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Erótico

en Bisexuales

Quería salir de allí, ya no aguantaba tanto agobio, necesitaba una escapada algún lugar tranquilo donde pudiera relajarse escuchando el sonido del mar.

Salió del trabajo y se metió en la primera agencia de viajes que encontró, el destino, es lo mismo, sol y playa. Se sentó ante el único chico disponible y su primer vistazo le agradó lo suficientes para evadirse un poco de todo lo que acababa de vivir. Moreno, ojos agrandes, y facciones dulces. El chico se identifico como Sergio y ella embobada le dijo que era Clara y que quería irse de viaje en el primer vuelo que hubiera, a un sitio tranquilo con buen tiempo, le ofreció varios destinos pero el que más le llamó la atención fueron unas casitas sobre unas aguas cristalinas, no lo dudo ni dos segundos, allí, allí era donde quería pasar los próximos quince días. Sergio le pregunto cuantas reservas debía hacer, Clara le contesto que una, solo viajaría ella.

Ya lo tenía todo listo, el lunes saldría dirección al paraíso, pero no tenía nadie con quien compartir, hacía tiempo que estaba y se sentía sola, el último caradura que se había acercado a ella la había dejado por otra, no se sentía mal por ello, ya que se consideraba una persona independiente y autosuficiente, pero las mentiras y las falsedades era algo que nunca había soportado. Mientras se daba un plácido baño se acordó de Sergio, la verdad es que le había causado una grata impresión, seguro que estaba comprometido, o incluso, casado, bueno daba igual su estado civil, las fantasías no entiende de esas cosas. Cundo volvería a verle?, el sábado cuando fuera a retirar los papel del viaje. Ver su cara, su sonrisa y esos ojos oscuros que te dan confianza…., dejo volar su imaginación y sus manos sobre su cuerpo húmedo, se estaba poniendo demasiado caliente, así que salió de la bañera, se puso el albornoz y se fue a su habitación, encendió una luz de la mesilla y se tumbó sobre la cama, desabrochó el cinturón y dejo al aire su suave cuerpo que palpitaba por las emociones vividas en la bañera. "Entró Sergio en su habitación y comenzó a besarla por todo el cuerpo, ella se estremecía, el se sacó la camisa y los pantalones dejando al aire un torso musculoso y suave, al que ella se asió con todas sus fuerzas. El la besó en los labios de una forma suave, cariñosa e intensa, las ansias que ella sentía por la situación la estaba volviendo loca, quería más, más. Él la relajó con sus manos, acariciándola y tocándola por sitios que nunca imaginó pudieran dar tanto placer, ella se dejó hacer y se entrego a esa calma y pasión. Él la penetró con pasión, su pene estaba duro y entraba y salía con fluidez ella había llegado al clímax en varias ocasiones, pero quería seguir disfrutando con la penetración", que pasa, nooooo!!!!!!, algo le había pasado al vibrador, se paró en lo mejor, mierda.

El sábado se puso unos vaqueros, una camiseta y se fue a la agencias, estaba tan nerviosa, tenía miedo a sonrojarse cuando le viera, y si no estaba??. Abrió la puerta de la agencia y no le vió, que fallo, habló con una de sus compañeras, le entregó la documentación del viaje y le comentó que Sergio estaba de vacaciones, que el viernes había sido su último día. Salió un poco defraudada, pero pensó que en el viaje podría conocer a alguien en sus mismas circunstancias, no tiró la toalla, tenía que verlo todo con buena cara ya que sus vacaciones paradisíacas comenzaban en dos días.

El Lunes llegó al aeropuerto con su maleta, estaba emocionada y nerviosa, se puso en la cola de facturación y una persona que estaba delante se giró y la saludó, o no!!!, no podía ser, su ex novio, viajaba solo???, a donde iba???. Sonrió, fingió y le mintió, todo estaba bajo control, se iba a Madrid por cuestiones de trabajo.

Ya en el avión esperó impaciente a que despegará, las horas no le pasaban, debía relajarse de alguna manera, se acomodó, se puso los cascos y encendió el ipod, algo tranquilo, no mejor algo con marcha, cerró los ojos y se entregó a la música. Cuando se despertó ya estaba en el aire, a su lado se encontró a una chica muy mona que la saludó, todavía quedaba varias horas de vuelo. La azafata le llevó una coca-cola y unos cacahuetes y el informó que en unos minutos le servirían algo para comer. La chica mona rubia le contó que viajaba sola y lo hacía por motivos de trabajo, ya que se dedicaba a buscar destinos turísticos exóticos para una agencia de viajes. Ella iba a una isla próxima, pero también estaría unos días en el hotel que había elegido.

Tras unas largas conversaciones, risas y confidencias, por fin llegaron a su destino, la chica mona rubia, que se llamaba Amelia, le había causado una buena sensación, tan buena que ya habían quedado para pasar algún tiempo juntas en el hotel.

Nunca se imaginó como era, mejor que en las fotografías, el sol brillaba, hacía un calor agradable, todavía era temprano, en recepción le dieron la llave de su mini-apartamento-habitación, ella y Amelia, siguieron al mozo, "que culito más prieto", comentaron y se rieron, estaban relajadas y a gusto. Sus habitaciones estaba próxima, tenían una en medio, quien sería, a lo mejor se iba pronto y podrían cambiarse. Deshizo la maleta, echó un vistazo a la habitación, que bonito, el cuarto de baño tenía una bañera amplia de hidromasaje, tras una pared de separación había una ducha, el saloncito era amplio con vistas al hotel y al mar; se puso el biquini, unas bermudas y las chanclas, cogió la toalla y salió a investigar. Había quedado con Amelia en una hora en la piscina "Azul", así se llamaba. Fue a la cafetería se pidió un café y unas tostadas, mientras esperaba, alguien se le acercó, un chico mulato muy guapo que le informó que se llamaba Peco y que era el animador del hotel, que podía encontrarlo en recepción y que la lista de actividades esta en un tablón. Qué bien!!!, todo esto es fantástico.

Se encontró con Amelia en la piscina "Azul", era un zona rodeada de altas palmeras con tumbonas de todo tipo y tamaños, incluso las había con cortinillas para salvaguardar la privacidad de los usuarios. También había una cascada en la enorme piscina, era de agua salda!!!, la verdad es que invitaba a meterse. No lo pensaron dos veces se cogieron una de las tumbonas "casa" y se metieron en el agua, se acercaron al bar que había dentro y se pidieron una piña colada. Clara no se lo podía creer, por el cuerpo le recorrían extrañas emociones, que quería identificar y vivir cada una de ellas por separado, no quería correr tanto. Se fijó en Amelia, le parecía una chica muy sensual, ambas iban a disfrutar de aquel viaje al máximo.

Al día siguiente Amelia tenía que viajar a otra isla, pero volvería por la tarde noche, así que Clara se puso el biquini y se fue a la playa que tenía el hotel, buscó un sitio resguardado de curiosos y se tumbo en la toalla para tomar el sol. Nunca lo había hecho, pero sentía que quería y le apetecía, se quitó la parte de arriba del biquini y se quedó dormida. Le despertaron ruidos próximos, quien estaba invadiendo su espacio??, unos ojos marrones se le acercaron, era Sergio, no lo podía creer, se sonrojo y con las manos se tapó los pechos. Se puso en pié y le saludó afablemente, le besó, "estaría solo??". Le contó que después de que se fuera de la agencia decidió irse de vacaciones y sin pensarlo eligió el mismo destino que ella. Su vuelo había salido más tarde. Le preguntó…., estaba segura de que quería saberlo, si quería, le preguntó si había venido solo, él le contestó que sí. Le preguntó si quería bañarse y él aceptó. El agua era cristalina y con una temperatura agradable. La cabeza de Clara empezó a dar vueltas, que iba a hacer, las cosas estaban saliendo bien, y Amelia???, que iba hacer ahora con ella. Stop, stop, disfruta del momento. Clara quería tirárselo allí mismo, pero nunca había dado ella el primer paso, tenía dudas; empezó tonteando, él le seguía el juego, se sentaron en la orilla y ella le besó, él le devolvió el beso, pero se separó de ella de repente. Se disculpó y se fue.

Clara le contó a Amelia todo lo que le había sucedido esa mañana, y mientras cenaban, pensaron mil y una cosas para poder descifrar la escapada de Sergio. Cuento terminaron, se fueron a la habitación de Amelia, y allí mientras desvalijaban el mini-bar, se hacían confidencias. Clara le preguntó a Amelia si alguna vez había tenido alguna relación sexual con una mujer. Amelia le dijo que nunca, que a pesar de que lo había meditado varias veces, nunca le había surgido la ocasión. Amelia le devolvió la pregunta, y Clara le dijo que tampoco, pero que le apetecía probar, así que mutuamente decidieron intentarlo allí mismo. Comenzaron besándose y Clara tocó las duras tetas que se intuían bajo la blanca camiseta de Amelia, se la quitó y empezó a besárselas y a chuparle los duros pezones. Se quitaron la ropa y ambas, solo con unas braguitas, decidieron bañarse, salieron a la puerta de entrada, bajaron hasta un pequeño embarcadero y se tiraron al agua, allí continuaron jugueteando, y de repente vieron a Sergio, era su vecino, el de la cabaña que las separaba. Clara que no le perdió de vista, empezó a besar a Amelia, ambas sintieron que se iba. Subieron a la habitación y mojadas se tumbaron en el suelo sobre unas toallas y allí Clara empezó a lamerle el clítoris a Amelia, quien se estremecía de placer a cada lengüetazo. Clara cada vez que la oía gemir se aceleraba más y más, lo que notó Amelia, así que se acostó de lado, de manera que podía acceder al clítoris de Clara, el cual encontró húmedo y continuó humedeciendo con su lengua y con sus dedos. Ambas se corrieron varias veces y extenuadas salieron tal y como estaban a darse otro baño. La picarona de Clara, que era así como se sentía, iba a llamar a la puerta de la habitación de Sergio, pero Amelia la detuvo y le dijo que esperara al día siguiente, "deja que se explique él".

Al día siguiente, Clara bajo a desayunar y se encontró con Sergio, fue hacia él y le preguntó si podía sentarse, él asintió, antes de que se dirigiera al buffet, él la asió de la mano y le pidió que se sentara, que quería explicar su actitud de ayer. Clara se sentó y escucho. Sergio le dijo que se sentía inseguro, que no era de esos que ve una chica y se deja llevar, que las relaciones le costaban un poco y se sentía un poco mal por lo que ella pudiera pensar de el por todas las coincidencias, mismo destino, mismo hotel, próxima habitación. Clara le pidió que se callara, que no se preocupara por nada y que se dejara llevar y disfrutara del momento y de las vacaciones, ya habían pasado tres días, solo quedaban siete, oh!!!!. Clara le propuso a Sergio que hicieran una excursión con Amelia, el animador le había hablado sobre una que salía en pocas horas, era en barco y conocerían varios arrecifes y algunas islita pequeña. El aceptó, terminaron de desayunar, pidieron que les prepararan algo de comer para llevar y se fueron a recoger a Amelia.

Llegaron los tres al embarcadero, donde les esperaba Peco, no había nadie más, observó Clara. Mejor, así podrían disponer de su antojo en la excursión. Zarparon los cuatro dirección a una isla pequeña que se encontraba deshabitada. Peco les explico que era un lugar idílico y que como solo iban ellos, cambiaría el plan de la excursión. Llegaron al pequeña isla después de recorrer varios arrecifes, bajaron del barco, Peco ayudó a Clara, quien se percato de los atributos del muchacho. Bajaron la comida que pusieron a la sombre de una palmera que había en la playa y extendieron una toalla grande, donde cabían todos. Mientras Peco y Sergio amarraban el barco.

Decidieron explorar un poco la isla, en poco tiempo llegaron al otro extremo, regresaron a la playa donde habían arribado y antes de comer fueron a darse un baño, Clara se dio cuenta de que Peco estaba desnudo, sonrojada le preguntó si era natural…., no si no había traído bañador o era típico de la zona, Peco le contestó que él era naturista y que siempre que podía se desnudaba. Clara decidió imitarlo y Amelia también, a Sergio le costó un poco, pero al final cedió, los cuatro, desnudos, se metieron en el agua. Clara buceando se topó con Peco y sus atributos, disimuladamente pasó por su lado y con la mano le rozó el pene y siguió para salir a la superficie más adelante. Clara salió del agua y se tumbó en la toalla gigante boca abajo, se quedó adormilada. Mientras Sergio y Amelia tonteaban en una roca, Peco subía al barco para llamar por radio y dar las novedades. Los tres decidieron despertar a Clara con caricias y besos por todo su cuerpo, ella se giró y se dejo hacer, quería sentir lo que había sentido con Amelia anoche. Amelia le tocaba las tetas, Sergio la besaba apasionadamente como la primera vez y Peco le chupaba el clítoris y le hacía disfrutar. Amelia que también quería que le lamieran el clítoris se tumbó junto a Clara y Sergio empezó a besarla y lamerle los pechos, ella, con los ojos cerrados sentía como iba descendiendo hasta ella al pubis, donde se detuvo un rato jugando con los pocos pelos que tenía y con un dedo le tocó el clítoris, ella se estremeció y él empezó a jugar con su clítoris, la lengua de Sergio recorría su coño húmedo, en ese momento de pasión su mente se paró en Clara, "a ella le gustaba él", giró su cabeza hacia ella y Clara la miró, sonrió y en voz baja le dijo, "disfruta", y la besó. Peco se tumbó en la toalla con su pene erecto, que todavía parecía más grande, Clara se sentó encima, quería que la penetrara, quería experimentar esa sensación que tantas y tantas veces había imaginado, después de besarla y chuparla se le introdujo y empezó a moverse, a sentir como entraba y salía y cuanto placer le estaba dando, vió como Sergio penetró a Amelia y su ritmó aumentó, se tocho las tetas, las manoseo y tras correrse y sentir como Peco también lo hacia se dejo caer sobre su pecho. Él apartó el pelo de su cara y la besó en la frente. Tras la orgía sexual, se pusieron a comer y a hablar como si nada hubiera pasado.

El sol caía, ya era hora de volver, cogieron el barco y regresaron al hotel, Clara estaba rendida, se despidió de sus acompañantes y se fue a su habitación, se metió en la ducha, dejó que el agua callera sobre su cuerpo, cerró los ojos y la imagen de Sergio apareció en su cabeza, le gustaba, se sentía atraída por él y todavía no se lo había follado, solo se habían besado acaloradamente, era algo que le había gustado. Clara se metió entre las sabanas blancas y se quedó dormida.

El sol de la mañana la despertó, que hora era???, que raro que no vinieran a despertarme???, ya se había formado un grupo de aventuras, y le extrañó que ninguno de sus camaradas viniera a despertarla, ya era tarde. Se desperezó, se vistió el biquini y un vestidito sexi y salió al restaurante. Al pasar por recepción le avisaron de que tenía un mensaje de Amelia, que decía que se había tenido que ir a otra isla y que no regresaría hasta la noche o hasta la mañana siguiente. Bueno, todavía quedaba Sergio y Peco, con el que habían hecho buenas migas. Llego al restaurante y no vió a Sergio y tampoco se topó con Peco. Que desastre, pensó Clara, bueno de todos modos tenía todo el día para ella.

Alquiló un coche descapotable en recepción, pidió un plano y salió a recorrer la isla, algo que todavía no había hecho, ya faltaba pocos días para su regreso y no la había visto. Pasó por delante de varios pueblitos, en uno de ellos había un mercadillo, así que decidió parar, estuvo recorriendo los puestos bajo un sol abrasador, a pesar de su vestido sexi, el sudor le corría por los muslos, que calor hacía. Se compró un sombrero de paja y en el mapa localizó un lago interior, decidió encaminarse hacia él. El acceso al lago era algo complicado paso por cerca de algunos viandantes, a los que preguntó el mejor acceso, solo había uno, el que ella había cogido, decidió aparcar el coche y continuar a pie. Ya no era tanto el calor que sentía, bajo aquellos frondosos árboles se sentía bien, podía respirar frescor, estaba desenado llegar al lago para bañarse, le habían contado que muchos lugareños iban allí para refrescarse y que las aguas del lago eran buenas para el cuerpo. Por fin llegó, el agua era transparente y estaba fresca, no lo pensó dos veces, sin ver quien estaba allí, se quitó toda la ropa y se sumergió en el lago, después de unos segundo sacó la cabeza y comprobó que no estaba sola, pero los que allí están no le habían prestado mucha atención, ya que también estaban desnudos y cada uno a los suyo. Después de un rato Clara salió del agua y se tumbó sobre la yerba en una zona donde los árboles dejaban pasar el sol. Aquella sensación de calor y frescor la hizo sentir bien, tan bien que sin darse cuenta estaba recorriendo con su mano todo su cuerpo tibio, le hubiera gustado que Sergio estuviera allí, pero no era así, levantó la cabeza para ver que nadie la observaba y empezó a tocarse el coño, su cuerpo se estremecía, abrió sus piernas y mientras el sol le daba en la cara, se tocaba sus tetas y se hacía un dedo, recordaba la polla de Peco, su tamaño, su dureza y lo que le hizo sentir cuando la penetró en aquella isla, se dejó llevar y se corrió, se sentía muy húmeda, con su dedito consiguió correrse varias veces. Poco a poco se fue calmando y salió del éxtasis, se metió en el agua del lago, se vistió y se fue. Menos mal, estaba sola.

Al llegar al hotel dejo el coche, paso por el restaurante para comer algo y se fue a su habitación a dormir un poco la siesta, estaba cansada, se quitó toda la ropa y se metió en cama, notaba el roce de las sabanas blancas sobre su cuerpo, le gustaba el ruido que hacia el roce, se tumbo boca abajo y se quedó adormilada. Sintió unos golpes en la puerta, pero no les hizo caso, al poco rato notó como una suave mano le recorría la espalda y se detenía sobre su culo y como descendía hasta su clítoris, ella no se movió, el rostro de Sergio se acercó a su cara y la besó, al oído le dijo "te voy a follar y cuando lo haga no vas a querer que nadie más te penetre". Clara no se movió de su posición, Sergio la agarró y la puso boca arriba, le vendó los ojos y la besó suavemente, ella sintió un dulzor extraño, que era??, ahh, sí, sabia a piña colada, que rico!!!. Ella lamió sus labios con la lengua, él cogió un hielo y se lo frotó por las tetas, sus pezones se endurecieron y se los lamió, Clara se estremecía, nunca había sentido esos placeres.

Sergio se sacó la camisa que llevaba y agarró la mano de Clara y se la colocó sobre su pecho, estaba suave y duro, la verdad es que Sergio era un chico de anuncio, que suerte había tenido. Él continuó dirigiendo su mano y se la llevó al pene, ella notó que estaba duro le desabrochó el pantalón y lo quitó, no llevaba nada debajo del pantalón, eso a Clara le gustó, era algo que le había parecido muy sexual. Él se separó y comenzó a lamerle los muslos y a besarlos, poco a poco fue subiendo y se detuvo en sus ingles, por donde paso juguetonamente su dedo. Clara se estremecía a cada rato. Él se detuvo y le preguntó si le gustaba, ella asintió. Sergio veía el cuerpo de Clara con deseo, le gustaba, tenía unas curvas sexis y unas tetas pequeñas pero duritas. Clara se sacó el pañuelo de la cara y vio a Sergio se acercó a él y le besó en la boca, lo atrajo hacia sí y él la penetró con deseo, Clara notaba como el pene entraba y salía de su coño, las imágenes de los días anteriores se agolparon en su mente haciendo que se excitara más, Sergio sentía la excitación de clara, salió de ella, le dio la vuelta y la penetró de nuevo mientras agarraba sus duras nalgas. Clara se puso a cuatro patas sobre la cama y mientras él entraba y salía de ella, con un dedo que chupo previamente comenzó a jugar con su clítoris. Sergio notó la mano de Clara, que le rozaba el pene y los huevos, se estaba excitando más y más. Ambos se corrieron entre sudor y gemidos.

A la mañana siguiente Clara se despertó abrazada a Sergio, le acarició la espalda con suavidad y le cogió el culo, le beso en el hombro y le dio los buenos días. Sergio se desperezó, le besó en la boca y le dijo que quería estar con ella y repetir lo de la noche anterior. Se fueron juntos a la ducha.

Ambos salieron a desayunar y se encontraron con Amelia, quien se dio cuenta de lo que había sucedido en su ausencia, se alegraba por ella, pero en cierto modo le molestaba el pensar que no iba a poder repetir su experiencia con Clara. Pasaron el día los tres juntos y como era su última noche en el paraíso decidieron ponerse sus mejores galas y salir a cenar. Los tres estaban elegantemente vestidos, Clara y Amelia llevan generosos escotes que dejaban relucir sus atributos y ninguna de las dos llevaba ropa interior, pero no lo sabían. Fue una cena divertida, llena de recuerdos y experiencias vividas durante esos días. Clara y Amelia se acordaron de su acalorada noche sexual y Sergio escucho atentamente lo que las chicas contaban. Clara bajo la mano de la mesa y le tocó el pene a Sergio, lo tenía duro, le gustaba lo que estaba escuchando, así que le preguntó al oído si quería follarse a Amelia y a ella juntas, él la miró y le contestó que si Amelia aceptaba y ella quería si. Clara se estaba excitando por momentos, así que le preguntó a Amelia que le parecía el plan y ella aceptó sin pensarlo. Sergio que estaba sentado entre ambas, apartó sus manos de encima de la mesa y bajo el mantel, comenzó a tocarlas a ambas, les subió un poco el vestido y noto como ninguna llevaba braguitas y como sus coños estaban húmedos por las historias que habían contado y por lo que iban a hacer. Sergio les dijo que se juntaran, que iba a decirles algo, ellas se aproximaron y les susurró que eran unas guarrillas que ninguna de las dos llevaban bragas. Amelia y Clara se miran y se echaron a reír. Sergio también les dijo que había una pareja que no les quitaba el ojo de encima, ellas se estiraron en la silla y miraron sugerentemente hacia donde estaba la pareja, quien le devolvió la mirada. Sergio se estaba poniendo cachondo con todo aquello, así que les sugirió que se fueran a su habitación, los tres se levantaron y se fueron divertidamente. Al llegar a su cuarto, Amelia y Clara sentaron a Sergio en un sillón de la salita, de pie frente a él comenzaron a besarse y de hito en hito le miraban picaronamente. Sergio disfruto de la visión y se desabrocho la camisa. Clara deshizo el lazo del vestido de Amelia y este resbalo por su cuerpo hasta llegar al suelo, pudo comprobar que estaba completamente desnuda, Amelia hizo lo mismo. Sergio tenía ante sí a dos bellas mujeres completamente desnudas, besándose y tocándose con deseo y lujuria. Clara se acercó a Sergio, le desabrochó el pantalón y le agarró el pene ofreciéndoselo a Amelia, quien lo agarró con deseo y comenzó a chuparlo. Sergio atrajo hacia si a Clara y le besó las tetas, ella se apartó y le dijo que viera, que ya tendría tiempo de tocar. Clara se agachó acercándose a Amelia y la besó apartándola del pene de Sergio. Clara la tumbó en el suelo, mientras veía a Sergio, acariciaba a Amelia y le besaba las tetas y le daba pequeños mordiscos en los pezones. Amelia se estremecía y pedía más. Clara se acercó al coño de Amelia y se lo chupo, este estaba húmedo y palpitaba de placer. Clara le preguntó a Sergio si le gustaba lo que estaba viendo y el afirmó con la polla en la mano, se la estaba meneando. Clara sonrió y le dijo si quería chuparle el coño mientras ella se lo chupaba a Amelia, el accedió y se puso de rodillas tras ella.

Clara nunca se imaginó que podría llegar a reproducir una película porno, todo aquello le gustaba y le divertía, el viaje le estaba sirviendo para darse cuenta cuanto le gustaba el sexo en todos sus sentidos.

Después de que ambas chicas se corrieran varias veces, Sergio se tumbó sobre la cama con el pene totalmente erecto, Clara se sentó encima de él a horcajadas y comenzó a follarle, Amelia observaba la escena. Sergio le indicó que se acercara, entonces ella se tumbó a su lado le besó en la boca, él le agarró las tetas y se las manoseó, Clara que estaba viendo todo se excitaba por momentos, le dijo a Amelia que se sentara encima de Serbio y que se acercara a ella, mientras Clara continuaba moviéndose acompasadamente con el pene de Sergio dentro, besaba a Amelia y le tocaba el cuerpo, Sergio introdujo una de sus manos entre su estomago y el coño de Amelia y empezó a tocárselo, la chica estaba excitada y al notar la mano de él se levantó un poco para que pudiera tocarla sin problemas. Después de que Sergio se corriera, las dos chicas se fueron juntas a la ducha dejándolo tendido en la cama. Allí entre risas se enjabonaron mutuamente y hablaron de lo que acababan de hacer. Clara decía que nunca había disfrutado del sexo como en aquel viaja y que le gustaba el trío que formaban. Amelia por su parte se sentía igual que Clara. Ya era su último día en la isla, pero ambas habían decidido seguir viéndose para continuar con esos juegos sexuales una vez que llegaran a casa. Pero tendrían que hablar con Sergio, él estaría conforme???. Al salir de la ducha se encontraron con Sergio dormido, así que se metieron en la cama con él y hasta el día siguiente.

A la mañana siguiente prepararon todo para coger el avión que les llevaría de regreso a casa, se despidieron en el aeropuerto y quedaron de llamarse. Clara le dijo a Amelia que no se preocupara por nada, que ella hablaría con Sergio y que accedería a continuar con los juegos sexuales.

CONTINUARA…….