miprimita.com

Una noche especial (3)

en Sexo Virtual

Levantó su cara de mi sexo y con mi cuerpo aún temblando sin siquiera poder exteriorizar palabra alguna más que un explosivo y sonoro “Guauuuu” evidenciando el momento culmine del mayor grado de excitación que había logrado en mí.

Como manifiesto de su conformismo esbozó una amplia y armoniosa sonrisa iluminando su rostro embelesado.

Enderezó su cuerpo y fue en busca de mi boca, y con todo el sabor de mi miel en ella selló mis labios en un placentero e interminable beso. Me excitó muchísimo saborear “mis jugos” dentro de su boca.-Invitaba a continuar besándonos-

Nuestras bocas se buscaban incesantemente, su lengua hurgaba dentro enredándose con la mía provocándome un intenso placer y enardecidos continuamos prodigándonos caricias por cada recodito de nuestros insaciables cuerpos.

Ya un poco más tranquila quitándome la timidez que me obstaculizaba y sin cambiar de posición desprendí su cinto evidenciando frente a mis ojos una gran erección. Su mirada buscó la mía por unos instantes, como si quisiera decir algo, pero “solo calló” el silencio fue su mejor aliado, su cómplice.

Palpé su sexo escondido bajo la apretada prenda, y sin querer perderme detalle de sus gestos lo miré a la cara. En ella reflejaba el placer que mis manos les suscitaba, y sin permitir que decaiga la postura bajé el cierre con el cuidado necesario, dejando entrever su blanca ropa interior.

Mientras lo bajaba sutilmente fui rozando su tronco hasta llegar a la base del mismo, dejando apreciar la mojada tela a la altura del glande, parecía como que su pene “asfixiado” pedía ser rescatado prontamente por mis tibias y húmedas manos. Captando el mensaje de su mirada me fui deslizando por el borde de la mesa escurriéndome hacia el piso hasta quedar en cuclillas de cara a su sexo.

Con mis manos orillando por el borde de su prenda intima siguiendo el recorrido una y otra vez, delicadamente separando la tela de su piel en un leve y tímido movimiento lo fue librando de la presión que éste le causaba, dejando al descubierto su pene erecto y brilloso por la excitación que le había provocado; no pude menos que y estimular siligiosamente sus genitales ... Con una mano palpé sus testículos y con la otra usando solo la yema de mis dedos “pausadamente” recorrí su tronco desde la base hasta la punta del glande, contorneando el mismo con movimientos envolventes que pareció gustarle y excitarlo un poco más, “sus jadeos lo delataban”, y sus manos perdiéndose entre mis cabellos “también”.

Despegando los pies del piso, su figura comenzó a balancear, noté como las piernas le flojeaban, las rodillas se le doblaban, perdiendo el dominio de su cuerpo.

Quería que gozara al máximo!!!

Volverlo loco de deseo!!!

Proseguí haciendo el mismo recorrido… su leche no tardaría en llegar…

Alcé mi rostro y lo miré provocativamente

Empleando un meloso y suave tono de voz…

(Esos que derriten hasta los más frígidos)

-quieres que me la lleve a la boca? ¿Lo deseas?

¡Pídemelo!

Haciendo un gran esfuerzo por emitir sonido alguno y a modo de imploración…

-¡¡¡Por favor!!! Lo estoy deseando… quiero ver cómo me la comes-

Sosteniendo la mirada sobre la suya bajo una inevitable y secuaz expresión; dibujé en mi rostro una generosa y complaciente sonrisa, revelando mi conformismo por su estimulante plegaria.

En actitud totalmente seductora y sagaz asomé sutilmente la lengua fuera de mi boca. La empapé con abundante saliva y con la punta de la misma fui trazando una línea alrededor de ella, resplandeciendo a su paso...

Me aproximé un poco más, hasta quedar enfrentada a su sexo.

Con la humedad de mi lengua copé su glande, y rodee con mis labios pulposos su mástil, lamí en círculos con toda mi sensualidad a flor de piel, como si se tratase de un helado derritiéndose lametee con énfasis los laterales de su erguido y prominente miembro, en un ir y venir desenfrenado, sin dejar de contemplar el regocijo que su rostro revelaba…

De mi cavidad vaginal comenzada sutilmente a brotar mi nueva excitación. Enfervorizada proseguí catando mi “golosina”…

Saboree, disfruté, cada centímetro de su “sabrosa” herramienta, sintiendo como su vena dorsal parecía querer estallar en mi boca.

Los primeros gemidos comenzaron a llegar…

Como regalo para mis oídos liberó un sinfín de jadeos ininterrumpidos en cada vertiginoso lengüeteo que le propinaba… (Alucino con tanta efusividad…) inconscientemente despiertan la “perra” que hay en mí.

Me encontraba muy excitada, “sacada” (sería la expresión correcta).

De pronto me vi tentada de jugar con sus testículos, fue entonces que abandoné por unos instantes su pene y bajé hasta ellos, no dejé ni una sola parte sin succionar, mientras con mi mano estimulaba impetuosamente el resto del miembro (supuse que no toleraría mucho más sin eyacular).

Llevé mis labios nuevamente hasta su verga que lamí lujuriosa, los gemidos de él y el sonido que emergía de mi boca “tan característico”… era la mejor melodía que podía escuchar en ese momento.

Javi, exaltado apoyó sus manos en mi cabeza, y con ellas fue guiando la intensidad de sus arremetidas, ocasionándole un mar de jadeos vertiginosos a la vez que estallaba dentro de mi candente boca… desbordando por las comisuras el fruto de la ineludible calentura.

Impetuosa y chorreando de leche se lo seguí chupando, estremeciéndose por completo. Mientras tanto él sacudía su verga golpeando en mi paladar, asegurándose de que todo quedara en mi boca.

Disfruté viendo la cara de satisfacción que lucía al verme recogiendo con mi lengua cada gota de semen, lo seguí haciendo hasta verlo desfallecer ante mí.

Se inclinó y estiró su cuerpo y brazos llevándolos hasta mi marcada cintura, tomándome de ella me elevó hasta tenerme frente a su rostro.

Su expresión y el siguiente comentario fueron el broche ideal para saber que lo había hecho bien…

- Que manera de gozar!! Martina -

Por un momento nos quedamos mirando embobados, (como si hubiéramos planeado sincronizar) nos buscamos la boca y nos fundimos en un beso tremendamente apasionado.

Luego del huracán sexual, llego la calma, y con ella las risas picarescas como cuando un niño hace la mejor de las travesuras…

Javi me pidió le indicara donde se encontraba el baño, haciendo de guía le pedí que me siga hasta él.

Para cuando salió yo había levantado los platos sucios y llevado el postre a la mesa. Se dirigió hasta el living me dio un beso a la pasada y se sentó en su lugar.

Nos deleitamos con él lemon pie así como también disfrutamos conversando de lo ocurrido en la cocina.

Maravillados por la química que habíamos alcanzado no escatimamos en halagos, (y yo que me quería hacer la difícil) jaja .

Javi se levantó de su lugar, y se paró detrás de mí, recorrió con ambas manos cuello y hombros, y me empezó a masajear suavemente….

Cerré los ojos y me aflojé!! Se sentía tan bien….

Me entregue a sus encantadores masajes… a sus manos suaves, cálidas, produciendo en mí una sensación que no sabría describir con palabras, estremeció mi cuerpo por completo, fue algo “maravilloso”, mágico.

Apoyó su barbilla en mi cabeza poniéndose cómodo permitiéndole una visión privilegiada, abandonó la zona deslizando sus dedos lentamente por el surco de mis senos, perdiendose por debajo de la prenda…

Con una mano en cada pecho dibujaba círculos imaginarios por el contorno de los mismos, con movimientos sutiles haciendo mi piel erotizar, y mis pezones endurecer a la vez que sentía aumentar la humedad de mi entrepierna.

En el mismo instante que me mordisqueaba el labio inferior Javi se inclinó hacia adelante alcanzando con su boca la mía, perdiéndonos en un beso apasionado.

- quiero hacerte el amor- balbuceó tímidamente

Cerré los ojos y me relajé seguidamente al liberar la respiración contenida. Luego de un momento de profundo silencio llevé mis manos hacia mi escote al encuentro de las suyas, retirándolas. Me puse de pie, giré por completo rodee y me colgué a su cuello, lo miré a los ojos y le dije -yo también te deseo -…

Lo tomé de la mano y lo guie hasta la habitación.

Nos despojamos de cada una de las prendas hasta quedar desnudos.

La cama fue testigo de nuestra noche lujuriosa, entre besos y caricias el fuego de nuestros cuerpos nos incineraba… temblando de placer.

Hicimos el amor una y otra vez hasta que el sol del amanecer nos sorprendió filtrándose por la persiana a medio bajar, iluminando nuestros rostros extasiados. Era el momento de despedirnos…

Como cada noche desde aquel lejano día que nos conocimos en el chat hemos pasado varias horas imaginando como será nuestro primer encuentro."Esa noche especial".

Mirando hacia la webcam exclamó

–Deseo hacerte el amor tal como lo describimos esta noche, viajaré las horas que haya que viajar, recorreré los kilómetros que haya que recorrer para poder hacer "nuestro" sueño realidad-