscamente hacia la puerta.

- Ni se te ocurra! Contestó el, soltándome de las "garras de su mujer", ni se te ocurra! Vieja loca, no sabes cómo me ha hecho gozar esta hembra, porque esto si que es una mujer!

- Pero si podría ser tu hija!

- No lo vuelvas a decir! Y como se te ocurra decir una palabra más en esta casa, te vas y no vuelves, bien sabes que no tienes a donde ir, y si quieres seguir gozando de tu dinero más vale que aguantes con lo que me de la gana!

- Gonzalo!! Que estas diciendo!!!!

- Si, si! Estoy harto de verte, de ver tu seca vagina, se me baja las erecciones cada vez q te desnudas... Me das asco!

- Gonzalo!

- No hables mas! Haz lo que quieras, pero a Sara ni la toques, me has oido?????

Ella se fue hacia su habitación, rabiada, tiró dos floreros muy caros, se encerró y el y yo nos quedamos solos en el salón...

Abracé a gonzalo, mis pechos al descubierto quedaban a la altura de su cara...

- Estás bien? Menuda vieja tieens por mujer, no te merece mi amor... Te he hecho gozar? Quiero algo para mí...

- Qué quieres? Qué quieres preciosa, sí me has hecho gozar como nunca, ha sido un polvo increíble...

Me incliné hacia abajo, y empecé a chupar su polla. En seguida se puso dura!! Lamía como a él le gustaba, despacito primero, como una niña buenecita, que obedece las órdenes de su papá.

- Dios, me vuelves loco...

- mmmm, q polla...

succioné, succioné, no paraba... Estaba enorme...

Gonzalo, esto es lo que quiero..

Cogí, lo senté en el sofá, me senté encima de su pene, lo cabalgué, qué duro!!!!! Gritaba como una posesa. Mis pechos botaban en su cara, a la vez que el se esforzaba una y otra vez por alcanzar con su boca mis pezones. Los comía como si fuera a brotar leche de ellos... Su polla era durísima, yo gemía a la vez q le ponía las manos en mi culo para que lo agarrara bien...

Me corrí en seguida. Fue increíble. Pero aun hay mucho mas que contar.
Un saludo.