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Sucio y Degenerado

en Fetichismo

ESTE RELATO ESTÁ DIRIGUIDO A LOS AMANTES DE LAS FANTASIAS ESCATOLOGICAS Y DEGENERADAS.

Sali de aquel lugar y corrí y Corrí, lo único que pensaba era en estar encerrado en mi cuarto, poder sacarme toda esa mugre que llevaba  a cuestas, arrancarme esos harapos asquerosos, retorcidos, y sentir que nada había pasado. No podía tomar locomoción, la vergüenza de que la gente me mirara, me oliera, me preguntara que me había pasado era algo que no quería enfrentar, así que corrí rápido, impidiendo que tuvieran tiempo de fijarse en los detalles, quería ser una sombra rápida y diminuta en la locura de la ciudad, ya estaba anocheciendo, la humedad de las ropas la sentí en los huesos, y también sentí algo que salía de mi culo y bajaba por mis piernas a cada salto de mi fugas marcha.

Llegué hasta mi barrio, la oscuridad se convirtió en mi amiga pasajera y pude bajar el ritmo, caminar, y comencé a recordar las caras de aquellos dos hombres en el cine, aquellos depravados que me habían dejado así, recordaba sus palabras obscenas, el olor de sus genitales mientras yo me asfixiaba con sus vergas en mi garganta, el infinito dolor de mi virgen culito siendo atravesado y partido en dos sin piedad  y como en algún momento pensé que mi vida había llegado hasta ahí y que mi destino era ser violado hasta morir en aquel sucio baño del cine porno, ahora solo quería llegar a casa sin que nadie lo notara, dormirme y no despertar jamás.

Después de llegar a casa, noté que no sería tan fácil como botar esas ropas, lavarme y quitarme el olor a verga, mierda y sexo, pues mi culo estaba reventado, y durante barios días tendría que fingir que estaba bien, Las próximas noches fueron un calvario para mi conciencia. Muchas veces despertaba en las madrugadas con la sensación de que nuevamente esos tipos me estaban violando, y cada vez que llevaba mis manos a mi nariz podía sentir el olor a mierda que no desaparecía, me sentía sucio, avergonzado e impotente, barias veces pensé acabar con mi vida, durante muchas semanas no me toqué, no me excité, el sexo se había convertido en mi enemigo. Juré nunca más dejar que alguien me tocara, que me humillara, ni que me besaran.

Con el tiempo aquella horrible tarde de horror se convirtió en mas que un fantasma, en un pensamiento recurrente que comenzó a cambiar de tono,  una obsesión con algo de nostalgia, ya no despertaba en las noches asustado, si no que erecto, mojado, sofocado. Creo que la única forma de comenzar a sentirme nuevamente alguien, la única forma de no pensar más en morir, fue hacerme amigo de aquel recuerdo, ya no había miedo, mas bien, yo mismo me convertí en ese momento y me di cuenta que esa experiencia era la única situación que me producía deseo y lujuria ahora. Esa tarde había despertado en mi un nuevo y enfermizo deseo, y ya el sentirme sucio no era una carga del todo, si no un oscuro y placentero secreto.

Antes de eso yo no había tenido tantas experiencias sexuales en mi vida, hasta ahí yo solo era un simple colegial del Instituto Zambrano, tímido y retraído, que en secreto me iba a meter a los cines pornos, como el Nilo, Roxy o el Capri a masturbarme con hombres mayores, ahora mis deseos sexuales eran mas intensos, y  todas las noches me revolcaba en la cama, metiéndome los dedos en mi pequeño culo tratando de recordar aquel instante, oliéndome las yemas sucias de mis dedos para recordar el hedor asqueroso y caliente de aquel baño del Capri,  esos dos machos habían destruido mi inocencia y me había traído de vuelta del infierno con ganas de mas.

Nunca más me atreví a volver a aquellos lugares, y solo me centraban en pajas y fantasías.

La Próxima tarde seria jornada de deportes en el cole, y  mi gran deseo como de costumbre era llegar a los camarines y poder oler nuevamente la ropa íntima de mis compañeros, los urinarios  y correrme en las duchas, pero había tomado una determinación; Ese tarde algo mas debía ocurrirme, algo que pusiera fin a mi deseo insatisfecho, que me diera placer y por fin tranquilidad.

El día de clases había sido agotador, me había corrido dos pajas la noche anterior, y mi rendimiento en deportes era vergonzoso, mi profesor me tenía entre ceja y ceja

- Vamos Espinoza! Dale a la pelota!...¿o a caso te duelen los ovarios mierda?! – me decía el profesor

-Déjame Pato, estoy cansado! – yo le decía.

Patricio era nuestro profesor de deporte, todos lo llamábamos Pato, por ser un tipo joven, buena onda y cómplice con todos en el colegio, tenía unos penetrantes ojos verdes, pelo corto ondeado y estatura que no sobrepasaba el 1.68m como yo.

Profe, voy a mojarme la cara – le dije

¡Anda y de vuelta te quiero concentrado en el partido! ¿me escuchaste? – me dijo el Pato

Me metí en los camarines, aquel lugar me excitaba con facilidad, después de mojarme la cara comencé a inspeccionar los casilleros para ver si podía meterme en las mochilas de mis compañeros en búsqueda de alguna sucia prenda, todos los casilleros estaban cerrados con seguro, pero en un perchero estaba colgado impecable el traje del profesor, y junto a él su mochila personal, esas no eran las pertenencias de púberes aburridos, eran la de un hombre de verdad, la mochila olía a su perfume,  abrí el bolsillo pequeño, y ahí estaba lo que esperaba!, unos calzoncillos mojados y azumagados que Pato debió haber usado en las clases de temprano, tenía que aprovechar mi buena suerte! sin pensarlo dos veces me encerré en uno de los inodoros de los camarines , saqué mi verga y enterré mi nariz en los pliegues sudados y pasados a orines de Pato, mi verga estaba a mil, y mucho más cuando refregándome los calzoncillos por la cara reconocí aquel olor que tanto extrañaba, olor a culo de hombre, sucio, sudado, una tela húmeda estrujada por su hoyo. Comencé a babear. Mientras me  tocaba el agujero pensando en ser perforado por un hombre de verdad, por Pato, que me tuviera abiertos de piernas cabalgándome como toro, mi dedo llegaba hasta el fondo de mi culo.

“¡¿Hasta cuando te tendré que esperar Espinoza!?” – era mi profesor golpeando la puerta del inodoro!

 …Venias a lavarte la cara, no a correrte la paja o a ponerte a dormir, sale ahora! –

Quedé pasmado!, intenté reaccionar rápido, no tenia donde echarme los calzoncillos, no tenia donde esconderlos,  así que los eché por el inodoro y tiré de la cadena, rápidamente abrí la puerta y sin mirar a mi profe salí hacia el patio…

- Ya voy!- le dije mientras corría con la vista agacha.

Retomé el partido, pero mi mente se había quedado en aquel incomodo momento recién vivido, jugaba desconcentrado, Pato no salía de los camarines, ¿Qué estaría pasando? ¿se daría cuenta que le he robado su ropa interior? ¿Habré cerrado bien el cierre de su mochila?

Durante los 25 minutos restantes, Pato no se presentó en el partido, nunca salió de los camarines, mi tención era extrema, me imaginaba en cualquier momento salir al profesor preguntando quien había sido el marica que le había robado sus calzoncillos, o incluso peor, llamar al inspector para hacer una investigación de quien se había metido en sus pertenencias.

Sonó el timbre, con lo cual el partido terminó de improviso,  solo me había dedicado a evadir la pelota durante todo el partido, Pato al fin salió de los camarines, mi corazón latía a mil por hora!, a lo lejos Pato nos gritó :

-“Vayan a bañarse todos y después a sus casa!...y no ocupen los escusados que un graciosos tapó las cañerías!”- y siguió su camino sin mirar a nadie.

No tuve otra alternativa más que volver a los camarines, después de esperar 15 minutos para mi turno de bañarme, me encerré en mi ducha para pensar a solas un momento, mientras el agua caliente me limpiaba el susto también se fué, y mis deseos habían nuevamente recobrado vida, “que ganas de haber guardado esa prenda!” pensaba. Nuevamente preso de mis fantasías comencé a recordar aquel momento extremo en el cine Capri, mientras el olor de las cañerías tapadas comenzó a apestar el lugar, entonces decidí esperar a que todos mis compañero dejaran el lugar para salir de mi ducha y volver a aquel inodoro, para ver si había forma de recuperar la prenda de mi profesor.

Las duchas una a una comenzaron a apagarse, las bulla desapareció y el eco del agua era el único sonido dentro de los camarines, ya solo, decidí salir de mi ducha y todo mojado caminé hasta el fondo del camarín donde estaban los escusados, me metí en aquel compartimiento que me había arruinado el dia y sin pensarlo dos veces introduje la mano por el tubo de la tasa haber si algo hallaba, pero nada, tiré la cadena, todo estaba funcionando en orden, el escusado ni siquiera estaba tapado!, me sentí desconcertado, no sabía si aliviarme o preocuparme.

Cuando volví al sector de las duchas para secarme ahí estaba mi profesor sentado en una banca, solo, desnudo y sacándose los calcetines.

-¿Se te perdió algo Espinoza? – preguntó

-¿No, por que? – le respondí sin pensar, mientras miraba su cuerpo blanco, fibroso, su pecho inflado y decorado por bellos rizados hasta las piernas.

-¿Así que ahora andas tapando los baños? - Me dijo

Mi corazón se revolcó y me sentí otra vez en peligro, no le respondí nada, pero el volvió a hablarme –

-Hay que irse con cuidado Espinoza, que este es colegio de curas…

-¿Que andabas haciendo hace un rato? …

Sentí que me había descubierto y quería escapar! Mientras el metió los calcetines sucios dentro de sus zapatillas y  en calzoncillos caminó directo a mi mirándome a los ojos. Ya muy cerca  me habló como si estuviera murmurando

¿Qué andabas haciendo Espinoza?..

El susto se transformó en un vergonzoso deseo, sentí su aliento, fuerte, varonil en mis narices

 - ¿Qué andabas buscando?.... Ah? – Me decía muy cerca de mi boca, no podía creerlo, sentía los latidos de mi corazón zumbar mis oídos, y dijo…

¿De casualidad andabas buscando estos? – bajé la mirada y me percaté que el profesor estaba usando  los mismos calzoncillos que yo había tirado por el escusado hace un rato

¿Andabas detrás de mis calzoncillos? Ah?  

Me dijo, mirándome ahora con un tono totalmente cachondo y morboso, el brillo de sus ojos me perforó el corazón, sentía como me hervía la sangre, así que  lo miré firmemente y le respondí con el alma

-Si, Pato

 …me sentí un hombre, sonó tan adulta mi respuesta, ya no había vuelta atrás, ya no era mi profesor, ni yo su alumno, éramos dos hombres cachondos conectándose como animales,

El sonrió un poco y me dijo

-Pero estos están muy sucio pues Espinoza….¿o acaso te gustan así?

Cerré mis ojos y  con mi boca llena de deseo y morbo le dije;

 “Así los quería”

-Mmmm asi tan sucios? Tan hediondos?

Volví a abrir mis ojos y ahora lo vi más cerca de mí que nunca, y respondí;

-Así de hediondos

Pato me abrazó y chocó nuestras sienes, cerró sus ojos mientras me susurraba:

-¿Mmm que tanto Espinoza, que tanto?

– su hedor a macho cambió totalmente mi percepción de el , lo sentía hombre, animal, mío, especial, me acerqué a su oído y le dije…

Pato, lo mas sucio, si es necesario.

Pato suspiró complacido, mi respuesta lo excitó de manera increíble, como si estuviera esperando esas palabras, fue como si se corriera con esa frase,  agarró mi cara con ambas manos húmedas y me metió su lengua por la boca. Las piernas me temblaron, un jadeo ruidoso y liberador salió de mi boca y chocó con la suya, sentí como su lengua se derretía en mi garganta y comenzó a bombear su saliva que comencé a beber de forma generosa. Estaba sediento, y su líquido tibio me daba vida, cerró sus labios, los despegó de mí y comenzamos a hablar por primera vez sin indirectas.

Te gusto? – preguntó

-Me encantó Pato

-Chico, nunca imaginé que esto podía pasar, de verdad eres así de cochino?

-Si, no estoy inventando, ya las he hecho antes- Le dije

-Con alguno de tus compañeros?-

-No, con unos tipos-

-¿Donde?

-En los baños del cine capri

-¡En el  Capri!...huevon que fuerte..¿y como te fuiste a meter allí?

-Estaba caliente

-¿Y se los chupaste?

mmh…Me culearon fuerte, con todo, me rompieron el culo

-jojojo!,, pobrecito, te rompieron el hoyito..y como está ahora tu hoyito?

-Bien..pero, con ganas de mas..de verdad

-En serio?  Haberlo?,

el lado perverso de mi profe comenzó a despertar, eso me excitó mas, me sentí indefenso, sexual, de el. Levanté una pierna para mostrarle mi fosa anal

-Ufff mi hijito que rico mmmm..- me pasaba de forma suave sus manos por mis nalgas

Te lo doy, le dije…quiero que me lo rompas tu.

Pato me miró, pensó algo por unos segundos y me dijo:

Vistámonos, termina de secarte y espérame al frente de la pastelería San Camilo.

Me vestí rápidamente, en frente del Pato,  agarré mi mochila y salí de forma rápida al patio, pero esta vez todo era distintos, ¿de verdad ese hombre iba a ser mío?, era la tarde más feliz de mi vida, intenté evadir a todos mis compañeros en la salida del colegio, eran pasadas las 7, y ya estaba anocheciendo caminé por las calles totalmente desconectado de mi entorno, llegué hasta la pastelería San Camilo y para mi disgusto me encontré con barios compañeros comprando pasteles y chocolates adentro.

¿Qué estay haciendo acá afuera Espinosa? Me preguntaban

Esperando a mi mama, que me va a pasar a buscar para tomar once,-

Les mentí mientras simulaba mirar para todos lados como buscando a mi madre, así la conversación no se prolongaría, solo esperaba que no se dieran cuenta de mis sentimientos, era primera vez que me sentí completamente ajeno a mis compañeros, era como estar en una dimensión completamente diferente a la de ellos, los sentí niños, preocupados de sus trabajos, sus líos infantiles, sus juegos, mientras yo estaba a punto de acostarme con el hombre que los hacía hacer lagartijas en el suelo.

Fueron unos interminables 27 minutos, mirando rostros extraños, evadiendo a los molestos vendedores ambulantes que roban el espacio público, ya era de noche, y una fino roció pronosticaba una noche de lluvia, no me podía las piernas, cuando un bocinazo me hizo entrar en razón. En la calle me esperaba mi profesor en su auto,-  Espinoza! - Me gritó, abriendo la puerta del copiloto para que me subiera.

Le sonreí y entré a su carro, fue una amena plática sobre trivialidades y un poco de temas sexuales que sentí eran solo palabras al viento, salimos de estación central y llegamos a unos antiguos barrios residenciales, construcciones de medio siglo un tanto obscuras, de techumbre altas con puertas que dan directo a la vereda de la calle. Dejó su auto estacionado en la berma y me convidó a pasar, el interior también era un tanto cutre, viejo, con las paredes agrietadas  y ampolletas que le daban un tono sepia al ambiente,  estábamos totalmente solos.

Pato sonriente y nervioso me invitó a sentarme en lo que parecía una pequeña sala de estar, me saqué la chaqueta mojada y me puse cómodo. De un mueble mi profesor sacó una botella de vodka y un par de vasos, me ofreció un vaso a medio llenar, mientras él de un sorbo bebió la mitad del suyo, jamás antes había probado licor, un par de veces había probado las cervezas de mi padre, pero no había pasado nada mas. Probé mi vaso, el vodka era amargo y tibio, comencé a tomar sorbos pequeños intentando no sentirle el gusto, pero era imposible, el Pato rió y me incentivó a tomarlo al seco, sentí que me quemaba el estomago,  nuevamente llenó mi vaso mientras la conversación se tornó más abierta.

Me pidió que le comentara mas sobre mi experiencia en el Cine Capri, no quise entrar en grandes detalles, no le dije de los golpes que me dieron , y que terminé inconsciente botado en el suelo, ni de que muchas veces pensé en quitarme la vida, así que le pinté una historia diferente, no quería espantarlo, solo excitarlo.

Pato se tomó nuevamente al seco su segundo vaso y se acercó a mi, comenzó a hablarme en el oído mientras con su mano me acariciaba el cuello.

-Y no te gustaría repetir algo así como en el cine, pero esta vez lo dos?

-Me encantaría estar asi contigo.

-Mmmm, quienes que sea tu macho?

Sentí los pies muy calientes, y mis manos semi dormidas, definitivamente el vodka estaba haciendo efecto.

El me dijo: Esta noche haremos unas cositas ricas, unas cochinaditas juntos..te parece?

Sentí su aliento cerca de mi nariz, olor a alcohol y a hombre, abrí los ojos y me encontré con los suyos

Pato abrió su boca y me comió en un beso caliente, suave, profundo, por fin aquel macho me estaba devorando, lo tenía como siempre había soñado,  dándome de beber su espesa saliva, me soltó de forma abrupta, tenía sus ojos cerrados, me dijo nuevamente al oído que me tomara el resto del vaso, se levantó y se internó en el obscuro pasillo de su casa.

Las piernas me temblaban, sentí que ese beso me había hecho por completo de el, mi corazón se iba a salir, mi deseo por el era infinitivo, lo quería todo, morbosamente deseaba cada parte el.

Pato llegó a la habitación del fondo y vi como prendía la luz a lo lejos, llené mi vaso de vodka y me lo tomé al seco, no sentía nada, mi mente y mis sentidos se habían internado con Pato en ese oscuro pasillo, lo sentí  llamarme por mi nombre por primera vez de forma dulce y maliciosa :

Eduardo, ven acá !

Me levanté y a paso lento atravesé el negro pasillo afirmándome de las paredes. Llegué hasta el cuarto iluminado, era el baño de su casa, y mi profesor estaba nuevamente  en calzoncillos sentado en el escusado y me pidió que me acercara

Sin pensarlo dos veces fui hasta el, me agache y acaricié su pecho, estaba pegajoso, y pude sentir también el hedor de sus pies, definitivamente no se había bañado en el colegio!

-Quieres oler de nuevo mis calzoncillos?-

-Si, le dije

Esta vez sus calzoncillos estaba llenos de su carne, me agaché mientras el seguía sentado en el escusado, pase mi nariz por sobre sus calzoncillos y pude sentir que aun estaban húmedos, ahora pasados a verga y sudor fresco, Pato me tomaba gentilmente la cabeza y me dejaba olfatear por sobre su slip.

Sentir el aroma y el grueso de su verga por sobre la tela me tenía loco, comencé a jadear como animal. Pato sutilmente sacó su glande a la luz por un lado de sus calzoncillos, mi nariz se fue directo a su piel, ufff que dulce! Una mescla de orines, sudor y verga natural, era un deleite, Pato la sacó completa, era una hermosa verga cabezona con un suave prepucio. Me la pasó por la cara y la dejó apoyada en mi, era larga y pesada, cruzaba todo mi rostro, desde mi mentón donde tenía apoyadas sus bolas, hasta mas arriba de mi sien, donde sentía la humedad del glande. Debía medir mas de 22 centímetros, Se me hacia agua la boca, la tenía abierta, entonces Pato arrastró la punta de su pija desde mi sien hasta llegar a la entrada de mi boca y de a poco enfiló por mi boca, su carne me llenada de a poco y mis saliva comenzaba a derramarse de tanta hambre, con la verga ya toda adentro apreté mi cavidad bucal y sentí la enormidad de aquel moustro! Ufff!

Era como yo lo quería, pero no me sentía cómodo, definitivamente no como yo realmente quería, mi estomago me daba vueltas y mis deseos se convertían en nauseas, mi boca se llenaba de saliva y mis manos ahora estaban heladas y sudadas, al igual que mis pies

Te dio asco?

No, no es eso, es que… no me siento muy bien

Quieres parar?

No, deja mojarme la cara un poco

Al levantarme del piso sentí que la habitación se caía encime, Pato me tomó

Wow! Muchacho, parece que te has emborrachado!

Una fuerte arcada que  salió de mi estómago me hizo retorcerme, un chorro de saliva salió de mi boca, ya no podía respirar de los retorcijones.

-Me siento mal, tienes algo para que se me pase lo del trago? Alguna pastilla?

-Mmmm no necesitas pastillas, lo que necesitas es una buena vomitada, vamos ponte en el escusado

Me arrodillé en el escusado y sentí que iba a devolver todo el vodka asqueroso, pero todo esfuerzo era inútil

-No puedo Pato, no puedo!..Apenas podía hablar, mi estomago se comprimía.

-Es demasiado luego para vomitar muchacho

-Y que hago entonces, mmm ni siquiera ya tengo ganas de follar

Pato se agacho junto a mi y me  habló al oído:

-No te des cuenta que esta es la mejor parte?

No sabia a lo que se refería,

-yo te sacaré esa borrachera bebé, yo te haré vomitar, pero con mi pija! Ya verás

Apenas entendía lo que me hablaba, estaba con mis ojos semi abiertos  mientras todo me daba vueltas, estaba a su merced, a su entera disposición, pero en ese momento nada llegaba a mi mente, Pato hizo que me quedara arrodillado y sentí que me amarraba las manos detrás de mi espalda

Nuevamente sentí el aroma de sus genitales, abrir los ojos y vi frente a mi su verga gigante mas dura y fétida que antes, era un verdadero monstruo que había despertado en mi ausencia, la sentí en mi mejilla como un fierro caliente, sentí que me tenia firme agarrado de la cabeza, sus uñas me agarraban del cráneo como ave de rapiña, duras y pesadas.

Abre la boca….saca tu lengua Eduardo

No tenía fuerzas para abrir mi mandíbula, solo saqué la lengua un poco y de un  momento a otro dejándome sin respiración me encajó su pollón haciéndome abrir los ojos de desesperación, su verga tocó fondo…lo miré con miedo y de improvisto me la sacó y con ella una primera gran arcada escapó de mi boca.

Ahhhhhhhhhhh!!! Saliva a chorros salieron de mi garganta

Asi es! ya verás como te mejorarás con la inyección de este profe

No por favor!...no puedo respi---

No alcancé a decir mas y nuevamente me la volvió a ensartar a tope hasta que sus bolas golpearon mi mentón, la hediondez de sus pelos púbicos fue lo último que alcancé a sentir antes de nuevamente quedar impedido de respirar, con la mirada arriba vi como Pato arrugaba el ceño y disfrutaba con su misión, sentí como mis tripas se retorcían.

Su verga nuevamente desalojó mi tráquea, pero cuando intenté tomar aire no pude, era como si algo se hubiese quedado en mi garganta que me impidiera respirar, entré en pánico y empecé a forcejear con las amarras.

Pato me agarró de las orejas y clavó su verga mal oliente por ultima vez en mi creaneo con violencia extrema, mis ojos se habían desorbitado y sentí que su espada me estaba destrozando, me sentí moribundo con la mandíbula hecha añicos colgando de su pijota,  cuando sentí un gran espasmo en mi vientre, mi boca estaba engarrotada.

Pato me gritó :

Eso perrito!...baña la verga de tu macho completa!! Fue el grito de mi profesor mientras tenía su asta metida hasta mi alma

Cuando sentí que desde mi interior un líquido efervescente brotaba como si fuera una gaseosa a punto de reventar, mis ojos se tiñeron de rojo y mi boca se llenó de aquel asido tóxico, solo faltaba descorcharme, y en ese momento Pato arrancó su pija de mi boca y cayó de rodillas frente a mi.

Mientras litros y litros de vomito salían de mis asqueroso hocico cubriendo a mi profesor que lo recibía con su boca abierta mientras se pajeaba salvajemente, seguían saliendo los chorros de mescla putrefacta de mi mientras Pato se la esparcía por su cuerpo peludo y su pija ya verde con mi bilis.

Cuando pude por fin tomar aire vi en toda su suciedad a mi profesor cubierto en vomito con su verga enorme apuntando al cielo, mientras se la meneaba. Se veía hermoso, con sus músculos rígidos, su lengua afuera y el ceño apretado, era excitante ver como disfrutaba con toda la basura que salió de mi puto estomago, yo aun podía sentir la borrachera. Las nauseas había cesado, pero el dolor de estomago era aun más intenso, estaba hinchado y mi estomago pesaba como nunca antes. Pero esa visión me había puesto más caliente que nunca, y quise agacharme para seguir dándole un buen mamón a Pato, pero al intentarlo un enorme, jugoso y ruidoso pedo salió de mi orto.

Ohh! Chiquito!...como me tienes caliente…que pedazo te has dado!

El aroma a pedo en un par de segundo tenía el baño impregnado en pudrición, Pato comenzó a inhalarlo como si se tratase de oxigeno de campo

Me duele demasiado el estomago!...voy a reventar..le dije

Asi me gusta!! Eso va a estar delicioso,  vamos párate allí y apunta el culo a mi cara

Me encaramé arriba de la taza del wáter, cada pie apoyado en los costados y el culo apuntando al suelo donde Pato se encontraba de rodillas nuevamente.

Ufff que hermoso orto Eduardo!  Es perfecto, quiero sentir todo lo que me des putito!

No tuve tiempo de pensar en nada tras esas morbosas palabras, mi estomago estaba a punto de reventar. Un colosal pedo salió de mi hoyo negro y asi, sin mas preámbulo una gran plasta de mierda liquida salió como grifo frente a los ojos incrédulos de Pato, quien no esperaba una cagada tan rápida y violenta, el ya estaba con la boca abierta, pero su fosa bucal no daba abasto para semejante chorreteada de mierda, y mi excremento salió rebalsado de su boca cubriéndole toda la cabeza. Otro combo de mojones y chorreteada liquida salió expulsado de mi sucio ano y terminó por cubrirlo por completo, toda su piel lapidada en mis mojones, Pato mordía con depravación aquel barro negro, putrefacto que lo tenían extasiado, pero su estomago no pudo con semejante veneno y Pato sin dejar de menearse la verga, apretó los ojos con fuerza y del puro asco vomitó sobre los azulejos de aquel basural, me sentía en las nubes, era la sensación mas liberadora de todas, sentir como Pato gozaba con todo lo que salía de mi.

Me bajé del escusado y levanté mi culo frente a la cara de Pato para darle el ultimo resto de mierda liquida, cuando empujé fuerte, de improvisto siento que Pato aprovechando mi posición se levantó súbitamente del suelo, me agarró de las caderas y sin aviso me insertó su verga por el culo, un grito de dolor extremo salió de mi boca…Pato estaba eufórico y no le importaban mis quejidos, el no podía hablar, solo balbuceaba con la boca llena de mi mierda, entre masticadas, arcadas parecía un demonio poseído, mientras su verga me rompía el esfínter de tanto “mete y saca” violento, clavándola hasta las entrañas para hacerme saltar de  dolor, entonces todos los recuerdos de esa tarde en el Cine Capri llegaron a mi cabeza, y comencé a recordar aquella sensación de como mi culo se partía en dos mientras aquellos violadores se escupían y besuqueaban clavándome los agujeros, pero ahora el morbo y la excitación eran tan fuertes como el dolor,  a cada envestida de mi profesor yo aprovechaba para empujar mi hoyo hacia afuera y hacerlo chocar directamente con la base de su verga, era como abrir la boca para recibirlo  mientras mi culo gritaba pedorreándose, mis ojos estaban blancos por el ardor y el placer de mi ojete que se enroscaba.

Di vuelta mi cabeza para mirarlo, y ahí estaba Pato, irreconocible, su rostro era una montaña de caca, no podía ver sus ojos, sus rasgos, solo una torre de mierda y una boca masticando toda la cochambre de mi ano.

“Metía y sacaba” , pero era tanta la mierda y el vomito en aquel baño que Pato se resbaló y calló de culo al suelo, desclavándome su verga de forma brusca, el susto me hizo dar vuelta y lo vi ahí votado en el suelo con la verga apuntando al cielo, gruesa, roja, cagada y cabezona…esa visión me puso como animal…y sin preguntarle me puse de pie bajo su verga, y apuntando su pija a mi culo abierto me dejé caer como saco de papas sobre ella, con todo el peso de mi cuerpo, y con las piernas totalmente levantadas para que nada impidiera que su verga llegara hasta el límite, la verga entró con todo en el momento de mi caída.

Ambos gritamos por el impacto

-AHHHHHHHHHH!!!-

Pato abrió sus ojos entre la mierda y su boca parecía totalmente desenganchada ,,,yo quedé en shock, su verga había llegado mas allá del límite, mis piernas estaban engarrotadas y mis oídos completamente sordos, por un momento sentí que me había destruido los viseras, que sus 22 centímetros de verga había traspasado toda frontera y que se había convertido en una verdadera pica de mis interiores, estábamos ensartados,  no sentía mis piernas, solo su verga hiriendo mis órganos, Pato comenzó a meter y sacar mientras yo estaba ahí inmóvil abierto sin limites, y con el cuerpo totalmente perforado, comenzó a empujar mas fuerte mientras su garganta hacia ruidos de placer, después de unos segundos comencé a volver en sí, y el placer de sentirlo destruirme me convirtió en una bestia, comencé a saltar como una gran puta sobre su falo, gemía como león mientras con las piernas sin topar el suelo me la ensartaba cada vez más duro, sentí que quería destruirlo, quería comerle y romperle esa pija con mi culo, verlo retorcerse de dolor con mi hoyo descuartizándole la verga, que mi esfínter se transformara en la orca de su verga, pero Pato nunca se dejó intimidar, con mis manos comencé a sacarle la mierda de su cara y  la esparcí por mis pectorales, en ese momento Pato me miró totalmente embobado  y violentamente me empujó lejos, no sabía que le había pasado, y me dijo:

- De tu mierda no comerás maricon!-

El se levantó como si nada y me agarró del pelo, arrastrándome hasta dentro de la tina, vi como mi raja dejaba un camino de sangre por las baldosas del baño, de verdad el maricón me había reventado por dentro.

Me empujó hasta que me vió dentro de la tina y me dijo

-Ahora es mi turno de alimentar al cerdo!-

Puso un pié a cada lado de los bordes de la tina y apuntó su orto peludo hacia mi…supe que había llegado el momento que estaba esperando, por fin podría sentir lo que es ser un cerdo, un depravado, un animal de verdad, sería alimentado por aquella bestia de hombre,  no sería mi primera vez, pero esta vez si que lo gozaría.

Temí por mi reacción, no sabía si podría hacerlo, si lo rechazaría o me gustaría, estaba ansioso, nervioso, quizás sería como recordar aquel trauma del cine y terminaría enloqueciendo!

No pude seguir pensando cuando vi que su culito se abría y sus pelos se movían, comenzaba a asomarse el primer mojón directo de su barriguita…

Era una visión hermosa, excitante, límite, no sentí miedo, ni asco, era demasiado hermoso, no aguanté mas y como dándole la bienvenida con un beso apasionado apegué mi boca a su esfínter, como si su mierda fuera una lengua larga, eterna y hecha especialmente para mi boca, el gran mojón me llenó la boca y así comenzó  a pasar por mi esófago, comencé a comerlo, solo sentía que era una amarga delicia ser alimentado de ese culo perfecto de hombre, era un deleite sentir el verdadero gusto de la mierda desde su fuente de origen, su raja, fue un bello mojón que nunca vio la luz del día pues de sus entrañas paso directo a mi ser, era retroalimentarme de mi macho de la forma mas intima, mas sucia, mas animal, uno ósculo perfecto entre mi boca y su hoyo rosado, peludo y mal oliente.

Pato se dio vuelta, me vió con los ojos semi abiertos, y con el tramo final de su enorme mojón colgando de mi mentón, me miró curioso, y lo mire con ternura, Pato debe haber quedado embrujado por mi expresión, por aquella visión de entrega absoluta, se agachó  y me miró con ternura, me sentía pleno, dichoso, extasiado y con una completa satisfacción y relajación, Pato me dijo:

Cosita hermosa, me encanta como te vez, podría amarte así siempre, podría comer de tu mierda cada vez que mi corazón me lo pidiera, podría compartir contigo mi mierda para siempre…

Vi que cerró los ojos y apoyo su boca junto a la mía, sentí el calor de su boca nuevamente, y comenzó a comer conmigo su mierda, sentir ambas lenguas disfrutando de lo que quedaba de su gran mojón sobrepasando los límites del asco, del sentido común, y encontrando en aquel extremo momento la paz completa.

Ahí estoy yo ahora, de rodillas en la tina, siendo besado por el hombre que me hizo recordar y olvidar todo, lo siento pleno, lo amor, y  me lleva a un estado nuevo para mí, estoy llorando, no sé si de emoción, de ternura, o de desahogo por fin haberme vengado de aquella experiencia en el Capri, pero lo más importante es que por primera vez en mucho tiempo siento tranquilidad y satisfacción.

Han pasado un par de minutos, ambos seguimos comiendo su excremento, Pato ahora se levanta y con ternura introduce su verga en mi boca, me toma de las orejas y firmemente me empotra su garrocha en mi craneo, siento como el da un gripo de máximo placer, como si estuviera llorando de dicha y su semen caliente llena mi buche…que felicidad, que máximo placer!, no puedo respirar, pero no necesito nada mas, es una dulce agonía, un cosquilleo recorre todo mi esófago, mi estómago, mis pulmones y todo mi cuerpo y acabo en la tina.. uhhh! Es el orgasmo mas intento y placentero de mi vida, mi semen se mescla con la mierda de la tina, y la sangre de mi culo que no se detiene.

No quiero nada mas, abro los ojos por última vez y veo a mi cerdo, a mi macho llorando de placer y amor mientras agarra firmemente mi calavera,  yo simplemente me dejo ir, su verga yace torcida en mi tráquea, es mía para siempre, sin poder exhalar mi cuerpo no aguanta mas, de un momento a otro toda sensación, todo sentido desaparece, y por un segundo puedo ver como mi cabeza queda colgando de su verga como un trofeo mientras mi macho hace lo que mis violadores no llegaron a hacer, hacerme conocer el límite del placer, hacer delirar mi sucia carne de éxtasis, y de verdad acabarme.

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