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Charlize, pasión animal

en Zoofilia

CHARLIZE Y CABALLOS: PASIÓN (1ero de 6 relatos, repartidos en varios géneros)

14 años. Esa es la edad en la que yo, Charlize, comienzo mi andadura en los placeres del sexo. Debo deciros que soy alta, rubia... y aun no estoy bien dotada de pecho, a diferencia de mi hermana mayor Gwyneth, que a sus 22 años, usa una 100 de sujetador. Las dos vivimos en un rancho en una zona cerca de Dallas, ya sabéis, JR y esas cosas, ya que nuestro padre se dedica a la crianza de los caballos, para espectáculos ecuestres y demás eventos deportivos, o rodeos o películas del Oeste. El caso es que no nos va mal.

Mejor será que comience a contaros cómo empecé a saber lo que es gozar con lo que más te puede gustar, así que allá voy: un día oí por parte de mi amiga Dunie Alistaire, que una de las chicas más populares del instituto, Bonnie Biggies, había dejado de ser virgen."¡Díos, ya es adulta! ¡Ha cabalgado a Eric Icah!"eran nuestros pensamientos al enterarnos.

-Me pregunto a qué sabrá su lefa.

-No seas ordinaria, Dunie, eso no se bebe.

-Claro que se bebe. Me lo dijo...

La interrumpí cuando ví algo que me cautivó: solo era un policía montado a caballo, pero sólo me fijaba en el caballo. Ví que no llevaba ese pañal que les hacen llevar para evitar dejar sus cagadas por la calle. Gracias a un movimiento que hizo, pude verle algo que estaba asomándole por entre sus piernas, su miembro viril. Le hice un gesto a Dunie, y la dije:

-¿Tu crees que Icah la tendrá como ese caballo?

Mi amiga se puso algo colorada... y estalló en carcajadas.

Ocho días después, Dunie y yo vimos que una de las más aplicadas de la clase, Eva Kocker, faltaba a clase. No solía ser habitual que una de las más inteligentes de la clase faltase de acudir, ya que pese a estar acatarrada, acudía sin falta. El profesor Young nos dijo que"estaba hospitalizada", y que no podía acudir por la lesión pélvica que tenía. Kocker es también una apasionada de la Hípica, ya que su padre fue un gran jinete en carreras de caballos. Me preguntaba cómo alguien como ella pudo lesionarse... y Dunie me dijo algo demasiado bruto para ser cierto:

-Quiso dejar de ser virgen con"Cumbre"

"Cumbre"es el nombre del caballo favorito de Eva, el cual solía siempre cabalgar. Un caballo precioso de color marrón claro con detalles blanquecinos en las patas.

-Venga ya, no me digas que...

-Me lo ha dicho Odette Duckers, que conoce a Cuddy Arbush, la amiga más fiel que Eva tiene y que fue al Hospital el Sábado.

-¿Y es fiable?

-Fiabilisima al 100%. Eva le confesó a Cuddy que una tarde, excitadísima al oír historias sobre como BB perdió la virginidad... decidió hacer ella lo mismo con"Cumbre". Bajó vestida solamente con un chándal al lugar donde está el animal... y comenzó a hacerle cosas.

-¿Cosas?

-Sí, cosas muy raras: cogió su... su cosa... y se la comenzó a tocar y a pasársela por sus pechos y sus pezones. Luego ella se excitó mucho, y comenzó a tocarse su... su...

-Su coño. Sigue contando.

-Eso, su coño. Entonces va ella, y decide arrimar su cosa a su coño...y trata de metersela dentro. Entró un poquito, pero el caballo se puso nervioso, ella quiso meterse más de su cosa... pero el caballo al final, la tiró al suelo... y ya tenemos la lesión pélvica.

-Que fuerte.

-Muy, muy fuerte.

Por la noche, sentí un calor poco habitual por mi coño. Los detalles sobre cómo Eva Kocker quiso perder su virginidad me hicieron imaginarme desnuda con mi caballo favorito"Iron", un corcel de colores rojizos oscuros, de crin negra. Imágenes mías desnuda, arrodillada ante semejante miembro del equino, con su cosa por encima de mis pequeños pechos, acariciándosela como quien acaricia su crin... me hicieron empaparme mucho, más que imaginarme a Eric Icah encima mío. Mis labios vaginales estaban bastante húmedos, casi como si hubiera dejado escapar gotas de pis.

No quise contar nada de esto a nadie, ni siquiera a Dunie. Bastante tenía con ver a"Iron", entre otros caballos, como para tener que explicar el porqué de esas manchas en mis braguitas.

Yo buscaba referencias sobre como hacer que"Iron" no me destrozase como a Eva, y como solía decir mi abuelo,"El saber está en los libros". Me pasé horas en la biblioteca del instituto mirando detalles sobre el sexo en general... y de caballos en particular. La mayoría de las referencias sexuales eran demasiado... técnicas e incomprensibles. Sin embargo, 6 días después, una reunión de la pandilla me fue de gran ayuda. Invitadas por nuestra amiga Lucy Barnes, yo, Dunie, y otras dos amigas más que formábamos"El Club de las Mentes Inquietas"junto con Lucy, vimos en su cuarto un video VHS de una peli de esas que a los chicos les gusta, una peli pornográfica que pertenecía a su hermano mayor. No recuerdo el título del film, pero me fije mucho en determinados detalles, ignorando que Gloria Lisenberg y Luna Berstein se estaban tocando el chocho de lo excitadas que estaban. Yo no niego que me mojara algo, pero estaba pendiente de determinados movimientos y maniobras para probarlas con"Iron"en el establo alguna noche: como agitarle el miembro viril, como chupárselo, como hacer que suelte su leche o esperma... cosas que no sabía como hacerlo... y gracias a la peli, pude aprenderlo.

Dos semanas después de aquello, decidí dar el paso: aprovechando que nuestros padres estaban en Alburquerque viendo un rodeo, con todo mi sigilo posible, vestida con mi chándal del mundial de soccer, salí de la casa para llegar por un caminito que descubrí, para llegar más rápido a los establos. El camino es algo pedregoso, pero valía la pena. Moví la portezuela despacio, y con mi linterna que había cogido de casa, iluminé el pasillo, para ir recorriéndolo hasta llegar a"Iron". Me metí en su lugar de descanso, cerré bien la puerta, y con algo de nervios, me quité mi chándal, quedando absolutamente desnuda para el animal, al no llevar ni braguitas mojadas ni sujetadores molestos. Solo mis zapatillas tapaban mis pies. Me acerqué despacio al animal, y me puse de rodillas buscando su miembro, para, con suavidad, cogérselo con las manos, y podérmelo acercar a mi boca para poder pasarle la lengua. Su piel era áspera para mi lengua, y decidí agitarle como pude ese miembro, cuya punta apuntaba directamente a mi cara. Según le iba agitando su cosa con suavidad, la notaba algo más... rígida, como las pollas de los de la peli porno: le gustaba. Decidí agitársela con ritmo más vivo, más deprisa, y cuando casi me iba a dar un calambre en los brazos... lo soltó. Una gran dosis de leche caliente y líquida cual esperma de varón, corría por mi rostro, mi pelo, mis pechos, mi espalda y por mi cuerpo, cubriéndome de su leche. De la emoción tuve un orgasmo que parecía toda una meada, suspirando de placer. Una vez que me había quitado parte de su leche, que en las tetas me parecía pegajosa, me vestí, y me fui por donde vine, solo que al llegar a casa, decidí darme una buena ducha para no oler a lefa de caballo al acostarme.

Cuando me metí en la cama, tuve bonitos sueños sobre caballos. No eran eróticos, pero al menos conseguí hacer algo que me gustó: hacer correrse a mi caballo favorito... y ser bañada con su leche. No es algo que pudiera contar a Dunie, pero me hizo avivar las ganas de saber más sobre el sexo.

Continuará...