miprimita.com

Mi cuñadita me enseño que era una buena mamada.

en Sexo Oral

Jeni, mi novia y yo decidimos irnos a vivir juntos, alquilamos un apartamento a las afueras de la ciudad. A veces la hermana menor de mi novia, Dayana, se solía quedar también quedar algunos días con nosotros. A pesar que era una chica guapa y tenía su atractivo, yo la miraba como la hermana de mi novia, y no como una chica cualquiera. Muchas veces cuando venía al apartamento se quedaba unas horas conmigo hasta que su hermana llegara de trabajar, allá sobre las 10 de la noche. Luego cuando ella llegaba cenábamos, veíamos alguna peli o simplemente nos quedábamos hablando en la terraza hasta que nos íbamos a la cama. Con el paso del tiempo, e influenciado también por los pijamitas de verano que traía Dayana, poco a poco me sentía muy atraído por su físico, miraba su escote e imaginaba sus pechitos, dibujaba con mi mirada su culito respingón y me daba gusto observando sus piernas. Una tarde estaba en casa los dos solos, esperando que llegara Jeni, tenía puesta una camisa de silla, sin sujetador, y unos pantaloncillos muy cortos. Ella se sentó en el sofá para ver la tele, y yo en frente también sentado la acompañaba mientras ojeaba una revista…o hacía que la ojeaba, porque no dejaba de mirar sus pechitos y como se marcaba en la blusa sus pezones. Al cabo de los minutos estaba supercaliente, muy cachondo, solo me la imaginaba cabalgando encima de mi…y para desahogarme fui a mi dormitorio. Tendido sobre la cama seguí  mi fantasía sexual con Dayana mientras me hacía una buena paja.

Una vez que acabé, envuelto en sudor, me di una ducha y volví a salir a la sala con ella, poco después vendría su hermana. Otro día volvió a ocurrir algo parecido, solo que esta vez ella me preguntó algo, y mientras hablábamos se dio cuenta que tenía la polla totalmente dura y tiesa. Vi como ella desvió su mirada una y otra vez, hasta que en tono jocoso me dijo “parece que tu amigo está contento…jeje”. Yo en ese momento, sonreí, no sabía que decirle…y parra no meter la pata con ningún comentario desacertado me disculpé…”uy lo siento, no se si de calor o de qué…” a lo que ella me interrumpió; “jeje…no pasa nada hombre, yo pensé que era por mi pero bueno…será por el calor”, dijo mientras sonreía. En ese momento no sabía que hacer…si seguirle el juego, o por mi bien, parar y cortar por lo sano, mi instinto de macho me hizo tomar el primer camino. “A pues claro, seguramente tu tendrás algo que ver…jajaja”, ella se sonrió y se acercó, y para mucha sorpresa mía me dijo “ mmm…puedo tocar?”, sin pensarlo mucho le dije que sí, que si podía. Mientras ella me tocaba mi duro pene a través de mis pantalones…me decía que tenía un pijo grande…acto seguido sin más titubeos me bajé los pantalones y saqué mi durísimo peno fuera. Dayana hizo un gesto con su cara de sorpresa y gusto…se mordía el labio y miraba mi polla con mucho vicio. Yo estaba supercachondo…al mil por mil…y sin pensarlo dos veces le hice un ofrecimiento que ella no rechazó “quieres chupármela un poquito?”. Mientras ella me chupaba la polla una y otra vez, yo disfrutaba y gozaba locamente…me chupaba muy suavemente el capullo, me pasaba su lengua por el tronco de la polla una y otra vez, me agarraba los testículos con la otra mano, metía casi toda mi polla en su boca…la metía y la sacaba una y otra vez…e intercaladamente con su mano me hacía una paja. Estaba totalmente extasiado, y lo mas que deseaba era correrme en su boca, pero ella ya me había adelantado que la avisara antes de correrme. En ese momento el sentimiento de culpa no me mbragaba, todo lo contrario, me ponía cada vez mas cachondo el pensar que la hermana pequeña de mi novia me estaba haciendo una mamada monumental, y que luego cuando llegara su hermana me la iba a tirar con todo el gusto del mundo. Dayana seguía dándome gusto, era una auténtica profesional de la felación, yo mientras también le agarraba sus pechos y se los manoseaba.

Estaba en el momento mas alto, y lo que mas deseaba era correrme dentro de su boca, así que le pedía que me la cascara y me chupara repetidamente, que eso me daba mucho placer, y así lo hizo hasta que llegó el momento justo, y me corrí dentro de su boca…fue una sensación indescriptible…Ella escupió al suelo parte de mi leche, me miró y me dijo que por que no la avisé, jeje, yo no sabía que decirle, solo que me disculpara pero que nadie me había puesto más cachondo como ella. Sin decirme nada mas, se levanto y fue al baño a lavarse. En ese momento lo que mas estaba deseando es que se volviera a repetir esa escena y por que no, deseaba poder follarmela.