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Angel .II parte.

en Bisexuales

PARTE 4ª

 

Nunca pensé que alguna vez pudiera actuar de la forma en lo había hecho. La presencia del botones me había hecho ser aun más atrevido de lo que nunca hubiera pensado. Exhibirme desnudo, erecto y totalmente lleno de semen de otro hombre era algo… extremo pero muy, muy morboso. Cuando por fin cerró la puerta, Ángel se me quedó mirando con cara de sorpresa. Creo que se había molestado y se lo pregunté pero no era así era simplemente que sorpresa ante mi actitud, ante nuestra actitud más bien. Ambos estábamos en un momento tal de excitación que no nos importaba nada ni nadie. Su vientre demostraba la pulcritud de mi trabajo de rasurado, dejando imaginar como estaba más abajo.

 

- Voy a limpiarme-dije- Ahora salgo.

 

Me metí de nuevo en la bañera para quitarme los restos de su enorme eyaculación,  note como  entraba conmigo y me quitaba la esponja de la mano para seguidamente limpiarme él. Fue un gesto dulce, delicado y en ese momento me hizo sentir mucho más a gusto después de lo anterior.

 

Después de secarme con la misma dulzura salimos a la habitación donde nos esperaba la mesa con los sándwich y la cubitera con el cava. Cogía la botella y la abrí llenando ambas copas del fresco espumoso. Brindamos por nosotros, por nuestra tarde de sexo sin explicaciones y comenzamos a comer tranquilamente, sin prisas, los dos estábamos desnudos, y aunque nuestros cuerpos eran todo menos… esculturales (éramos dos cuarentones normales, sin mucho cuidado artificial y sin ocultar el paso de los años), la situación era absolutamente erótica y caliente. Charlábamos de nuestras primeras conversaciones por Chat y luego por teléfono. Mientras hablábamos nuestros sexos (cosa rara después de haber eyaculado hacia tan poco) empezaban de nuevo dar señales inequívocas de excitación. El pubis de Ángel estaba blanco pero mucho más apetecible ahora, limpio, suave, sin ninguna marca de vellos desde medio muslo  hasta encimad el ombligo. El se dio cuenta de mi mirada y mirándose se echó a reír diciendo…

 

- A ver como explico esto mañana…. JAJAJAJ

 

Los dos nos echamos a reír y dimos un nuevo sorbo al cava. Al notar el cava en mi boca con sus burbujas y su frescura recordé una imagen de algo que me hacía mi mujer alguna vez y arrodillándome di un nuevo trago y me introduje su polla en la boca... Nada más entrar en contacto con mis labios fríos su dureza aumentó instantáneamente: Su miembro caliente y duro entraba en mi boca fría y fresca y notaba como el cava caía por las comisuras de mis labios por su tallo hasta sus testículos. Suspiró y me agarro la cabeza. Notando las crepitaciones dentro de mi boca. Sacándomela me incorporé y le bese suavemente en la boca. 

 

Me levanté y me acerqué a la ventana, desnudo y con la copa en la mano, dándole la espalda. Abrí la cortina, dejando ver una terraza de  más de un metro de anchura que daba una de las calles principales de la ciudad. Era media tarde y era verano, estábamos en un piso 10º ya la vista debía ser muy buena.En estos pensamientos note la mano de Ángel en mi culo mientras se acercaba a mí. 

 

- Te apetece salir- me preguntó como si estuviera dentro de mi cabeza, mientras abría la corredera-

 

Sin espera mi respuesta salió a la terraza apoyándose en la barandilla con la copa en la mano. Su postura dejaba una preciosa vista de su culo redondo y suave ante mis ojos. El lo sabía y lo movió un poco abriendo las piernas dejando ver también sus huevos y parte de su polla. Salía a su lado y me coloque a su vera mientras mi mano acariciaba su espalda. Las caricias le debían gustar porque sus movimientos se hicieron un poco más… evidentes. La calle estaba llena de gente y en el edificio de enfrente no se veía nadie.

Mi mano fue bajando más hasta llegar a sus agujerito que esperaba ansioso mi llegada por los movimientos que hizo ante mi saludo. Apretó las nalgas contra mi mano y empujo hacia atras su cuerpo para recibir la totalidad de mi de dedo. Sus movimientos eran cada vez más rápidos y me pidió que le metiera otro más. Naturalmente le obedecí en parte metiéndole no uno sino dos, con los que mis tres dedos en su culo eran más o menos el grosor de una buena verga. El apretaba más y se follaba con rapidez su culo...

 

- Ha llegado el momento- dijo- lo necesito. En el baño encontraras aceite corporal, tráela, te espero.

-

Ni que decir tiene que no le contesté y que fui inmediatamente al baño donde cogí el aceite y me dirigí a la ventana donde me esperaba él. Seguía de espaldas y su mano masajeaba su miembro, sus huevos hasta su culo. La vista de Ángel desde dentro de la habitación era absolutamente tórrida. Desnudo con el culo en pompa, acariciándose y en una terraza donde podían estar viéndolo. Me quede un momento mirándolo con mi polla mirando hacia el techo. Fue solo un segundo, cuando se el se volvió y con una sonrisa me tendió la mano llamándome.

Alargue mi mano, asiendo la suya y me deje acercar hacia él. Nuestros cuerpos maduros se rozaron y fue con sentir una pequeña corriente continua que nos recorría a ambos. Nuestros vientres se acercaron dejando nuestros miembros duros casi entrelazados. El, apoyado en la baranda, levantó levemente su pierna derecha abriendo así el paso a mi miembro que se colocó de forma natural entre ambas, justo debajo de sus huevos. Allí, al aire libre, a la vista de quien nos quisiera ver, estaba yo, abrazado a un hombre y pasando uno de lo momentos mas tórridos de mi ya larga vida. Nos besamos suavemente. Él , separándose brevemente de mi, me cogió la botella de aceite que aun estaba en mi mano y abriéndola pasó a extenderla sobre mi vientre, mi polla, mis huevos… La sensación era muy agradable… y él continuó extendiéndosela de la misma forma sobre él, pero con mayor fruición sobre todo por sus nalgas y le interior de estas. Dejó la botella en el suelo y se giró de nuevo, volviendo a dejar su espalda inclinada y su culo más en pompa. Yo lo miraba acariciando sus glúteos, mientras él los movía con movimientos circulares. Con una de sus manos me acercó hasta situarme detrás de él. Cuando me tuvo así, se apretó contra mi situando su pequeña entrada justo junto a mi glande. Su mano me agarro el pene y lo apuntó a su ano, con un movimiento suave pero continuo empezó a apretarse contra mi mientras mi polla iba entrando en  el. El movimiento era lento pero muy placentero. Cuando iba más o menos por la mitad… le agarre de ambas caderas y di un empujón, seco pero firme. El dio un pequeño respingo pero apretó aun más, parecía como si necesitara más. Mi pubis rasurado estaba rozándose contra sus suaves nalga mientras nuestros movimientos, ya acompasados, continuaban… Mis manos ya no lo sujetaban y una de ellas había pasado a acariciar su verga y sus huevos… Al sentir mi manos empezó a a acelerar los movimientos con lo que mi polla comenzó un mete saca que presagiaba un final cercano. Al revés de cómo esperaba… su verga empezó a dar espasmos , prueba e sus orgasmo mientas empezó a gemir ya apretarse más contra mí. Su eyaculación no tardó en llegar… en mis manos, sobre la barandilla, cayendo incluso fuera a la calle. Seguía apretando contra mi, que ante esa sensación no aguante mas y gruñendo como un animal me derrame en una corrida larga, lenta y abundante dentro de su culo. Nuestras piernas temblaban y nos dejamos caer en el suelo… Al movernos mi miembro se separó quedando empapado y dejando que entre las piernas de Ángel resbalara los restos de mi placer. Mi mano estaba empapada de la esencia de mi amigo y enlazada a la mano de él. Los dos jadeábamos después el momento que habíamos vivido y permanecimos apoyados uno contra el otro y cogidos de la mano.

 

Pasados uno minutos, Ángel se separó y acercando la cubitera llenó dos copas con el resto que quedaba de cava. Las bebimos lentamente mientras nos mirábamos sonrientes. Lo que había pasado era mucho más y sobre todo mucho mejor de lo que en nuestros mejores momentos habíamos esperado.

Me tendió la mano y ayudándome a levantarme quedamos los dos de nuevo apoyados en la ventana y tomando por primera vez conciencia de lo que habíamos hecho y donde. Estábamos a la vista de cualquiera que nos hubiera querido ver y sin decirnos anda los comenzamos a escrutar los edificios de enfrente. No viendo nada especial salvo una mujer, madura en una terraza que antes se nos había escapado, leyendo una revista tumbada al sol y luciendo un escueto bikini. Nos reímos y acabamos con nuestras copas.

PARTE 5ª

 

Con la sensación de bienestar y satisfacción que nos invadía a ambos y aun de la mano entramos en la habitación tumbándonos en la cama tal como íbamos. Los restos de nuestros jugos empezaban a secarse sobre nuestros cuerpos dejando las señales de nuestro mutuo placer. Llevábamos más de dos horas en la habitación y a pesar de la frecuencia que habían tenido nuestros mutuos orgasmos, nuestros miembros no estaban en absolutos flácidos, sino que mostraban un tamaño más que regular y una excitación impensable después de lo que llevábamos hecho. Nuestras manos acariciaban las partes del cuerpo que tenía más a mano. Mientras nos mirábamos y comentábamos lo que había sucedido. Los dos estábamos satisfechos, pero no ahítos, aún quedaba sexo entre nosotros. Su mano comenzó a jugar de nuevo entre mis piernas que yo naturalmente abrí para facilitarles el paso. Yo sabía lo que quería y no iba a ponerle ninguna traba, sino al revés… deseaba recibirlo. No sabía si podría hacerlo, pero lo deseaba. Sus dedos llegaron hasta mi culo que se encontraba absolutamente abierto para él, el aceite que me había extendido antes aún estaba presente y facilitaba la entrada. Mi miembro demostró alegría antes esas caricias… empezando a rebotar contra mi vientre. Su dedo paró brevemente para regresar acompañado de otro, entrando ambos sin dificultada hasta el fondo de mi. Mis movimientos eran cada vez más evidentes y supe lo que tenía que hacer. Poniéndome a cuatro patas acerqué mi boca a su miembro… comenzando a lamerlo y besarlo mientras sus dedos proseguían explorando mi retaguardia. Su verga, agradeció de inmediato mis atenciones, comenzando a crecer y a endurecerse. El tamaño era ya el suyo aunque la dureza no era evidentemente las de las primeras veces. Su miembro era de una longitud quizás similar al mío pero menos grueso. Mi culo se movía y recibía con gusto los dedos de Ángel. Pero yo deseaba más, sabía que era el final de este encuentro y no quería irme sin por lo menos probar si podía recibir ese regalo en forma de carne dura y caliente. Me levante y acercándome de nuevo a la terraza cogí la botella de aceite y abriéndola me extendí una generosa cantidad por mi trasero. También puse algo en su miembro y viéndolo así, tumbado boca arriba con su verga hacia arriba, supe como quería que me penetrase aquel miembro. Me puse a horcajadas sobre él, sentándome sobre su miembro. Así, sin ayuda no podía por lo que con mimo y haciendo lo mismo que había hecho el antes acerqué su punta e mi entrada. Comenzando a apretarme contra él. No era fácil su polla resbalaba de mis manos por el aceite y la falta de algo más de dureza tampoco ayudaba. Me puse en cuclillas y agarrándola comencé a introducirme lentamente el principio de su miembro. Lo deseaba, lo necesitaba, sabía que era el colofón de este encuentro. Su polla entraba despacio, esperaba más dolor pero , NO¡¡ : Era un pequeño dolor que se diluía absolutamente en un placer que me llegaba hasta dentro, muy dentro. La posición no era cómoda estaba en cuclillas sobre el sujetándome sobre mis piernas, por lo que me fui sentando cobre él hasta que su polla entro hasta el final. La sentía en lo más profundo e mi, pero me gustaba, era feliz. Comencé un mete saca lento, mirando a Ángel a la cara. Mi polla mientras había alcanzado su erección otra vez y en cada embolada de mi amigo golpeaba ruidosamente contra su vientre. Sus manos agarraron mis nalgas y comenzó a mandar en el ritmo de la cabalgada, seguimos así varios minutos…hasta que de la forma más natural fue acelerándose. Yo estaba encendido, sudando, mis ojos brillaban de puro placer. Notaba que el fin estaba próximo. Sus contracciones eran la prueba más evidente. Sin esperar más explotó en mi interior, Notaba como su inundaba mis entrañas en golpes rítmicos. Mi placer comenzaba a manar también de lo más profundo de mi ser hasta llegar a explotar. Mi polla comenzó a expulsar chorros de semen sobre le pecho de Ángel. Llegaban hasta su cara, sus labios, sus ojos, alguno incluso llegó a su pelo; Nunca y digo nunca había explotado de esa forma. Nunca había sentido tanto placer, un placer que continuaba dándome estertores. Mis piernas ya no me sujetaban y caí derrumbado a su lado. Quedé tumbado a su lado y sin poder evitarlo casi en un sopor superior a mis fuerzas.

EPILOGO

 

Más o menos una hora después, abrí los ojos. Estaba tumbado al lado de Ángel que, con su brazo sobre mi dormía plácidamente. Me levante con cuidado y me dirigí al baño donde mirándome en le espejo no me reconocí. Tenía unas ojeras muy marcadas, sin embargo parecía mucho más joven. La piel me tiraba y me di cuenta que eran restos de semen. Miré el reloj, llevábamos mas de 6 horas en aquella habitación y yo tenía un viaje de más de 100 km. hasta mi casa. Me metí en la ducha y dejé que el agua cayera por mi cabeza y me resbalara por todo el cuerpo. Me lavé con cuidado de no dejar restos de esa tarde y cerré la ducha. No tarde en secarme y la salir a la habitación, la tarde comenzaba a caer y la luz era ya la antesala de la noche. Asomado a la terraza desnudo como estaba, miré instintivamente hacia la edificio de enfrente donde antes estaba la mujer y allí seguía. Mirándome. En ese momento comprendí que había presenciado todo nuestro encuentro, pero, sin saber porqué, supe que no lo censuraba, es más lo entendía y nos daba su “aprobación”. La salude con un movimiento de cabeza y vi como ella hacía lo mismo. Entré en la habitación y comencé a vestirme mientras miraba a Ángel que continuaba dormido. Cuando terminé me acerque a la cabecera y agachándome deposité un suave beso en su frente. El abrió los ojos y me miró. Los dos sabíamos que no íbamos a decir nada. Los dos por unas horas fuimos felices y era lo único que importaba. Me agarro la mano y con un ligero apretón me dijo:

 

- Gracias. Ten cuidado.

 

Le di otro beso, esta vez en los labios, y cogiendo mi chaqueta salí de la habitación que mas recordaría en mi vida. En el pasillo llamé al ascensor y al abrir la puerta, ví dentro a nuestro botones. Este me saludó con una sonrisa, pero no burlona, sino de afinidad y me di cuenta que a aquel joven le hubiera gustado continuar en nuestra habitación. Al llegar abajo metí la mano en el bolsillo y saque un billete para agradecerle su atención, lo rechazó, y acercándose a mi me dio un calido beso en los labios. Eso si era la primera vez. Nunca nadie había hecho eso antes sin conocernos primero. Y me gustó, me gustó mucho.

 

Salí del hotel, miré hacia arriba hacia nuestra habitación  y allí estaba Ángel, mirándome, le salude con la mano y  montándome en el coche comencé el regreso a mi casa , sabiendo que nunca volvería a vivir lo que había pasado esa tarde. Aunque lo buscara había sido irrepetible.