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El Hada de los deseos (2)

en Zoofilia

  • Karlaaaaa!!!! Vamos a ir a la villa de tu tío, prepárate salimos en 10 minutos. – Diez minutos??? Pensó Karla, que aún seguía en la tina. Ir a casa esa "mansión" era siempre una odisea, nunca eran los diez minutos que mama decía, y así que se quedó otros minutos mas en la tina recordando como eran los fines de semana con los tíos, niños corriendo por todos lados, su primo cada vez con animales mas excéntricos, la última vez un águila solo porque su equipo favorito había ganado un torneo, ja, como si fueran buenos…, los mayores por grupitos, los hombres tomando whiskey o coñac, fumando puros, platicando puras tonterías, las mujeres criticando y hablando de sus viajes, su hermana ligando con los amigos de sus primos, y ella, casi siempre sola, nadando o tomando el sol.

El pitido del carro la sacó de su trance, - órale, esta vez si fueron diez minutos. – Salio de la tina en friega, corrió a su cuarto y tomó el primer bikini que encontró, unas sandalias, sin tiempo para vestirse como ella quería se puso un short un tanto amplio de las piernas (sin bragas), una blusa de tubo, gafas de sol y sandalias, salio corriendo.

El camino fue agradable, tardaron poco mas de lo usual, pero sin ningún contratiempo, y tan pronto llegaron fueron recibidos por uno de los empleados de su tío, que les ayudó a descargar algunas cosas que traían de mas en el carro y los llevó a los cuartos de visitas, dándole un cuarto para los papas de Karla, y otro para su hermana Karina, no tardaron mucho en acomodarse, se cambiaron de prendas, fue ahí cuando Karla se dio cuenta de que el bikini que había tomado era un tanto viejo, y por lo mismo le quedaba un tanto ajustado, apretando sus pechos y resaltando su busto, aún así, no le dio importancia, se dirigió a la sala donde saludo a sus tíos y a las demás visitas de la casa, notado como todos los hombres, incluyendo a su tío, la seguían con la mirada para todos lados.

Salió al jardín, rumbo a la alberca y ya que apenas pasaba de las una de la tarde todavía podría tomar un poco de sol; apenas dio los primeros pasos fuera de la casa, vio las nuevas "mascotas" de su primito, un par de chimpancés, peludos y mal olientes, razón por la cual un Rosita, una criada de buen ver, les estaban a punto de dar un baño, se acercó para verlos y ambos acudieron rápidamente a "saludarla".

  • Hola Rosita, y estos ??? Le preguntó a la joven.
  • Ya ves tu primito que no tiene que comprar. – respondió un tanto malhumorada pero con sus reservas. – Lo peor es que no los tiene enjaulados, se la pasan todo el día por toda la casa.

Mientras platicaban uno de los simios se le abrazó a la pierna mientras el otro, un poco mas pequeño se le subió hasta que ella lo cargó sobre su lado derecho, cual si fuera un niño pequeño, no le tomó gran importancia, pero el vientre de este quedo pegado a ella y le empezó a dar unos leves empujones en su costado, todo esto mientras conversaba con Rosita.

  • Y mi primo donde esta?
  • Salió hace un rato, creo que fue por unos amigos o amigas, no estoy segura; me ayudarías un segundo tengo que ir una correa para que no se me escapen mientras los baño, porque si no harán un desastre, imagínatelos, corriendo por ahí todos mojados.
  • Claro Rosita, aquí te los cuido, pero no te tardes. – Le replicó Karla, tragando un poco de saliva, ya sabía lo que estaba pasando.

Los empujones del chimpancé empezaron a ser un poco mas duros, y algo le comenzó a presionar su lindo y tonificado costillar, Karlita rápidamente supo lo que era, pero por pena disimulo que no pasaba nada, no fuera a ser que alguien la viera. El simio por su parte estaba de lo mas a gusto tallándole su no tan pequeño miembro de aproximadamente unos 9 centímetros bastante grande para su tamaño y especie, por lo que Karla se ponía cada vez mas nerviosa. El otro primate por su parte, hacía lo mismo con su pierna, pero éste no se limito ahí, sino que empezó a olfatear y como si fuera un perro siguiendo un rastro, avanzó directamente hasta los hermosos y recién depilados labios de Karla; fue ahí cuando le trató de apartar, pero en virtud de que tenía al otro restregándole su miembro no pudo hacer mucho mas que ruborizarse.

  • Espérense changuitos.- Les susurro Karlita.

Soltó al simio que estaba cargando, pero al hacerlo este se aferró a su top de bikini, liberando sus redondos pechos a lo que los animales se les quedaron viendo con una mirada de extraña, que si no hubieran sido de otra especie, Karla podría haber jurado que era lujuria. Jaló su top y salio corriendo hasta la parte trasera de un par de árboles que había cerca de la alberca, sin notar que éstos le siguieron y apenas Karla estuvo detrás de los árboles, se sentó ruborizada, esperando que nadie la hubiere visto; todavía con su top en la mano vio cuando llegaron los chimpancés uno de cada lado de ella, como rodeándola con una mirada lasciva, trato de apartarlos y mientras empujaba a uno de ellos, el mas grande y obviamente fuerte se le abalanzó a uno de los pechos metiéndoselo a la boca, comenzando a succionar con fuerza sobre todo su rosado pezón. Karlita trataba de quitárselo de encima, pero realmente eran fuertes, le parecía asombroso como se aferraba como su fuera un pequeño bebe con hambre, sin embargo este "bebe" tenía dardo puntiagudo sobre su abdomen, y se lo empujaba claramente en movimiento de copula.

El otro changuito por su parte, vio los jadeos que tenia Karla y se el ocurrió algo mas satisfactorio al ver el lindo rostro de la niña, específicamente sus carnosos labios, comenzó a trepársele nuevamente, ahora poniendo sus patas sobre sus hombros y equilibrándose con la las manos sobre la cabeza de Karlita, a lo que ella no podía hacer mucho para evitar la situación, y fue hasta que ya lo tuvo justo encima de ella cuando vio por primera vez el asqueroso miembro a escasos centímetros de su cara y después tuvo que cerrar los ojos porque ahora se la estaban tallando en el rostro; del miembro emanaba un liquido transparente, estaba claramente lubricando previo a la penetración, se la pasaba entre los labios por encima de los parpados y hasta intentó meterla a uno de los orificios.

El otro primate dejó de chupar los pezones para comenzar a jalarle parte baja del bikini, misma que cedió afortunadamente sin romperse, y como si el fuera el que mandara (cosa que asi era en ese momento) le abrió las piernas y se dispuso a saborear lo que previamente había olfateado, y justo al momento de empezar a meter la lengua fue que la hermosa niña abrio sus azules ojos junto con su boca como sorpresa, por lo que el changuito pequeño lo interpreto como una cordial invitación y se le metió el cipote de un solo golpe hasta el fondo de la garganta, y el calor de esta lo incentivo a follarle la boca de lo mas a gusto, si los changuitos olían mal de por si, el vientre del mismo olía peor, además que sus pelos pubicos eran mas gruesos y le molestaban un poco, sin embargo no pudo separárselos y hasta empezó a permitir que siguieran, no sin tenerles un poco de asco y miedo a que la vieran así.

El changuito de abajo le estaba propinando unas lengüeteadas bastante duras, era como si le quisiera comer el cocho con la pura lengua, y por alguna extraña razón también le empezó a meter un dedo pequeño por el ano que apenas asomaba y ya estaba lleno de baba de chimpance. La estaban ultrajando como si fueran unos expertos actores pornos, y la reacción de Karla no se hizo esperar, fue como si una descarga que empieza desde sus mas lejanas extremidades empezara a recorrer su cuerpo hasta concentrarse básicamente en dos puntos, su ano y vagina, el orgasmo le sobrevino sin que ella lo esperara fue fuerte y violento ya que el changuito no dejaba de meter y sacar su dedo al mismo tiempo que seguía chpando para obtener mas jugo de Karla, quedando esta agotada.

Juanito, como después se enteró se llamaba el changuito mas pequeño, empezaba a agitarse cada vez mas, asombrosamente no hacían mucho ruido, pero aún así no había forma alguna de que Karla permitiese que éste se viniera en su boca y al ver lo agitado que se ponía y el mete saca cada vez mas violento, vio premeditadamente lo que estaba por pasar; lo empujo con todas sus fuerzas que para este momento no eran muchas, además el changuito era claramente mas fuerte que ella, y se aferró a su cabeza como si su vida dependiese de ello; las pulsaciones de su verga no se hicieron esperar, se estaba viniendo, Karla abrió fuertemente los ojos ante inesperada cantidad de leche, era bastante para un animal de éste tamaño y muy caliente, se le empezaron a inflar las mejillas y al no poder tragar tan rápido una gran cantidad de lefa simiesca le comenzó a escurrir por la comisura de los labios. El otro chimpancé, de nombre Goliat, unos segundos después del orgasmo de Karla, empezó a pajearse sobre el pubis de la agotada chica y casi al mismo tiempo que su compañero se empezó a correr encima de la chica, bañándola de esperma caliente.

Era casi imposible lo que acababa de suceder, sin embargo, había sucedido, un par de simios la habían violado.

  • Juanito!!!!, Goliat!!!, - Escucho los gritos de Rosita, que llamaba a los chimpancés y estos ya satisfechos la dejaron ahí sobre el césped, recargada en el viejo árbol, toda batida en espeso semen de chango, pensando que todo había acabado ahí.

 

Continuara…

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