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La primera vez de mi esposa maribel

en Sexo con maduros

Convencí a mi esposa de que me contara la forma en que fue su vida sexual anterior a mí, porque ella me confesó antes de casarnos que ya no era virgen y eso a mí no me importó por que en verdad la amaba y aun la amo después de 20 años de casados y con 3 hijos ya casados que hacen su vida con su familia, por lo que vivimos solos en nuestra casa; ella se llama Maribel de 40 años, pero se ve muy bien, es chaparrita como de 1.55 m de estatura, de piel clara, cuerpo llenito sin ser obesa, pues aún se le delinean muy bien sus curvas, tiene pelo negro ondulado que le llega por debajo de sus hombros, de cara bonita en donde resaltan sus bellos y grandes ojos color aceitunados y su boca de labios carnosos y sensuales, senos grandes para su estatura, parecido a dos peras erguidas con pezones pequeños que crecen cuando esta excitada, lo mejor de ella es su trasero, con caderas anchas de nalgas duras, que al verlo de perfil se ven unas curvas bien pronunciadas, y luce más su cuerpo porque ella acostumbra a vestir cuando sale a la calle o a una fiesta con pantalones y/o vestidos ajustados a su cuerpo, que la hace verse muy buena, y los hombres incluidos los de la familia, tíos, primos, cuñados y hasta mis amigos, la miren con lujuria viendo su cuerpo, sobre todo su cola que es lo que más les llama la atención, y regularmente va a estéticas a recibir sus tratamientos de belleza, dice que para conservarse más bonita para mí y que no la cambie por otra, pero con este forro de esposa que tengo me basta y hasta sobra.

Yo me llamo Aurelio soy odontólogo y trabajo en una clínica dental, en donde gano lo suficiente para vivir bien y que mi esposa no trabaje, ella tiene una carrera de secretaria, solo la ejerció poco tiempo, luego nos casamos, y ahora solo es ama de casa. Nuestra vida sexual ha sido buena, ella es muy fogosa en la cama cuando esta excitada, se calienta muy fácil y más cuando le acaricio sus pechos y ricas nalgas, y me deja hacerle de todo incluso sexo anal, aunque son pocas las veces que me deja hacerlo por su rico culo, solo que esté con unas copas de más y bien excitada se deja hacerlo por ahí, de otra forma se resiste porque dice que le duele; pero cierto fin de semana en que tomamos unos tequilas y ya estando en la noche entonados, mientras ella recogía los vasos me acerqué por detrás para acariciar por encima de su ajustado jeans, ese buen par de nalgas que tiene, restregando mi bulto en ellas que las movía hacia mí para sentir mi erección, luego de un poco de agasajo la conduje a nuestra habitación sin dejar de acariciarle su rico culo, para empezar una sesión sexual en nuestro lecho matrimonial, ahí mientras nos poníamos ropa ligera le dije en son de broma:

--Mira Maribel yo no entiendo a las mujeres, ustedes se depilan con pinzas y cera caliente, se tatúan las cejas, se delinean los labios, se sacan la cutícula, se perforan las orejas, se aplican inyecciones de botox, se ponen percings en todos lados, se tatúan la piel, además se hacen la liposucción, tienen partos normales y por cesárea, se ligan las trompas de Falopio, se operan los pechos……¡¡pero no nos dan el culo porque dicen que les duele!!…….

-Jijijijijiji, rió divertida mi esposa……,-tienes razón mi amor, pero sigue insistiendo y a lo mejor te lo vuelvo a dar aunque me duela, jijijiji…... Esa noche la estábamos pasando muy bien, y pusimos en la tv el canal de adultos para ver una película erótica, nos empezamos a excitar más con las escenas de la película que trataba de una esposa infiel, nos empezamos a tocar uno al otro, viendo cómo se cogían a la esposa protagonista de la película entre dos amigos del esposo, Maribel me sobaba mi verga por encima de mi pijama, mientras yo le sobaba sus grandes pechos sintiendo lo duro y crecido de sus pezones viendo fijamente como le hacían un sándwich a la esposa infiel, mientras el marido se acercaba con su erecto pene para que se la mamara, mi esposa sin dejar de ver la acción se dejaba que le mamara sus erguidos pezones, después de un rato de besuqueos y que terminó la película, nos desnudamos el uno al otro y recordamos la trama….

--Que te ha parecido la película mi amor estuvo excitante he?….me preguntó mi esposa….

--Si, estuvo fuerte y morbosa, pero esta no es como las porno, que solo es coger y coger, esta es con un argumento que te va excitando poco a poco y valla que calienta, mira como están tus pezones y mi verga…al tiempo que mi esposa con su manita me la empezó a menear lentamente. Aunque existía una total confianza entre nosotros y fantaseábamos cuando me la cogía, nunca le había preguntado nada comprometido y esa noche aprovechando nuestro grado de excitación le hice preguntas escabrosas, que fue el detonante para que ella se abriera a contarme su pasado sexual….

--Te gustaría que te cogieran entre dos?....le solté mientras le seguía acariciando sus grandes senos…

-Noo estás loco como crees, aunque eso sería muy fuerte no?...me decía aparentando molestia pero sin dejar de meneármela….

--Bueno mi amor solo son fantasías, pero si te gustaría estar como la esposa de la película?....tardó un poco en contestarme…

-Ummm….no sé si me animara, pero como fantasía quizás, pero solo que tú fueras uno de ellos, no te encelarías?

--Claro que no amor, y para que veas que no me encelo, cuéntame cómo fue la primera vez que te cogieron…lo decía todo esto a la vez que bajaba una de mis manos a su vagina de pelos bien recortados, encontrándola húmeda de la excitación que provocaba el rumbo de la conversación…

-Aahh….pero eso fue hace mucho tiempo y que tal si te enojas aahhh…jadeo a la vez que me la machacaba más fuerte...

--Ummmmm….que no me enojo tontita, anda cuéntame, quien fue el primero que disfrutó esta cosita rica que tienes, cuantos años tenías, como te lo hizo, la tenía más grande que la mía, te gustó?, etc...…ahora ya le metía un dedo, comprobando lo mojada que se encontraba mi linda esposa…Maribel esbozó una sensual sonrisa, y se quedó pensativa unos momentos, como indagando en sus recuerdos…

-Sabes? Si la tenía más grande que la tuya, jijiji, ahora te aguantas….me lo dijo dejando de menear mi palo y con su manita solo la palpaba como comparando con la que la desvirgó, y como para que no sintiera tan mal me dijo que la mía era más gruesa, y la del susodicho era muy grande pero menos gruesa y la disfrutó mucho siempre que lo recuerda.

 Nos acomodamos en nuestra cama sin dejar de acariciarnos e inició con su recuerdo…

-Creo que tenía en aquel entonces entre 16 y 17 años, ya tenía mi cuerpo bien delineado, tanto mis senos como mis nalgas ya estaban creciditas, eran blanco de miradas de todos los hombres sobre todo cuando me iba al colegio con mi uniforme escolar que lo usaba un poco cortito, no demasiado porque mis padres no me lo permitían, pero yo me daba mis mañas para subir un poco mi faldita escolar y enseñar mis torneadas piernas y mi deseado trasero, a pesar de que no soy fea, todos se fijaban en mis curvas, en ese entonces tenía un novio pero recuerdo que  era algo tonto, que no pasaba de castos besos y algunos roces tímidos a mi cuerpo, pero creo que ya mi anatomía pedía besos y caricias más intensas, recuerdo que en las fiestas familiares mis primos y hasta mis tíos no desaprovechaban la ocasión de toquetearme cuando bailaba con ellos, me arrimaban sus bultos a mi pubis, los sentía claramente como los movían ante mi vientre, y sus manos bajaban para sobar mis blondas nalgas, yo sentía rico y me excitaba, y hasta un amigo de mi padre que siempre me miraba con deseo, era de la edad de mi padre poco más de 50 años alto y robusto el viejo, y cuando iba a visitar a papa se tomaban sus cervezas y medio ebrio me decía cosas bonitas sin que nadie escuchara como que linda estaba, que tenía un cuerpo muy bonito, que mi novio era muy afortunado de estar conmigo y me sentía halagada con sus piropos, le daba las gracias con una sonrisa coqueta mirándolo fijamente a sus ojos cargados de deseo, incluso hasta me atraía él y la forma lujuriosa en que me recorría con su mirada, era fornido con una barriga cervecera, no era guapo más bien feo, pero lo que me gustaba de él era su barba de candado que siempre la tenía bien recortada y su abundante pelo en pecho que siempre me han gustado ese tipo de hombres…

-Oye, pero yo no tengo barba ni pelo en pecho y…...sin dejarme terminar mi esposa me dijo:

--No importa, también tú me gustas así, jijijiji, pero no me interrumpas, porque veo que te está interesando mi relato, me dijo mientras le daba unas caricias a mi verga que en ningún momento perdía su estado de erección…

--Si serás cabrona amor, pero sigue que ya no te interrumpo….

-En una ocasión Don Leonel que así se llama el amigo de papa´, nos invitó a la boda de su hija, en la fiesta él iba con su esposa, una señora gordita y poco agraciada físicamente, yo fui con mis padres y mi novio que poco caso me hacía por estar platicando con algunos amigos, la fiesta estaba en todo su apogeo, algunos eufóricos por la bebida y el ambiente, de lejos notaba las miradas del señor Leonel, que discretamente brindaba con su copa dirigiéndose a mí, aprovechando que estaba poco atendida, yo le contestaba a la vez que le sonreía coquetamente, en un momento en que fui al baño y al salir, me interceptó sin que nadie se diera cuenta, pidiéndome que bailara con él una melodía romántica que en ese momento estaban tocando, acepté gustosa por el poco interés de mi novio hacia mí y porque me sentía halagada por las intensas miradas de deseo que desde su mesa me lanzaba, ya en la pista de baile me tomó con sus fuertes brazos y puso una mano en mi espalda baja, muy cerca de mis nalgas rozándolas sutilmente con sus gruesos dedos que los sentía sobre mi vestido de fiesta que llevaba ese día y que era de tela ligera y cortito como a mí me gustaba vestir, y hábilmente al compás de la canción me fue conduciendo a un sitio poco iluminado del salón en donde solo había parejitas bailando y agasajándose, y aprovechando la situación me apretó más a su cuerpo, sintiendo su virilidad en mi bajo abdomen, se acercó a mi oído y me susurraba cosas como que bien estas, eres la niña-mujer más linda de la fiesta, entre otras lindezas, yo le correspondía sonriéndole sensualmente y ante mi receptibilidad, se acercó a besarme el lóbulo de mi oreja y a darle un pequeño mordisco, eso me hizo estremecer, porque tú sabes amor que esa caricia a mis oídos me calienta mucho, y al mismo tiempo que me lengüeteaba mi lóbulo, me atraía más a su dura barriga y sentía más su duro paquete, era muy hábil en estas cosas y vigilando que ningún conocido nos veía, me tomó de rostro y mirándome fijamente se acercó y me estampó un suave y rápido beso en los labios, el cual le correspondí cerrando mis ojos y abriendo un poco mi boca, sintiendo rico el roce de su barba y la humedad de nuestras bocas, para luego pasar sus manos de mi cintura a mis caderas hasta llegar a mis nalgas que acarició sintiéndolas bien duritas bajo mi corto vestido de tela ligera, al tiempo que restregaba su virilidad a mi entrepierna, invadiéndome un estado de éxtasis por todo mi cuerpo, sin saber cómo reaccionar ante esas caricias que me propinaba ese hombre mucho mayor que yo, y además ere el amigo de mi padre, algunas parejas nos veían de reojo pero poco les importaba pues ellos estaban en lo mismo, pero me entró un poco de temor el que nos fueran a descubrir en esa situación, por lo que con mucho esfuerzo le pedí que me dejara ir a mi mesa por que nos podían ver, el sin soltarme de las nalgas y restregando su duro paquete a mi pelvis me dijo con una voz cargada de deseo que si podría verme a solas en otro lugar, excitada y temerosa porque nos descubrieran le dije que sí, y emocionado me dijo que el lunes pasaría a recogerme a la salida del colegio para ir a pasear, asentí a su petición y me dejo ir no sin antes darme un nuevo húmedo beso, al que de nuevo correspondí, como sellando nuestro pacto.

Y el lunes ya estaba Don Leonel esperándome en una esquina a la salida del colegio, me hizo señas a que me subiera , de nuevo su lasciva mirada recorrió mis torneadas pierna que al sentarme dejaba ver medio muslos, pronto arrancó su camioneta y me llevó a las afueras de la ciudad, venia tomando cerveza y me ofreció una, nos aparcamos en un sitio discreto, sin decir nada me dio un beso en los labios, abrí mi boca para sentir su lengua hurgando en mi cavidad, me acariciaba con pasión todo mi cuerpo, sobre todo mis mejores curvas, mi culo y mis pechos, sus manos iban de mis caderas a mis nalgas que al estar de lado, le quedaban expuestas debajo de mi faldita escolar, sin olvidarse de mis grandes senos que los besaba por encima de mi blusita, sentía como ese viejo exploraba toda mi intimidad, llegando a palpar mi vagina por encima de mi tanguita roja que llevaba ese día, notando la humedad que empezaba a emanar, yo lo dejaba hacer todo eso que me estaba calentando pronto, dejó de besarme para decirme cosas y palabras cargadas de deseo:

--Mary no sabes cuánto te deseo, estoy loco por ti, me encantan tus nalgas, tus pechos y toda tu, estas bien buena muchachita, sé que no está bien porque eres la hija de mi amigo y compadre, pero no puedo pensar en otra cosa que en hacerte mía, decía todo esto mientras metía sus grandes manos por el escote de mi blusita escolar y me sobaba a placer mis pechos dejándolos con los pezones erectos y los empezaba a masajear y acercaba su boca para chupar y mordisquearlos poniéndomelos más duros de excitación…

-Aaaahhhh, espérese Don Leonel yo nunca lo he hecho, me da miedo y además que van a pensar de mi si se enteran, ahhhhhh……seguía jadeando ante lo que me hacia ese viejo…

--Tranquila chiquita, nadie se enterará, este será nuestro secreto, te voy hacer gozar mucho, y te lo voy hacer despacito y con cariño para que no te duela y lo disfrutes, ten confianza en mí, muchachita linda me decía todo esto mientras me iba desabrochando botón a botón la blusa, retirándola al igual que mi sostén, dejando mis pechos desnudos para volver a succionar mis ya erectos pezones, luego sus manos se dirigieron a retirar mi faldita escolar, quedando casi desnuda, tan solo con mi tanguita roja, me pidió que nos fuéramos al asiento trasero para estar más cómodos, yo le obedecía en todo lo que me ordenaba pues mi calentura no se me bajaba, antes se elevaba más pues sabía muy bien como excitar a una mujer con sus expertas caricias, nos fuimos al asiento trasero y estando ahí ya recostada en el asiento me besó toda, cada centímetro de mi cuerpo, me retiró mi tanguita y procedió raudo a quitarse su ropa y por primera vez vi a un hombre desnudo, éste con abundante pelo tanto en su pecho como en sus piernas, parecía un oso grande de peluche que me estaba acariciando, inició de nuevo una sesión de besos sabrosos que le correspondía abriendo mi boca para que la explorara con su larga lengua, demostrando que era un experto amante, luego procedió a besar mi sensible cuello, bajando por mis pechos y mi plano vientre, recorriéndome con su lengua que me arrancaba pequeños gemidos de placer, al fin llego a mi vaginita de escasos bellos, se detuvo un poco allí para olerla y recuerdo que aspiraba y me decía que olía muy rico mi coñito que ya estaba humedecido de placer, con su experta lengua lamió mis mojados labios vaginales lengüeteaba en círculos y daba lamidas rápidas a la entrada de mí ya encharcado coñito, bebiéndose todo la humedad que salía de allí, también ponía rígida su lengua y me penetraba un poco con ella, otras veces sacaba totalmente su lengua extendida y así me daba lametones, abriéndome mi vaginita y succionándome el clítoris, era todo un experto para el sexo oral, me tenía tremendamente excitada el verlo tumbado entre mis piernas totalmente abiertas yo le tomaba de su cabeza acariciándole su escaso pelo y pasaba otra mano para acariciar su espalda peluda, esto me calentaba aún más y comencé a jadear de deseo, por mi boca salían palabras que nunca pensé que podría haber dicho como:

-Aaaaahhhhh, que rico es esto, siga, siga don Leonel, cómame toda, me vuelve loca de placer, aaaaaahhhh voy a reventar de gusto, nadie me había hecho esto y se siente tan ricooooo,  aaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, se tensó mi cuerpo y sentí mi orgasmo potente como una explosión placentera, mientras don Leonel gustoso se bebía mi extensa corrida, quedé exhausta y él se dejó caer sobre mi pubis relajado, yo parecía flotar después del placentero oral recibido, estaba con una extraña paz, ahí con la cabeza de don Leonel entre mis piernas como si fuera lo más natural, sentí su voz entre mis muslos, como lejana:

-Me encanta el olor de tu vaginita mi niña……..me olisqueaba y me besaba mi coñito, al poco tiempo sentí que se movía, subiendo despacio por mi cuerpo, buscando mi boca me besó con pasión, sentí mi propio sabor de mi vagina y me excité de nuevo al saber que parte de mis jugos estaban intercambiándose con nuestros besos, me besaba lento sin prisa pero con pasión, como todo un amante experimentado, mucho muy diferente que el pobre tonto de mi novio, esto era diferente, esto era el morbo y el deseo oculto de tener tu primera vez con un hombre maduro, luego se arrodilló frente a mi cara y me expuso su tremendo miembro largo pero estilizado, mis ojos se abrieron al máximo al contemplar en vivo y de cerca ese primer pene en mi vida, me parecía enorme ese tronco de carne, con parsimonia lo empezó acercar a mi cara, directamente a mi boca y lo apoyaba en mis carnosos y sensuales labios, con la obligación de corresponder al placer que me brindo hace rato, saqué tímidamente mi lengua y con la puntita empecé a darle unas lamidas a su hinchado y brillante glande, luego abrí mi boquita y me introdujo un pedazo de esa dura carne en mi cavidad oral, mi lengua quedo con poco espacio por lo que la movía alrededor de su tronco para darle placer, al tiempo que me tomaba de mi ensortijada cabellera para hacer pequeños movimientos de meter y sacar, cogiéndome por mi boca, sentía el movimiento de bamboleo de sus testículos ante tal maniobra, era mi primer mamada y solo sabía como se hacía por las pelis porno que alguna vez veía en compañía de mis amigas, y creo que no lo hacía tan mal al ver como disfrutaba y gemía don Leonel:

--Ooooohhhh, que bien lo haces mi niña, que rico me la mamas, oooohhhhh…..el seguía metiendo y sacando el pene de mi boquita, que por primera vez sentía el sabor de la carne de una verga, de repente me la sacó de la boca ante su inminente venida…

--Espera un poco Mary, si sigues meneando esa rica lengua en mi verga me vas hacer correr, mejor acomódese aquí relajadita y ahora si mi niña, creo que es momento de que sea tu primera vez, te voy hacer el amor muy rico, y siempre vas a recordarlo…oía sus palabras y sabía que no tenía voluntad para negarme, ahí estaba desnuda en el asiento trasero de una camioneta, con un hombre maduro también totalmente desnudo, jamás imagine que mi primera vez fuera con este hombre corpulento y peludo que no sentía amor, o al menos eso pensaba hasta antes de este momento el cual me hizo cambiar de opinión ante el placer que me dio con sus sabias caricias, lo que temía un poco era el tamaño de la verga que me iba a meter en mi virginal vaginita, la veía enorme y larga, no podía creer como podría caber eso dentro mío, me sacó de mis cavilaciones cuando se subió despacio sobre mi cuerpo, buscando de nuevo mi boca que lo recibió gustosa, ya estaba totalmente sobre mi aunque sin aplastarme, se apoyaba en parte en sus rodillas y codos, abrace a mi hombre y comprobé su corpulencia, sus pelos rosaban placenteramente todo mi cuerpo, sobre todo su velludo pecho acariciaba mis senos, poniendo erectos mis sensibles pezones, yo aprovechaba para con mis deditos de mi mano juguetear con sus tupidos bellos de su pecho, que creo que eso es lo que más me gustó de don Leonel y en parte el motivo por el cual me encontraba en esa excitante momento, como soy chaparrita me sentía totalmente poseída, en esta clásica posición del misionero en la que me sentía como una mujer dominada y disfrutada, como si fuera una prisionera del macho que la tiene a su voluntad.

Leonel se acomodó un poco y ayudándose con sus rodillas me abrió totalmente, tomo su erecta verga con una mano y sentí como apoyaba el glande en la entrada de mi vaginita abriendo paso entre mis húmedos labios vaginales, me la comenzó a meter despacito, facilitando la faena por la lubricación de los jugos que brotaban de mi interior…

 -Uuuuummmmhhh.. empecé a gemir, avanzó otro poco, hasta que topó con la membranita del himen, lo hacía todo con suavidad, no quería que me doliera, así que con sus dedos me masajeó mi pequeño clítoris, sin retirar su verga de su sitio….

-Aaaahhhhhh estaba disfrutando de ese divino masaje, llevándome a un punto de máximo éxtasis, que se tradujo en mi segundo y tremendo orgasmo, momento que aprovechó mi experto amante para de un firme y certero envite, introdujo otro pedazo de verga, rompiendo ahora si la telita de mi himen, desvirgándome casi sin darme cuenta por el placentero dolor que me produjo….

-Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhh, seguía gimiendo casi llena de placer, entonces lo demás fue más fácil, ya sentía como don Leonel de a poquito me fue introduciendo ese grande pene y por fin con un fuerte movimiento de cadera me sepultó sus casi 20 centímetros de dura verga hasta el fondo de mi ser, que estoicamente aguanté toda su virilidad dentro de mi….

--AAAAAAAHHHHHHH, uuuummmmmm…, que rico es esto mi amor, fue lo único que salió de mi boca, ese maduro hombretón, que era compadre y amigo de mi padre, estaba metido en lo más profundo de mis entrañas, por primera vez sentía la carne de una buena verga dentro de mi cuerpo, empezando a moverse sutilmente, sentía su fuerza en las paredes de mi coño abierto al máximo ante cada embestida, que poco a poco aumento el ritmo de sus penetraciones, ahora parecía quererme demostrar que también me podía coger a tope, ahora sentía que me estaba cogiendo con todo, dejando a un lado la suavidad anterior, y me estaba gustando y mucho, ahora gemíamos los dos al unísono, me abrace a su cuello para besarlo con pasión, mordiéndonos nuestros labios, le subí las piernas alrededor de su peludo cuerpo, de forma que sentí su vergota mas al fondo de mí, le rogaba que me diera más duro, estaba irreconociblemente caliente como una perrita en brama, bajé de nuevo las piernas ya no podía más, parecía que me estaba partiendo en dos, de repente lo sentí tensarse e igual sentí su verga ensancharse dentro de mi abierta vagina, y lo sentí venirse, sentí ese chorro de esperma que brotaba de ese duro tronco que tenía metido totalmente hasta el fondo de mi recipiente, mojando todo mi interior, esa sensación de que mi macho se vaciara en mí, fue como si me obsequiara algo muy especial, muy íntimo, y sin esperar más me vino mi tercer orgasmo, potente y delicioso como los anteriores, fue la culminación, la delicia final de mi primer experiencia sexual, don Leonel mi macho no dijo más, se dejó caer sobre mi cuerpecito sin aplastarme del todo en una sensación de paz que me enterneció, agradecida le di varios besitos a ese hombre que me debutó en los placeres sexuales, cuando nuestras respiraciones se normalizaron, se salió de mí, escuché ese característico sonido al retirar su verga de mi coñito, me tomo de mi cara y me dio muchos besitos en toda mi carita, agradeciendo el haber dejado ser el primer hombre en cogerme, con todo lo anterior hasta creí que ese viejo que me rompió la virginidad era el hombre de mis sueños, que no podía vivir sin él, pero claro que eso era imposible, luego nos vestimos y me fue a dejar a mi casa, sintiéndome toda una MUJER, así con letras grandes.

Al despedirse me besó con pasión y agarrándome las nalgas me dijo que eran suyas de aquí en delante y que yo era toda suya y que cuando él quisiera me volvería a coger, halagada y con cierto temor por su tono autoritario me dirigí a mi casa feliz y contenta……

-Que te pareció mi amor…..me dijo mi esposa Maribel, sacándome de mi trance de excitación al escuchar tan caliente relato de mi esposa con su primer hombre, se recostó en mi hombro y extendiendo su brazo agarró mi verga que nunca perdió su erección para empezar a masajeármela de nuevo…

--Ufff ha sido una anécdota en verdad excitante, me he calentado bastante, cerré los ojos recordando el relato de mi esposa y le pedí que me la chupara como se la chupó a don Leonel, le dije que imaginara que era el…

-Te la voy a chupar pero se la voy a chupar a mi marido, no a don Leonel…

--Pues yo voy a imaginar que soy tu ex, chúpamela como se lo hacías a tu ex, por favor…

-Tanto te ha excitado?...

--Sí, me ha excitado mucho…

-Te gustaría verme coger con otro?...se atrevió a decirme mi esposa al tiempo que empezaba a mamarme mi duro miembro…

--Ufff, ohhhhhhhh, ahorita te diría que si, por el calentón que me diste al contarme como te rompió el virgo ese viejo, ohhhuummm, para un poco que ahora te quiero coger, anda ven y súbete aquí…ella desnuda se subió encima mío y tomando mi gruesa y erecta verga con su manita la dirigió a la entrada de su mojada vagina, luego se dejó caer lentamente con una mueca de placer, sentándose completamente, a la vez que me decía con una voz cargada de lujuria:

-Vas a imaginar que me está cogiendo don Leonel?...al tiempo que me empezaba cabalgar…

--En verdad quieres que lo imagine?...

-Si te resulta morboso y excitante, adelante…

--Muy bien, soy tu ex.,, y tomándola por su gran culo la empecé a coger dándole unas duras ensartadas, a la vez que chupaba sus erectos pezones que tenía a mi alcance, hasta que unos minutos después sentía que me mojaba y apretaba mi verga con su encharcada vagina, terminó ella en un rápido orgasmo imaginando tal vez que era de nuevo cogida por Don Leonel, yo también me imaginee que era ese viejo que se estaba cogiendo ahora mismo a mi esposa y con la verga enterrada hasta el fondo de ella, eyaculé copiosamente dentro del caliente coño de mi linda esposa..…

Había sido una noche muy especial con una conversación que derivó en la confesión de la primera vez de mi esposa Maribel, una anécdota que marcó de cierta forma el comportamiento sexual de mi esposa, que se convirtió en una mujer capaz de dar y recibir placer a propios y extraños, pero ese es otro tema…......