¡Hala, relatos de buenas orgías! ¿Pero el ciudadan@ medi@ sabe verdaderamente lo que es participar en una orgía? Se puede describir el sabor de una naranja, la sensación que te causa esa acidez juguetona en las papilas gustativas, que tod@s estaremos más o menos de acuerdo, pero con una experiencia sexual vedada al común de los mortales la cosa cambia a la hora de saber qué se vive practicándola. Y sobre todo eso, ¿está al alcance de la mano de cualquiera participar en una orgía? Como se trata de sexo un hombre siempre lo tendrá más difícil; una hermosa mujer sólo tendrá que saber moverse, es decir, saber a quién recurrir, qué hacer, adonde ir…

Llamaré orgía en esta digresión a todo lo que sea trascender la lógica relación de pareja, aunque aporto la definición del término. Orgía: Se dice del festín en que se come y bebe inmoderadamente y se cometen otros excesos. Y también de la satisfacción viciosa de apetitos o pasiones desenfrenadas.

Los apetitos o pasiones desenfrenadas a que se refiere la acepción tienen que ver exclusivamente casi con el sexo. Y eso de comer hasta hartarse y vomitar, para luego acabar follando, no sé si lo inventaron los romanos, pero sí que lo llevaron a su máxima expresión. Eso quizá sea una orgía, o al menos su concepto menos intrínseco: emborracharse, desinhibirse y entregarse a la lascivia sin complejos.

En la actualidad han cambiado pocas cosas para entrar en ese juego, que habría de ser siempre libre y consensuado. Ya se sabe, noche discoteca, unas copas, perfumes que embriagan, la vida a tope y todo puede que acabe en un buen polvo en compañía de varios amigos y amigas.

Lo que si pienso que es excitante, para un novato o novata en este asunto, es el momento previo a lanzarse a esa "piscina chispeante de placer"