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Día y Noche

en Dominación

 

Beatriz y yo llevamos 13 años casados, tenemos dos hijos gemelos; Lucia y Carlos, que tienen ahora 6 añitos.

Beatriz es una directora ejecutiva en una multinacional de reconocido nombre; tiene 38 años, mide 1,80; rubia, ojos verdes, de joven para pagarse los estudios fue modelo y luchó por convertirse en lo que es; una mujer impresionante, tanto en lo personal; como en lo profesional.

Todos en la empresa la tienen mucho respeto y a la vez miedo; es tan exigente con los demás como consigo misma, no permite ni un error, cuida hasta el más mínimo detalle; por algo en tierra de hombres, ella se desenvuelve con tanta facilidad y consigue lo que para muchos es imposible.

El cargo que ostenta, no es nada sencillo; primas, cumplir con cuotas, objetivos, despidos, aprobación de traslados, inversiones, optimización de recursos y así una innumerable lista de obligaciones y responsabilidades, que hicieron que de los anteriores que ocuparon su cargo; el que no tuvo problemas con determinadas sustancias; precisó de tratamiento psicológico, que incluso estuvo a punto de suicidarse.

Yo sin embargo, tenía varias empresas, que no iban muy bien que digamos, pero tuve la inmensa fortuna, de crear un sistema que ahorraba mucho tiempo, para las compañías farmacéuticas, a la hora de tener que sintetizar, un determinado tipo de enzima , imprescindible, para elaborar determinado tipo de medicamento; después de duras negociaciones, cedí la patente, a cambio de unos muy generosos royalties y justo cuando tuvimos a los niños, tomamos la decisión de ser nosotros mismos, los que nos ocupáramos de ellos y por cuestión de suerte y lógica, desde hace 6 años, mi profesión es ser amo de casa y poder ejercer de padre todos los días y disfrutar de mis hijos, casí todos los días; como mi padre en su momento no pudo hacer conmigo.

A pesar de tener personal de servicio en casa las 24 horas, baby sister, chofer.... personalmente cuido de mis niños, superviso todo lo referente a la casa y por supuesto estoy muy pendiente de lo que mi mujer necesita.

Hoy Estamos en Portugal, hemos venido por qué Beatriz, tenía que supervisar en una delegación, unos matices de un departamento; vamos que tenía que hacer algo de limpieza y yo como siempre, que aprovechamos estas ocasiones para hacer alguna escapadita de las nuestras; la estoy esperando en el hotel, a que termine de hacer sus gestiones, despida a algunos de esos altos ejecutivos agresivos y luego pasar el resto del fin de semana juntos; por supuesto a pesar de estar fuera de casa, ya me he encargado, junto con la agencia, de cuidar todos los detalles y que todo este listo para dar a mi mujer, lo que ella necesita.

Estoy en el restaurante, en la mesa donde vamos a cenar, esperando a Beatriz, llego algo cansada, la di un buen masaje, se quedo dormida y tranquila; deje todo listo, para que la noche empiece.

La veo venir, el vestido negro de chaqueta y minifalda ajustada, que había escogido para la ocasión; le queda de infarto, se acerca a la mesa.

Beatriz - Buenas noches Amo.

Yo - Buenas noches Esclava, (coge la silla para sentarse), ¿te he dado permiso para sentarte en esta mesa?

Beatriz - No mi amo.

Yo – Esta bien, pero que no vuelva a repetirse, no acepto esas faltas de respeto; puedes sentarte

Beatriz – Gracias amo.

Le hago un gesto al camarero, nos sirve los entrantes y los primeros platos; pongo una caja encima de la mesa.

Yo- Quiero que vayas al baño y te pongas esto dentro de mi coño.

Beatriz- Como ordenes Amo.

Coge la caja, se dirige al baño, no han transcurrido ni dos minutos, vuelve cruzando el salón; dos hombres con traje uno joven y otro más mayor, que están en una mesa cercana, miran como Beatriz se acerca contoneándose; justo cuando pasa por su lado, (Clic) activo el mando a distancia al máximo; sin duda mi obediente esclava, ha obedecido y notará estremecer sus entrañas, al sentir las vibraciones del vibrador a distancia que la ordene introducirse; de la impresión se tambalea, sus piernas se doblan y para no caerse, se agarra a la mesa; los hombres la miran, el joven se levanta y la habla, ella le contesta, y reanuda la marcha hacia mí, a parta la silla, se sienta.

Yo - ¿quién te ha dado permiso para sentarte?

Beatriz- Perdón mi amo,

Yo – Es más ¿quién te ha dado permiso para hablar con desconocidos?

Beatriz- Nadie mi amo, solo pregunto si estaba bien y yo le conteste que si que había dado un traspiés.

Yo – Hablas sin permiso y mientes.

(clic) Marque el programa 9; sus puños se cerraron, notaba las pequeñas intensidades, dio un pequeño salto, de flojas, pasaba automáticamente a muy fuertes y largas, luego más cortas, sus pómulos se enrojecieron, me miro a los ojos fijamente.

Yo - Esclava ¿qué acabas de hacer?

Beatriz: Nada mi amo, nada..... yo.

Yo – ¿Te has corrido, sin mi permiso?

Beatriz – No mi Amo, de verás, estuve a punto

Yo – Dame tus bragas..... he dicho que me des tus bragas.

Beatriz – Pero mi Amo, me van a ver.

Yo – Ese no es mi problema

Bajo las manos, intentaba quitarse las bragas, pero la minifalda tan ajustada no la permitía, hacer el movimiento;

Yo – No tengo toda la noche, levanté y quítatelas despacio

El camarero se acercaba para traer los segundos platos, Beatriz se levanto de la silla, subió la minifalda, deslizó sus bragas de encaje negro hasta las rodillas, levantó una pierna, luego la otra, sus bragas cayeron al suelo; el camarero llego a su altura y con gran profesionalidad, se quedo esperando; Beatriz se agachó para coger las; al estar el camarero próximo, tuvo que girar su cuerpo hacia el otro lado, dejando a la vista de nuestros vecinos de mesa, la parte trasera de su anatomía; se alzó, colocó su minifalda.

Beatriz: Amo puedo sentarme.

Yo – Perdón, ya puede poner los platos, gracias. Si puedes sentarte, ¡damelas!

El camarero, puso primero el plato en su lado, al ir a poner el mío tuvo, que esperar, a que Beatriz, apartara la mano y yo cogiera sus bragas, para poder ponerlo; nuestros vecinos, levantaron sus copas al aire, haciendo un brindis, dirigido hacia nosotros; asentí con la cabeza.

Yo: Gracias, puede retirarse,,,,, ¿Que es esto?, (extendiéndolas y mostrando la cantidad de fluidos, que había en la parte de la entrepierna) ¿me mientes,? sabes que te conozco a la perfección y aún así intentas mentirme.

Beatriz: Lo siento mi amo, no se por que lo hice, no volverá a ocurrir.

Yo: Te aseguro que no , has incumplido una de las reglas principales de Amo y Esclava.

Beatriz: Lo sé mi amo.

Yo: Toma tus empapadas bragas,(lanzándolas a su plato); quiero que te levantes y vayas a la mesa de los caballeros que antes importunaste y les digas la verdad de por qué tropezaste, es más quiero que se lo enseñes, para que no les quede ninguna duda y de mi parte les regalas, si lo aceptan tus bragas.

Beatriz: Pero yo........

Guarde silencio, pasaron dos segundos, cogió las bragas del plato, se levanto y se dirigió hacia la mesa de nuestros vecinos, empezó a hablar; se miraban entre ellos y me miraban a mí, Beatriz alzo su mini falda, lo justo para que vieran, la parte del vibrador que abraza por fuera su clítoris; (clic) lo active; ella se estremeció, lo puse al máximo, sus piernas de doblaron, siguió hablando, el joven asintió con la cabeza y ella le entrego sus bragas; las cogió, las extendió y para mi sorpresa, se las llevo a la nariz, las olfateó como un sabueso y paso su lengua por ellas; Beatriz regreso a la mesa.

Beatriz: Puedo sentarme Amo.

Yo: Sí, puedes; además estoy contento, por un momento dude un poco de si lo harías, (clic) paré el vibrador.

El camarero se acerco con los postres, nuestros vecinos se levantaron, con un gesto de sus cabezas, se despidieron desde lejos de nosotros; se lo devolví.

Beatriz estaba terminando su postre, cuando el camarero vino a la mesa y nos trajo una botella de Champán;

Camarero: Perdón señor, de parte de los caballeros de antes, en agradecimiento. ( Iba a descorcharla)

Yo: No perdone........ esperé un momento; haga el favor; los caballeros de esa mesa, se alojan en el hotel.

Camarero: Si señor

Yo: Me podría decir la habitación. (Poniendo un billete de 100 euros encima de la mesa)

Camarero: Lo lamento mucho señor; no nos esta permitido dar información de ningún cliente; es la máxima del hotel, la discreción absoluta y tampoco nos esta permitido aceptar propinas.

Yo: De acuerdo, cargue la cena a la cuenta de nuestra habitación y si es tan amable, podría ahora mismo, traer la botella a nuestra habitación.

Camarero: Por supuesto señor, faltaría más.

Abandonamos el salón y los tres nos dirigimos al ascensor, las puertas se cerraron, Beatriz estaba a mi lado y el camarero, con la botella y las copas en la bandeja, en el otro.

Yo: Perdón que le insista, entiendo sus normas y perdone que le ponga de nuevo en el compromiso, pero necesito el número de habitación de los señores de antes; sacando dos billetes de 100 euros del bolsillo.

Camarero: Como ya le dije, no nos está autorizado a aceptar ningún tipo de dinero de los clientes.

Me acerque a Beatriz,.......le susurre al oído.

Beatriz se acerco a panel de mandos del ascensor, pulso el stop; abrió su chaqueta y la dejo caer, podíamos contemplar sus preciosos y turgentes pechos y poniendo una voz muy sensual se acerco al camarero.

Beatriz: Mi amo necesita que le dé el número de la habitación y me ha ordenado que si lo hace, yo se lo agradezca.

Camarero: Están en la misma planta que ustedes......... (Beatriz empezó a abrir su cremallera) habitaaa ción 622........

Pulse de nuevo el botón del ascensor y no es por presumir, pero mi esclava esta muy bien enseñada. Su cabeza giraba, avanzaba y retrocedía, se oía el chapoteo y el ruido cuando le succionaba la polla, para cuando las puertas se abrieron, Beatriz empezó a levantarse y en la comisura de sus labios se veían algunas evidencias de lo que acababa de ocurrir, hasta que pasando su lengua por ellos, termino por hacerlas desaparecer.

Yo: Muchas gracias, deme la bandeja, continuamos nosotros.

Camarero: Aquí tiene señor; gracias a ustedes.

Avanzamos por el pasillo, Beatriz venía detrás mía, se terminó de poner la chaqueta, justo cuando llegamos a la puerta de a Habitación 622; llamé a la puerta; abrieron.

Yo: Buenas noches, caballeros.

Ambos: Buenas noches.

Yo: Quería agradecerles la invitación; por supuesto si les apetece.

El Joven: Por supuesto, como no; faltaría más.

Entramos en la habitación, me acerque a la mesita, dejé la bandeja encima de la mesa, me acerque a Beatriz.

Yo: Esclava, desnúdate.

Los dos se miraron desconcertados, Beatriz se quitó la chaqueta, desabotono su minifalda y la dejo caer, quedando totalmente expuesta y desnuda delante nuestra, la única parte que no podían contemplar, era parte del poquito de bello que tiene justo encima del clítoris, ya que lo tapaba, la parte exterior del vibrador que aún tenía dentro.

Saque unas esposas del bolsillo, cogí sus manos, las puse detrás de la espalda, cerré las esposas, giré la llave, me acerque al joven y en su mano deposité la llave y el mando del vibrador; cogí la chaqueta y la mini falda......

Yo: Señores, si me permiten; me tengo que retirar, espero que disfruten de la velada y acepten que mi esclava, les haga compañía y cumpla todos sus deseos.

El silencio inundo la habitación, cuando salía por la puerta y giré para cerrarla, pude ver como el joven se abalanzaba a devorar las tetas de Beatriz y el mayor empezaba a desnudarse.

A las siete de la mañana, sonó la puerta, al abrir, entro Beatriz, totalmente desnuda con los zapatos, las esposas y el vibrador en la mano.

Yo: Buenos Días mi amor.

Beatriz: Buenos días.

Yo: ¿qué tal la noche?

Beatriz: Muy bien, era justo lo que necesitaba; vaya día el de ayer, para olvidar directamente(Directa fue hacia el baño)

Yo: ¿Por?

Beatriz: Lo pasé fatal, tuve que despedir a 15 personas, algunos sé que padres de familia y estando la situación como está en este país; lo van a pasar fatal a partir de mañana y ......

Yo: ¿la noche fue bien?

Beatriz: Oh sí, ha sido fantástico; bendita juventud. Eso sí algo obsesionado con mi culo; pero por lo demás que manera de desearme; ambos estaban muy bien dotados mi amor y el joven madre mía que aguante; uff estoy rendida, quiero darme una ducha; estoy pegajosa.

Se metió en la ducha, cogí la esponja y el gel, alzo los brazos y con delicadeza, centímetro por centímetro, fui enjabonando todo su cuerpo; primero la parte delantera; sus pezones aún estaba erectos, su sexo abierto y dilatado rezumaba el semen de sus amantes; luego la trasera, sus hombros, su espalda, su culo, separé sus cachetes, tenía el ano al rojo vivo, al pasar la esponja, le molesto un poco de lo escocido que lo tenía; termino de aclararse, derrotada cayo en la cama.

Salí de la habitación sin hacer ruido, aproveche para salir de compras y conocer un poco el lugar, cuando sonó el teléfono.

Yo: Si dígame.

- Buenos días, hablo con el señor ********( Una voz femenina muy sensual)

Yo: si soy yo, dígame

- Nuestra clave es AGUABELLA.

Yo: Perfecto buenos días.

- Llamábamos para saber si todo había ido bien y si estaban satisfechos, con la experiencia.

Yo: Si muy bien, todo ha salido como acordamos; todas las personas que han intervenido, han sido muy profesionales.

- Nos alegramos de poder ayudarles, a cumplir con sus deseos y fantasías caballero; desde Blue Dreams, le damos las gracias por depositar su confianza, en nosotros para algo tan extremadamente delicado.

Yo: Gracias a ustedes, para nosotros sin su ayuda, sería imposible, poder llevarlas a cabo.

- Muy bien señor, en breve le mandaremos el mensaje para que proceda a la autorización para el cargo a su tarjeta. ¿necesita o precisa alguna cosa más? ¿desea hacer algún tipo de sugerencia?

Yo: Si por favor, para el mes que viene tenemos que hacer otro viaje y nos gustaría contar de nuevo con sus servicios.

- Por supuesto señor paso la nota; como es algo justo de tiempo; para ir anticipando, podría darme algo de información de lo que precisa.

Yo: Si por supuesto; tenemos que ir de viaje a Nigería; estaremos creo una semana; dos días o tres de reuniones; cuatro para desarrollar su trabajo.

- Muy bien señor, cual es nuestro encargo.

Yo: Mi mujer ha leído el otro día, un libro se titula, Cruel Zelanda.

- Uhmmmn, si yo también lo he leído ¿qué desean?

Yo: Desea escenificar, la misma situación que en el libro, ser secuestrada, sometida, violada y follada, por toda una tribu.

- Increíble, si me permite decirle, tienen un gusto exquisito; no se preocupe, he tomado nota y en la próxima semana, una de nuestras asistentes, contactará con ustedes, para tener una reunión y concretar todos los detalles.

Yo: Muy bien, espero sus noticias y que tenga buen día.

- Igualmente caballero, salude a sus esposa de nuestra parte y dígale que nos encanta estar a su servicio.

Seguí caminando por algunas calles, recibo un mensaje en el móvil; hemos recibido orden de cargo para su Visa Platinum el importe de ******* Euros; si acepta el cargo, por favor introduzca código; tecleo