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Mi prima, sus bragas y sus medias

en Amor filial

Mientras escribo este relato, recordando todo lo que me ha pasado esta última semana, la excitación se hace notar en mis pantalones, seguramente, deberé parar mientras lo termino para ir al baño y acabar con este acaloramiento.

Hace menos de un año que mi prima se ha divorciado, y lo siento por su ex, porque es un tío que me cae realmente bien, pero este hecho ha sido el causante de mi mejor semana de sexo.

La relación con mi prima siempre ha sido fabulosa, siempre ha sido algo más que la relación típica entre unos familiares, ella siempre me ha excitado, y han sido numerosas las pajas que le he dedicado, y aunque pensaba que yo también podía atraerle a ella, no ha sido hasta hace poco cuando lo he podido comprobar.

Cuando me comunicó que se había divorciado, no tuve otro remedio que ir a visitarla para comprobar su estado de ánimo, así de paso, podría verla y abrazarla otra vez, además de recrearme con su ropa interior usada que siempre dejaba en un cesto del baño para después llevarla a la lavadora. El olor de sus bragas y medias usadas me habían reportado las mejores pajas que me había hecho, y muchas veces había dejado mi semen en ellas sin querer, que después tuve que limpiar para que no notara nada.

El día que llegué, ella me estaba esperando en casa, allí nos fundimos en fuerte abrazo y me contó toda la historia de su divorcio entre cerveza y cerveza. Tratando de animarla un poco, la convencí para salir a tomar una copa a la noche y evitar seguir pensando en el mismo tema. Así que nos duchamos y vestimos para salir. Ella estaba impresionante, como si supiera lo que me gustaba, se había puesto un suéter ajustado, una falda cortita, y unas medias negras, que hacían resaltar todavía más sus preciosas piernas y cuerpo. No pude evitar soltar un silbido de admiración, ella se rió, "no seas tonto" me dijo.

Así que salimos, y por supuesto bebimos, la noche se empezaba a calentar, ella bailando en la pista, con un montón de tíos que se le acercaban, restregaban sus penes contra su culo, y agarraban su vientre con el fin de bailar lo más pegados. Yo me estaba calentando más que cualquiera de los tíos sobones de la pista, viéndola bailar y calentando al personal, todavía mantiene un gran atractivo. Ella, después de varios bailes, se acercó de nuevo a mí, y un poco borracha, me dijo que quería marcharse, que ya era tarde, y que alguno de los sobones se estaba pasando un poco, no quería seguir con ese plan. Así que nos marchamos de la discoteca, y mientras íbamos a casa le comenté que pese al divorcio, no iba a tener problema en buscar nuevos "amigos" visto lo visto en la disco, y que había puesto cachondo a todo el mundo en la discoteca.

"a ti también te he puesto cachondo?", me preguntó.

"por supuesto, no se si te has visto, pero hoy estás que lo rompes, y si no fueras mi prima, yo hubiera estado el primero bailando en la pista, eso sí, no te hubiera dejado marchar, como muy lejos al baño", le dije riéndome a carcajadas.

Ahí lo dejamos hasta llegar a casa, me desvestí en mi cuarto, me puse mi pijama corto, sin calzoncillos debajo, y me senté en el sofá del salón mientras mi prima salía del baño. Se quitó los zapatos y se tumbó con sus pies hacia mí, todavía enfundados en sus medias. Se notaba que estaba un poco borracha, y el roce de sus pies sobre mi entrepierna hacía que mi pene empezara a levantarse. Yo no podía más y empecé suavemente a masajearle los pies, "te dolerán un poco, verdad?? Todo el día con los zapatos y bailando como una loca".

Ella me dijo, "estoy destrozada y esos masajes me vienen fenomenal, me gusta, sigue si no te importa". Importarme a mí, ja, estaba deseando. Sus pies despedían un ligero olor a sudor, y solo tocarlos hacía que mi excitación subiera todavía más, si esto fuera posible. Así que continué dándole masajes, ella empezó a relajarse y se tumbó totalmente en el sofá, sus pies, y sus piernas estaban a mi disposición, podía ver sus bragas negras al final de sus piernas, y ella cerró los ojos relajándose completamente. Después de varios minutos deleitándome con sus pies, comencé a subir mis manos por sus gemelos, poco a poco, delicadamente, hasta llegar a sus muslos. Con mis dedos pulgares acariciaba sus ingles y ella empezó a suspirar.

"estoy muy caliente primito, los roces de la discoteca y ahora esto, no se si será mejor parar…."

"no creo que sea el momento de parar, yo también me he puesto muy caliente viéndote en la disco, y mira como me tienes ahora", y me bajé los pantalones cortos de mi pijama, enseñándole mi erecto pene, ya brillante por los primeros líquidos que empezaban a salir.

Cogí sus pies, y los coloqué de tal manera que empezó a masturbarme con ellos. El roce de las medias en mi pene era realmente estupendo, ella seguía y seguía, yo llevaba mis manos hacia sus ingles, intentando acariciar su coño y su clítoris, estaba completamente húmeda, así que llevé mis dedos mojados a mi boca y pude disfrutar de sus fluidos, no aguantaba más el ritmo de su pies en mi polla y me corrí entre sus pies, manchando sus medias por completo.

"Ahora es tu turno", me dijo. No perdí más el tiempo y dirigí mi boca hacia sus bragas húmedas, empecé a lamerlas por fuera. Su olor era magnífico. Después de lamerle bien por fuera, aparté sus bragas a un lado y comencé a comerle su mojado coño. Lo que tanto había estado esperando y soñado, estaba empezando a convertirse en realidad. Ella se retorcía, y me pene volvía a ponerse tieso.

Entre suspiros, me gritó, "a que esperas??? No aguanto más, méteme esa polla de una vez, te deseo ya".

A sus órdenes, pensé yo, y allí mismo, en el sofá, empecé a metérsela. Estaba como loco, follaba como si fuera la última vez, a un ritmo infernal, mis bolas pegaban contra su culo, y el ruido que producían me excitaba todavía más, y yo más fuerte todavía.

Harto de la misma posición, cogí a mi prima, la levanté y le di media vuelta, colocándola a cuatro patas. Con las manos le separé las dos nalgas y me puse a lamer su coño y su culo, pasando mi lengua de un lado al otro como si fuera el helado más rico que jamás hubiera comido. Mi prima se retorcía de gusto, su marido nunca le había hecho calentarse de esta manera. Cogí mi polla, y me puse a jugar restregándosela por fuera, tal y como antes había hecho con la lengua. De vez en cuando se la metía en su coño empapadísimo, y la volvía a sacar para pasarla por fuera hasta su culo.

Después de un rato, mi prima no aguantó más y rompió a correrse, sus piernas temblaban, y tuve que sujetarla para que no cayera al suelo. Cuando se recuperó, agarró mi polla con sus manos llevándosela a la boca, chupándomela hasta que derramé todo el poco esperma que me quedaba en su boca y cara. Qué imagen, dios, me había follado a mi prima, me había corrido 2 veces, una en sus medias y otra en su cara.

Cansados, nos fuimos a la ducha y después a la cama. Allí hablamos de lo sucedido, y yo le comenté todas las fantasías que había tenido con ella, mis masturbaciones con su ropa interior sucia, la sensación que me producía el olor de sus medias usadas y todas las perversiones que os podáis imaginar.

"algo me suponía", me dijo ella, "a veces al meter la ropa en la lavadora notaba algo raro, y solo pasaba cuando tu estabas en casa". "así que te gustan esas cosas, guarrillo". "te tengo que decir la verdad, a mi también me encantan los juegos, y muchas veces he mojado mis bragas pensando que realmente estabas masturbándote con mi ropa usada, aunque no estaba segura. Ahora no te faltarán mis prendas usadas", me dijo riéndose.

"no te adelantes, tengo más fantasías contigo y si estás de acuerdo me gustaría cumplir alguna, antes de marcharme. Tenemos 3 días", le comenté.

"¿Cuáles son?", me preguntó.

"Mañana hablamos, ahora vamos a dormir"

Nos dimos un beso, nos abrazamos y nos quedamos dormidos hasta el día siguiente.

"Bueno, dime cuáles son esas fantasías tuyas", ni buenos días ni nada, creo que no había podido dormir pensando en ello.

"a la tarde, tienes que ir a trabajar, verdad??", le pregunté.

"Si, ya lo sabes", me respondió.

"Me gustaría…..", dejé pasar un poco de tiempo, "me gustaría poder correrme en tus bragas y en tus medias, en las que vas a llevar a la tarde al trabajo. Quiero que te pongas esa ropa delante de mi, y verte como sales a trabajar sabiendo que llevas una parte mía contigo durante toda la tarde".

"De acuerdo", me dijo, "creo que puede ser excitante". "Qué braguitas y medias quieres que lleve hoy a trabajar??. Elígelas tu".

Me fui al cajón donde guarda su ropa interior, medias y panties, que por supuesto sabía donde estaba, y elegí unas braguitas negras de encaje muy finas y unos panties negros con dibujos. Mientras los elegía, ella me besaba el cuello, y llevaba sus manos hacia mi pene, que ante tal situación estaba ya en posición de ataque. Una vez elegidos, me tumbé en la cama, y ella continúo masturbándome, con las manos, la boca, los pies. A su vez, yo le acariciaba su coñito, rico y mojado.

Cuando estaba a punto de correrme, cogí las bragas que había elegido y eché parte de la leche en el interior de ellas, después, otra parte de mi leche fue a parar al interior de los pies de los panties.

Sin dejar que se secara, mi prima comenzó a vestirse, primero sus braguitas. Al ajustárselas, un poco de mi corrida salió por los laterales de las bragas, escurriéndose hacia sus ingles. La imagen era espectacular. Después sus panties, al meter sus pies en ellos, se podía ver como el líquido blanco se esparcía entre los dedos de sus pies.

"me estoy poniendo cachonda, y solo acabo de ponérmelos", se reía mi prima, "que sensación tan extraña y divertida a la vez".

Termino de vestirse, me dio un besazo, y se marchó a trabajar.

A la hora, suena mi móvil, era ella, "cabronazo, estoy cachondísima, he tenido la sensación en el metro que todo el mundo me miraba, que sabía algo, tengo las bragas mojadísimas y no es de tu leche". "Noto como mi coño se humedece, y me baja líquido por las ingles, tengo todos los panties manchados, de las gotas que bajan de mi coño por las piernas. Que sensación!!!!"

"Pero donde estás?? No estás en el trabajo??", le pregunté.

"Sí, estoy en el curro, pero me he tenido que venir al baño, estoy muy caliente y no aguantaba más. Las bragas tienen una mezcla de mis jugos con tu corrida, huelen a sexo, y estoy masturbándome. La mezcla del sudor de mis pies con tu leche es también espectacular. Me he quitado los panties y las bragas, y mientras los huelo, no paro de apretar mi clítoris, que está duro como una piedra".

Yo no daba crédito, y la situación me estaba excitando tanto como la primera paja de mi vida.

"Corre, coge unas bragas sucias del baño y unas medias", me gritó, "huélelas, juega con ellas y mastúrbate mientras hablas conmigo por teléfono y nos corremos juntos, quiero oír como te lo pasas con mi ropa sucia, guarrete"

Dicho y hecho, salí corriendo al baño, y cogí las primeras prendas que vi, con mi excitación no estaba para elegir.

"ya las tengo", le dije, "tengo tus bragas en mi cara, absorbiendo todos sus olores, y he metido mi pene dentro de una de tus medias, que gusto el roce de las medias, es como si fuera otra persona la que me está pajeando, como si fueras tu"

"ahhh, mis dedos salen de mi coño completamente mojados, parezco una fuente, primo"

"Chúpatelos, rápido, dime a que saben"

"Es raro, creo que tienen todavía una mezcla de sabor de tus jugos"

"Yo tengo ya tus medias mojadas y brillantes", le dije, "no puedo dejar de pensar en ti, en como tus pies me masturbaban ayer, las medias en mi polla me recuerdan a la paja que me hiciste ayer".

"ahora mismo estoy pasando los panties por mi boca, que sabor más rico, estoy excitadísima. Me estoy masturbando con las bragas en mi mano, pasándomelas por todo mi húmedo coñito. Entran fácilmente en mi agujero y salen completamente mojadas"

"No aguanto más prima, me voy a correr en tus medias". Nada más decir esto un chorro de semen manchó las medias de mi prima que tenían enfundado a mi pene. Al otro lado del teléfono escuchaba a mi prima jadeando.

"yo también me estoy corriendo primito guarro", me gritaba.

Escuché un silencio, y otra vez sonó su voz al otro lado del teléfono, "casi me caigo al suelo, el orgasmo me ha hecho temblar entera, y me he tenido que sujetar al lavabo, todavía mis piernas están temblando. Voy a intentar ponerme otra vez la ropa y volver al trabajo. Espérame en casa, y no te masturbes más, deja algo para mi cuando vuelva".

"Tranquila cariño, ahora mismo no puedo ni moverme. Preparé la cena y esperaré a oler tus bragas sucias y tus medias sudadas".

Así pasamos el resto de los días que me quedé en su casa, entre medias y bragas, sexo, y masturbaciones por teléfono desde el baño de su oficina. Tengo unas ganas locas de volver a visitarla, aunque me he traído parte de su lencería a mi casa y seguimos en contacto, pero el deseo de masajear sus pies y sus ingles, de lamer cada centímetro de su cuerpo y follar con mi prima es lo único que pasa por mi cabeza desde entonces. Dentro de poco volveré, y si queréis os cuento las nuevas experiencias.