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Un día entero teniéndola tan cerca pero también tan lejos

Mientras daba mi conferencia, observaba frecuentemente a Andrea, quien con su hermoso rostro, su cabello negro y brillante y sus senos apretados por la blusa que traía, llamaba la atención de mi vista.

Dificilmente lograba controlar el sentimiento de que estuviera cerca, y difícil era concentrarme en las dos ocasiones que se levanto a recargar su jarra de café, el culo que se vislumbraba a través de su jean apretado prometía mucho y dejaba mucho que desear.

Pero tal vez lo que más captaba mi atención eran sus senos que se dibujaban firmes y grandes a través de la pequeña abertura que se formaba entre su cremallera y su blusa.

Su chaqueta se ampliaba por el poder que guardaba en sus adentros, y el cuero de la confección dibujaba unas curvas perfectas que vaticinaban la lujuria que sus pechos entregarían a quien lograra liberarlos.

Finalmente los minutos pasaron y me resigne al final del Seminario y con el a la última vez que la vería.

Sin embargo, al finalizar la sesión noto que se acerca e iniciamos conversación.

Es tanta mi atención en ella y la de ella en mi, que el resto de asistentes sienten que nos inoportunan y se alejan sin más palabras. Quedamos solos en el salón conectados en una conversación superficial pero relevante.

El tópico giraba con respecto a un negocio que ella estaba emprendiendo y su interés en que yo la asesorara… un tema esperanzador ya que implicaría más encuentros y eso daba pie a oportunidades capitalizables

Sin embargo el salón empezó a ser ocupado por las personas del aseo y solo nos dio el tiempo para entregarle mi número y ofrecerle llamarme para entrevistarnos con más tiempo y poder así ayudarle con su tema…

… Metelo, metelo me imploraba Andrea, yo con todo mi empeño insertaba mi sable en ese vientre ardiente que solo unas semanas atrás desee y ahora era mio…

llevábamos más de media hora follando y yo había aguantado mi eyaculación para poder mantener el indescriptible placer de ver a esta mujer jadeando y pidiendo sexo con su tono de voz agitado pero deseoso.

Su piel sensible y sus gestos de aprobación a las caricias me seguían invitando a bordear su cintura, deslizar mis dedos por su silueta y llegar a sus zonas más sensibles… el sudor empapaba nuestros cuerpos y su humedad impregnaba mi vientre y lubricaba los movimientos que mantenían encendida la pasión y la lujuria.

De repente ella comenzo a hablar, su voz jadeante empezó a emitir palabras que luego se convirtieron en conversación…

-Así me gusta que me lo metan!!!, así que delicia, me haces sentir mujer, me haces sentir deseada

A lo que yo replique

-         Quien no quisiera metértelo a ti preciosa, eres una mujer sexy, húmeda y deseable.

Y ella dijo

-         Hace mucho que no me llevaban al orgasmo, un matrimonio largo espanta la pasión que hoy siento… mmmm estoy poniendo los cuernos a mi marido mmmmm que rico

-         Otro hombre dentro de mi… jugando con lo que ese miserable cree suyo…

En ese momento me entere de que estaba casada… normalmente no cortejo mujeres en esta situación, pero en el candor del momento eso lo único que hizo fue avivar más el fuego entre los dos, y por eso dije…

-         Y es que estas tetas tienen dueño (replique lamiéndolas con lujuria)

Andrea en medio del jadeo dijo

-         Si, son de otro… son de mi esposo… mmmmm

La agarre del culo y embestí con mayor poder usando como punto de apoyo sus nalgas generosas.

-         Estas húmeda por otro nena… (replique)

-         Perra, estas deliciosa, y esas tetas tan suaves al tacto pero a la vez tan firmes

Emprendí una serie de entra y sale, el sonido de la jugosa vagina de Andrea me excitaba y me explicaba la humedad que empece a sentir en mi pubis.

Su humedad era tan grande que no solo embadurno mi firme miembro, sino que también lubrico nuestra pasión.

Seguí clavandola y ella gemía como loca… finalmente no aguante más y mi leche inundo su vientre mientras nos ahogabamos en exclamaciones indescriptibles que denotaban deseo…

… Andrea se vistió y se fue… no cruzamos palabra alguna sobre la verdad que me había acabado de confesar… era casada y había convertido en cachondo a su esposo… yo más que arrepentido me sentí un afortunado.

Sin embargo antes de que se fuera logre iniciar una conversación que terminaría por resolver algunos de los enigmas detrás de esta mujer.

-         Y hace cuanto que no te humedecias de esa manera? (Pregunte)

Ella sonrió con nostalgia y curvo sus ojos hacia la izquierda, como quien busca un pasado remoto

Y exclamo…

-         Diego solía ser tan ardiente como lo fuiste tu hoy… -dijo con nostalgia en sus ojos y cruzo sus piernas con un aire sepulcral-

-         Cuando recién nos conocimos follábamos a diario y varias veces

-         Su pene generoso y firme siempre fue recompensado con mi humedad, y llegamos al cielo muchas veces.

¿Qué te excitaba de él? (pregunte con curiosidad)

-         No lo se –exclamo-

y después de pensar unos segundos que parecieron minutos dijo

-         Fue muy cortes cuando nos conocimos, olia delicioso, era tan pulcro

-         Su aroma me atraía y humedecía

-         Me hacia ver el día y la noche, era mi vida y mi pasión

-         Me embestia con firmeza, me sujetaba con tanto deseo como el que tu lo hiciste hoy.

¿Cuentame más… como recuerdas sus encuentros?

-         Me sujetaba firme

-         No me desvestía rápido ni despacio

-         Disfrutaba cada momento; el caer de mi abrigo, cada botón de mi blusa…

-         Las tiras de mi sujetador caían una a una, de forma lenta y eterna

-         Me mataba la incertidumbre de si llegaría a tenerlo dentro… aunque sabia que así sería…

-         …el temor de que no fuera a penetrarme alcanzaba a sentirlo cuando sus labios se detenían demasiado o se alejaban por segundos eternos

Sigue por favor – exclame con respeto

-         Primero desnudaba mi torso…

-         Yo recibía sus caricias, me quedaba quieta

-         Mi mente en un limbo fruto del placer

-         Yo no alcanzaba ni a desnudarlo, sin embargo en este punto, el ya aparecía desnudo frente a mi

-         Mi timidez, pese a la confianza que le tenia, me ponia indecisa sobre llegar a tocar sus zonas intimas

-         Sin embargo el mismo dirigía mi mano a su culo… me invitaba a tocarlo y a deslizar mis dedos entre sus nalgas…

-         Mmmm a ese punto yo ya estaba a mil, encharcada en mis secreciones.

El recuerdo llevo a Andrea a un éxtasis, hablaba con los ojos cerrados y se veía que revivía los momentos.

Yo sin percatarme ya había empezado a acariciarla y su abrigo yacía en el piso mientras mis manos acariciaban los hombros que nuevamente se dibujaban sobre su blusa.

Sigue por favor – replique mientras jugaba con sus botones

-         él disfrutaba mientras yo manoseaba su culo… lo sabia porque a cada toque, sus labios se sentían estremecidos sobre mis hombros

-         Sin embargo luego transportaba mi mano a su pene

-         Mmmm firme y grande

-         Me encharcaba aún más… si bien los penes no son mi fetiche, era la añoranza de tenerlo adentro más que de tocarlo lo que me ponía a mil

-         Mmmm a el le gustaba que lo tocara, que lo recorriera centimetro a centimetro con mis dedos

Igual que en su recuerdo, yo a este punto había logrado desnudar su torso, y trabaje en liberarme de la ropa que había alcanzado a ponerme.

Soltando el botón de mi Jean, logre que este bajara por gravedad, y con un tirón a mi boxer, logre liberar mi pene que apuntaba hacia Andrea.

Mi pene libero el liquido preseminal y expidió un olor característico que al parecer excito a Andrea y le hizo evidente que mi miembro había crecido para refugiarse en ella.

Mientras tanto para mi era imposible no observar el valle que se formaba entre los senos de Andrea…

Al abrir los ojos ella me encuentra con la mirada enfocada en su pecho… esto parece más complacerla que incomodarla.

Se mueve coqueta y camina con gracia hacia la puerta… dandome la oportunidad de deleitarme con su trasero firme y marcado, el cual surge mientras ella termina el trabajo de liberarse de su falda y tanga…

Vuelve hacia mi… cierra los ojos y pregunta

-         ¿Quieres que te siga contando?

-         Por favor (Exclamo), ibas en la parte en que recorrías su miembro centímetro a centimetro…

Andrea volvió a cerrar los ojos, se acerco y sujeto mi pene, el cual se hincho más al contacto de sus manos… continuo narrando

-         Lo tocaba como ahora toco el tuyo…

-         Bajaba a los testículos y me entretenía con su bello pubico, luego subía y acariciaba su punta.

-         Me arrodillaba así (decía mientras convertía en acciones sus palabras)

-         Y mamaba mmmmmm

Me retorcí de placer… Andrea posaba la punta de su lengua en la punta de mi pene, justo por donde el semen se libera…

Hundía su lengua en mi uretra ocasionandome contracciones indescriptibles de placer, me sentí morir no una sino varias veces

Tuve que interrumpirla para seguir en este mundo…

Ella complacida y al parecer entendiendo lo que sentí, siguio narrando

-         Así mamaba el miembro de Diego… con devoción y pasión

-         Igual que tu, él quedaba al borde de la muerte, una muerte ocasionada por el placer.

-         Mmmm

-         En este punto el me acostaba en la cama… yo me desvanecia y abria mis piernas como una puta, sin pudor alguno y deseando que su falo me llenara

-         El se echaba sobre mi, rozaba mis labios vaginales con su humedo miembro… mi vagina respondia con un liquido vizcoso y transparente que invitaba su pene a entrar y sumergirse…

-         Mmmm

-         Diego me penetraba… lo hacia suave y a fondo con su sable de placer

En ese punto yo había emulado a Diego, nuevamente estaba dentro de Andrea, ella muy lubricada por la excitación del momento y por el semen que yo había depositado varios minutos atrás…

Andrea continuo

-         Que delicia, me lo metia y lo sacaba…

-         Mis labios vaginales se inchaban para apresarlo…

¿Que tan grande lo tenia?... pregunte…

-         mucho – afirmo Andrea

¿Qué tanto? Insisti imprimiendo palabras de excitación

-         No lo se… pero me satisfacia

-         Como el tuyo ahora… mmmm

…metemelo, metemelo… hazme sentir mujer… mmmmm

Andrea, Andrea… eres mia… deliciosa

Nos movimos rapidamente, como una pareja salvaje… la taladre sin parar y ella gemía y respiraba al ritmo de cada entrada

Eyacule… la inunde de mi leche… ella al parecer lo sintio y se estremecio en un orgasmo…

Yacimos el uno al lado del otro… parte del enigma se había revelado, pero era solo el principio… ¿Por qué me había elegido?, ¿Por qué había dejado a quien le propinaba tanto placer?

Mi mente divagaba sobre estos interrogantes mientras me adormecia a su lado…