Soy sumisa, soy puta, soy perra!

Mi amo me ha enseñado a servir. A que meresco el mismo trato que un objeto, que soy solo su propiedad, que no soy mas que su mascota.

A que debo de esperar en una esquina incada sin poder hablar a que el encuntre algo util que hacer conmigo. Que si el desea darme dolor azotandome, pinzandome, dandome bofetadas pues debo no solo aceptarlo, sino tambien recibirlo con una sonrisa y el agradecimiento.

En mis momentos de meditacion pienso: es que acaso no tengo dignidad?

Y me recuerdo como me amo me trata como una perra, desnuda de 4 patas, con collar y correa, mientras solo puedo ladrar, como le encanta saber que como a sus pies en un plato de perra en el suelo, y que con un simple ademan debo de correr a sus pies. Saber que debo de olfatear como perra y buscar las golosinas que el lanza al suelo para que yo juegue, de como le gusta que lama sus zapatos hasta que esten limpios, solo para que el me diga: buena perra! Y me acaricie la cabeza. Que cuando puede le gusta darme paseitos con el collar, y yo me doy cuenta de que los disfruto que amo ser la perra de mi amo. 

Que en mas de una ocasion me dice creo que es hora de que te exhibas publicamente, y entonces me ponga a vestirme como puta y me saque a la calle, y cuando considere nesesario mostrar mis tetas, mi panocho o culo, que sabe que me da mucha verguenza pero me excita, y que a veces me pone a que salga desnuda, porque no soy solo sumisa soy perra y los animales no tienen ropa.

A la orden de mi amo no solo me he exhibido sino que me ha compartido, me ha prestado, me ha vendido por que mi cuerpo le pertenece, que le gusta prestarme porque el es muy bondadoso y me ha dicho que mi cuerpo no deberia de pasar desapercibido para nadie, que todos deberian de conocerlo y hasta usarlo, que cuando me vende lo hace por el simple hecho de que me sienta puta pero al mismo tiempo util para el. 

Hay dias que solo soy un objeto, que sirvo para sostener sus pies mientras ve television, o para poner cosas en mi hocico y sostenerlas mientras el hace algo, que me pone en la mesa como un adorno mientras toma la cena, o me pone de perchero cuando llegan visitas, o una alfombra donde se limpian los zapatos.

Puedo tener dignidad si respondo a la llamda de mi amo cuando me dice: perra, puta, ramera, sumisa, esclava, estupida o como el desee, cualquier insulto es mi nombre para el, cuando he llevado mis “nombres” marcados en la piel.

Cuando me castiga azotandome, con cera caliente, amarrada en posiciones incomodas, con bofetadas e insultos con pinzas en tetas y panocho, con la boca tapada para no tener que orime mientras gimo o grito.

Y mientras espero a que mi amo me quiera utilizar o me de una orden en este estado receptivo de saber que sere utilizada cuando el desee para lo que el desee, y mi mente espaca en los pensamientos de si tengo dignidad, me doy cuenta...

soy lo que soy por mi amo... 

Soy sumisa, soy puta, soy perra!

Dignidad de sumisa.