miprimita.com

El “pijo” y el “malote” (3)

en Bisexuales

EL “PIJO” Y EL “MALOTE” (3)

…es curioso como una fatalidad puede convertir a dos rivales en amigos, en casi hermanos, en amantes...

(Siento haber tardado tanto en publicar la continuación, pero, he andado muy justo de tiempo con el trabajo y demás…, como compensación decidí publicar juntas las dos últimas partes, (y así terminar de una vez con el sufrimiento de alguno… XD ) espero que os gusten…)

- 8 - (SERGIO)

Tras el extraño episodio de “enajenación mental transitoria” ocurrido la noche anterior en el cuarto de Dani, me había jurado y rejurado a mi mismo no volver a pisar aquel hospital en la vida, pues estaba claro que había algo raro en el aire acondicionado… Y sin embargo, allí me encontraba de nuevo…, Sara estaba atacada, caminaba nerviosa de un lado a otro en busca de su madre, yo por mi parte era incapaz de digerir la noticia “¡No puede ser, tiene que haber un error…!” me repetía una y otra vez, “Los médicos también se equivocan…!”

 

Cuando por fin encontramos a Miriam y a su amiga, estaban hablando con uno de los médicos que atendió a Dani la noche anterior, el trataba de explicarle como debido a un fuerte golpe en la cabeza, se había dañado no se que parte del cerebro y ahora este no recibía la información que le enviaban los ojos…

- Es posible que no pueda volver a ver…, tenemos que hacerle mas pruebas para asegurarnos , pero, hay que esperar lo peor… - el suelo se abrió bajo nuestros pies, nos miramos entre nosotros, ninguno dijo nada, no hacía falta, los dos estábamos pensando lo mismo “Ha sido por nuestra culpa…”

 

- Doctor, dígame la verdad, ¿es reversible?, ¿hay alguna oportunidad de que se cure?, ¿tal vez una operación…? - Preguntó Miriam totalmente afectada por la noticia.

- Es pronto para decirlo, aun hay que hacerle mas pruebas y evaluar los daños, pero, tenga en cuenta que el cerebro es una parte muy delicada, entraña muchos riesgos y a veces la ciencia no avanza tan deprisa como nos gustaría…

- ¿Me está diciendo que mi hijo de veintitrés años se va a quedar ciego para el resto de su vida?

- De verdad que lo lamento…, ojalá pudiésemos hacer mas…

“Y yo ojalá pudiese retroceder en el tiempo…”

- ¿Cómo voy a decírselo?, ¿Con qué valor le explico a mi niño que su vida se ha ido por la borda? Si por lo menos mi marido estuviese aquí…

- Trata de tranquilizarte , Miranda, no puedes hablar con tu hijo así de nerviosa o lo asustarás… - Sara tenía razón, pero, olvidaba un pequeño detalle, ella aun estaba peor, se mordía las uñas compulsivamente, caminaba de un lado a otro sin rumbo fijo y parecía apunto de derrumbarse en cualquier momento. - ¿Cuándo vuelve Carlos?

- Dentro de una semana , está en un viaje de negocios muy importante, lo avisé, pero, le fue imposible cancelar sus reuniones…

¡Yo flipaba, su hijo postrado en una cama de hospital y el de “reuniones”!, “¡Si no llega a ser un accidente grave, no vuelve ni en un mes…!”

- ¡Por favor! – suplicó mirándome con desesperación , sus rostro derrotado me dio miedo, esa mujer tan elegante y altiva estaba apunto de deshacerse como un castillo de naipes… - no quiero que se entere por un extraño, tu eres su amigo, le salvaste la vida…, es que no puedo hacer esto sola, se que no seré capaz, se me romperá el alma… - miré a Sara que había retomado la llorera, a su madre totalmente histérica (por otra parte, su estado habitual…) , ninguna de ellas podía hacer frente a lo que estaba apunto de pasar. Solo quedaba yo.

“¿Qué?, ¡definitivamente esto tiene que ser una pesadilla…!”

¿Cómo podía negarme? después de todo esta situación era culpa de mi estupidez, ¿podía lavarme las manos y olvidar mi culpa? , no, de ninguna manera; aquello pesaría sobre mi conciencia el resto de mis días …; sin pretenderlo, aquel viernes por la noche, nuestras vidas se habían quedado ligadas por un lazo invisible e irrompible , aquello marcó un antes y un después en todos, nunca nada volvería a ser como antes…

- 9 – (DANI)

El “malote” hacia el loco por la carretera, Sara iba con el completamente borracha, yo trataba de seguirlos, de repente una curva inesperada me hizo perder el control del coche, me salí de la carretera, caí…

Lo siguiente que recuerdo fue despertarme en la mas completa y aterradora penumbra. No sabía donde me encontraba ni como había llegado allí, todo estaba muy oscuro y no lograba ver nada, traté de gritar, pero, casi no me salía la voz…

Alguien me besó, instintivamente le correspondí. No sé por qué , pero, noté algo muy extraño, fue el beso mas tierno y a la vez intenso que me habían dado hasta la fecha, imposible explicarlo con palabras, pero nunca podré olvidar todo aquel remolino de emociones que calaron hasta el ultimo poro de mi piel, quería abrazar a esa persona y apretarla contra mi cuerpo para sentirla aun mas cerca de mi , pero, los brazos no me obedecían, estaba demasiado débil, y de repente desapareció sin tan siquiera decirme nada.

El sueño me venció de nuevo y al despertar no sabía si habían pasado minutos, horas o incluso días. Lo primero que escuché fue la voz de mi madre, como siempre, ella era la única que estaba a mi lado…

- ¿Mamá?

- Si, cariño, estoy aquí… - afirmó ella conteniendo el llanto

- ¿Qué pasa?, ¿por qué está tan oscuro?, ¡enciende la luz, por favor…!

- ¡No te preocupes mi niño…! – exclamó justo antes de romper a llorar amargamente, entonces lo supe, algo no marchaba bien…

- ¿Qué está sucediendo?

- ¡Dani , tranquilo…! – esta vez no era mi madre quien hablaba, le reconocí al instante – estás en el hospital, tuviste un accidente ¿lo recuerdas?

- ¿Qué haces aquí?, ¿Dónde está Sara?

- Ella se encuentra bien , está esperando fuera, luego entrará a verte…

- ¡No me has contestado!, ¿por qué estás tu aquí? – pregunté furioso

- Hijo ,el te salvó… - explicó mi madre - perdías mucha sangre y contuve la hemorragia… - aquello me sorprendió, me quedé totalmente descolocado, jamás pensé que llegaría a deberle nada a aquel individuo…, ahora tenía que agradecerle mi propia vida. La verdad es que el hombre es un ser realmente complejo, nunca sabes quien te puede sorprender…

- Gracias – dije de mala gana, el orgullo me estaba corroyendo por dentro.

- No me las des, cualquiera hubiera hecho lo mismo en mi situación…

- ¿Qué me ha pasado?, ¿por qué estoy en penumbras? – me temía lo peor…

- Te diste un golpe en la cabeza, de momento eso ha afectado a tu visión… , tranquilo es algo pasajero… - y el me lo confirmó.

- ¿Qué quiere decir de momento?, Sergio, no soy idiota..., conozco a mi madre, si eso fuese cierto no habría necesitado que tu me hicieses de mensajero … - “que por cierto, mamá, ya te vale…” – quiero la verdad…, yo no soy Sara, a mi no puedes engañarme.

- Puede que sea permanente… - admitió por fin.

No pude controlar los nervios, comencé a gritar, a sollozar, a patalear, mientras mi madre lloraba con desesperación, traté incluso de arrancarme el suero para salir corriendo de aquel infierno, Sergio tuvo que sujetarme para que no me lastimase, no se donde pude sacar las fuerzas, ya que estaba bastante débil, pero, la histeria hizo que el “malote” tuviese serios problemas para inmovilizarme y eso que apoyaba todo su peso en mi mientras trataba de sujetarme las muñecas…

- ¡Para, tranquilo! –me murmuró al oído, yo por supuesto ni siquiera lo escuchaba, estaba como loco, la noticia me había trastornado - ¡Miriam pide ayuda! – gritó – ¡Dani, estate quieto, te vas a hacer daño!

- ¡Suéltame! – hice un ultimo intento para zafarme , pero, el no me lo permitió.

- ¡No pienso hacerlo! – notaba su aliento en la cara, el peso de todo su cuerpo sobre mi abdomen, la presión de sus manos en mis muñecas – No te voy a soltar, ¿Qué pretendes?, ¿quieres lastimarte?, ¿no has oído llorar a tu madre?, ya lo está pasando suficientemente mal… ¿no crees?

- ¡Mi vida está acabada, lo he perdido todo…! –grité totalmente fuera de mi- ¡No podré soportar ni un solo día así…, ojalá me hubieses dejado morir…!

- ¡Yo nunca habría hecho eso…! - murmuró abandonando el tono amenazante con el que se había dirigido a mi hacia tan solo unos instantes, por otro mucho mas afable, y que me pareció hasta dulce…

- ¿Por qué? , seamos claros, yo no te caigo bien… además así te quedaría el camino libre con Sara…

- Con Sara no tengo nada que hacer , ella está enamorada de ti…

- ¿Me tomas por tonto? , se perfectamente que solo me utilizaba para darte celos…

- Dani, eso es porque estaba confusa, pero, al estar a punto de perderte se ha dado cuenta de sus sentimientos…

- 10 - (SERGIO)

Nunca olvidaré su expresión de horror, su voz entrecortada, el temblor compulsivo de su cuerpo al saber que había perdido la vista irremediablemente, y aunque viviese cien años jamás podría sacarme de la cabeza la sensación de culpabilidad y tristeza que me asoló…

- ¿Cómo está? – preguntó Sara visiblemente preocupada.

- ¡Mal! – respondí - ¡Muy mal, su madre ha tenido que avisar a las enfermeras para que lo sedasen, porque estaba fuera de si…, la noticia lo ha hundido…!

- ¡Me lo imagino…, todo esto es horrible…! ¿Crees que podría entrar a verlo?

- Ahora está durmiendo, además antes me gustaría que hablásemos…

- Claro – asintió ella - ¿Qué pasa?

- Sara, tu y yo no podemos volver, tienes que seguir con el, si lo dejas ahora se hundirá del todo…

- ¡Pero… yo te quiero a ti…, necesito estar contigo…! – protestó.

- ¿¡Quieres escucharme!?, ¡Es culpa nuestra que el esté así, lo sabes de sobra, creo que se lo debemos …!

- Tienes razón…, pero, quizás mas adelante podamos arreglar lo nuestro… , quiero decir cuando todo esto haya pasado…

- Si, puede que dentro de un tiempo…

Eché a andar, lo tenía decidido, renunciaba a Sara y le dejaba el camino libre al “pijo”, me había propuesto seguir adelante solo. “Esta vez no hay marcha atrás”, pensé, era lo mejor para todos, ellos dos serían mucho mas felices si yo me quitaba del medio y volvía a mi apartamento vacío, mis borracheras de fin de semana y a mis polvos furtivos en un descampado cualquiera…, no se por qué pero sentí una gran presión en el pecho y una profunda tristeza…, despedirme me iba a costar mucho mas de lo que yo mismo hubiese imaginado, pero, olvidar…, eso no lo haría jamás…

De nuevo me prometí no volver a pisar aquel hospital, y otra vez falté a mi promesa, iba todos los días a visitarlo, necesitaba saber que estaba bien, que no se había hundido, pero, sobre todo quería verlo, traté de restarle importancia , sin embargo, Dani ocupaba la mayor parte de mis pensamientos , a menudo pensaba en el accidente, en como a riesgo de caerme no dudé en descender por el terraplén para ir en su busca , en la sensación de angustia al verlo cubierto de sangre, pero, sobre todo no podía olvidar la necesidad que tuve de besarlo, el tacto de su piel o su olor a perfume caro… “¡Estás loco…!”

- ¡Sergio! – exclamó Sara nada mas verme entrar en el cuarto del “pijo”- ¡que bien que has venido! – le dediqué una sonrisa y fui a su encuentro, estaba sentada en un lateral de la cama, con una revista de cotilleos entre las manos, mientras Dani, ya incorporado degustaba sin demasiado entusiasmo una “deliciosa” comida de hospital - ¡Siéntate en la butaca…! Le estaba leyendo un articulo muy interesante a Dani…

“¿En una revista rosa?, ¡pobre, como si ya no tuviese suficiente castigo con haberse quedado ciego”

- ¡No quiero molestar…!

 

- ¡Tranquilo, no molestas…! – respondió el haciendo esfuerzos por encontrar la comida en el plato y no pringarse en el intento… “si no fuese tan triste, sería hasta cómico” - ¡Un solo chisme mas y me atraganto con esta bazofia…!

 

- ¿Quieres una hamburguesa del McDonald's de abajo? – pregunté conteniendo las ganas de reir …

 

- ¡Si por favor…!

 

- ¡Ni se os ocurra, si se entera Miriam me mata…! – protestó Sara soltando el “Hola” para acercarle un vaso de agua a su “novio” que el estuvo apunto de derramar…

 

- Si tu no se lo cuentas, yo tampoco – propuso Dani - ¡Porfa, esto no hay quien lo trague…!

 

“¿¡Porfa!? , ¿se puede ser mas pijo?”

- ¡Está bien! – se rindió ella por fin – ya voy yo, necesito estirar las piernas, ¿te quedas tu con el? – preguntó mirándome con cierta desconfianza…

- ¿Qué tal te encuentras hoy? – pregunté. Llevaba casi dos semanas visitándolo, los recelos iniciales entre nosotros habían desaparecido y ahora se podía decir que éramos amigos, nos pasábamos muchas horas hablando y contándonos nuestras vidas, yo le hablé de una familia rota y una infancia dura, y el a mi de un padre ausente y una madre autoritaria que le había escogido hasta la novia…

- Como siempre, no puedo ni ir al baño yo solo, pero, de lo demás bien…

No supe que decir, me lo quedé mirando, le habían cambiado las vendas y ahora solo le tapaban la frente y una mejilla en la que le habían dado algunos puntos, tenía los ojos abiertos , pero, estos se encontraban inexpresivos y carentes de brillo, sin embargo no habían perdido aquel verde tan llamativo que tanto me impresionó la primera vez que lo vi…

- Hablando de baño… - murmuró - ¿me ayudas a llegar?, paso de llamar a la enfermera, me resulta bastante denigrante…

Me quedé pálido, eso era lo último que necesitaba en aquel momento, ya estaba bastante confuso como para encima tener que hacerle de enfermero, sin embargo, no me negué. ¿Qué era lo peor que podía pasar? “¡Definitivamente, tu no aprendes…!

- De acuerdo, ¿eres capaz de andar?

- Me duele un poco la pierna derecha, pero, si me dejas apoyarme en ti puedo ir sin problemas…

- Está bien…, entonces, allá vamos… - dije , ayudándolo a incorporarse

Tengo que confesarlo, lo miré de arriba abajo, llevaba puesto unos bóxer negro de Calvin Klein “sin comentarios” y una camiseta interior sin mangas de la misma marca y color…, modelito que dejaba al descubierto unas piernas y unos brazos fuertes y musculados, una corriente eléctrica me cruzó toda la espina dorsal, me estaba empalmando sin remedio…

Conseguí arrastrarlo hasta el baño con cierto esfuerzo…, Dani, no era precisamente muy pequeño que digamos, me sacaba unos cuantos centímetros de estatura y tenía mucho mas músculo…

- ¡Querían ponerme una sonda…! – comentó - ¡Casi le pego a la enfermera! – los dos empezamos a reírnos.

- ¡Yo habría hecho lo mismo! – dije entre risas mientras lo sujetaba con fuerza y lo colocaba delante del urinario – Bueno, ya está, ¿puedes tenerte de pie tu solo?

- Espera un momento, ya acabo – susurró bajándose un poco los calzoncillos para mear…

Allí estaba yo, sujetándolo por detrás, tratando de no pegarme mucho a el para que no notase la erección que me había provocado, aquella situación me estaba llevando al limite. En toda mi vida nunca había deseado a nadie como lo deseaba a el.

- Gracias por venir a verme – musitó de repente – para mi significa mucho…

Ni siquiera podía escuchar lo que me decía, en mi mente ya lo había arrastrado hacia la cama y estaba comiéndole la boca con desesperación mientras me libraba de su ropa interior de marca. “eres un puto degenenerado” me recriminé

- Aunque hay algo que no entiendo, ¿por qué me dejaste el camino libre con Sara?, ¡y no digas que fue ella quien tomó la decisión porque no cuela...!, te sientes culpable ¿no? – Preguntó devolviéndome de nuevo a la realidad…

- Mentiría si te lo negase…

- Ya, si te sirve de consuelo yo no te culpo. Sería muy fácil hacerlo , pero, también tuve mi parte de responsabilidad…

- Entonces, ¿no me odias? – pregunté

- ¿Odiarte?, ¡no, que va!, además eres el único de todos los que vienen a verme que no me trata con pena ni me hace sentir un inútil…, contigo estoy cómodo…, ¡con lo mal que nos llevábamos, es un poco raro…! ¿no?

- Un poco, supongo que esto nos ha servido para conocernos algo mas y no quedarnos solo en la apariencia… - murmuré, mientras luchaba conmigo mismo. “Contrólate, Sergio, que nos conocemos…”

- En unos días me darán el alta…, sabes, me da miedo salir de aquí…, no sé que voy a hacer con mi vida una vez fuera…

- Pues ahora mas que nunca aprender a valerte por ti mismo y no dejar que tomen decisiones por ti…

- Sabes, es gracioso, solo he estudiado la carrera de derecho porque mi padre quería que siguiera sus pasos, pero, lo cierto es que la odiaba, y ahora ni siquiera podré terminarla…

- ¿Qué es lo que realmente te hubiera gustado hacer?

- ¡Que curioso, es la primera vez en mi vida que alguien me pregunta eso…!, lo cierto es que me encanta escribir, aunque mi padre dice que es la mejor forma de morirse de hambre…

- Tu no le hagas ni puto caso…, si eso es lo que te gusta, aun estás a tiempo de hacerlo…

- ¿Cómo?, ¿olvidas que he perdido la vista?

- No, me acuerdo perfectamente, pero, ese no es ningún impedimento…, a no ser , claro, que estés buscando una excusa para esconderte en un rincón a esperar a que te pase la vida de largo…

- ¡Eres un cabrón…!

- ¡No sabía que los pijos dijeseis tacos, ten cuidado a ver si te van a desheredar por mal hablado…!

- Sergio…

- ¿Qué?

- ¡Gracias por estar aquí…!

- 11 – (DANI)

Volver a mi casa fue un autentico infierno, mi madre apenas me dejaba respirar, me trataba igual que un inútil, como si en vez de perder la vista, me hubiese quedado tonto de remate, encima me pusieron una enfermera que no se separaba de mi ni para ir al baño…, nunca pensé que echaría de menos el hospital, pero, así era, al menos allí tenía visitas a diario, pero, en casa no, porque mi madre era una persona muy maniática y celosa de su intimidad y no quería gente entrando y saliendo todos los días… , tampoco me dejaba salir al exterior, así que me había convertido en un prisionero en mi propio hogar…

Irónicamente, los únicos que eran bien recibidos eran Sara y Sergio, que venían a verme, casi todos los días y a veces convencían a la carcelera para que me dejase ir a respirar aire fresco, fue así como empezamos a pasar mucho tiempo juntos los tres, atrás quedaban las discusiones y los celos.

Es curioso, pero, aquel accidente nos cambió a todos, nos enseñó que la vida puede ser mas dura de lo que pensábamos, que hace falta esforzarse y luchar para superar los reveses y que todo acto tiene una consecuencia. También no enseñó que por mucho que luches contra ti mismo el corazón no entiende de razones ni porqués…

- ¿Y Sergio no ha venido hoy? – Pregunté extrañado.

- No, lo he llamado , pero, no me coge el teléfono… - respondió Sara agarrándome del brazo como siempre solía hacer…

- Lleva unos días un poco raro, ¿tu crees que le pasa algo?

- No lo sé…, pero, yo también lo he notado muy ausente…

- ¿Podemos pasar por su casa antes de ir a la playa?

- De acuerdo…

Entré en el ascensor solo, pulsé el segundo botón empezando por abajo, las puertas se abrieron, salí , di media vuelta hacia la derecha y conté diez pasos, llegué al final del pasillo, era la primera puerta empezando por la derecha, me agaché para asegurarme, la única que no tenía felpudo, volví a levantarme, el timbre, debería estar a la izquierda, lo encontré y timbre un par de veces, todo eso lo había aprendido con Sergio, me había ayudado a memorizar sitios y cosas, ahora podía llamar por telefono, teclear en un ordenador e incluso calentarme la comida en el microondas… costaba , pero, poco a poco iba aprendiendo a hacer una vida normal…

- ¿Qué haces aquí? – su voz no parecía demasiado amigable, estaba claro que algo le pasaba…

- No se si te acuerdas, pero, habíamos quedado para ir a la playa… - respondí sin hacer caso de su tono…

- Si, perdona, no tenía ganas de ir , y se me olvidó avisaros…, ¿has venido solo?

- No, Sara está esperando abajo…

- Pues marcharos vosotros , a mi no m apetece…

- Es que si no vienes tu , a mi tampoco…, ¿no me dejas entrar?

- No es un buen momento – dijo bajando un poco la voz –estoy acompañado…

- Entiendo – no se por qué , pero, en aquel instante algo se rompió en mi interior, yo conocía su forma de ser perfectamente y aquello no debió cogerme por sorpresa, sin embargo en los últimos meses había cambiado tanto que casi me olvidé de quien era Sergio cuando lo conocí…

Me di la vuelta para marcharme, pero, estaba tan nervioso que me desorienté y ya no sabía donde estaba la izquierda ni el ascensor ni nada…, me apoyé en una pared y me dejé caer hasta dar con el trasero en el suelo, entonces empecé a llorar, el vino a mi rescate como ya casi era una costumbre entre nosotros desde lo del accidente…

- ¡Ey!, ¿Qué pasa? – susurró arrodillándose a mi lado - ¿por qué te has puesto así?

- Creo que tengo miedo… - respondí conteniendo el llanto.

- ¿Miedo a qué? –preguntó extrañado, había abandonado ese tono distante con el que se dirigió a mi nada mas abrirme la puerta…

- ¿Tu que crees “malote”? , a perderte, estos meses me he acostumbrado a tenerte cerca siempre que te necesito…, si tu me faltases yo no se que haría…

- ¿De qué estás hablando? – parecía afectado por mi confesión, supongo que en cualquier otra circunstancia me habría callado por miedo a que reaccionase mal, sin embargo en aquel momento estaba dispuesto a confesárselo todo…

- ¿De verdad no lo sabes? – susurré buscando su cara con mi mano derecha – que te quiero, ya me atraías mucho antes de lo del accidente, cuando te vi por primera vez con esa pinta de chulo perdonavidas… , pero, desde que se la persona tan increíble que se esconde debajo de esa fachada de tipo duro, ahora te amo…

- Dani… yo no siento lo mismo, solo somos amigos…

- Mientes – murmuré recuperando de nuevo la fortaleza.

- 12 – (SERGIO)

- Lo siento – dije, intentando que mi voz sonara segura – no me gustan los hombres…

- ¡A mi no me engañas! – exclamó acercándose cada vez mas a mi – ¡se perfectamente que fuiste tu quien me besó en el hospital…!

- ¡No tengo ni idea de lo que me hablas! – me excusé sin demasiada convicción, estaba consiguiendo romper en añicos mi seguridad.

- ¡No intentes hacerme pasar por idiota…, incluso sin poder ver te reconocí…, ya sabia que no eras Sara, ella no huele a hachis y desde luego no le rasca la barba…! – me susurró al oido.

- Dani, no, por favor… - supliqué al sentir sus labios en mi cuello – no hagas esto…

- Solo quiero que seamos sinceros el uno con el otro… - murmuró recorriéndome la oreja derecha con la lengua - ¡basta de mentiras!

- ¡No está bien…!

- Contéstame, Sergio, ¿me quieres?

- ¡Dani…!

- ¡Dilo!

- Te quiero mucho… - respondí por fin dándome por vencido – vamos dentro, este no es el mejor sitio para hablarlo…

- ¿No estabas acompañado?

- No, te mentí… – confesé derribando mi última resistencia.

- ¿Por qué hiciste eso?

- Porque estoy aterrorizado, tengo veintisiete años y jamás he sentido ningún tipo de interés por otro hombre hasta que apareciste tu, cuanto mas tiempo paso contigo mas te necesito, yo nunca he dependido de nadie y ahora no puedo pasar ni un solo día sin verte…ya ni siquiera tengo la necesidad de salir a emborracharme para sentirme bien , me basta con tenerte cerca… - respondí sintiendo como se me saltaban las lagrimas…

- Vamos dentro – dijo abrazándome con fuerza –¡no sea que te vean llorar los vecinos y pierdas tu reputación de tío duro…!

- ¡Serás capullo! – exclamé justo antes de besarlo.

Ya no nos separamos, entramos en mi apartamento comiéndonos la boca con desesperación como si la vida nos fuera en ello, mientras nos sacábamos la ropa a tirones, lo abracé con fuerza apretando su miembro erecto contra el mío que no quería ser menos, terminé de desnudarlo y al verlo así me pareció perfecto, como un dios griego, recorrí todo su cuerpo con mi lengua, casi no me dio tiempo a pensarlo , pero, para cuando me quise dar cuenta tenía su poya en la boca, nunca pensé que me gustaría hacer algo así, pero, lo cierto es que lo disfruté tanto o mas que el, Dani gemia y me acariciaba el pelo con ternura y yo simplemente no podía parar de chupar, era casi como una droga… Después tiró de mi hacia arriba y nos fundimos en el morreo mas salvaje de toda mi vida.

- ¡Déjame a mi…! – dijo poniéndose de rodillas, busco mi miembro a tientas con las dos manos y se lo introdujo en la boca sin titubeos, comenzando una vertiginosa mamada mientras acariciaba mi trasero y jugueteaba con mi ano – sabes, me gustaría hacerte el amor, no he pensado en otra cosa desde la primera vez que te vi…

- ¡Haz conmigo lo que te apetezca…! – susurré, mientras sentía como un dedo ensalivado me penetraba sin compasión…

- ¡Nunca haría nada que tu no desearas! – respondió incorporándose para besarme

- ¡De ti lo quiero todo! – dije mientras lo sentaba en el sofá y yo me situaba sobre

el a horcajadas colocando su miembro a la entrada de mi ano…, después simplemente cerré los ojos y me dejé caer…

Fue la sensación mas increíble e intensa que he experimentado nunca , me sentí completo, como si hubiera encontrado todo lo que llevaba buscando desde hacia tanto tiempo, por fin el sexo cobró un significado especial para mi… Me dolió bastante al principio, pero, creo que con cada embestida nos sentíamos mas cerca el uno del otro…, el me tenía agarrado por la cintura y marcaba el ritmo de mis subidas y bajadas…

- ¡Dios, ojalá pudiese verte la cara en estos momentos…! – murmuró, enterrándome aquel trozo de carne hasta las entrañas…, yo no paraba de jadearle al oído y retorcerme de gusto.

Nos corrimos casi al mismo tiempo y caímos rendidos en el sofá, sin dejar de abrazarnos…

- ¡Ha sido increíble…! – susurró.

- ¡Dímelo a mi…, en mi vida pensé que haría nada parecido…, la próxima vez cambiamos…, o creo que no podré sentarme en un mes…!

- ¡Vale, vale! – aceptó entre risas… - ¡Mierda!

- ¡Pijo, esa lengua!, ¿eso es lo que te enseñaron en los colegios de pago?

- ¡No, es que me he acordado de que dejé a Sara esperándome abajo…!

- ¡Ufffff, es verdad…, Sara…!, ¿Quién se lo dice?, casi mejor tu que tienes mas tacto… ¿no?

- ¡De eso nada, se lo contamos los dos…, creo se merece una buena explicación…!, ¿no te parece?

- Bueno, tienes razón, ahora hablamos con ella…, por cierto, estoy pensando que tal vez deberías empezar a escribir, al fin y al cabo ese es tu sueño ¿no?

- ¡Como si fuese tan fácil!, ¿ya me dirás de que forma si no veo lo que escribo…?. Y tampoco creo que se aprenda a leer Braille en dos días…

- Bueno, quizá yo podría ayudarte si te mudases aquí, ya sabes, tu dictas y yo anoto, al menos mientras no aprendas a hacerlo de otra forma…

- ¡Me estás pidiendo que viva contigo?, ¡creía que eras un alma libre que no soporta los compromisos…!

- ¡Pues no sé por qué lo dices…!

- ¡Por nada, por nada, bueno, tendré que aceptar, pero, con una condición…!

- ¡Lo que quieras!

- ¡Nada de porros!

- Está bien, pero, a cambio quiero que tires todos tus polos lacoste de color rosa…

- ¡No son rosas, sino color salmón…!

- ¡Digan lo que digan, son rosas, no podría soportar levantarme por las mañanas y verte con eso puesto…!

- ¡Vale, es un trato justo…, te quiero “malote”!

- ¡Y yo a ti “pijo”!

Hoy, algunos años después de aquel trágico viernes por la noche, no puedo evitar preguntarme que habría pasado si ese accidente no hubiese tenido lugar…, tal vez Dani y yo nunca habríamos llegado a conocernos de verdad, y nuestras vidas seguirían vacías y carentes de sentido…, es curioso como una fatalidad puede convertir a dos rivales en amigos, en casi hermanos, en amantes...

Me levanto cada mañana al lado de un hombre independiente, un escritor reconocido, pero, sobre todo junto al amor de mi vida…, en cuanto a Sara, bueno, ella también encontró su camino y se enamoró de alguien que supo corresponderla como se merecía y darle toda la caña que le hacía falta, aunque esa es otra historia…

-FIN-

(Bueno, gracias a los que leyeron mis relatos y muy especialmente a quienes los comentaron, en serio que me han gustado mucho vuestros comentarios y me han animado a escribir alguna cosa mas en el futuro, un saludo a todos…)