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Lo que el viento le dejó

en No Consentido

Todo comenzó el 23 de septiembre de 1998, durante los días previos el gobierno por a través de todos los medios de comunicación había alertado a la ciudadanía, de que la isla sería azotada por en las próximas horas por lo que el sistema de meteorología Norte Americano denominaba George, un Huracán que se originó como una tormenta tropical en Cabo Verde, días antes, pero que para el 23 de septiembre se había convertido en un Huracán de tipo tres, con vientos sostenido de aproximadamente unas 150 millas lo que equivale a unos 240 kilómetro por hora.

Como toda persona con sentido común, me aseguré de agua, alimentos y combustible. Revisé que mi nueva casa se encontrase preparada para recibir el embate de la tormenta, y tener todo bajo control, en cierta forma me encontraba temerosa y a la vez algo excitada era la primera vez en mis 26 años que pasaría sola una tormenta de tales proporciones, ya que siempre la había pasado en compañía de mis padres primero y luego en la compañía de mi ex-marido del cual me divorcié después de dos tormentosos años de matrimonio. No es que Peter fuera mal marido, lo que paso fue que nunca nos entendimos en el plano sexual, yo consideraba que tener relaciones una vez a la semana durante un mes era mucho, mientras que él consideraba que eso era demasiado poco. Además para serles franca, lo sexual para mí nunca fue algo de primer orden como lo era para él. Yo prefería leer un buen libro, mientras que él se las ingeniaba para tener sexo conmigo. Por lo que nos divorciamos, como ya les dije.

Bien regresando a lo del huracán, originalmente yo esperaba que un par de amigas mías, solteras como yo me encontraba en esos momentos me acompañasen, pero cuando se enteraron de que estaríamos solas las tres, me llamarón a última hora y se disculparon por no poder acompañarme durante la tormenta. Por lo que me tocó a última hora prepararme sola, revise la propiedad, los alimentos, revise las ventanas y las tormenteras, y chequee el combustible de la planta de emergencia así como el de mi auto para luego que pasase el huracán salir a curiosear.

Debido a que hacía algo de calor, me quedé en pantis de esas que llaman tanga, me puse una camiseta que le queda a una algo grande, y después me dedique a leer la mayor parte del día. A eso de las cuatro de la tarde se comenzaron a sentir los primeros vientos de la tormenta, prendí la TV. y los reporteros solo hablaban de lo grande que era el Huracán, de la fuerza de sus vientos, y de los estragos que había provocado en las Antillas Menores. Como a eso de las seis de la tarde el sistema eléctrico fue suspendido, no sé si a causa de la tormenta o por razones de seguridad, mi planta de emergencia comenzó a trabajar de inmediato, parte de los equipos eléctricos dejaron de funcionar, como gran parte del sistema de iluminación de la casa así como el aire acondicionado, por lo que el calor era insoportable a pesar de estar cayendo una lluvia torrencial. Pero eso no me afectaba mucho, por lo que regrese a mi lectura.

Cuando más interesante se volvía el libro, comenzó arreciar la tormenta los vientos se escuchaban con mayor intensidad, y el agua de la lluvia golpeaba con más fuerza las tormenteras, decidí bajar a darle una revisión más a la casa y sus alrededores. Ya me había asomado al patio trasero y vi como a pesar de la oscuridad reinante se podía ver la fuerza de las ráfagas de aire y la fuerte lluvia que caía.

Me encontraba de camino a mi cuarto comenzando a subir la escalera que conduce a los dormitorios, cuando escuché que golpeaban con fuerza la puerta principal, por un momento me mantuve en silencio hasta que escuche una vos de hombre que gritaba que era de la Defensa Civil, y que su auto se accidentó rumbo al refugio, al escucharlo con detenimiento, y dándome cuenta que no se pensaba ir ya que mi casa era de seguro la única con luz en el área, le pregunté de forma tonta que, que deseaba, la voz me respondió que buscaba refugio hasta que las condiciones le permitieran continuar su camino a las oficinas de la Defensa Civil. Había comenzado abrir la puerta cuando un fuerte empujón me tiró al piso cayendo de culo, en ese momento pensé que pudo haber sido una ráfaga de aire, que empujó la puerta, pero al levantar la vista sentí que me había equivocado, ante mí se encontraba un hombre completamente con su ropa mojada, de raza negra, alto, de facciones toscas, joven, y apuntándome con un arma, que sin mucho esfuerzo cerró la puerta tras de sí. Yo instintivamente le dije:

Mi esposo se encuentra en casa - pero él de inmediato dando un paso hacia mí, dijo: sí es así porque no me abrió él la puerta, o ¿Está durmiendo?.

Yo me quedé callada, mientras el tipo me agarró por un brazo y como si nada me levantó del piso, me colocó el cañón de su arma frente a mis ojos diciendo. Si me llegas a llevar la contraria una sola vez, te aseguro que te mato. Y tras decirme eso me dio una fuerte cachetada que me volvió a tirar al piso. Luego dijo, eso es para que veas que no estoy jugando, perra estúpida. Tras lo cual me volvió a levantar de igual forma que antes, pero en esa oportunidad su mano me apretó con más fuerza mi brazo. Dijo, tengo hambre, ¿Donde se encuentra la cocina? Yo señale con el brazo que tenía libre, y él me empujo en esa dirección, al llegar a la cocina la observo detenidamente, me arrastró hacía la nevera, la abrió y sin más se puso el arma en la cintura y con la mano que tenía libre, tomó algo de alimento, el cual engullo como si llevase días sin comer.

Una vez que terminó de comer, dijo, vamos a revisar la casa, no quiero tener ninguna sorpresa, primero vio la parte de abajo, y el estacionamiento, donde se encontraba mi auto, luego se asomó al patio trasero, y me preguntó que había en la caseta que se veía en el patio, yo le indique que era el lugar donde se encontraba la planta eléctrica de emergencia, abrió todas y cada una de las puertas de la planta baja, la del cuarto de baño, y las de los armarios de limpieza, para luego subir a la segunda planta, primero entro a las habitaciones vacías, luego al cuarto de baño principal y finalmente a mi habitación, trató de asomarse por las ventanas pero las tormenteras no permitían que se viera para afuera.

Una vez que se quedo quieto en mi habitación, se me ocurrió la estúpida idea de decirle que si continuaba usando esa ropa se podía enfermar, él sin decir nada, asentó con la cabeza, y de inmediato de un tirón me quitó la camiseta, dejándome al descubierto tan solo con las panti que tenía puestas, yo procure no demostrar temor. Pero ese hombre me colocó una de sus manos en mis senos y me empujo hacía mí cama, yo sabía que él me iba a violar, pero procuré mantener la calma, traté de no mostrar el temor que me corría por dentro, él permaneció en silencio viéndome con esos ojos fríos, mientras se secaba con la camiseta que me había arrancado, colocó el arma sobre la mesa de noche, y acto seguido se despojó de su mojada camisa, dejando ante mi vista su torso desnudo, continuó secándose, algo en mi estaba sucediendo la sola idea de llegar a ser violada comenzó a bullir en mi mente y un calor dentro de mí se fue haciendo presa de mi persona, cerré los ojos y a mi mente de inmediato vino una imagen mía y de ese hombre, yo me encontraba boca abajo mientras él me daba por el culo, yo procure pensar en otras cosa y al abrir mis ojos él ya se había quitado el pantalón, ante mí se encontraba totalmente desnudo ese negro, su miembro era bien grande, de inmediato mentalmente lo comparé con el de mi ex-marido, el cual desde mi punto de vista era como la mitad del de ese hombre que se encontraba ante mí. Yo del asombro permanecí con la boca abierta mientras él se me acercaba, por un momento cerré de nuevo los ojos y la imagen de él dándome por el culo volvió a cruzar por mi mente, al abrirlos vi con asombro que su pene y el arma se encontraban a pocos centímetros de mi boca, yo instintivamente cerré mis labios y me hice hacía a tras, cuando nuevamente descargó un golpe sobre mi rostro, y en esta ocasión con el puño cerrado, debido a ello quedé casi sin sentido, tendida en la cama, cuando aun me recuperaba una de sus manos me tomó por el cabello y de forma brusca llevó mi cara a la altura de su miembro, me sacudió con fuerza, y yo creo que fue el dolor de sentir ese jalón de pelo tan fuerte lo que me hizo volver en mi con rapidez, bajo la fuerza de su mano me hiso que le viera su cara, sus ojos no demostraban ninguna emoción, lo que me asustó más aun, ya yo no trataba de ocultar mi temor hacía él, me encontraba llorando, mis lagrimas corrían por mi rostro mientras hacía que le viera su cara, dijo:

Eso es para que no lo vuelvas hacer, quiero que me lo mames, y cuidado con tratar de morderlo porque te tumbo los dientes a puño.

Al terminar de decir eso, nuevamente con su mano puesta en mi cabeza, me hiso que la inclinara hasta que mi boca quedó a la altura de su verga. Yo abrí mis labios y él sin la menor consideración introdujo su descomunal miembro dentro de mi boca, lo que de inmediato me produjo un ataque de nauseas, el cual ceso al sentir el frío contacto del metal de su arma contra mi frente, mis lagrimas continuaban saliendo de mis ojos. Lentamente me fui acostumbrando a tener semejante cosa dentro de mi boca, su olor era fuerte, al igual que su sabor, yo traté de no pensar en lo que hacía mientras mi boca succionaba su pene, pero me era imposible, a los pocos segundos, ese calor que había sentido dentro de mí se volvió a encender, sentí como esa cosa negra caliente y bien dura, entraba y salía de mi boca de forma rítmica, de momento me percaté que mi lengua de alguna forma también se movía dentro de mi boca y una de mis manos se había agarrado de su falo, mientras que con la otra mano yo me acariciaba mi coño por encima de las pantaletas, cuando de pronto sin aviso alguno, sentí su semen caliente dentro de mi boca, yo en principio pensaba sacarlo de mi boca, pero continué pegada a su verga voluntariamente, luego una de sus grandes manos se posó sobre mi nuca haciéndome que me tragase casi toda su leche.

Mientras, la tormenta continuaba aumentando su fuerza, podía escuchar como el viento daba contra las tormenteras. Lo que me produjo una agradable sorpresa era algo nuevo que yo había experimentado, mi primer orgasmo en muchos años. Mi vagina se encontraba totalmente mojada, pero yo no podía aceptar el que yo disfrutase de ese vejamen al que fui sometida en contra de mi voluntad. Una vez que él lo quiso saco su miembro de mi boca, colocó el arma nuevamente sobre la mesa de noche, y me dijo, lo mamas bien para ser una puta blanca y casi sin culo, eso ultimo me hirió íntimamente, ya que consideraba que tenía buenas caderas, sin decir más nada se acostó parcialmente sobre mi cuerpo pasándome su brazo por sobre mis senos, y una de sus piernas sobre las mías, luego dijo voy a dormir, tengo el sueño muy ligero si tratas de escapar te rompo los dientes y la nariz a puño, así que se buena y déjame dormir. Ante tal situación me quede quieta procurando no moverme, y pensando que más me haría ese tipo, cada vez que cerraba los ojos, nuevamente las imágenes de él sodomizándome o haciendo que se lo mamara aparecían en mi mente, al principio las rechazaba, pero llego el momento en que comencé a pensar que me ataba, o me quemaba con un cigarrillo la punta de mis pezones y eso realmente me excitaba.

Por un largo rato permanecí inmóvil, llorando en silencio, sentía fuertes emociones, una era el malestar de ser usada como me uso ese tipo en contra de mi voluntad, otra lo era el dolor ocasionado por el golpe recibido, el cual me fracturó el pómulo derecho, cosa que me enteré cuando el médico me revisó, por otra parte tenía la plena certeza de que me violaría o me sodomizaría en contra de mi voluntad, y el temor de más daño que me pudiera ocasionar. Pero además de eso, había momentos en que yo me culpaba por lo sucedido, y me auto-recriminaba por ser tan pendeja de creer lo que dijo, yo misma me burla de mi, diciéndome, bien merecido lo tienes, por idiota mereces que te meta esa manguera por el culo, y que te haga botar sangre, para que sigas abriendo la puerta sin ni siquiera asomarte a ver quien toca, retardada, morona, ojalá te de duro por ese culo, cosa que mi ex-marido ni siquiera había intentado nunca. A medida que yo me recriminaba por hacer lo que hice, nuevamente me sentía excitada, de momento me di cuenta de ello, y traté de no pensar en eso.

Me debí quedar dormida, ya que me desperté sobresaltada al escuchar un fuerte golpe, que resulto ser algo que el viento arrastraba y pegó contra la tormentera, el tipo ese continuaba sobre mi cuerpo, y al igual que yo también se despertó sobresaltado por el fuerte ruido, debían haber pasado unas cuantas horas ya que la oscuridad era total, tan solo mi lámpara de leer se encontraba prendida, pero el resto de la casa se observaba oscura. Algo caliente y duro comencé a sentir contra la piel de mi espalda, desde luego era el miembro de ese hombre, que se encontraba totalmente rígido luego de despertar, yo traté de bajar de la cama pero el brazo izquierdo de él que pasaba sobre el mío y me tenía agarrada por un seno lo evitó, luego dijo:

Prepárate que ahora vas a ver lo que es bueno.

Al decir eso se irguió sobre sus rodillas, mientras que con su mano derecha me arrancaba la tanga, yo nuevamente traté de zafarme de su brazo, pero sus dos manos me tomaron por las caderas llevándome hasta él, yo trataba se zafarme gateando, pero me era imposible el soltarme de esas manos tan fuertes, voltee mi rostro tratando de ver el cuerpo de mi violador, no se por qué morbosa razón detuve mis ojos en su miembro, desde mi punto de vista no se podía ver, pero si lo sentía caliente y duro descansando entre la parte superior de mi culo, y la parte baja de mi espalda, de pensar lo que me iba hacer me puse a llorar de nuevo, y pidiéndole que no me lo metiera por el culo, una de sus manos se metió dentro de mis piernas y llegó hasta mi coño, sentí como esos poderosos y grandes dedos me lastimaban bruscamente, entrando y saliendo de mi vagina al principio, para luego con su dedo pulgar restregarlo contra mi clítoris. A pesar de mi llanto, y de todas las suplicas mías el continuaba con su mano dentro de mí, y de nuevo ese incontrolable calor dentro de mí apareció, sentía como mi vagina se encontraba totalmente húmeda, y lubricada lista para recibir al Titanic si fuera necesario.

El separó su cuerpo del mío y con la mano que se encontraba dentro de mí, agarró su gran verga y la fue dirigiendo a mi coño, yo tenía cerca de seis meses que no mantenía ningún tipo de relación sexual, ya que ni siquiera acostumbro a masturbarme como lo hacen mis amigas y compañeras de trabajo, cuando se encuentran excitadas. Pero el sentir, como la cabeza me iba entrando, fue algo que jamás había sentido, mis labios vaginales se fueron echando hacia los lados, mi vagina fue sintiendo el calor de su verga y como esta penetraba más y más cada vez, nunca pensé que pudiera resistir tal monstruosidad de verga, hasta que sentí sus testículos contra mis labios vaginales o por lo menos eso pensé yo en ese momento, nunca en mi vida había sentido tal cosa, estaba siendo violada en contra de mi voluntad y lo estaba disfrutando, al tiempo que me dolía el ser usada como un simple objeto de placer, pero la nueva sensación era por mucho muy superior a cualquier remilgó moralista que se me antojara en ese momento, bien valía la pena ese disfrute el mal rato pasado. Yo comencé a mover mis caderas con fuerza quería sentir cada instante de mi violación totalmente. Qué cosas tiene la vida, durante mi matrimonio jamás llegue a moverme en la cama, sencillamente no me provocaba, mi marido era quien hacía todo el trabajo mientras que yo permanecía como muerta con las piernas ligeramente abiertas y mirando el techo de nuestra habitación. Al principio que el tipo comenzó a metérmelo en mi coño, me encontraba apoyada sobre mis manos, pero en cierto momento por comodidad o para sentirlo mejor y más adentro baje mi cara hasta la cama, lo que dejó mi culo enteramente expuesto a mi violador, él cual sin decirme nada, me introdujo alguno de sus dedos dentro de mi ano, de inmediato sentí un insoportable delicioso dolor, ya me encontraba ronca de tanto gritar de dolor y de placer, mi llanto era continúo, pero él no se detenía y yo no quería que lo hiciera, sus dedos entraban y salían una y otra vez al tiempo que su verga hacía lo mismo dentro de mi coño.

De momento sacó sus dedos de mi culo, al tiempo que su verga de mi coño, yo me quedé paralizada, ya que me imaginaba que era lo que me pasaría en unos segundos, y eso me excitaba más todavía, pero al mismo tiempo sentía un terror indescriptible, hasta que comencé a sentir como las carnes de mi esfínter iban siendo penetrado por su verga, tal como lo pensé fue bien doloroso, pero un dolor insoportablemente delicioso, algo jamás sentido por mí en mi vida, me estaba penetrando con la misma fuerza que el Huracán azotaba la isla, ya ni voz tenía de tanto gritar y llorar, pero mis nalgas se movían de forma acompasada llevando el ritmo que él me imponía, de nuevo una de sus manos se fue introduciendo dentro de mí, de forma brusca sin ninguna consideración pero yo lo disfrutaba en esa noche había alcanzado un sin número de orgasmos como nunca los había sentido, sentí algo húmedo correr por mis muslos al principio no le di importancia pero me lleve una de mis manos, mayor susto me he dado, lo que me escurría por mis piernas era sangre, de seguro procedente de mi ano, de vez en cuando el tipo me daba una fuerte nalgada y me insultaba diciéndome perra puta, y un sin fin de cosas más, pero en esos momentos sus palabras para mi sonaban a poesía, yo sé que eso no está bien, pero la realidad es que las disfrute, al igual que los golpes y mordiscos que me dio cuando se encontraba eyaculando dentro de mi culo, me sacó su gran verga y luego continúo tirándomela sobre mis nalgas y espaldas.

Yo quede desfallecida ya había pasado el Huracán cuando recobré el sentido, hay me encontraba yo, violada sodomizada, golpeada, y vejada por un completo desconocido. Sonará extraño, pero lo disfruté en parte. Al reunir algo de fuerzas alcancé el teléfono, por suerte tenía tono, llamé a la línea de emergencias y al rato se apareció un grupo de la verdadera Defensa Civil y una patrulla de la policía, entraron a la casa por la puerta del garaje, subieron a mi habitación, y hay me encontraron tal como me había dejado mi violador, el cual se llevó mi auto de paso. A mí me dio una vergüenza enorme que ese grupo de hombres me viera desnuda tirada sobre mi cama toda ensangrentada y golpeada, por suerte una de mis vecinas al ver la patrulla entró a la casa, me tiró una toalla sobre mi cuerpo y me llevó al baño, hay me ayudó a darme una ducha, aunque los policías se opusieron, me acompaño al hospital, y en todo momento me sirvió de apoyo. Yo no les di la verdadera descripción de mi atacante a los investigadores, como podía yo meter a la cárcel a la persona que me hizo compañía en el Huracán, y me hiso sentir tan nuevas y diferentes experiencias.

Tengo una amiga que es psicóloga, y le hablé sobre el asunto y mis sentimientos, ella después de escucharme por un rato llegó a la conclusión de que tengo una personalidad dependiente, y que debido a la situación de mi reciente divorcio, y de la violación eso despertó en mi una para filia o lo que sea eso, de conducta masoquista, pero que no me preocupara que después de un año de terapia con ella, eso probablemente fuera desapareciendo. Yo de manera elegante y con mucho caché, en finas palabras la mande muy largo al carajo, ya que después del gustazo que me di no perderé más nunca la oportunidad de disfrutarlo. Pero de manera algo más civilizada.

De paso buscó a un amo con experiencia, cualquier oferta hacerla por medio de los anuncios, preguntar por Lucy la Boricua.

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E-mail: narrador (arroba) hotmail.com