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Mi nacimiento en la esclavitud (5)

en Fetichismo

Ya estaba amaneciendo, y yo seguía admirando ese cuerpo, como giraba en la cama, como se estiraba, y sobre todo sus pechos. Había pasado toda la noche con los ojos clavados en ellos, no había podido dormir nada, solo podía mirarlos fijamente recordando su sabor. Ni siquiera podía moverme. Tal y como me había quedado recostada al lado de la mesilla cuando apague la luz, así estaba todavía después de no sé cuantas horas. Mi cuerpo estaba entumecido de estar horas en la misma postura, pero era consciente de que cualquier movimiento mío pudiera molestarla y hacer que se despertara y perder la magia de ese momento. La luz exterior de la noche bañaba su cuerpo, dándole una apariencia de deidad asombrosa. Yo deseaba que no amaneciese, que ese momento perdurara para siempre. ¡Qué locura!, ayer a estas horas estaba yo sin poder dormir pensando en que no quería volver a encontrarme a esa mujer, y tan solo unas horas con Ella, habían hecho que toda mi vida anterior careciera de sentido. En mi mente y en mi corazón sentía que había nacido ayer por la tarde, y que Ella había sido mi creadora. Nunca antes me había sentido atraída por una mujer y ni mucho menos por sus pechos. Pero con Ella era diferente. No podía quitarme de la mente las ganas de tener sus pechos en mi boca, era en lo único que pensaba, lo único que me preocupaba. No existía mas mundo que sus enormes tetas llenas de dulce y sabrosa leche. Esas tetas que me hipnotizaron y me hicieron despertar en mi, una persona totalmente nueva y distinta a la que era. No me hacía falta cerrar los ojos para soñar con ellas, con ellos abiertos recordaba como mi boca mamaba de ese enorme pezón rosado que sin saber cómo se había convertido en mi único objetivo, en la razón para vivir adorándolo.

Pero tal y como Ella me indicó cuando me dio las buenas noches, tenía que estar atenta y poner la alarma al móvil para despertarla a las 7.30. Como cualquiera podrá imaginar, no me faltó poner la alarma. Recapacité sobre despertarla con el sonido, no, Ella merecía despertarse de otra manera. Así que cuando, para mi desgracia, fueron las 7.30, me decanté por despertarla del modo más dulce que se me ocurrió. Empecé a lamer los dedos de sus pies, y recorrí sus piernas lo mas deliciosamente que pude. Ella despertó entre suspiros, y cuando llegue a su coño, apretó sus piernas alrededor de mi cuello. "Ummm bebe, vas a hacerme desear que siempre me despiertes…". Y seguido, casi sin enterarme Ella giró, empujando con su cadera mi cabeza de manera que yo quedaba boca arriba y Ella boca abajo. Mientras mi lengua bailaba entre su clítoris y su vagina. Al principio Ella movía su pelvis, dejándome la cara embardunada de sus fluidos y respirando a bocanadas, para poner énfasis en lamerla entera. Acariciaba con la punta de mi lengua su clítoris y luego recorría la distancia que había hasta su vagina para amagar con meter la lengua en su vagina, para volver a hacer el mismo recorrido de nuevo a su clítoris.

Ella esperó hasta que tuve la boca bien abierta y con la lengua dentro de su vagina, para ponerse a horcajadas encima de mi cabeza. Como se separo de mi boca yo intentaba levantar la cara al encuentro de su coño. Ella puso sus muslos a ambos lados de la cabeza y bajo poco a poco otra vez al encuentro de mi cara. Me miraba y se reía, pero yo solo tenía ojos para sus magnificas y bamboleantes pechos. Cuando iba sentándose en mi cara, yo intente abrir la boca lo máximo posible metiendo otra vez la lengua en su vagina. Ella bajo poco a poco hasta dejar todo su peso encima de mí. Ya no podía respirar. Instintivamente movía la cabeza, me estaba asfixiando. Ella gemía cada vez más y yo solo podía ver sus pechos desde abajo. La lengua ya no la movía yo, sino mi instinto intentando recoger una bocanada de aire. Así lucho mi cuerpo contra mi mente, porque yo notaba que a Ella le gustaba cada vez más.

Al final, sin energía para poder intentar respirar, cuando mi cuerpo me abandonaba, solo podía pensar en cómo nacen los bebes, por la vagina y que lo primero que ven son los pechos de su madre de la manera en que lo estaba viendo yo. En ese momento me di cuenta de la suerte que tenia de poder revivir ese momento. En todo lo que Ella me estaba regalando. La presión era enorme en mi cabeza, pensé que me iba a estallar de la falta de oxigeno y el peso de Ella. La visión se me nublada dejando solamente la imagen increíble desde debajo de sus pechos. ¡¡Qué manera más dulce de morir seria esa!!. Ella se movía ya frenéticamente con todo su peso contra mi cara. ¡¡Que corto fue el momento de felicidad junto a Ella!! Deje de sentir mi cuerpo, sus jadeos parecían más fuertes y más lejanos así como su olor. Había puesto mi vida en sus manos, o más bien a sus pies rendida, y ahí la iba a dejar.

Pero desperté entre sus brazos, me mecía contra sus pechos. No sé si alguien podrá imaginar la alegría de saberse que estas de vuelta, fuera de peligro, que en sus brazos se está a salvo. Primero abrí la boca saboreando los jugos de mi Diosa. Después abrí los ojos lentamente. "¡¡Teta, teta!!" logre decir sin todavía haber cogido mis pulmones aire suficiente. Ella me miró dulcemente, sonrió y me dijo: "bebe, tienes toda la cara sucia y tu coño también. Mira como entra tu chupete en tu coño" Era un cuento fantástico estar recostada en sus pecho y Ella mojando mi chupete en mi coño, para luego metérmelo en la boca. Me acuno con el chupete entre mi boca y su pecho izquierdo del cual con la presión salió un pequeño chorrito de leche. Yo intentaba sacar con la lengua el chupete de mi boca para cazar al pezón, pero entonces Ella empezó con cada palabra que decía a azotarme mi todavía irritado por la tortura de la noche coño. "La bebe es una glotona, ¿Ya tienes ganas de teta?? Mira que pensé que no podrías con toda la leche, pero hasta ahora te la estas tomando toda toda. ¿Tanto te gusta?? Viciosa, eres una perrita muy viciosa. Pero todavía no, chupa tu chupete, chúpalo, ya te daré luego teta. ¿Te gustaría estar todo el día colgada de la teta? ¿Llenarte la boca entera con toda la teta? Seguro que quieres intentarlo ¿Verdad??"

Volvió a fallarme la respiración. El tener toda la cara llena de sus flujos y mecerme contras sus pechos, la visión de la leche inalcanzable y sus azotes acariciándome, me elevo al cielo. No pude evitarlo, fue el mejor orgasmo que jamás tuve hasta entonces. Al hacerlo, me dejo sobre la cama, me miro sonriente y me beso la frente. Luego se incorporo y me dijo:"No deberíamos perder más tiempo. Me tengo que ir de viaje. Ven al baño".

Le seguí a gatas y después de sentarme en la baza, Ella me abrió las piernas y se sentó como la noche anterior encima de mí. "Mea bebe" Y seguido note como su orina volvía a caer sobre mi coño, uniéndose con la mía. Se levanto y la limpie con mi lengua. Ella cogió unas toallitas húmedas y me limpio. "Bebe, apenas te has despeinado, ni se te ha movido una pinza (y comprobó esto magreandome dolorosamente mis tetas). Ahora te colocaré el chupete y te vestiré." La seguí gateando de nuevo hasta la habitación. Ella cogió y me sentó en la cama mientras me ponía los pantalones y la camiseta. "A los bebes les viste su Mami. Yo y solo yo puedo elegir que te pones. Los bebes no usan otra ropa que las que les pongan su Mami, ninguna otra más… Anda bebe (y me dio un azote en el culo), mientras yo me arreglo, recoge todo y mételo en la maleta."

Estaba algo intranquila por que no había podido saborear su leche. Pensé que se habría olvidado o que tal vez en el coche tendría la oportunidad de colgarme de sus tetas en la intimidad. Salí detrás de Ella de la habitación cargada con la maleta, la bolsa de la videocámara y el trípode hacia el ascensor chupando feliz mi chupete. Al bajar a la recepción Ella se quedo enfrente de la cafetería y me ordeno ir a su coche a dejar todas las cosas y luego reunirme con Ella en la cafetería.

Cuando llegue a donde Ella, me di cuenta de que éramos las primeras en la cafetería y todavía la camarera estaba sacando comida para ponerla en la mesa del buffet. Mi Mami estaba sentada en una mesa redonda con cinco asientos más. Estaba tomando un café y en la mesa había un croissant y mantequilla y mermelada. Me quede a su lado nada más llegar, esperando a que me hiciera alguna señal para sentarme. La camarera al verme me saludo y me pregunto qué iba a tomar, que todavía estaba colocando las cosas. "No se preocupe, solo toma leche. Yo no puedo vivir sin café, ni ella sin su leche. Es una pequeña viciosa." Se rieron las dos y la camarera nos dio la espalda. "Sit up", me dijo, lo cual me asombro, y antes de hacerlo mire hacia el office donde estaba trasteando la camarera. Creo que estaba roja pensando en que decir si nos pillasen. "¿No tienes sed de teta bebe? Pues yo que tú me daría prisa en mamar." Y se rio mientras con el dedo se acariciaba el pezón a través de su apretadísima blusa.

Sabía que cualquier duda o vacilación la disgustaría, así que roja de vergüenza, deseando que no existiera nadie más en el mundo que pudiera enterarse de nuestra relación, me lance a abrir con mis dientes, el botón de la blusa que aprisionaba mi tesoro. Ella rio y me acaricio la cara. Antes de que yo pudiera conseguir mi delicioso objetivo me detuvo sujetándome de la barbilla con su mano izquierda. Con la mano derecha se aparto la blusa dejando ante mi vista el objeto de mi locura. Acaricio todo su pecho izquierdo con la mano para luego con el dedo índice y corazón ofrecerme su preciado pezón, el cual al apretar, salió un chorretón de leche que me dio en toda la cara. Yo intentaba relamerme y Ella se reía al verme. Ella disfrutaba contemplando todo el sufrimiento que padecía por su leche. Después, como a cámara lenta, atrajo mi barbilla enfilando mi boca a su pezón izquierdo. Se me hizo eterno, pero finalmente alcance su pecho, intentando meterme el máximo de teta posible en la boca, extasiada como estaba con el sabor de su leche. Al principio sus dedos eran un incordio pero luego los quito para con las dos manos apretarme contra su pecho y besarme en la cabeza. "Bebe, jajaja, sí que tenias ganas de teta… a ver si te vas a atragantar…¡¡Me encanta sentirte vaciando mis pechos!!"

Yo me afane en mamar cuanto más de su teta, mientras oía a la camarera trastear. No la alcanzaba a ver, por mucho que mis miedosos ojos intentaban verla, solo veía el otro pecho de mi diosa, con lo que supuse que tampoco me vería en semejante posición, pero no sabía si la camarera podría oír el ruido que hacia al mamar, ya que ante todo mi prioridad era terminar todo lo antes posible, sin importar el ruido pudiera hacer. Después de cierto tiempo mamando a la desesperada, oyendo el ir y venir de los cacharros que traía la camarera, el ruido de las maquinas cuando las encendía y el ronroneo de mi Diosa ahogado por mis succiones, oí a mi Diosa "Bebe, bebe, que me dejas esta teta seca, ahora te toca la otra." Y me aparto tirándome de las coletas. Se guardo el pecho izquierdo dentro de la blusa para mi angustia, y jugando a apartarse la blusa del pecho derecho, mirando como yo desesperaba hipnotizada por su pecho, tragando dificultosamente saliva, Ella me dijo sonriendo: " ¿Todavía tienes ganas de teta? ¿No estás llena? No sé yo si será bueno que tomes tanta teta. No lo hagas con desgana, solo si realmente deseas tragártela toda, toda, entera." Yo estaba mojadisima, por una parte con ganas de estar a solas con Ella, fuera del alcance de cualquier mirada, pero también con ganas de mas, de que nunca terminara, de que estuviese quien estuviese, solo tenía ganas de mamar y de masturbarme, pero sobre todo de que me mirara satisfecha. "Teta, teta" le conteste yo y a continuación Ella libero su pecho derecho, abalanzándome yo como una caníbal hambrienta, metiéndome la mayor cantidad de pecho que me permitiera succionar. Ella me ayudo a meterme más teta en mi boca "¡¡me pone calentísima verte mamar con tantas ansias!!" y para que lo comprobase Ella me guio mi mano hasta su coño, donde me entretuve mientras Ella con su mano derecha me apretaba contra su teta y con su mano izquierda me torturaba mis pinzados pechos.

Era alucinante, increíble, el orgasmo que podía alcanzar con Ella, pero realmente lo más increíble es que no lo alcanzaba hasta que Ella lo hiciera con mi tortura, quizás autoinflingida no entendía muy bien como sucedía, pero hacia que fuese más fuerte la sensación de pertenecerla. Ya más tranquilas, Ella me acariciaba dulcemente la cabeza mientras yo me quede acomodada mamando deleitándome en su teta. Ella me miraba con dulzura, yo ya no podía mirarla a los ojos, me daba vergüenza estar con el alma desnuda frente a Ella, ya que cada minuto que pasaba con Ella, sentía que la pertenecía más. Miraba su sonrisa y a su pecho, y notaba que nos mirábamos las dos, era pura magia lo que había. Al terminar la leche, le metí el pecho en la blusa sin parar de besárselo con la adoración que sentía y que quería demostrar.

"Vámonos, que ya hemos terminado de desayunar" ordeno, y me levante del suelo ayudándola a levantarse de la silla. Yo no cabía de gozo, había una persona que sin enterarse fue testigo de cómo haría cualquier cosa por mi Diosa. Fue entonces cuando vino hacia nosotras la camarera y empezó a recoger la mesa. "¿Qué tal el desayuno? ¿Les ha gustado? ¿Desean algo más?" Dijo la camarera, a lo que mi Diosa contesto: "Ha estado todo muy bien. Hemos disfrutado del desayuno. Estoy segura de que esta querría mas leche ¿Te pareció rica la leche? (me pregunto a la que yo asentí nerviosamente con la cabeza pensando en que podría imaginar la camarera)". La camarera se me quedo mirando a la cara y me dijo "Uys pero si tiene la cara manchada de leche.." Entonces mi Diosa cogiendo una servilleta me limpio la cara y le comento a la camarera "Lo de esta chiquilla no tiene nombre, es puro vicio por la leche. Es algo increíble, vamos seguro que si la leche fuese de teta, se pasaría todo el día colgada de ella como los bebes. ¿Eh?" Me pregunto riéndose sobre todo por mi cara de estupor. Yo me puse totalmente roja, no sabía dónde meterme porque me miraban las dos y se reían de mí. Entonces Ella, mi Diosa, me acaricio la cabeza y salimos de la cafetería a la recepción.

Mis pensamientos eran inquietantes. ¿Qué pasaría una vez que hubiéramos salido del hotel? Yo sabía que Ella tenía que irse. ¿Pero la volvería a ver? Ya no es que desease estar con Ella, sino que me di cuenta de que la necesitaba.

"Teresa. Cuanto tiempo sin verte. ¿Qué tal estas?"Dijo una voz detrás de nosotras. Era una mujer de unos 50 años, pelo corto, y con unas curvas que no llegaban a ser tan pronunciadas como las de mi Diosa, pero que iba con un traje de falda. "Luisa, que sorpresa volverte a ver." Dijo mi Mami acercándose a ella y saludándola con dos besos. Yo seguía inmóvil en mi sitio. Si en la cafetería había algo de penumbra, en la recepción sí que estaba bien iluminada, y tenía miedo del aspecto que pudiera ofrecer a esa mujer y lo que pudiera pensar. Pero ellas dos se pusieron a hablar sin hacerme el más mínimo caso. "Por favor pasa a mi despacho y hablemos que tendremos muchas cosas que contar." le dijo Luisa. "Si, pero solo un momento, que como ya te contare no tengo mucho tiempo" respondió mi Mami.

Ellas dos pasaron a un despacho que había al lado de la recepción y yo me quede en un principio quieta en el mismo sitio, hasta que pasados unos minutos salió Luisa a buscarme.