Quiero tu mirada en la mía. Estar. Mirarte y saber que te conozco, que siempre has sido más que voz y letra, una imagen en la distancia.

Oír esa voz que me invade lento. Adentro.

Deseo darte un beso dulce.

Abrazarte fuerte; sentir tus manos entre las mías, entrelazar nuestros dedos, ver tu sonrisa alegre esa que me contagia solo al oírla.

Poder descubrir tu mirada tímida, esos ojos brillantes de dulzura e inocencia; quiero descubrir la lujuria en ellos.

¡Enloquecerte!

Conocer tu olor, sabor, tus formas, la textura de tu piel al tacto de mi mano, respirar tu piel, la humedad que brota de ti, la sal de tu sudor; sentir el peso de tu cuerpo sobre el mío, el calor que desprende cada uno de tus poros.

Quiero miradas, palabras, juegos, caricias, pasión, ansias, risas, suspiros, dedos rozándose, sustos, mordiscos, ternura, respiraciones entrecortadas, besos, silencio, descubrirte…

Derramar la pasión de tu cuerpo.

Quiero tu aliento deseoso de mí.

Dormir y abrazarte; amanecer con el sabor de tu boca en mis labios.

Quiero tus sueños; naufragar en ellos.

Sentir tu compañía sin voz, caricias, sin nada.

Ser tu cómplice, que me sienta en silencio siempre contigo.

Ansío poder saciar esta necesidad de ti… pero aprendo a ser paciente.

¡Poseerte!

Desnuda; explorarte, tocarte, seducirte, tomarte, conocerte, cogerte…

Quiero tu boca, besarte, respirar tu aliento, y enredar las lenguas; mojarte con caricias, besos, en silencio sin tener que decirte lo que siento.

La tibieza del cuerpo, sentir tu piel entre mis manos, la suavidad de tu respiración, abrir tu deseo, morder tus labios; sentirte hembra entre mis brazos; quiero la pasión de tu amor.

Deseo tus gemidos al acabar junto conmigo; que duermas sobre mi pecho tranquila, sin miedo a la despedida…

Quiero sentir, sentirte.

¡Quererte!

Quiero, quiero… no decirte estas palabras en estas líneas, pero aquí las dejo para ti.