“Quien tiene una amiga tiene un tesoro”

Tengo guardado en mi cofre un tesoro,

no son  piedras preciosas, perlas ni oro.

Tan solo contiene una Flor de bello colorido

y a  ella dedico este poema sencillo y sentido.

Como mujer te respeto, como ser sensible te quiero

y resistirme a tus palabras de amistad no puedo.

Rendida a tu prudencia, discreción  y juicio sabio

jamás encuentro reproche ni desagravio.

Leerte es un delirio, sentirte cercana un placer

y saberme por ti  apreciada un hermoso atardecer.

La distancia es grande pero te siento cercana,

un océano nos separa ¡Me resigno de buena gana!

De alma  generosa y sublime  sensibilidad,

dichosos quienes disfrutan de la oportunidad

de pronunciar tu florido nombre

ya sea niño, mujer u hombre.

Si al leer lo que siento y expreso en estos Versos

que te regalo con los labios cubiertos de besos,

con un simbólico y amistoso abrazo me correspondes

dime entonces con un gesto ¿Cuándo, cómo y dónde?

Al no entender de poética, pero sí de sentimientos

sin adornos ni por grandilocuencia encubiertos,

más que como poetisa, como doctora de profesión,

te dedico estos versos que surgen del corazón…

Porque para escribir pura y sentida poesía

¡Hay que saber, más que de letras… de cardiología!

Dedico estos versos a una mujer discreta, sensible, elegante y valiente que tengo en muy alta estima y que como una Flor De Ceibo me obsequia con el DON de su amistad… ¡¡Sos bárbara amiga!! ¡¡Te quiero mucho!!