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El Hada de los deseos

en Zoofilia

El hada de los deseos.

  • Pide un deseo, pide un deseo. – le repitieron a Karla antes de que ella soplara las velas de su pastel de cumpleaños, estaba cumpliendo 18 añitos, y no tuvo ni siquiera que pensar en el deseo, ya sabia lo que quería. Lo mismo que había pedido a los 17, y también a los 16, y asi cada vez que veía una estrella fugaz o había la oportunidad de hacerlo. Su deseo: Ser deseada por el sexo opuesto.

La razón de este era porque su hermana mayor siempre la había traumado diciéndole que era fea, que nadie se fijaría en ella, etc. Etc., ya que su hermana había tenido muchos novios, y Karla solo uno, ella pensaba que era poco atractiva, pero la realidad era que inconscientemente ella se sentía fea y rechazaba a cuanto muchacho se le acercaba.

Karlita, como le seguían diciendo, era ahora una hermosa chica de 18, de buena familia, con ganas de ser atractiva iba todos los días al gimnasio, 2 horas de pilates la mantenían realmente delgada, con unas pompas redondas y excelentes piernas, y genéticamente hablando un rostro hermoso, un tanto infantil, pero con unos labios que hacían que cualquier hombre la deseara (pero ella no lo creía asi), sus pechos eran "normales" una copa "B" tirándole a "C", y los días de periodo se le inflamaban casi una talla.

El dia de su cumpleaños número 18 trancurrio prácticamente normal, pastel, pequeño convivio, cine con amigos y cena con sus papas, pero al anochecer, unos minutos antes de dormir, sonó el teléfono celular (móvil):

  • Si diga? , contestó Karla.
  • Karlita, soy tu hada madrina, nada mas hablo para decirte que tu deseo fue aprobado.
  • Que que???, es una broma? Quien llama? – Replico Karla un tanto desconcertada.
  • Tu no te procupes, a partir de mañana tendrás lo que pediste, bye.- Colgaron.

Karla se quedó pensando toda la noche, el número del que le llamaron solo decía "Privado", por lo que no pudo regresar la llamada para ver quien de sus amigos le quiso jugar la broma.

La noche paso como cualquier otra, solo que Karla tuvo mas calor que de costumbre, aún y cuando la noche fue bastante fresca.

A la mañana siguiente, sábado por cierto, Karla se levantó tarde, bajó a desayunar, estaba su papá leyendo el diario y su mama preparando algo de comer, y aunque Karlita no lo notó de inmediato, su papá se le quedo viendo muy raro, pero sin dudar de él comenzó a untar mantequilla en un pan, cuando terminó de hacerlo subió la mirada y vio que su papa le estaba viendo los pechos, Karla se incomodó un poco, pero no le dio importancia, subió a cambiarse, ese día iria a jugar Tenis con unas amigas, asi que se puso una faldita blanca, con una blusa de deporte también blanca, su gorrita blanca, con cola de caballo, tenis, raqueta y estaba lista.

Dado a que el Club de deportes estaba a seis cuadras de casa, pensó que le haría bien como calentamiento irse caminando. Al salir de casa, encontró al jardinero, quien dejó de podar los arbolitos de enfrente de casa para seguirla con la mirada sin perderla un solo segundo de vista, ella que apenas lo saludo, notó algo que le incomodó, se le notaba una erección, pero no podía creerlo:

  • Karla, deja de imaginarte cosas. – pensó para ella misma.

Caminó por la casa de enfrente, y el señor Jiménez, un vecino y amigo de la famila, ya grande, estaba estacionándose afuera de su casa, justo cuando pasaba Karla, y le saludo:

  • Buenos días Karlita, a donde vas?- la respuesta era un tanto obvia, pero quiso hacerle platica.
  • Voy al Club a jugar un poco de Tenis con unas amigas Don Raúl, es muy importante tratar de mantenerse en forma. – le dijo, esta última frase casi sin sentido, pero peor aún, su vecino ni siquiera le puso atención.
  • Hay Karlita, vas a hacer que me de un infarto. – le replico mientras se relamía los labios, pero sin poder comentar mas porque la esposa del señor Jiménez le estaba abriendo la puerta para que éste entrara, cosa que no hizo hasta perder de vista a Karlita.

A Karla le pareció un bonito día, todos estaban siendo muy amables con ella, un tanto demasiado, pero le agradaba.

Todo transcurría bastante bien, jugó cerca de una hora, perdió todos los encuentros, pero curiosamente tuvo espectadores que no le quitaron la vista en todo el tiempo que estuvo jugando.

Asi sudadita, decidió irse a casa para bañarse lo antes posible, ya que por la tarde iria al centro comercial a hacer sus compras de cumpleaños, cada año su mama la llevaba al "shopping" después de su cumple, para que ella eligiera su regalo, este año tenia un presupuesto de dos mil dólares, y quería ropa nueva y un nuevo celular; así que decidió tomar un pequeño atajo a su casa, cruzaba un bonito parque y salía a una cuadra de su casa.

Apenas entro al parque noto un par de perros que estaban ahí, aparentemente sin dueños, no les dio importancia y camino algunos metros, cerca de unas bancas, cuando de pronto algo le olfateo la entrepierna al mismo tiempo que pego un brinco de susto. Se dio vuelta y vio que era uno de los perros, el mas grande, una mezcla de labrador con algo; el mas pequeño era mas bien un golden retriever.

  • Hola perritos, están perdidos? Tienen hambre?- les dijo acariciándoles la cabeza, pero estos pareceian estar olfateando algo. –
  • Nunca los había visto por aquí, lo siento, no traigo nada que darles.

Pero ellos pensabas diferente, el mas pequeño empezó a gruñirle y el mas grande se le subió alcanzando a sujetarla por la cintura y hacer movimiento de copula. Jajajaja, rió ella un tanto nerviosa, ya que si alguien la veía seria el hazmerreír de la colonia, afortunadamente no había nadie, le sujeto las piernas que la aprisionaban por la cintura y lo aventó al piso, solo para darse cuenta que el pequeño perro estaba haciendo lo mismo pero con su pierna.

Batallaba un poco mas con el grande que se le quería subir nuevamente, y mientras procuraba que no se le volviera a subir, noto que el perro grande tenia su miembro ligeramente salido, el cual se veía grande, quedó pasmada, pero un chorro de liquido caliente que empezó a salpicarle la pierna la sacó del shock.

  • Mendigo perro, ya me orinaste.- le grito al perrito que se alejaba para no recibir un golpe que Karla le trató de propinar, sin embargo al agacharse a limpiarse notó que no era orin el que tenia sobre su pantorrilla, sino semen.
  • Que asco, guacala. – se dijo para si misma.

Se aproximo a un bote de basura cercano para buscar algo con que limpiarse, y cuando lo encontró se agachó para tallarse, y cuando lo hizo, el perro grande se le subió a la espalda, perdiendo el equilibrio, cayendo en cuatro al piso.

Parecia que su día perfecto estaba cambiando, no tuvo mucho tiempo que pensar antes de que el perro le tomara por la cintura, sujetándola realmente fuerte, y ella con una sola mano dado a que con la otra se apoyaba en el piso, no podía quitárselo. Parecia que el perro no lo disfrutaba del todo, ya que no había copula. Pero en un breve instante, el perrito que ante había hecho su gracia, estaba de vuelta, pero se fue directo debajo de ellos, y empezó a morder sus lindas bragas de algodón, que si bien no se las consiguió arrancar, si les hizo diviersos agujeros mordiéndola a ella de vez en cuando.

Karla no supo lo que estaba pasando, obviamente tenia una idea, pero simplemente no podía creerlo, por que? Era la incognita, y como si surgiera de la nada recordó la llamada de la noche anterior, la frase, el tono de voz, todo le vino a la cabeza: "Karlita, soy tu hada madrina, nada mas hablo para decirte que tu deseo fue aprobado."

Su deseo era ser deseada por el sexo opuesto, pero ella nunca se había referido a "esto". Empezó a gatear pero el perro no le daba mucha chance, la jalaba cada vez mas fuerte hacia él, y cuando vio que no conseguía nada, éste le mordió por el cuello sujetándola, como dándole una orden de quedarse quieta.

Karlita inmediatamente supo que su vida corria peligro, y se paralizó del miedo, el perro ni tarde ni perezoso logro meter apenas la puntita por uno de los agujeros de sus rotos calzoncitos, y rápidamente encontró su entrada delantera, ella no estaba preparada, pero aun asi le metió de un empujón unos 4 centimetros, abrió esos hermosos ojos celestes como si fueran dos enormes platos azules, simplemente no podía creer lo que sucedia, pero estaba pasando, se limitó a sentir y gemir, el perro mayor empezó ahora a bombear a su perra, cada vez era un par de centímetros mas, llegando fácilmente a ser 14 o 15 centímetros de gruesa verga canina.

El perrito por su parte al no poder flanquearla por ningún lado, se le subió al brazo y comenzó a hacer movimiento de copula con éste, nuevamente se corrió en fracción de segundos, pero a Karla lo que le preocupaba eran dos cosas, ser vista y la enorme verga roja y venuda que cada vez se ensanchaba mas dentro de ella.

Que rica imagen, si alguien hubiera podido ver esto seguramente describirían algo similar a esto:

Una hermosa chica, pelo castaño, ojos azules, labios carnosos, con su pequeño trajecito blanco, sucio ahora con marcas de patas caninas, aprisionada por la cintura por un perro de buen tamaño, éste con una cara de gozo, metiendo y sacando la lengua, y de la misma forma moviendo la cadera como si la vida se le fuera en ello.

De pronto Karla cerró los ojos con fuerza solo para abrir la boca dando una completa "O" redonda, su rostro divulgaba algo de dolor mezclado con placer, ella solo sabía que algo mas grande, que no podía ser la verga canina le estaba entrando; todo mundo sabria lo que estaba sucediendo, el gran perro estaba metiendo el nudo que se le había formado en la base del pene, y justo después de hacerlo empezó a gemir el perro y explotar dentro de ella con lo que parecían ser litros y litros de semen canino.

Estuvieron pegados varios minutos, y mentiríamos si dijéramos que Karla no llegó al orgasmo, porque a pesar del asco que tenia, de la repulsión que sentía, y aún del ligero dolor, cuando el se volteó y empezó a dar ligeros tironcitos de ella, el nudo del perro froto varias veces con su punto G, y llegó en un orgasmo que la dejo tirada en el piso al mismo tiempo que el perro salía de su sabrosa prisión.

No supo cuanto tiempo pasó, solo supo que tuvo un FUERTE orgasmo, provocado por un asqueroso perro sucio y apestoso. Pero fácilmente transcurrió una media hora antes de que oyera unos ruidos de niños que se aproximaban y por ello se puso de pie y corrió hasta su casa, fatigada por lo sucedido y por el "spring", se metió a la tina y se quedó ahí, pensando en lo sucedido, y en si su deseo no le traería aparejados MAS PROBLEMAS.

Si les gustó, hacemos la continuación, espero sus opiniones.

energy_pure@yahoo.com