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San bartolo playa de sexo (1)

en Hetero: General

Febrero del 2006, Valeria y yo decidimos ir a su casa de playa en San Bartolo, una casa precio con vista al mar en el Malecón.

Valeria es muy hermosa, estoy enamorado de ella hace 6 años, es la mujer de mi vida, pero por tonterías de la vida decidimos separarnos y ahora cada quien tiene otra relación.

Un fin de semana me desperté muy excitado, mire el mar, era un día precioso. Mire a Valeria dormida admiraba su belleza, cerca de mi tenia mi cámara digital, y decidí tomarle fotografías, hacia calor y ella tenia puesto una pequeña bata, la miraba de pies a cabeza, observe mucho sus nalgas y sus piernas, el pene se me puso muy firme y duro.

Empecé a acariciarla besarla y morderla. Ella despertó y me miro sonriente y con mucha pereza, le gustaba lo que hacia. La forma como la tocaba hacía que su lubricación aumentara.

Besaba sus continuamente sus piernas hasta llegar hasta su vagína, luego subí lamiendo tu pelvis hasta llegar a su seno mordiendo y lamiendo su pezón.

La tocaba dulcemente, acariciando su cuerpo, por eso era lo que ella quería, mi pene estaba por reventar. Ella pidió chupar mi verga, se la metió a la boca haciendo que se hinchara.

Nos besábamos locamente, mordía mi lengua y yo la suya, el calor era sofocadle nuestros cuerpo transpiraban. Yo tenia que resistir no penétrala, mi meta era que tuviera orgasmos mentales.

Ella me abrazaba muy fuerte arañando mi espalda con sus delicadas manos. Mi pene estaba con la cabeza bien roja e hinchada. No aguante mas y decidí penetrarla. Estaba empapada de sus líquidos vaginales. Al rozar mi miembro viril sentía la tibieza de su ser, gemía sin parar y lentamente empecé a meter el gran mostró negro en ella.

Hablábamos mucho mientras concebíamos el acto más placentero y tierno que el ser humano puede realizar. Le dije que nunca la dejaría de amar y que podría haber miles de mujeres en mi vida pero ella será el amor de mi vida.

Gritaba de placer sin parar y a la vez lloraba porque presentía que nos separaríamos. Yo muy concentrado sentía que iba a explorar, mientras el vaivén incrementaba nuestro placer.

No pude mas, y saque rápidamente mi verga, derramando un poco de leche en su "panochita" y su seno.

Nos abrazamos y quedamos dormidos nuevamente.

Hasta hora la extraño mucho y la deseo, pero lamentablemente yo estoy con otra mujer y ella con otro hombre.

Prometimos regresar.