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El lado oscuro de la política

en No Consentido

No pensaba yo que estuviera metiéndome en algo así al afiliarme a un partido político (uno de los dos mayoritarios), simplemente lo hacía porque como todos los adolescentes pretendía cambiar el mundo y como no basta con quererlo ni pretenderlo, pensé que lo mejor era mover el culo y hacer algo.

Y eso hice, busqué donde debía ir y que tenía que hacer… en realidad no había que hacer nada, llegué al piso donde se reunían, me presentaron a la gente, me ofrecieron un café (riquísimo por cierto) y me comentaron que podía pasarme por allí siempre que quisiera y que no hiciera planes para el viernes de dentro de dos semanas que había una cena y estaría muy bien que me acercase para conocer al resto de gente. Por supuesto me pidieron el número de cuenta para pasarme la cuota mensual. Y ya está, me marché para mi casa… Todo muy normal.

Yo continuaba con mi vida, estudiando ciencias políticas, saliendo con el rollete de turno y estudiando poco (lo suficientemente poco para poder aprobar). Al menos una vez a la semana eso sí me pasaba por el piso a ver que había que hacer o en que podía ayudar.

Era la típica niñata de 18 años, me preocupaba más de la ropa que de la clase de derecho internacional… y ahora que había empezado a relacionarme con esta gente me gastaba mucho más dinero en ropa cara. En ese sentido, dentro de lo malo, tenía suerte porque como mi padre, juez de profesión, era viudo (se quedó viudo cuando yo tenía 7 años) siempre tenía lo que quería y más dinero del que una adolescente debe tener. Eso sí por muy niñata que fuera, parecía mayor de lo que era, estaba muy desarrollada, un pecho precioso y un cuerpo acorde, además de estar muy morenita porque siempre veraneábamos en Ibiza.

Llegó el viernes de la cena, la verdad tenía muchas ganas de ir, no conocía a mucha gente, pero estaba segura de que en un lugar más relajado con un par de copas de vino, todo el mundo sería mucho más abierto y mucho más fácil empezar a hacer amigos.

Hice muchos amigos (más bien conocidos, como pude ver con el tiempo), me lo pasé fenomenal y además me llevé una gran sorpresa, los tíos aquí no eran como los niñatos que conocía de la uni, o mis amigos de toda la vida, siempre hablando de futbol o de lo buena que estaba la tía con la que "supuestamente" se habían enrollado el finde pasado. Estos tíos eran interesantes, cultos y tenían más repertorio a la hora de hablar que la falta que el árbitro no pitó en el último clásico.

Uno de estos tíos, con el que estuve hablando toda la noche, se ofreció a llevarme a casa… Yo pensaba que pretendía que pasase algo, pero me equivocaba, simplemente me acercó a casa y ya.

En los siguientes meses, fui cogiendo más confianza, daba opiniones e ideas y al final terminaron otorgándome un cargo en la ejecutiva, Tesorera (tiene guasa que la última en llegar sea la tesorera).

El caso es que como miembro de la ejecutiva, nos invitaban a más actos y más cenas y comidas con los miembros "adultos" del partido.

La verdad, yo me sentía muy bien, era un modo estupendo de pasar el tiempo, estaba conociendo montones de personas interesantes y poderosas y lo más importante de todo, me divertía, además lo de salir de cena o fiesta sin tener que pagar un duro, era algo que me encantaba.

Como ya dije antes solíamos ir a fiestas con los miembros adultos del partido, y empecé a conocerlos y a tratarlos con mucha más confianza que al principio. En concreto había un hombre, un político bastante conocido, de los que siempre está en la tele, con el que me llevaba muy bien, era un hombre increíble a pesar de la mala imagen pública que tenía. Y lo mejor de todo es que me trataba taaaan bien, salíamos a cenar, me llevaba al teatro o de compras y todo sin que fueran eventos relacionados con el partido, simplemente porque disfrutábamos de la compañía. Yo le miraba con admiración, me parecía que podía aprender mucho y además tener contactos es algo necesario, y ¿qué mejor contacto que este hombre?

Era, un hombre de mediana edad, unos cuarenta y tantos… con algunas canas por las sienes, alto y se notaba que aunque no era un cachas, si hacia deporte. Siempre vestía con trajes, hechos a medida, se notaba perfectamente, y tenía unas manos preciosas, con unos dedos largos, como de pianista… Además esos ojos negros, tan profundos, daban como miedo, parecía que veían más allá. Y como me enteré más tarde, era amigo de mi padre.

Para mi esta relación algo inocente, pero claro, eso es lo que veía yo… porque un tío de cuarenta y tantos que siempre va acompañado de una cría de dieciocho años pues lo que hace más que nada, es exhibirla y darle todos los caprichos para que no se marche.

Además la gente, empezaba a lanzarme indirectas, hacer comentarios sutiles y cuchichear… Mis compañeros, eran obvios, sobre todo ellas… Anda guapa, que bien te lo estas montando ¿eh? Y eso que cuando te afiliaste parecía que lo habías hecho por pasar el ratito…. Y entre los adultos eran más bien comentarios hacia él, tipo ¡Vaya Roberto! Qué bien acompañado vas últimamente… ¡No hay evento en el que no te la traigas! A mi ese último comentario, me fastidiaba un montón, ¡ni que fuera un adorno al que hubiera que traer y llevar! Pero…. Pensándolo fríamente, eso era, porque él me llevaba a los sitios, me traía a mi casa y casi que me llevaba a todas partes, a veces incluso hasta a la universidad. Hasta a mi padre, que no estaba mucho en casa, le parecía raro que pasase tanto tiempo con Roberto.

-Claudia cariño, ¿no crees que pasas demasiado tiempo con Roberto? ¿No te lo pasarías mejor con gente de tu edad?

-Pero vamos a ver papá, yo me lo paso bien con él, él se lo pasa bien conmigo… ¿Dónde está el problema?

-¿Qué te saca unos treinta años por ejemplo? O que es un cínico, misógino y sin escrúpulos, vamos un tío que vendería su alma al diablo por conseguir lo que quiere. Es que casi preferiría que estuvieras fumando porros en la moqueta esa que tenéis en la facultad.

-Jajaja, ¿así que prefieres tener una hija porrera a una hija que tiene futuro en un partido político? Sí que eres raro, sí. Además, ¿sabes qué? Mis notas han mejorado un montón desde que soy tan amiga suya, ya sé que no tienes tiempo para preocuparte por algo tan "trivial" pero es cierto… el último cuatrimestre todo fueron sobresalientes. Asique voy a seguir saliendo con él siempre que me apetezca.

-Vale, estupendo, pero cuando te haga daño de un modo u otro, no me digas que no te avisé.

-¿Hacerme daño? Pero ¿tú de que vas? Ni que fuera el violador del Ensanche… (ironías del destino fui yo quien dijo esas palabras9

-No hace falta ser un violador para hacer daño… Pero tú misma, ya eres mayor de edad, eso sí, ya te digo que la ostia terminarás dándotela. Y será de las grandes.

-Fenomenal, me voy que he quedado con él. Que te vaya bien. Adiós.

Me fui dando un portazo de casa, ¡menudo gilipollas! Mi padre, el que tenía mucho trabajo para ocuparse de mí ahora va y empieza a decirme lo que tengo que hacer.

No sabía dónde ir, así que hice lo único que se me ocurrió, llamar a Roberto y gimotear todo lo que pude.

-¿Si?

-Roberto, acabo de discutir con mi padre, estaba venga a decirme que me ibas a hacer daño y no sé cuántas tonterías más… Y me he ido de casa dando un portazo, pero ahora no sé qué hacer.

-Bueno, es normal discutir con los padres, no te preocupes. ¿Dónde estás? Que voy a buscarte y tomamos un café, que te veo nerviosa.

-Estoy en Goya, donde el Corte Ingles.

-Bueno, pues en diez minutos estoy ahí, no te muevas.

Me sentía mucho mejor, a pesar de la discusión… Por lo menos tenía alguien que me entendía y se preocupaba por mí.

-¡Hola guapa! Ven, sube al coche que vamos a ir por ahí a cenar y me cuentas la historia en condiciones. ¿Dónde quieres ir?

-No sé, donde tú quieras… Ahora que has venido me encuentro mucho mejor, más tranquila.

-Vale, vamos al Silk y me cuentas.

Durante el viaje no hablamos nada, iba pensando, como dándole vueltas a algo, lo único que hizo fue poner música y hasta que no llegamos al restaurante y estuvimos sentados no habló.

-A ver Claudia, cuéntame que es lo que ha pasado.

-Pues ha sido raro, yo estaba en casa con el portátil y cuando ha entrado me ha dicho así como de pasada que si no pensaba que pasaba mucho tiempo contigo, y que debería pasar más tiempo con gente de mi edad.

-Tampoco es como para irse de casa dando portazos ¿no?

-No si es que la cosa no ha quedado ahí. Entiendo que os conocéis y ha empezado a decir que me ibas a hacer daño porque eres un misógino un machista y no sé cuántas cosas más.

-Vaya con el señor Manjón, pues te diré que no somos tan amigos para que me descalifique de esa manera, porque apenas me conoce.

-Ya suponía yo. ¿Pero entonces que hago? ¿Vuelvo a casa? ¿O qué?

-Claro que vuelves a tu casa, vives allí y tienes allí todas tus cosas, pero si no quieres ir esta noche, puedes dormir en mi casa y ya mañana vas más tranquila.

-¿Y tu mujer? ¿No va a importarle que pase la noche en vuestra casa?

-No te preocupes por ella, esta fuera en un congreso.

-Genial entonces. Gracias.

-De nada preciosa, ya sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites.

Estaba encantada, me estaba demostrando que se preocupaba por mí y que no era nada de lo que mi padre había dicho.

Después de cenar nos fuimos a tomar unas copitas, lo necesitaba después del berrinche… Supongo que a causa de eso bebí algo más de la cuenta o bastante más de la cuenta porque estaba totalmente desinhibida y contenta.

-Bueno ya hemos llegado, menos mal que no me has vomitado el coche, porque ¡hay que ver cómo vas! No sabía yo que te gustaba tanto el agua con misterio.

-Jajaja, que noo, es que estaba muy enfadada y quería olvidarme de todo, pero no suelo beber tanto.

-Bueno bueno, anda tira pa´l baño, desmaquíllate o haz lo que tengas que hacer y ven a la cama.

-Ahh, ¿Qué dormimos juntos?

-Bueno, si prefieres el sofá, todo tuyo, pero seguro que estas más cómoda en la cama.

-Si si, claro… Bueno ahora voy.

Me fui para el baño, me desmaquille como pude y me lave los dientes con el dedo, no sirvió para nada, pero al menos tenía mejor aliento. Tampoco tenía pijama que ponerme, así que me fui tal cual estaba.

-¿Vas a dormir con la ropa puesta? Que incomodo ¿no? Duerme en ropa interior, al menos estarás más cómoda y descansaras.

-Esto… Bueno, total es como estar en bikini.

Empecé a desnudarme, no me sentía muy cómoda, pero necesitaba dormir. Lo que si note, o eso creo, es que mientras me desnudaba me estaba mirando fijamente.

Me acosté en la cama, él ya estaba ahí girado hacia mi lado de la cama, mirándome muy sonriente.

-Bonitos tatuajes nena.-Decía mientras me acariciaba la espalda.

Estaba como paralizada y se me había pasado el pedo de golpe. ¿Por qué me acariciaba la espalda? Es decir, no pensaba yo que un amigo hiciera esas cosas. Pero es que no sólo me acarició la espalda, empezó a bajar hasta mi culo, continuó por mi pecho y terminó en mi sexo. Me sentía rara… era yo la que había decidido libremente meterme en su cama, pero esto era demasiado, yo no quería acostarme con él.

-Esto... yo, ha debido haber un malentendido, no quiero volver a casa, pero tampoco venía esperando nada de esto.

-Jajaja que graciosa la niña! A ver guapa, esta claro, todas las que os afiliais y llegaís relativamente lejos y tan rápido como tu, es porque se lo curran... Y ademas deberías saber que todo se sabe y se comenta, y precisamente tu tienes un historial curioso.

-¿Que nos curramos el que? ¡Yo no he hecho nada ni lo voy a hacer!

-O si, si lo vas a hacer y te vas a portar como una zorrita buena por la cuenta que te trae..... Así que vamos, agachate que ya has hablado mucho. Decía todo esto mientras me obligaba a ponerme de rodillas para comérsela.

Me revolví, estaba como petrificada y me resultaba imposible hablar, no quería hacerle una mamada y no entendía como un tío que había sido tan agradable conmigo ahora se estuviera comportando como un cerdo abusón.

-¡Que te agaches te he dicho! Y acto seguido me dio un golpe obligandome a ponerme de rodillas. -Vamos, abre la boca, que por ahí dicen que se te da muy bien comer pollas.

Me tapo la nariz para obligarme a abrir la boca, y una vez la tuve abierta me metio su polla dentro... estaba tan asustada de que me volviera a golpear que empecé a chuparsela, pensando que cuanto antes comenzase anter terminaria y me dejaria empaz.

-Ohh si nena, así, así.... Sigue. sigue... Si.... Y se corrio en mi boca, me sentía fatal, muy humillada y sólo tenía ganas de llorar, no podia ni hablar. Pero la cosa no terminó ahí. En cuanto se corrió, me cogió y me hizo inclinar sobre la cama.

-Muy bien preciosa, ahora te vas a enterar de lo que es que te folle un tío de verdad y no esos niñatos de la universidad...

Fue todo muy rápido, no uso lubricante ni saliva ni nada... Me metió su polla a lo bruto en mi culito y empezó a darme azotes.

-Vamos, ¡cuenta!

Ni palabra, no podría decir ni palabra, estaba sollozando y no me salía la voz.

-¡Que cuentes!

-¡ZASSS! -Uno

-¡ZASSS! Dos

Y así hasta diez, me sentía fatal, usada, humillada... En ese mismo momento decidí dejar el partido, la universidad y mi vida en la ciudad, seguro que a mi padre no le importaba pagarme una carrera en el extranjero.

-Bueno preciosa, por hoy ya está bien. Te llamaré cuando quiera más. Coje tu ropa, vistete y vete.

Me vestí y me marché... Me marché llorando, ya nada podía ser peor... Me cogí un taxi y me fuí para casa. Allí estaba mi padre y al verme llegar... bueno en fin, que sabía perfectamente lo que había pasado.