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De comentaristas y autores

en Confesiones

Un sudor frío me ha recorrido la espalda, tú, una autora novel, pero experimentada comentarista en Todo Relatos, me has pedido que debo perder mi “virginidad como autor”, dedicándote un relato en justa correspondencia al que me dedicaste tú y eso me da tanto terror como la asignatura Técnicas de Expresión, en la que debía hablar en público; de eso hace ya tantos años, que tú aún eras un bebé.

Sé que debo escribir y ofrecerte el relato,  además nunca he negado nada a una mujer y mucho menos si con ello te proporciono un poco de felicidad.  El problema, Dulce Sofía, es que no sé qué escribir y tampoco sé escribir. Mi formación académica en cuanto a literatura se refiere, acabó a los 14 años, a esa edad ya tuve que iniciarme en el mundo laboral, (Veo que acabo de declarar que nací en la era cuaternaria, porque ya hace muchos años que la edad mínima laboral son 16 años), lo poco que sé de gramática, es debido a la ingente cantidad de horas que he invertido en lectura; desde que descubrí el TBO, no he parado de leer y leer, leo todo… perdón, olvidaba que aún no he acabado Ulises,  de Joyce, creo que hace 10 años lo empecé… Sí, Dulce Sofía, la lectura que no me puede faltar diariamente, es la que me trajo a TR. Vi que la página era literatura erótica, no es lo que yo buscaba pero no me importó, empecé a leer, me gustó y no he parado de hasta ahora.

Y a todo esto, todavía no sé que puedo escribir, ¿algo erótico?, ¡No!, me suben los colores del arco iris a mi cara solamente de pensarlo, a mí me gusta leer lo que escriben otros, pero no me gustaría que leyesen lo que pienso yo. Entonces ¿qué? ¡Debo hacer algo!, si no hago el relato, será la primera vez que no complazco a una mujer… creo. ¿Y si pido ayuda? ¿A quién? ¿A Aleyxen?, ella seguro me ayudaría, pero ya tiene mucho trabajo, no, no debo molestarla.

Sofía, ahora recuerdo que por tu comentario he deducido que realmente no has escrito las 5000 veces “envase”, y yo creía que sí habías escrito tu auto castigo…Yo difícilmente cumpliré el castigo por equivocarme con “fragelado”, porque para emular mis años de colegial, necesitaría una pizarra y tiza; lo haré con los métodos modernos, coser y cantar, perdón: copiar y pegar, aunque creo que no, no me hará falta el castigo porque seguro ya no me olvidaré de flagelar… (La patadita en el trasero esta vez me la llevé yo, ¡Merecidamente!).

A todo esto, aún no sé que puedo explicarte para corresponder a las sonrisas que me proporcionaste a mí. Y no. Definitivamente no haré el relato. No puedo. No sé.

Por y para ti Dulce Sofía, me hiciste perder el miedo a escribir. Un besito.

Francesc

PD.- Sofía, he sudado tinta para no cometer errores, pero seguro que alguno habrá, trátalo con cariño si lo ves…