Cuéntame

A donde van tus manos, otrora golondrinas, anunciando veranos en mis pechos, en tan largas noches de invierno y soledad?

En que oídos tu voz susurra en silencio, poemas de lujuria y anhelos desbocados, cuando los sueños te atormentan con lenguas de fuego tempestuosos?

En que bocas buscas calmar el hambre de pasiones ardientes, ahogando gemidos de animal en celo, cuando el instinto se apodera de tu cuerpo?

En que manos enciendes el conjuro de tus deseos, al vaivén de las llamas enardecidas que azotan tu falo de guerrero airoso?

En que enmohecidos espejos rescatas alguna señal de mi reflejo, amándote con la misma ternura y fuego de un volcán en erupción en madrugadas de sudor y sexo?

En que cavernas exploras buscando el sabor de mis entrañas, cuando tu lengua se resiste al amargo placer del último café?

En que carnes inmolas la lanza de tus demandas, intentando proclamarte señor de profanos dominios, robando quietudes y serenidades?

Que remotas fogatas apagas con diluvios de éxtasis y esperma, escurridas en impetuosas embestidas de estaca acoplada y bravía?

En que quimeras irrumpes, atizando avernos que dormitan en el bajo vientre, provocando mareas de flujos volcánicos?

En que labios descubres la pasión que despierta la imagen de tu pene enhiesto, al escuchar el grito profundo y gutural del último orgasmo?

Con que dedos enervas la locura ardiente, en el denso continente de piernas abiertas y espasmos bajo la piel?

En quien inventas caricias, que van desde el surco hasta el monte, donde Venus se desangra al morir en la pira de tu lujuria?

En que fontanas vuelcas el fruto seminal de tus pudores, al momento de entregarte al sortilegio de una boca ansiosa por calmar la sed de la carne.

Que atormentadas nalgas de cerrados muslos, laceras en el embate de la feroz bestia indómita que encierran tus vísceras?

Bajo que pieles sientes correr la sangre, cuando cada dedo en un surco, hace temblar las piernas en busca del éxtasis sagrado?

En que caliente cuerpo recorriendo en círculos crecientes, alrededor del núcleo, buscas agrandar la dermis, buscando el frenesí que te eleve?

Quien es la que logra encender la antorcha, con que la excitas por fuera para incendiarla por dentro, en violentas convulsiones mas allá de los sentidos?

Como es la que se entrega, vulnerable e impúdica, cuando la daga orada lo prieto del oscuro morbo de tu mente, y se envilece en gritos de dolor y desenfreno?

Cuéntame…

Quien exalta tu vida como yo lo hacia?