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Que rica esta mi cunada!!

en Hetero: Primera vez

QUE RICA ESTA MI CUÑADA!!

 

Saludos estimados lectores. Esta vez les voy a narrar otra de las apasionadas sesiones de increíble sexo que tuve con mi hermosa y deliciosa cuñadita.

Recordaran que en el relato anterior todo sucedió cuando ella ya tenía 23 años, y pasamos la noche entera cojiendo en mi casa ya que nos encontrábamos solos, y  no nos había sido posible evitar seguir viéndonos a escondidas. La tentación era demasiado grande, y las ganas de cojer no se nos quitaban, y menos a mi, que nada mas de ver a esa mujercita tan deliciosa me daban ganas de desnudarla y poseerla hasta venirme a chorros dentro de su cuerpecito. Después de esa ocasión, continuamos viéndonos para gozarnos, aunque tratando de no hacerlo tan frecuente como antes. Además ella me había mencionado que estaba pensando en darle el si a un pretendiente nuevo que andaba detrás de ella, aunque todavía no tomaba la decisión definitiva.

Esta nueva ocasión sucedió aproximadamente dos meses después de la anterior. Recuerdo que llegue yo a casa al anochecer y ahí se encontraba mi mujer y para mi agradable sorpresa, también se encontraba mi cuñadita, mi deliciosa amante. Me sorprendió un poco verla ahí a esa hora, pues ya tenia algo de tiempo que no se quedaba de visita tan tarde, la salude de lo mas normal y ella también, disimulando como siempre nuestra complicidad delante de mi mujer. Me senté en la sala a ver televisión y al poco rato supe cual era el motivo de la visita. Resulto que “repentinamente” a la hermanita consentida de mi esposa se le ocurrió quedarse a dormir esa noche en nuestra casa, ya que tenia varios meses de no hacerlo y, según ella, extrañaba su habitación de visita. No dije nada, y me pareció de lo más normal, pues a pesar de lo nuestro, ella aun seguía siendo la hermanita menor y aun acostumbraba quedarse algunas veces en nuestra casa, así que no le di importancia al asunto.

Continúe entretenido viendo los programas y ellas charlando animadamente en la mesa del comedor, hasta que mas tarde se retiraron las dos a la habitación donde dormía mi cuñada y continuaron la charla allá. Después mi mujer me anuncio que se retiraba a dormir pues ya iban a ser las 11 de la noche y ella estaba cansadísima de los días tan pesados y los viajes que había tenido últimamente en el trabajo, se despidió de mi y se retiro. Yo continúe sentado en el sofá viendo la televisión.

Iban a ser casi las 12, cuando de pronto apareció silenciosamente ante mi una visión celestial, digna de las mas increíbles fantasías que pueda tener un hombre: mi deliciosa cuñada vestida tan solo con una batita corta y transparente que mi mujer le había prestado, sin bra, y solo con una lujuriosa tanga de encaje negra, dejando ver a través de la batita su cuerpo en toda su plenitud, sus pechos firmes y duros, con sus pezones bien erectos, sus piernas desnudas increíbles, su cara de ángel con un cuerpo que invita a la mas intensa lujuria, su cabello largo, negro, suelto. Se veía increíble esa vez, a pesar de haberla contemplado tantas veces antes, o tal vez seria por la tensión de saber que mi mujer estaba durmiendo a escasos metros de nosotros en otra habitación.

Se sienta en el sofá muy junto a mí, dejándome sentir el contacto de sus piernas desnudas  mientras me pone su mano encima de mi pierna. Voltea a verme con esa expresión de deseo tan conocida y me pregunta si su hermana ya esta bien dormida, y me dice que no puede dormir, para sin perder tiempo darme un apasionado beso de esos que acostumbramos como preámbulo a la tremenda cojida que viene después. Inmediatamente perdí la cabeza y empecé a besarla ahí mismo en el sofá, acariciando su cuerpo enloquecedor por encima de la batita y levantándosela para poder tocar directamente su piel, haciéndola gemir de placer al acariciar esos senos turgentes y duros, riquísimos. Nos besamos así por unos minutos, y cuando ella empezó desesperadamente a buscar el cierre de mi pantalón para abrirlo y sacar mi verga, reaccione y me di cuenta de que estábamos en riesgo de que mi mujer se levantara y nos encontrara en esa situación, o al menos que la encontrara a ella ahí en la sala conmigo y casi desnuda. Se daría cuenta inmediatamente de todo. Así que la detuve un poco para ir a ver y asegurarme de que su hermana estaría profundamente dormida.

Me asome primero en la habitación e hice un poco de ruido al cambiarme de ropa, para ver si ella me percibía que estaba en la habitación preparándome para acostarme. Ella en realidad estaba cansadísima, ni siquiera hubo movimiento alguno de su parte. Pensé en mejor quedarme ahí porque seria demasiado peligroso cojerme a mi cuñadita en esa situación, nunca lo habíamos hecho así. Pero también me moría de ganas de poseerla y mas después de haberla visto así y además que ya habíamos iniciado el cachondeo previo, agregando la excitación que me producía hacerlo bajo esa situación tan extrema.

Me decidí y regrese a la sala, donde ella estaba recostada en el sofá con sus deliciosas piernas abiertas esperándome para que me acomodara entre ellas, cosa que hice mientras empezábamos nuevamente a besarnos y acariciarnos. Ella me bajo el calzón un poco, ya que solo eso tenia yo puesto, liberando mi durísima verga para sentirla frotándose en su concha por encima de la tanga. No quería desnudarla ahí para que no fuera mi mujer a encontrar alguna de sus prendas si se nos llegaran a olvidar en la sala, así que le dije que nos fuéramos a su habitación rápido.

Entramos y cerramos la puerta y de inmediato la acosté en la cama, despojándola de la batita y de la tanga mientras ella me bajaba el calzón y me lo quitaba totalmente con sus pies, en una forma hábil. No teníamos tiempo que perder y la excitación era muchísima, así que rápido empecé a recorrer su hermoso cuerpo con mis manos y besándola por todos lados, hasta llegar a su depilada concha que ya se encontraba chorreando mieles pasionales como siempre.

Separe un poco esos delicados pétalos y hundí mi lengua lo mas que pude en aquella pequeña cueva inundada de deliciosos fluidos, haciéndola gemir casi a gritos, tanto que tuvo que morder una parte de la sabana para acallar sus gemidos. Me aprisionaba mi cabeza con sus carnosos y suaves muslos, mientras levantaba las nalgas de la cama para menearse contra mi cara al mismo tiempo que yo lamia su raja a todo lo largo y me detenía haciendo círculos con mi lengua en su clítoris.

-Aaaahhhhhh… aaaahhhhhh… que ricooo…oooohhhhhhh… que ricooooooo me lo hacessssss!!

-Mamitaaa… estas deliciosaaaa… me encanta tu cuerpecitooooo!!

-Ya metemelaaa… por favooorrrr… no tenemos mucho tiempooo… ya quiero tenerte dentrooo!!

-Preparate mamazotaaaa… te la voy a meter toda de golpeeee!!!

Me retire rápido de entre sus piernas y sin delicadeza alguna le levante sobre mis hombros ese par de piernotas que me enloquecen, colocando la punta de mi durísima verga justo en la entrada, mientras se la meneaba en círculos introduciendo solo un poco la punta, me incline sobre ella para besarla con pasión para poder callar el grito que seguramente pegaría al metérsela de un solo empujón, y efectivamente así fue.

-AAAAAAAAHHHHHhggggmmhhggmmmmmmmm!!!!!

-Jjjuummmpppp!!! Aaaayyyy chiquitaaaaaaa… que rico me la pelonasteeeeee!!!

-Aaahhh… aaahhh… aaahhhh… que ricooo… métemela masss… asiii… assiiiiii... aaayyy papitoooo!!!

-Sssshhhh mamacitaaa… trata de no gemir tan fuerte… estas riquisimaaaaa chiquitaaaa… que rico meneas tu cuerpo!!

-Es que siento super ricooo… aaayyy asiii… cojeme fuerteee… asiiii aaahhh… aahhhhh… papacitoooo!!!

-Bebe hermosaaaaaa… me tienes loco corazoooonnn… estas divinaaaaaa… aaaahhhh. Apretadisimaaaa!!!

No teníamos tiempo de sobra, la situación era demasiado arriesgada, estábamos cojiendo como salvajes a pocos metros de donde mi mujer dormía plácidamente, bajo riesgo de que en cualquier momento notara mi ausencia y se levantara, pudiendo escuchar los ruidos de nuestros cuerpos chocando bruscamente, los gemidos que aunque tratábamos de acallarlos, se podrían escuchar a través de la puerta, la cama rechinando con tan tremenda lucha que se estaba librando encima de ella. Todo eso nos producía tremenda adrenalina, además de la excitación sexual, el deseo contenido, lo cual nos hacia continuar moviéndonos sin control en forma salvaje, tratando de llegar lo mas pronto posible al tan deseado orgasmo, cosa que afortunadamente no demoro mucho. Entre tanto movimiento, mi hermosa cuñada quito sus piernotas de mis hombros y me aprisiono con ellas alrededor de mi cintura, provocando sensaciones deliciosas al sentir la piel de sus hermosos muslos a mis costados, moviéndose rítmicamente junto conmigo, mientras mi verga entraba y salía de su concha, haciendo que sus abundantes fluidos salpicaran de una forma excitante

-Aaayy papiii… ya me voy a veniiiir… dale massss… dale…dale…daleeeeeeee… asiii masssss… assiiiii aaaayyyyggghhh!!!

-Ricuraaaa... vente corazoooonnn… vente mamazotaaaaaa… tomaaaa... tomaaaaa… sientela todaaaaa!!!

-SSsiiiii… sssiiiiiiiiiiiiiiiiiiii… aaaaayyyyyyyyyyy… aaayyyggghhhhhh… que gruesaaaaaaa se pusooo… aaaahhhhh!!!

-Vente ya cielooo… mojame la vergotaaaaaaaa… daleeee… muévete masssss!!!

-Yaaaa… yaaaaaaaa… yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa… AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!

-Mamacitaaaaaaaaaaaa... que ricooooooooooo… me vengoooooo… me vengooooo… AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH!!!

Convulsionándonos y gimiendo sin control, olvidándonos de callar los gemidos, ambos nos venimos casi al mismo tiempo, ella derramando abundantes mieles y yo disparando chorros de espeso y caliente semen en el fondo de su caliente gruta, metiéndole la verga hasta lo mas hondo para inundarla por completo. Fue un orgasmo delicioso para ambos, y más por la excitación del momento.

Solo nos pudimos quedar así entrelazados desnudos, recuperándonos del orgasmo por unos pocos minutos. Rápidamente tuvimos que separarnos, yo con la verga aun dura, la cual hizo ese conocido ruido al salir de tan apretada e inundada panocha. Ella rápidamente se puso la mano en su concha para detener dentro la abundante cantidad de semen, mientras yo me puse rápido mi ropa y salí del cuarto para ir al baño a limpiarme.

Luego como si nada hubiera pasado, volví a la sala y me senté en el sofá para continuar viendo la televisión para disimular por si mi mujer se levantaba a algo, pero estaba profundamente dormida, nunca apareció. La que si apareció minutos después, fue mi hermosa y tremenda cuñadita, ya nuevamente con la batita y su tanga puesta. Paso solo a despedirse de mi dándome un tierno beso, diciéndome quedito al oído: “Gracias… me hiciste gozar como siempre, voy a quedarme bien dormida y bien satisfecha. Hasta mañana.”

La vi por detrás al irse caminando hasta que cerro la puerta, contemplando esas hermosas y firmes piernas morenas, esas nalgas redonditas y deliciosas, que resaltan aun mas por la estrecha cinturita que tiene, su cabellera suelta oscura. Permanecí unos minutos mas en la sala y después me retire a dormir, comprobando que mi mujer seguía profundamente dormida, sin darse cuenta de la tremenda cojida que acababa de darle a su hermanita pequeña en la otra habitación.

Esa cojida fue inolvidable, espero pronto narrarles lo que prometí: la cojida que le di antes de que se casara.

Hasta pronto amables lectores.