miprimita.com

Mi perversa Angélica

en Sexo Oral

Esta es otra historia de mis tiempos de estudiante.

Conocí a Angélica a través de una compañera con la que trabajaba en un grupo de teatro. Como es licenciada en filosofía teníamos conversaciones interesantes y gustos similares en cine. No pasó mucho para que la invitara a mi departamento para conocerla en el plano carnal.

Angélica mide alrededor de 1.60 con un cuerpo promedio, ni escultural ni desagradable, simplemente normal con senos pequeños. Es blanca, con ojos color miel y el cabello negro y lacio. Pero Su característica más peculiar es una mirada intrigantemente inexpresiva. Sí, aún en la conversación más interesante tiene una mirada ligeramente de medio dormir. Esperaba en la cama descubrirla diferente.

Fuimos a mi departamento un viernes en la noche y conversamos un rato.  Angélica vestía un pantalón de mezclilla, una camiseta negra de algodón y una chamarra de mezclilla, definitivamente no iba en plan seductor pero decidí probar suerte. Entonces ella me pidió el baño y la conduje hasta él. Decidí sorprenderla y cuando ella salió se topó conmigo justo al abrir la puerta. La besé sin previo aviso y me metí de nuevo al baño con ella. Ella respondió al beso y me dejó conducirla. Comencé a pasar mis manos por su cuerpo, primero por encima de la ropa y luego por debajo. Aunque ella me dejaba hacer no noté que me correspondiera así que me abrí los pantalones y saqué mi pene ya erecto. Ella lo palpó y acarició ligeramente y siguió besándome sin mucha emoción.

Sin decir nada fuimos a mi habitación y nos desnudé. Sus senos eran pequeños con una areola café claro y con un detalle interesante: unos pezones grandes y gruesos como chupones. Me lancé a chuparlos como un bebé y éstos crecieron aún más en mi boca. Eran tan grandes que cada pliegue de la areola y el pezón era muy notorio al pasarles la lengua por encima. Seguí bajando y le quité el pantalón. Su sexo era una enorme mata de vello que hice a un lado como explorador selvático para llegar al tesoro oculto. Su sexo era blanco y rosado por dentro, se veía delicioso. Me lancé a devorarlo y así estuve más de media hora. Aunque su sexo se dilató y humedeció en ningún momento la vi acercarse al orgasmo, seguí otros 15 minutos y ya me dolía la boca. Me puse encima de ella acariciando su sexo con el glande y la miré a los ojos esperando ver en ella una mirada diferente pero tenía su misma mirada de aburrimiento.

-Azrael: Dime la verdad, ¿no tienes muchas ganas?

-Angélica: La verdad ahorita no pero si quieres termina tú, por mí no hay problema.

Eso hirió un poco mi orgullo. A pesar de todos mis esfuerzos no podía hacerla gozar. Me sentí algo frustrado y sólo me acosté a su lado para besarla un poco más y finalmente yacer a su lado en silencio con una sensación de derrota. Ella rompió el silencio.

-Angélica: No es tu culpa, simplemente hoy no me apetecía pero, ¿Qué te parece si nos vemos mañana y esta vez sí llegamos hasta el final?

Yo me sentía algo frustrado pero no me iba a quedar con esa espina clavada así que le respondí de la manera más calmada posible.

-Azrael: Sí claro, me encantaría.

Al día siguiente tenía todo planeado. Yo me arreglaría perfectamente y tendríamos una cena romántica y una sesión de caricias antes de ir a mi habitación e intentarlo de nuevo. Estaba decidido a que esta vez ella no se iba de aquí sin un orgasmo.

Ella vino esta vez más seductora. Tenía un pantalón negro y una blusa roja con un escote discreto. Su cabello se notaba arreglado y alaciado. Estaba preciosa.

Cenamos spaguetti al pesto con un poco de vino tinto. Realmente me esforcé en la cena. Cuando terminamos de cenar la besé en los hombros y el cuello tomándome mi tiempo y esta vez si noté una leve reacción. Cuando besé su boca esta vez sus besos fueron más apasionados.

-Azrael: ¿Quieres ir a mi cuarto?

-Angélica: Sí, me gustaría.

Una vez en mi cuarto la desnudé lentamente y fui besando cada pedazo de piel que iba descubriendo y quitándome la misma prenda de ropa. Cuando estuvimos desnudos nos puse frente al espejo de mi cuarto. Quería que se viera desnuda y cómo la acariciaba como en aquella escena memorable de “Ojos bien cerrados”. Entonces un pequeño cambio en su mirada, por un momento esos ojos de aburrimiento cambiaron a ser los de una depredadora. Esta vez ella tenía su pubis totalmente depilado. Ya me moría por comérmela.

La acosté en la cama y me puse sobre ella besándola y pasándole mis dedos sobre todo su cuerpo. Luego mis besos se hicieron pequeños mordiscos que bajaron por su cuello y hombros. Me detuve un buen rato en sus senos para chuparlos y lamerlos. Sentí sus pezones enormes crecer en mi boca y supe que iba por buen camino. Mientras seguía chupando sus senos acaricié su sexo y ya estaba húmedo. Seguí bajando hasta que tuve su hermoso sexo frente a mí. Lamí su pubis para palpar su suavidad. Entonces abrí sus labios vaginales. Su sexo estaba rosado y húmedo. Le acerqué mi cara y cuando iba a pasarle la lengua ella me detuvo.

-Angélica: Espera, una pregunta, ¿Tienes pornografía?

-Azrael: ¿Pornografía?... Sí, tengo en mi computadora, ¿Por qué?

-Angélica: Es la primera vez que le digo esto a alguien pero… Me excitan los videos porno, ¿Puedes ponerme uno?

Sin siquiera responderle fui por mi portátil casi corriendo y la puse en el buró junto a la cama. Cualquier cosa que me sirviera para excitarla estaría a su disposición inmediata.

Le mostré todas las carpetas con videos porno que tenía para masturbarme de vez en cuando. Ella estaba muy interesada en todas las categorías y me preguntaba por cada una. Yo tenía videos de sexo oral, penetración simple, doble y hasta triple, lésbicos, orgías, bukakke, amateurs, etcétera.

Me pidió que le pusiera un video de sencillo, con un pareja y cuando se lo hube puesto me dijo que le diera sexo oral. Comencé a comerle el sexo mientras ella tenía clavada la mirada en la pantalla. En el video estaban una pareja besándose y luego alternadamente haciéndose streaptease mutuamente. Angélica entonces aumentó su respiración mientras le comía el sexo, realmente se estaba excitando con eso. Después la mujer se hincó frene al hombre comenzó a chuparle el pene al hombre primero metiéndose sólo la cabeza y al final todo el miembro en la boca. Angélica comenzó a gemir y tomó mi cabeza con fuerza, presionando mi cara contra su vulva dejándome apenas respirar. Ahora en el video el hombre lamía apasionadamente el sexo de la mujer sacándole gemidos de placer mientras estrujaba sus senos. Angélica entonces comenzó a mover su cadera en movimientos coitales mientras con sus dos manos me restregaba su sexo a la cara, yo no pude sino seguir lamiendo su clítoris y tragándome todos sus fluidos, no podía respirar pero decidí aguantar lo más posible. De repente arqueó su espalda y en mi boca pude sentir las contracciones de su vagina y vientre. Vi sus piernas temblar y un mar de fluidos aún más espesos dio de lleno en mi boca. En cuanto Angélica soltó mi cabeza tomé una bocanada de aire y la contemplé. Su mirada era totalmente distinta y tenía una sonrisa de satisfacción en la cara. Ella pausó el video y hablamos.

-Angélica: Fue delicioso Azrael. Es la primera vez que me vengo con alguien.

-Azrael: ¿Cómo? ¿En serio?

-Angélica: Sí es que, verás. Hasta ahora el sexo con los hombres no me llevaba al orgasmo pero te vi tan amable y haciendo tanto esfuerzo que eres el primero con el que me siento en confianza de decirle lo que necesitaba. De verdad me encantó lo que hiciste. Gracias.

-Azrael: Gracias a ti preciosa. Entonces, ¿Esto es lo que necesitas para venirte? Cuando quieras mis videos y yo estamos a tu disposición.

-Angélica: ¿Y tú cómo estás?

-Azrael: La verdad, tengo muchas ganas y necesito desahogarlas.

Le dije esto mostrándole mi ya enorme erección.

-Angélica: Pues hay que hacer algo al respecto. Tengo una idea, métemela.

-Azrael: Por supuesto.

Si que me lo dijera dos veces ya estaba en posición de misionero sobre ella. Se la metí de golpe y ella dio un suspiro y me besó. Me había excitado tanto dándole sexo oral que no tardaría en venirme. Angélica reinició el video y siguió viéndolo mientras se masturbaba furiosamente y yo se la metía con desesperación una y otra vez. En el video la pareja ya había inciado el coito con la mujer montando al hombre mientras acariciaba su pecho y él le pellizcaba los pezones. Angélica, ya con una cara de placer y una mirada lasciva no paraba de clavarle los ojos a la escena.

-Angélica: Escúchame bien. No se te ocurra venirte adentro, cuando te vayas a venir quiero que me la saques y te vengas en mis senos, ¿Oiste? Es muy importante.

Yo continué penetrándola sintiéndome cada vez más cerca. En el video ahora el hombre penetraba a la mujer de perrito y después de misionero, hasta que ambos empezaron a gemir escandalosamente para finalmente cerrar con un close up a la vagina de la mujer escurriendo semen.

-Azrael: Angélica, me estoy viniendo.

-Angélica: ¡Vente en mis senos! ¡AHORA!

Apenas a tiempo pude sacársela y me coloqué frente a sus senos. Tomé mi pene para dirigir ya eyaculación y sólo con el toque de mi mano llegué al orgasmo. En cuanto el primer chorro de semen golpeó en sus senos Angélica puso los ojos en blanco, arqueó su espalda y lanzó un grito más parecido a un gruñido que a cualquier palabra. Sus piernas de nuevo temblaron como si se estuviera convulsionando. Yo tenía ese orgasmo reprimido desde la última vez que estuvimos juntos por lo que lancé una  y otra vez abundantes chorros de esperma hirviendo sobre sus senos vibrantes. Eyaculé más del doble de un orgasmo normal o por lo menos así lo sentí. Mientras Angélica se recuperaba de su propio orgasmo con sus manos se embarraba mi semen por todos sus senos en especial en los pezones y separaba algunos centímetros los dedos de sus pechos para contemplar los hilos de semen espeso que se formaban. Finalmente levantando sus senos con las manos y estirando el cuello al máximo lograba alcanzar sus senos con la lengua para recoger con ella todo el semen de sus senos como si lamiera un caramelo.

-Angélica: Algo que tampoco le había dicho a nadie es que lo que más me excita es sentir el semen caliente y pegajoso encima de mí, en especial en mis senos. Me pone tanto que mi mayor fantasía es tener a muchos hombres a mi alrededor masturbándose y bañándome con su semen fresco.

-Azrael: No sé si lo llamarías un baño pero te di una buena cantidad que espero hayas disfrutado

-Angélica: Sí, claro, fue fantástico Azrael. Te has portado tan bien que te has ganado un premio. Acércate.

Me colocó hincado a la altura de su cuello y con ella en medio de mis piernas. Tomó mi pene ya flácido y aún escurriendo algunas gotas lo llevó a su boca donde lo lamió perfectamente y éste comenzó a revivir. Acarició suavemente mis testículos pasándoselos entre los dedos y siguió chupando mi pene. Angélica tomó mis manos y las puso sobre su cabeza para darme el poder sobre el ritmo de la mamada. Cuando mi pene recuperó su esplendor le clavé mi pene hasta la base en la boca tomando con fuerza su cabeza. Entonces paulatinamente aumenté el ritmo de la mamada y la empujé para tragarse cada centímetro. Angélica hacía algunas arcadas pero me dejaba dominarla totalmente. Entonces comencé a gemir y mi pene se hinchó más en la boca de Angélica. Ella reconoció las señales y sacó mi pene de su boca masturbándolo con las manos y clavó su mirada en mi uretra con una mirada de suspenso y deseo esperando su premio. Frente a sus atentos ojos comencé a eyacular dando el primer chorro directo entre sus ojos y escurriendo por su nariz seguido de otro y otro y muchos más. Mi semen golpeó en su frente, en sus mejillas y en su boca. Fue sencillamente una imagen de ensueño ver a Angélica con la cara cubierta de mi semen. Ella se lo embarró por toda la cara y chupó sus dedos. Después lo fue recogiendo otra vez con los dedos para llevárselo a la boca y tragarlo todo.

-Angélica: Eso fue por portarte tan bien, aunque tengo que admitir que también lo he disfrutado, jeje.

Por esa noche Angélica me había dejado seco y caí rendido a su lado. Ella se durmió conmigo esa noche quedándose cubierta de mi leche caliente.

Ahora que yo ya sabía lo que le excitaba nuestra compatibilidad en la cama mejoró bastante y hasta tuvimos una relación que duró varios meses pero eventualmente cada uno siguió su camino aunque aún seguimos en contacto por MSN. Lleva tiempo pidiéndome que la visite y la vuelva a bañar de lo que le gusta por lo que cada vez me parece más llamativa la idea de viajar unos días de vacaciones a su ciudad actual. Saludos desde México.