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Masturbarse para una desconocida (2)

en Voyerismo

Aquellos que vayáis a leer este relato debéis saber que es la segunda parte de un relato publicado en "Voyerismo" y que en lo que sucedió después, y que paso a relatar ahora, no tiene que ver con lo anterior, quizá la categoría pueda ser "Sexo con Maduras" o cualquier otra, pero no "Voyerismo".

El otro relato terminaba con mi sorpresa al oír a Madre e hijo despidiéndose y quedando una hora después y con cierta información "valiosa" para mí. Podía inferir de su conversación que ella iba a seguir en aquellos grandes almacenes.

Aunque yo me encaminaba ya hacia las escaleras mecánicas, me detuve antes de tomarlas y dejar que ellos pasasen por detrás y así saber hacia dónde se dirigían. En las escaleras se despidieron definitivamente, él se encaminó hacia las de subida mientras ella tomó las de bajada. Conté hasta 5 antes de dirigirme a las escaleras. Cuando yo comenzaba a bajar ella estaba cerca de terminar ese tramo, "Genial, podrá ver que bajo detrás de ella en cuanto tome el siguiente tramo..." aunque tenía ciertos nervios eran mayores las ganas por cruzar la mirada con ella. Para mi decepción ella no tomó el siguiente tramo de escaleras y la vi alejarse de las escaleras. Al llegar yo a la planta me di cuenta que era la "Planta de Señoras" y que por eso no había continuado bajando, ahora no estaba seguro de si ella sabía que yo la seguía.

Miré alrededor buscándola con la mirada, estaba a unos 20 metros y alejándose. Allí parado tomé la decisión de ir hacia donde ella estaba pero no por el mismo pasillo, aunque aquella planta no ofrecía nada para mi, podría disimular mirando ropa de mujer como si buscase un regalo. Se detuvo en los stands de una firma, "Mierda, ahí no hay mucha oportunidad, las dependientas están muy pendientes de la clientela". Adelanté a mi "mirona" sin que me viese y así podría volver sobre mis pasos y hacerme el encontradizo. Cuando ya estaba al principio del pasillo donde ella se encontraba, me encaminé distraídamente hacia el stand donde ella continuaba mirando prendas. Cuando me encontraba a escasos 10 metros, ella se giró hacia la dependienta con un par de prendas en la mano, pude ver como esta le indicaba el probador y me detuve allí mismo, por si ella se giraba y me veía. Nada, pasó dentro de los probadores y desde mi posición vi que eran los tradicionales cubículos con puerta, imposible verla de ninguna manera. Descartado estaba entrar allí con la excusa de probarme algo, todo era ropa de mujer.

Pasaron unos minutos en los que yo disimulaba mirando ropa y moviéndome sin perder línea de visión de la puerta de los probadores, tenía que estar a la vista cuando ella saliese y así evaluar su reacción. En ese momento se abrió la puerta de uno de los probadores y sucedió, ella me vio, llevaba un traje chaqueta, debía ser lo que había entrado a probarse y se dirigía hacia la puerta para llamar a la dependienta. Sonrió ampliamente, continuó caminando y le pidió algo a la dependienta, esta se alejó un momento, la desconocida me volvió a sonreír, yo sonreí tímidamente sin saber si acercarme o no. Hice un movimiento hacia ella pero en ese momento la dependienta volvía con una chaqueta idéntica a la que mi desconocida comenzaba a quitarse, evidentemente le había pedido otra talla. Me quedé donde estaba y la vi volver a desaparecer en los probadores. Me moví hacía mi izquierda para ver mejor la puerta donde del cubículo donde ella se había metido. No estaba cerrada del todo, había una rendija. ¿Sería una invitación a que fuese hasta allí?. En cualquier caso, la dependienta se quedó en la puerta de los probadores con lo que desestimé acercarme ¿Qué iba a decir? "Disculpa, vengo a ver como se prueba un traje mi... ¿Mi qué?... ¿Mi madre?, ¿Mi mirona?..." Prudentemente me quedé por donde estaba y volví a esperar.

Unos minutos después mi desconocida salía con su ropa puesta de nuevo y las prendas en la mano. Se la entregó a la dependienta y hablaron un momento. Se dirigieron a la caja. Me dirigí hacia las escaleras por las que había bajado con intención de que ella me viese y si acaso quería algo de mí, diese una pista yendo hacia donde yo me había dirigido. Paré a mirar ropa a unos metros de donde estaba ella y cerca de las escaleras y miraba de hito en hito hacia el stand donde la había dejado. Al fin vi que cerraba el bolso, tomaba la bolsa con la ropa recién comprada y se encaminaba hacia... donde yo estaba. Estábamos en el mismo pasillo a escasos 3 metros cuando me miró de frente, sostuve su mirada, sonreí y esperé.

Se puso a mi lado, haciendo que miraba las prendas y casi sin mirarme me saludó:

  • "Hola".
  • "Hola".
  • "Me ha encantado lo que ha pasado en los probadores".
  • "Me alegro, a mí también me ha gustado".
  • "¿Sueles hacerlo?"
  • "¿Qué?" -dije yo haciéndome el gracioso - "¿Comprar vaqueros?, si, un par al año".

Ella se rió y me miró de arriba abajo, se movió hacia el otro lado del perchero donde mirábamos la ropa. Ahora estábamos frente a frente, nuestras miradas se cruzaban constantemente.

  • "¿Sabes?" - me dijo - "Me has puesto a cien".
  • "Vaya, siento haberte causado la molestia".
  • "No lo sientas, me gusta sentirme excitada".
  • "¿Y eso no es incomodo?"
  • "Solamente hasta que pueda correrme, pero disfruto de notarme tan mojada".
  • "Me gustaría ayudarte con eso, si quieres, claro".

Ella volvió a moverse, esta vez se puso a escaso medio metro, a mi derecha. Podía sentir su respiración, un tanto agitada. Sin mirarme pero de manera que yo pudiese oirla claramente me dijo:

  • "¿Tienes tiempo ahora mismo?".
  • "Si, claro".
  • "¿Quieres estar a solas conmigo?".
  • "Por supuesto" - Empecé a pensar en un polvo rápido en algún probador.
  • "Pues sígueme, no muy de cerca, mi hijo anda por aquí y si me lo encuentro no quiero que se de cuenta".
  • "De acuerdo, te sigo, pero, ¿A dónde vamos?".
  • "Solo sígueme, anda cielo, que estás como un queso".

Esto último lo dijo retirándose del perchero de ropa y mirándome de arriba abajo. Se dirigió hacia las escaleras mecánicas por las que habíamos bajado y tomo dirección hacia abajo. Yo dejé que llegase a mitad de la escalera y comencé a seguirla. Me di cuenta que no la había observado bien físicamente y bajar tras ella y cruzarnos en cada planta me permitiría hacerlo. Mientras hacía el "examen" pensaba en que planta y como haríamos para colarnos en un probador. Ella vestía una falda por debajo de la rodilla y una chaqueta gruesa, debajo una blusa color claro, tenía un buen trasero y parecía que el pecho no era muy grande, tampoco soy de los que siente especial predilección por los pechos de determinado tamaño. Estabamos ya en las escaleras de acceso a la planta calle. ¿Que estaba tramando? ¿Irnos de allí a algún sitio? No, a esas horas de la mañana no sería muy fácil. ¿Conocería algún sitio de esos para alquilar habitaciones por horas? La incógnita me estaba empezando a inquietar, de todos modos ella parecía muy decidida, llegamos a la planta de salida, ella volvió a tomar el siguiente tramo de escaleras y se dirigió hacia la planta sótano. "Que raro, esa es la planta del supermercado, ¿En que estará pensando?". Al llegar al final de la escalera se detuvo junto a las cajas del parking, ¿Que quería ella que hiciese yo?, la miré inquisitivamente a ver que esperaba que hiciese, ella miró hacia la escalera de bajada, sonrió y movió la cabeza indicándome que bajase. La escuché preguntar "¿Donde estas?" y un poco después "Bueno, pero a las 2 te quiero en las cajas..." no escuché más, bajaba mirando hacia donde ella estaba, ella hablaba por el móvil y la perdí de vista. Me paré en la planta inferior y esperé disimulando y mirando hacia la escalera a ver si bajaba. No me dio tiempo ni a ponerme nervioso, inmediatamente y mientras guardaba el móvil en el bolso comenzaba a bajar por las escaleras. Cuando llegó a la planta donde yo estaba me miró y dijo:

  • "Venga, sígueme otra vez".
  • "Si, vale" - Atiné a contestar.

Tomo otro tramo de bajada y la seguí. En la planta se metió por una de las puertas de acceso a los vehículos, salí a la zona de aparcamiento tras ella y me estaba esperando, me acerqué a ella. Ella extendió la mano, la agarré y me acerqué, en ese momento alzó un poco la cara hacia la mía y nos besamos, fue un piquito, separamos las caras, nos miramos sonriendo y me acerqué a besarla de verdad, aceptó el beso, nuestros cuerpos se aproximaron, ella me detuvo con su mano y sin soltar mi mano ni decir nada, comenzó a caminar por la fila de coches. Vaya, pensé, eso es que nos vamos a algún sitio tranquilo. Llegamos a su coche, coche no es la palabra exacta, era un vehículo comercial casi una furgoneta, con los logotipos de una conocida empresa de la ciudad.

  • "Sube, vamos a mover el coche"
  • "¿Pero dónde vamos?"
  • "Ahora lo verás, cielo, confía en mi. ¿O tienes miedo?"
  • "¿Miedo?, no, lo que tengo ahora son unas ganas locas de volver a besarte"
  • "Me alegra oír eso, porque me encanta besar"

Nos separamos, ella accedió al lado del conductor y yo pasé por detrás para ir al lado del acompañante. Al sentarme en el asiento, nos miramos, ella se acercó hacia mi lado y nos comenzamos a besar húmeda, apasionada, desesperadamente. Su boca era caliente y extremadamente llena de saliva, eso me excita mucho, casi sin darme cuenta mi mano derecha se dirigió hacia su pecho, ella suspiró al sentir mi mano sobre su blusa, magreé aquel pecho delicadamente. Su lengua no daba ocasión a la mía. Desabroché uno de los botones de la blusa, luego otro, deslicé mi mano bajo la blusa y dentro de su sostén. El pezón, duro y de punta era rugoso, cilíndrico, de tamaño algo mayor que un garbanzo. Su reacción al yo tocarlo fue un suspiro más profundo y pude oír como separaba las piernas, rebulléndose en el asiento. Nuestras bocas seguían enlazadas, Dios, aquella cantidad de saliva me estaba poniendo a mil. Entonces noté su mano en mi nuca, acariciando el principio de mi cuero cabelludo. Pellizqué su pezón, un gemido casi inaudible pero perceptible subió por su garganta, unas risas y una conversación nos sacaron de aquel mini éxtasis.

  • "Bueno, ahora no podemos dejarlo así, pero tenemos que irnos de aquí" - dije.
  • "No, no vamos a dejarlo así" - Contestó metiendo la llave en el contacto y girándola para arrancar.
  • "Entonces, ¿Donde vamos?"
  • "Ahora lo verás, me tienes como una perra en celo" - Su mirada era de excitación y deseo
  • "Pues yo estoy tan cachondo que te lo haría en mitad del parking". Mirando hacia los botones de la blusa que había desabrochado, la visión de aquel pecho me encantaba, había dejado la copa del sostén bajada y su pezón se veía aun con aquella tenue iluminación.
  • "Ja, ja, ja, no será necesario, ¿Te gusta mi pecho?"
  • "Me encanta, estoy deseando lamerlos"
  • "Y yo deseando que lo hagas, que los chupes, que los mordisquees".

Puso la marcha atrás, salimos del hueco y enfilamos hacia la salida. La sorpresa que me llevé fue monumental, al llegar a la bifurcación ella tomo la de bajada hacia la planta inferior, de nuevo bajábamos. Pasamos la zona de carga de los grandes almacenes y volvimos a bajar. Era la planta más baja del parking, condujo hacia la zona más alejada de las puertas de acceso al centro comercial. Aparcó entre 2 coches, pensé que era arriesgado por si llegaban los propietarios de cualquiera de los otros coches, pero daba más intimidad ante gente de paso.

Volvimos a besarnos, me lancé de nuevo a por sus pechos, esta vez solté otro par de botones, bajé la otra copa y me dediqué al magreo. Ella sacaba mi camiseta de los pantalones y pasaba su mano por mi estomago y mi pecho. Nos separamos un momento y ella dijo.

  • "Vamos a la parte de atrás, los asientos son abatibles".

Nos bajamos, ella vino hacia mí puerta, desplazó el portón lateral para que entrásemos. La visión de aquella mujer con la blusa desabotonada hasta la altura de la falda, me excitaba tanto que cuando íbamos a acceder al interior, la retuve, agaché mi cabeza y lamí su pecho, desde el cuello hacia abajo, mi lengua, tan ancha como es ensalivó aquél escote, la desplacé hacia uno de sus pezones y pasé la lengua, ahora gimió clara y audiblemente, agarró mi pelo, dio un ligero tirón, no muy fuerte, pero mi segundo lametazo deshizo su esfuerzo por alejarme, ella gimió de nuevo. Allí de pie mientras lamia su pezón y empezaba a succionarlo pasé mis manos hacia su culo, estaba blandito, pero me gustaba, bajé la mano para subir un poco su falda, los pantis eran suaves, subí la mano bajo su falda hacia su culo. En ese instante, con su pezón entre mis labios, tiró más fuerte de mi pelo para apartarme, lo consiguió y en un hilo de voz dijo

  • "Vamos, coño, entra al coche".

Entré yo primero y me senté como pude, ella subió al coche y para cerrar el portón puso su trasero a la altura de mi cara, metí la mano bajo su falda subiéndola y aprisionando sus muslos, ahora veía que bajo los pantis llevaba un tanga, besé sus nalgas sintiendo la tela de los pantis en mi boca. Ella se agarró a un asidero y al respaldo del asiento, gemía claramente. Una de sus manos agarró una de las mías, la sacó de su falda y la dirigió a su pecho, este colgaba dada la postura, pellizqué aquel pezón, amasé su teta mientras seguía lamiendo sus pantis. Ella soltó la otra mano y remangó completamente la falda. Empezó a bajar los pantis, la ayudé con la mano libre, ella volvió a agarrarse, mi mano seguía en su teta y la otra acariciaba el interior de sus muslos, notaba su calor, casi su humedad, mi lengua pasaba y repasaba sus nalgas. Subí la mano hacia su sexo,

  • "Coño!!!, es increíble lo mojada que estás".
  • "Si, cielo, así me has puesto".

Aparté la empapada tela y noté que su húmedo sexo no tenía un solo pelo en la parte de los labios, estaban ligeramente separados, mi dedo gordo encontró el camino expedito hacia su vagina, lo introduje únicamente un poco y con el dedo índice de la misma mano acaricié el clítoris, al cabo de unos segundos, sus piernas temblaban ligeramente. De pronto sentí el irrefrenable deseo de saborear aquellos jugos, saqué la mano de su sexo y lamí ruidosamente mis dedos, le dije,

  • "Bájate eso, voy a lamerte entera".
  • "¿Entera?".
  • "Si, entera, y voy a empezar por aquí"- Posando un dedo en su ano.
  • "Hummmmmmmmmmmmm, siempre lo he deseado".
  • "¿Nunca te lo han hecho".
  • "No, cielo, hazlo, lo deseo mucho".

Su tanga estaba ya a la altura de los pantis, en los tobillos. Con una mano aparté ligeramente una de las nalgas, con la otra recorrí desde el clítoris hacia atrás hasta empapar su ano con sus propios jugos, la yema de mi anular dibujo unos círculos en su ano, ella gemía y gemía "Vamos, cielo, vamos, no me tengas así"

Acerqué mi cara a su culo, olía a sus jugos, saqué la lengua y la posé suavemente sobre su ano, la dejé allí moviéndola mínimamente, empujando un poco con ella mis manos estaban en sus muslos, ella agarraba una de mis manos y con la otra se sujetaba. Comencé a mover la lengua rápidamente, en círculos y con afán penetrador. Ella gemía, parecía querer reír, suspiraba, medio roncaba y decía

"si, cielo, si, me encanta, cielo, orgsss, si, si, ufffff, que gusto".

No dejé de lamerla en un rato, hasta que su mano apretó fuerte sobre la mía, muy fuerte, su culo se movió hacia delante alejándose de mi.

  • "Espera, para, para, para, joderrrrrrr".
  • "¿Que cariño, quieres que lo deje".
  • "Si, déjalo o me corro así mismo".
  • "Pues córrete, ¿Qué problema hay?".
  • "No es problema, es que quiero que mi primer orgasmo te lo comas, ¿Quieres?".
  • "Comérmelo?, Perdona, no te entiendo".
  • "Ahora verás, espera, libera aquella presilla, al final del respaldo"

Busqué la puñetera presilla, ella hacía lo mismo en el otro lado del respaldo, sonaron los clics de liberación y el respaldo comenzó a ir hacia atrás. "Ahora quítate la camiseta y túmbate... cielo".

Obedecí, mi cabeza quedó donde terminaba el respaldo, ella manipulaba sus zapatos, se quitaba los pantis y el tanga que eran una sola pieza de ropa enrollada, su blusa estaba abierta completamente, su sostén puesto pero los pechos fuera de las copas, la falda hacia de cinturón, "Joder, - pensé - Debe tener los 45 pero está cañón". Cuando terminó con la ropa, de rodillas sobre el asiento se abalanzó sobre mí, nuestros pechos se tocaron nos besamos, yo magreaba sus nalgas y ella acariciaba mi pelo y mis brazos.

  • "¿Me dejas hacer?" -Preguntó.
  • "Lo que quieras, haz lo que te apetezca".
  • "Eso voy a hacer. ¿Te importaría decirme tu nombre? Yo soy Lola".
  • "Un placer Lola, Javier es mi nombre".
  • "Vale Javier, no me llames Lola, llámame puta, zorra, guarra, perra, lo que quieras, pero no Lola".
  • "De acuerdo, pero solo si tú me llamas cabrón".
  • "Vale so cabrón, prepárate porque te vas a beber mi corrida de puta".

Al decir esto se separó de mi, se movió hacia atrás en el asiento y deslizó cada una de sus rodillas de forma que tocaban en mis hombros, estaba sobre mí, su sexo a la altura de mi boca, sus manos en mi pecho, jugando con mis pezones.

  • "Ahora, cabrón, chupa hasta que me corra en tu boca, aunque te va a resultar fácil".

Sin decir palabra me puse a la tarea, su clítoris parecía el dedo meñique de un niño, era largo, se podía succionar, era como hacerle una micro felación. Subí mis manos hacia sus pechos mientras lamia su sexo desde atrás hacia delante, ella lo aceptó un momento aunque le suponía envararse y dar con la cabeza en el techo de la furgoneta, o coche, o lo que fuese aquello que ahora era nuestra cama. Ella movía su culo para que mi lengua recorriese cada pliegue de su sexo, de pronto me hizo soltar sus pechos, se inclinó hacia delante, bajó sus manos hacia mis pantalones y empezó a soltar el cinturón y los botones. Sin sacarla de su prisión ella la acarició, yo hice ademán de subir el culo para que ella bajase los pantalones. Acerqué las manos a los pantalones para empujarlos hacia abajo, ella me ayudo e hizo lo propio con los bóxer. Mi polla estaba dura de nuevo, ella la acarició, yo notaba una gotilla de liquido en la cabeza, ella pasó uno de los dedos y la recogió. Aunque no podía verlo, ni oir nada, solo podía lamer y sentir su sexo, sentir su mano en mi polla, supuse que ella iba a chupar esa gota. Eso me excitó y aceleré los movimientos de mi lengua, deseaba que saliesen mas jugos, ella rezumaba mucho, pero yo quería mas, mas, mas. De pronto su sexo se alejó un poco de mi cara, ella se había abalanzado hacia adelante, sentí la calidez de su saliva, empezaba a chupármela.

  • "No, espera, puta, no, perra, es mi turno, quiero que me mojes más la boca".
  • "¿No puedes así, cabroncete?".
  • "Puedo, pero no quiero así, quiero que te corras so perra".
  • "Ufffffffff vale, pero acelera, quiero comerme esa polla que llevo deseando desde que te la he visto".

Se volvió a sentar sobre mi cara, no soltaba mi polla y cogió mis huevos. Me apliqué a la tarea y puse mis manos en sus pechos, pellizcaba sus pezones, los retorcía al tiempo que la lamia y buscaba su clítoris con mi lengua, ella lo notó y subió un poco el trasero, ahora su pequeña pollita estaba a la altura de mi boca. lo atrapé, lo lamí, lo mordí suavemente, eso hizo que se desatara un temblor, el temblor fue subiendo de intensidad. Mi polla estaba aprisionada, ahora muy fuerte, ella temblaba y con un grito ronco "Orrrrrrgsssffffffffffffs" empezó a correrse, de su vagina fluía directamente sobre mi nariz una cantidad de jugos increíbles, moví un poco el cuello y mi boca quedó de manera que aquellos líquidos me eran más accesibles. Aquello duró varios segundos. Ella ahora movía su culo atrás y adelantes y de pronto se medio desplomó hacia un lado, decía

  • "Ay, ay, joder que fuerte, cabrón, me has hecho reventar, que gusto, ahora quiero que me folles".
  • "¿Follarte?".
  • "Si, así, como estoy, no me muevas, ponte como puedas, pero fóllame".
  • "Eres toda una zorra, ¿Cuanto lo deseas?".
  • "Más que nada, vamos, hazlo, no me hagas suplicar".
  • "Suplica, vamos zorra, suplica mientras me coloco para follarte".
  • "Uffffffffff, por favor, fóllate a esta guarra, vamos anda, por favor".

En lo que me quitaba los zapatos y la ropa que me quedaba ella sigió suplicando, aquello me excitaba más aún, me arrastré por el asiento hasta quedar detras de ella, ella estaba en una posición semifetal pero su coñete estaba accesible. Mi polla no encontró nada de dificultad, ella gimió, yo noté como sus jugos bañaban mis huevos. Me moví no más de 30 veces y ella empezó a correrse de nuevo.

  • "Sigue, sigue, cabrón, no pares de follarme".
  • "Quiero follarte el culo zorrita".
  • "No, hoy no, no, no, sigue follándome".
  • "Está bien, pero te voy a meter un dedo ahora mismo".
  • "No, no, no,".

Hice caso omiso y metí la punta de mi dedo en su ano, sin dejar de moverme en su coño. Aquello me excitaba aunque la postura era incomoda. Ella pareció relajarse y únicamente gemía, así pasamos un poco mas de rato, mi dedo en su culo y mi polla en su coño. Fui descendiendo el ritmo hasta quedarme parado, dentro de ella, pareció gustarle pues suspiró como una gatita.

  • "Cielo, ¿No te habrás corrido dentro?".
  • "No, claro que no, de hecho quería bañar tu culete"
  • "¿No podrías correrte en mi pecho?"
  • "Sí, claro, ¿Quieres que me corra en tus tetas?".
  • "Querría que te corrieras en todo mi cuerpo, que me bañases, pero hoy me conformaré con eso".


Me retiré de detrás de ella, ella se movió y quedó tumbada boca arriba, yo, de rodillas, me puse con la polla a la altura de su cara. Ella comprendió el mensaje y alargando una de sus manos para coger mi polla acercó también su boca hacia mí. Ella lamía y chupaba, su mano bajo a mi huevos. Esa mujer sabía lo que hacía, que gusto, de pronto se me ocurrió una maldad.

  • "Espera... déjame que me ponga de otra forma, tú no te muevas".

Me bajé del asiento y aunque un poco inclinado hacia delante, mis huevos quedaron a la altura de su cara ella miraba hacia arriba y sonrió.

  • "Chupa mis huevos mientras me pajeo y así mi leche irá a tus pechos".
  • "Vale, hummmmmm, espero que aún te quede leche".
  • "Ahora lo verás".

En aquella postura ella lamia mis rasurados huevos y yo me masturbaba, estaba a mil, la maldad que había pensado estaba a punto de suceder.

  • "Perrilla mia, moja mi polla" -dije bajando la polla hacia su boca. Ella obedeció
  • "Hummmmm, sigue un poco más".

Ella chupaba fuerte y sentía que podía correrme en ese momento, la poca conciencia que me quedaba entró en acción

  • "Lola, quiero correrme así, ahora mismo".
  • "No me llames Lola, llámame Zorra, y llena mi boca de tu leche, so cabrón que te estaba viendo venir"

Sin más abrió su boca y echó atrás un poco la cabeza

  • "Bien zorra, prepara esa garganta que te voy a dar todo".

Ella guiñó un ojo y se relajó. Mi polla se deslizaba dentro de su boca y me incliné hacia delante, era como follarle la boca, a los pocos segundos ella cerró un poco sus labios, sus dientes rozaban mi piel. Apoyé una de mis manos en una teta y la otra la dirigí hacia su sexo, ella me detuvo y puso esa mano exploradora en el otro pecho. En ese momento noté como podía correrme, retiré un poco el miembro hacia atrás, únicamente el glande estaba en su boca, me moví un par de veces rápidamente y empecé a eyacular, ella suspiró al notarlo y apretó mis manos sobre sus tetas, yo seguía soltando leche y ella tragaba como podía, entonces retiró una de sus manos y agarró la polla, la sacó de la boca en el momento en que otro par de gotas salían de ella, esas gotas acabaron en su barbilla, volvió a abrir la boca y estrujando la polla hacia abajo, recibió las últimas gotas en su boca. Yo estaba en el cielo, ella soltó la otra mano y bajó su mano a su sexo, movió la mano en él mojándola con sus jugos, luego la subió a su cara, recogió las gotas de su barbilla y mezclando todo me ofreció a lamer sus dedos, lo hice y aquel sabor me resultó embriagador, ella relamió el resto. me agaché, nos besamos como habíamos hecho al principio y nos relajamos.

Compusimos nuestra ropa, nos dimos los teléfonos e indicaciones, ambos tenemos pareja, y en la planta superior del parking me bajé del vehículo. Me quedé mirando un momento a ver donde aparcaba y decidí irme. Cuando ya salía, lo pensé mejor y me apeteció verla de nuevo. Me dirigí a las cajas del parking. Allí estaba el chaval, como enfadado, en ese momento ella apareció subiendo desde la planta del parking. El chaval fue hacia ella diciendo "Ya te vale, llegas 20 minutos tarde..."

Me fui de allí con una sonrisa a juego con el relax de mi cuerpo.

Por supuesto, nos hemos visto más veces, pero eso ya es otra cosa, no tiene más interés que un sexo del bueno... aunque quizá si os cuente algún día lo que pasó al presentarme a una amiga un día que no habíamos quedado pero que nos encontramos.