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El relevo

en Hetero: General

Esto es una historia que me paso hace años, cuando yo contaba alrededor de 22, en Madrid.

Había entrado a trabajar en el concesionario de una conocida marca de coches, como adjunto al jefe de taller, el cual debido a su edad, le faltaba poco para jubilarse. Le quedaría un año escaso de servicio y la empresa con buen criterio (me pareció a mi, por razones obvias) había decidido hacer un relevo suave y con alguien que se prepararía con tiempo y aconsejado por un buen profesional.

En aquella época, yo era un chaval, delgado, muy delgado, alto y con no mala cara por lo que veía en el sexo contrario, no se me daba mal ligar y aunque era muy duro llevarse a una española al huerto, la verdad que no pasaba mucha "hambre" y regularmente pasaba alguna por mi cama.

Yo soy de una pequeña ciudad de la periferia y tuve suerte, porque un familiar, me prestó un piso en el barrio de Campamento, cerca de la boca del metro, y el taller estaba muy cerca de Gran Vía, por lo que el tiempo de traslado era muy corto… y el alquiler gratis, lo que me favoreció, pues quedaba mucho dinero libre para salir de copas.

Además tenia un buen amigo, compañero de estudios que era relaciones publicas de un par de locales en la calle Orense en sus tiempos dorados, por lo que solían salirme gratis muchas consumiciones.. o sea, que aparte de jovencillo y de buen ver, podíamos decir que estaba bien relacionado.

Este amigo, al que llamare Juan, era un ligon casi diríamos profesional, y entre el cargo y su presencia, ligaba mucho y a veces, cuando las chicas estaban en pareja, pues yo le "ayudaba" en la tarea, lo que me reportaba buenos polvos; era una sociedad perfecta, yo ponía el piso y Juan, el coche, las copas y…. las chicas; pero de eso ya escribiré algo

Pero volvamos a mi historia, al taller de automóviles.

En cierta ocasión en la que se presentaba un modelo nuevo, por la razón que fuere la fábrica eligió nuestro centro para hacer la presentación nacional y días antes aquello fue un desbarajuste de limpieza, orden y gente moviéndose por todos lados, hasta tal punto que en una semana, debimos quedar mal con la mayoría de los clientes, pues el agobio de cables, cámaras y decorados no nos permitió cumplir los plazos.

Cuando llegó el gran día, después de la presentación en la cual todo estaba lleno de cargos de la casa fabricante, políticos locales y periodistas, que a los de "casa" nos arrinconaron sin piedad alguna, se sirvió "una copa de vino español" (bueno, mil copas y diez mil aperitivos, ya saben), pues todos mas relajados comentábamos el suceso, bromeando sobre si saldríamos en ultima o penúltima fila en la TV.

Pues bien, entre el barullo, note y comentamos entre los cuatro o cinco del taller que formábamos el corrillo, que había una señora madura que no nos quitaba ojo de encima. Dada la lejanía, nos era imposible el determinar a quien miraba y eso era fuente de bromas y chistes.

La señora en cuestión, era de buen cuerpo, alta, rellenita pero en nada oronda, buen trasero y buenos pechos; llevaba un traje largo, con un escote discreto y solo un collar de perlas al cuello; en fin una mujer con buena planta y a la que estimamos una edad rondando los cincuenta años.

Poco a poco la fiesta fue decayendo y el grupito del taller, esperábamos que se fueran para irnos a tomar una copa en buena armonía, cuando observamos que la señora en cuestión se acercaba poco a poco a nosotros sin dejar de saludar a aquellos que le rodeaban.

En un momento determinado, vimos como la señora en cuestión, se dirigía ya abiertamente a nuestro grupo y dándonos las buenas tardes, dijo:

- Hola Fabio, ¿ya no te acuerdas de mí?

Mi jefe (Fabio), se puso rojo y dejándonos a todos tiesos de sorpresa, se adelanto, la tomó por las manos y le dio un sonoro beso en la mejilla.

- Claro Magda, como crees que podría haberme olvidado de ti.

Nos quedamos de piedra… y yo personalmente caí en la cuenta, que antes cuando las bromas, Fabio no las seguía como de costumbre y dado que era de un natural reservado, no lo tomé en cuenta.

- Y entonces… ¿como es que no me habías dicho nada?

- Es que estaba esperando para saludarte a solas, sin tanto protocolo como se esta gastando aquí.

Nos miramos unos a otros, estaba claro que no se había movido ni intentado nada.

- Bueno, pues que te parece si cuando acabe esto podíamos tomar algo y charlar de los buenos tiempos.

- Bueno Magda, pensábamos ir a tomar algo….

- Fabio si has quedado con tus amigos…

- No, no es eso, si quieres puedes venir con nosotros…

Aceptó encantada y después de despedirse de algunos carguillos que quedaban por allí, nos fuimos a un garito cercano, cuyo dueño era casi el rey de los clientes y el a cambio nos daba pequeñas "ventajas" en su local (ya imagina por que).

Resultó que Magda y Fabio, habían sido compañeros de carrera e incluso medio novietes y había habido sus devaneos eróticos o por lo menos así lo entendimos; por cierto, ella tenia la misma edad que el.

La verdad es que Magda fue una compañera de copas ideal, jovial, sencilla graciosa, que aceptaba nuestras bromas y chistes y a cambio los devolvía con desparpajo.

En todo esto Fabio, aparecía como un hurón, al revés de otras veces, en las que el, era el centro.

Así pasamos la velada y ya tarde, el grupo de disgregó, cada uno a su lado.. y Magda y Fabio, marcharon juntos.

Al día siguiente, en el taller los chistes fueron de aupa y al aparecer Fabio después de su reunión con la dirección, nos reunió a todos transmitiendonos la felicitación y la satisfacción de los jefes por la fiesta del día anterior.. y cuando alguno de los muchachos intento sacar un chiste de su.. "vieja amiga", poco faltó para que se lo comiera.

Desde luego después de eso, el tema quedó prohibido…. mientras el estuviera delante, claro. Pero a espaldas suyas, era la comidilla del grupo.

A los pocos días, estando yo en la oficina, sonó el teléfono y una voz de mujer preguntó por Fabio, al comentarle que no estaba, ella preguntó que quien la atendía y cuando le dije que era Miguel Ángel, me saludó afectuosa y me encargó que transmitiera su llamada, cosa que hice.. y que a cambio recibí una serie de gruñidos salidos de la garganta de mi jefe y amigo Fabio.

Se que la llamó, porque al empujarme fuera del despacho y cerrar la puerta, a través de la cristalera pude ver que cogía el papel donde anoté el teléfono y hablaba un rato, eso si, dando la espalda a la puerta.

Así siguió la rutina y las llamadas de Magda eran diarias, y a veces varias al día.

Cada vez que llamaba a Fabio, el humor le cambiaba y se ponía a rumiar por lo bajo... y pobre de aquel que le molestara en esos momentos.

Cierto día, estando el presente, llamó Magda y al saludarla, el como un poseso, con la cabeza negó que estuviera, por lo que tome el recado y colgué; me sorprendió la acción de Fabio; cerró la puerta y con mucho misterio me contó lo siguiente.

Como ya dije habían sido compañeros de carrera, en una época en la que las mujeres no habían conquistado aun la universidad y menos la ingeniería, se conocieron en primero y se ve que congeniaron bien, ella era un poco torpe con las matemáticas, pero una fiera en física; justo al revés que Fabio, por lo que una cosa llevó a la otra y al final, se hicieron medio novios, siempre juntos.

Los estudios se les dieron bien y fueron cumpliendo los años y entre otras cosas el la desvirgó en un viejo Volswagen escarabajo, cosa que debió ser digna de verse, pues Fabio y ella son de estatura alta y el nunca ha sido precisamente delgado.

Bueno pues así fueron las cosas hasta terminar la carrera, cuando el tuvo que marcharse al servicio militar y ella encontró trabajo en una empresa de automóviles, marchando al extranjero.

En definitiva, que la cosa se enfrió, perdieron contacto y hasta hoy (bueno, hasta aquellos días que estoy contando).

En definitiva, que ella aun guardaba rescoldos de aquella aventura y mas con un halo romántico dado el tiempo transcurrido, no había tenido hijos y ahora ya viuda, al aparecer Fabio de nuevo en su vida, se estaba haciendo planes de lo mas románticos con su viejo (y gruñón) amor.

Fabio por su parte estaba divorciado y aunque le conocíamos algún ligue ocasional, nunca había decidido estrechar lazos con ninguna mujer... y he de decir que alguna vez, le habíamos pasado clientas que sabíamos eran fáciles para que se diera un "aperitivo"; unas veces picó y la mayoría no.

Y terminó diciéndome que ya estaba cansado, que si que ella le gustaba y mucho, que no le importaría acostarse con ella las veces que hiciera falta, pero que lo que no quería era una relación y mas en la forma que Magda lo proponía… y mas ahora que ya le estaba pidiendo cama y encima recordando las folladas del escarabajo, cosa que le propuso de nuevo…

…. para acrobacias estoy yo ahora – terminó- que no soy capaz ni de sentarme bien en el BMW.

La verdad que me dio pena de mi buen jefe y amigo, en poco tiempo había sido una fuente de conocimiento técnico y humano y la verdad aunque faltaba bastante para su marcha, ya me lamentaba de perder semejante autoridad en el cargo.

Algo rebulló dentro de mi y me ofrecí a mediar entre ellos, a ver si a ella le hacia ver lo extemporáneo de sus deseos.

El me lo agradeció y quedamos esa misma tarde al salir del taller en el garito cercano, allí mismo delante mía, llamó a Magda y le hizo las indicaciones precisas.

Llegada la hora, salimos un poco antes del trabajo y cual no seria mi sorpresa ella ya estaba esperándonos, pedimos algo y estuvimos charlando un tiempo de cosas comunes y temas banales, es mas Fabio, llamó a un restaurante cercano para reservar mesa para dos, cosa que me sorprendió y a Magda encantó.

En eso estábamos, cuando al sonar el teléfono del local y contestar el camarero, llamó a Fabio y le dijo que era su hermana, que era urgente que su padre estaba mal…. Se fue corriendo, no sin antes avisarnos que la cena estaba pagada. Por cierto, que en aquellos años los móviles aun eran ciencia-ficción.

Me quedé de piedra, pues sabía de sobra que su padre había fallecido hacia unos años. Luego supe que conchabado con otro amigo, quedó con el en usar de aquel engaño, para quietarse de en medio.

Dadas las circunstancias, le deseamos lo mejor para su padre y allí quedamos Magda y yo, ella atribulada por la pena hacia una persona que no había conocido y que ya nunca conocería.. y yo de plantón, sin saber muy bien que hacer con una hembra apetecible, pero que a mi me quedaba grande.

En resumen, sesenta y cuatro años, frente a veintidós.

Sacando fuerzas de flaqueza, estuvimos hablando largo rato, de aquel bar nos fuimos a otro y así hasta la hora de la cena, en la cual ella derrochó gracia y salero a raudales, en fin, yo estaba a gusto, me reía con sus gracias al igual que ella con las mías, se había recorrido medio mundo y a cambio yo le contaba mi recorrido por un cuarto de península.

Después de la estupenda cena, quedamos en ir a tomar la espuela y después de otro par de copas, esta vez ya copas largas, que sumadas a las rondas anteriores, suponían cierto grado de alcohol en sangre, comenzaron las confidencias, ella me contó con pelos y señales la aventura del escarabajo, y las veces que repitieron aquello, así como otra serie de experiencias... yo le conté mi corta vida sexual.

En un momento determinado..

- Oye Miguel,…. tu que prefieres, unas chicas de tu edad o alguien con mas experiencia?

- Experiencia en que? Magda.

- Pues en la cama, en que va a ser.

- Joder Magda, que yo no tengo un escarabajo.

Río

- Eso debo tomarlo como una proposición?

- No, no es eso..

- No es que Miguel?

- Que tu preguntas que si una chica o tu..

Me cortó

- No yo no, alguien de mi edad

Me puse rojo como un tomate, y no supe ya que decir, salvo balbucear una serie incongruente de ruidos y resoplidos

- Tranquilo, respira diez veces, tomate un trago, aclara la garganta y luego me respondes.

Desde luego, no respire diez veces, sino mil y el cubalibre que tenia, desapareció de un trago, todo el alcohol que había bebido, lo sudé de un golpe, mientras ella, con la cabeza apoyada sobre una mano, y con la otra acariciándose el collar de perlas me miraba con… dulzura?

- Pues…ejm…Magda…ejm…yo nunca he hecho…ejm... nada… ejm… con nadie..ejm… mayor que yo…..

- Bueno, rehago la pregunta…. Te gustaría comprobar la diferencia?

Me quedé mirándola idiotizado, desde luego, el papelón que estaba haciendo era cojonudo, yo que normalmente nunca tuve problema alguno, tanto en el si, como en el no. Al fin recuperado el resuello..

- Magda, me dices que nos vayamos a la cama a comprobar diferencias?

- Si tu lo quieres… o soy demasiado vieja para ti?

- No, para mi seria un placer hacerlo.

Desde luego, el placer seria mío; así que pagué la cuenta y al salir cogimos un taxi y a mi casa.

Llegamos a casa y propuse sacar unas copas y tomar algo, para "ir entrando en situación", ella no dijo nada, me cogió entre los brazos y me pegó un morreo de miedo, casi me deja sin respiración y al notar su lengua en mi garganta, reaccioné y empecé a seguir su juego, nunca jamás nadie me había besado como Magda me besó... fue largo, experto, tierno, dulce,.,. ¡Que se yo que mas!

Me puso a cien, de tal manera que entre la erección que tuve, y la falta de aire, poco mas y me da algo, no se lo que hicimos con las lenguas y las bocas entrelazadas, pero cuando llegamos al sofá, aun entrelazados, yo estaba casi desnudo, haciendo el pingüino, con los pantalones en los tobillos, y ella desnuda entera, aun hoy no se como lo hizo.

Nos separamos brevemente y me senté para quitarme los pantalones y descalzarme, cuando ella, se abalanzó contra mi dura verga y se la metió de golpe en la boca, desde luego, ganas tenia, y comenzó una salvaje mamada, que en un plis, hizo que me corriera, tragándose todo lo que salio de mi.

Aproveche el instante en que se retiró para terminar de desnudarme, después de lo cual, me abalancé sobre ella, y comencé a comerle los pechos grandes y blancos que tenia, estaban duritos, y de gran tamaño, sin llegar a los globos que gastan algunas operadas y aquellos eran naturales cien por cien, y desde luego estaban para eso, para lo que estaba haciendo, comérmelos.

Entre grandes gemidos, mientras se los mordía, se los chupaba, le hice todo lo que sabia y lo que me invente; ella se corrió entre gemidos.. la primera vez que veía correrse a una mujer solo con trabajarles los pechos.

Quedamos inermes en el sillón, mientras observe que de su conchita, salía un reguero de flujo -mañana tendría que limpiar la tapicería-; ella tenia el pubis depilado con una pequeña tira de cabello negro y el vientre plano, desde luego, se conservaba estupendamente.

Me sonrió, parecía que iba a desmayarse o dormirse de un momento a otro, solo dijo una cosa

-Seguimos?

Nos fuimos a la cama, yo había cogido para mi el dormitorio principal con cama grande, ella, se tumbó de espaldas y sin mas, me puse de rodillas y comencé a comerle el cachito de carne que representaba su clítoris, lo chupé, lo lamí y me asusto su reacción: se retorcía y gemía como nunca antes lo había visto, comencé a meterle la lengua en su rajita.

Tenia un sabor único, y para mi sorpresa, la vagina se contraía sobre mi lengua como con vida propia.

Por primera y única vez en mi vida, observe –noté- como las paredes vaginales se estrechaban y ampliaban siguiendo los movimientos de mi lengua.

Pero duro poco, después de dos o tres orgasmos seguidos, dio un grito y se quedo como muerta.

Me asusté, me puse al lado de ella para reanimarla, hasta que noté su respiración agitada e irregular.

Ella abrió los ojos y sonrió

- Seguimos?

No hizo falta mas, me coloque entre sus piernas y la penetré de golpe, y me sorprendió el parecido que tenía con chicas mucho más jóvenes que ella, cerradita suave y cálida; pensaba que por la edad seria mas seca o algo parecido.

Estuve bombeando un rato notando esa maravillosa sensación de su vagina viva y activas, hasta que me derretí dentro de ella. Y notando un orgasmo largo, largo suyo, que terminó justo con el mío.

Se dio la vuelta y se puso a cuatro patas sobre la cama, y me cogió el pingajo –otra cosa no era- y comenzó a chuparlo de nuevo.

No tardo mucho en ponerse en condición de trabajo de nuevo; ella se volvió y me dio su trasero y así la penetre por la vagina de nuevo, ahora estaba totalmente lubricada entre sus jugos y los míos, no tuve que bombear mucho para que otra vez le empezara un temblor general, se corría y mientras yo empujaba, ella se corría de continuo, hasta que esos movimientos espasmódicos me provocaron una nueva corrida.

Me di cuenta que andábamos sin protección y aunque por aquella época, el sida aun no existía, no se por que me dio miedo a un embarazo, ya veis no pensé en otra tontería mayor, que quedar embarazada a una sesentaañera…. ni purgaciones ni sífilis… no, ¡¡embarazo!!

Cuando se lo dije, ella empezó a reírse de una forma bestial, su risa me contagió y así riéndonos, llenos de sudor y ellas de flujo y semen, quedamos dormidos.

Me desperté de madrugada, ya clareaba, ella estaba al lado, mirándome, con ternura diría yo. Me sonrió

- Que te parece ahora?

Me dio un beso en los labios

- Eres diferente

- A quienes prefieres… a las yogurines... o a las mayores?

- A ti

- ¡Mentiroso!

Le devolví el beso, casi filial esta vez; nos acostamos y dormimos un poco.

Cuando sonó el despertador, no podía ni moverme, ella en cambio se levanto, puso el café y se fue a la ducha, en pocos minutos, mientras yo intentaba mover mi agarrotado cuerpo, ella me tenia una taza de café caliente y su mejor sonrisa.

Tomamos el café, me di una ducha, nos vestimos y salimos de casa.

Tomamos el metro, no se bien por que, pero aquel día me parecía diferente, otras vece había hecho el camino después de un ligue juvenil, pero esta vez era diferente.

Llegamos al centro, ella al salir del metro, tomó un taxi, cuando subía y al despedirnos, yo recordé a Fabio. Sin nombrarlo pregunté:

- Magda... que le digo?

- Que no merezco la pena, que soy muy sosa.

Se fue.

Al llegar al taller, obviamente Fabio me interrogó, le conté vaguedades y el quedó satisfecho.

Esas navidades recibí en casa un crismas, que simplemente decía "Gracias. Magda"